El aire de los Alpes olía a hierro, piedra húmeda… y memoria.
La nieve crujía bajo las botas de Joseph mientras avanzaban por el sendero rocoso.
Caesar iba al frente, tenso.
Lisa Lisa cerraba la formación, atenta a cada rincón.
Leo caminaba al ritmo del grupo, pero con los ojos puestos más allá, como si ya hubiera estado aquí antes.
[Escaneo completado: lugar confirmado. Sitio de muerte original de Caesar Zeppeli.]
[Presencia enemiga detectada.]
La luz del sol descendía lentamente por las laderas.
Faltaban apenas unos minutos para que el mundo se volviera gris.
—Estamos cerca —dijo Caesar, deteniéndose junto a un pilar caído.
Allí estaba:
La vieja cruz de piedra.
Rota. Semi enterrada.
Y aún con manchas secas de una sangre que ya no le pertenecía.
Joseph bajó la mirada.
—Nunca olvidaré lo que sentí aquí. El vacío… fue absoluto.
Caesar no dijo nada.
Leo lo observó de reojo.
Incluso el héroe reescrito todavía cargaba con el eco de una muerte que no ocurrió.
Lisa Lisa levantó una mano.
—Pueden salir ahora —dijo en voz alta, firme.
Durante un instante, no ocurrió nada.
Luego… desde las sombras entre columnas y escombros, surgió Wamuu.
Firme.
Callado.
Como una montaña con cicatrices.
—Caesar —dijo simplemente.
Caesar dio un paso adelante.
—Wamuu.
Y entonces, desde un nivel más alto de la ruina, descendió una figura que caminaba como si no le temiera al tiempo ni a los nombres.
Kars.
Con el cabello al viento.
Las manos tras la espalda.
Y la mirada de alguien que ya había ganado.
Leo sintió el escalofrío narrativo apenas lo vio.
[Entidad: Kars. Estado: incompleto. Evolución: inminente.]
El sistema vibraba como un corazón contenido.
Joseph alzó la voz.
—¡Terminemos esto aquí! ¡No más retrasos!
Wamuu levantó una mano.
—No.
Su tono era firme. Ceremonial.
—Esta pelea no merece improvisación.
Ni trampas.
Ni muertes por estrategia.
Lisa Lisa frunció el ceño.
—¿Qué propones?
—Un duelo formal. Esta noche. En el Talón del Esqueleto.
Un campo neutral.
Sin soldados.
Sin traiciones.
Sólo combate.
Kars habló por primera vez.
—Wamuu no pelea por odio.
Y yo no interfiero cuando el honor decide.
Joseph apretó los puños.
—¿Talón del Esqueleto?
Lisa Lisa asintió.
—Un antiguo anfiteatro ritual, protegido de la luz solar.
Era usado en tiempos remotos para resolver disputas entre tribus Hamon y otras razas.
Leo observó en silencio.
Era perfecto.
Todo se alineaba con lo que recordaba.
Todo seguía el guion…
para que él pudiera quebrarlo después.
[Duelo pactado. Tiempo estimado hasta transformación de Kars: <24h]
[Interferencia directa: prohibida.]
Caesar levantó la mirada hacia Wamuu.
—Acepto.
Lisa Lisa no lo detuvo.
No esta vez.
Quizá porque ya entendía que algunas batallas no se podían robar.
Esa noche, ya de regreso al campamento improvisado, los ánimos eran de hierro templado.
Joseph no podía quedarse quieto.
Caesar revisaba sus burbujas una por una, como si cada una fuese la última.
Lisa Lisa afilaba su respiración.
Y Leo… caminaba hasta la cima de una roca, lejos del resto.
Desde allí, veía el cielo nocturno.
Las estrellas estaban inmóviles.
Pero él no.
Su Stand flotaba a su alrededor, apenas visible en la oscuridad.
Las páginas giraban lento.
Y una nueva línea de texto se escribió sola.
[Condición crítica alcanzada: Kars se está preparando para acceder a la Piedra Roja.]
[Estado evolutivo: inminente.]
Leo apretó los puños.
Recordó el mensaje de la noche anterior.
La frustración.
El golpe en la piedra.
La línea roja.
❌ [Absorción denegada. Requiere forma perfecta.]
Ahora tenía una certeza.
—Kars lo hará esta noche.
Después del duelo.
Y yo no lo detendré.
Porque lo necesito completo.
Cerró los ojos.
Respiró hondo.
[Reescritura de canon: calibrada. Riesgo: extremo.]
—Que se alce…
y que crea que nadie lo detendrá.
Abrió los ojos.
—Yo escribiré su final.