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Chapter 40 - Episodio 40 — “Lo que quedó atrás”El subsuelo ya no gritaba.

🕑 Episodio 40 — “Lo que quedó atrás”

El subsuelo ya no gritaba.

Gemía.

Las alarmas seguían encendidas, pero eran irregulares, como si el sistema mismo estuviera perdiendo el pulso. Sectores enteros de la ciudad estaban a oscuras. Drones caían desde el cielo como insectos muertos.

Lia tenía las manos apoyadas en la consola, respirando con dificultad.

—Nodo tres… desactivado… —susurró.

Le temblaban los dedos. No de miedo. De cansancio.

Detrás de ella, el eco de los combates seguía sacudiendo el pasillo.

⚔️ Azu vs Karen

El hacha de Azu golpeó el suelo con violencia. Karen saltó hacia atrás, rozando apenas el filo. Una gota de sangre le recorrió el muslo.

—Uf… —dijo, mirándola—. Ya no sos tan precisa.

Azu respiraba pesado. Cada músculo le ardía. Pero no bajó el arma.

—Seguís hablando —respondió—. Eso significa que también estás cansada.

Karen sonrió, pero fue distinta. Más tensa.

—Siempre tan observadora…

El sistema vibró. Una explosión lejana. Polvo cayendo del techo.

Por un instante, el ruido se apagó.

Y en ese silencio…

Karen recordó.

Karen — Antes

No había luces rojas.

No había alarmas.

Solo una habitación blanca. Demasiado blanca.

Una niña sentada en el suelo, con las rodillas contra el pecho. Sus manos temblaban. Frente a ella, una mesa metálica… y sobre la mesa, dagas.

—Elegí —dijo una voz—. Rápido.

La niña levantó la vista. Había otras detrás del vidrio. Algunas lloraban. Otras no se movían.

—Si no elegís —continuó la voz—, elegimos nosotros.

La niña se levantó. Caminó despacio. Tomó una daga.

Le cortó la mano a la muñeca que estaba atada a la silla frente a ella.

La sangre cayó al suelo.

—Bien —dijo la voz—. Sobrevivís otro día.

Esa noche, la niña aprendió algo simple:

El que duda, muere. El que sonríe, confunde.

Karen parpadeó.

Volvió al presente justo cuando el hacha bajaba otra vez.

Bloqueó. El impacto le recorrió el brazo como un rayo.

—¿Te distraje? —preguntó Azu.

Karen apretó los dientes.

—No… —respondió—. Solo recordé por qué odio perder.

Sacó dos dagas más.

—Y por qué no pienso hacerlo.

🤡 Riku vs Uriel

Riku respiraba con dificultad. Un ojo hinchado. El brazo izquierdo casi inmóvil.

Uriel, en cambio, saltaba sobre una pierna, tarareando una melodía infantil.

—Esto está siendo divertidísimo —dijo—. Pero te estás quedando atrás.

—Callate… —gruñó Riku—. No me subestimes.

Uriel inclinó la cabeza.

—¿Subestimarte? No. Me gusta verte esforzarte.

Sacó otra bomba.

—Cuando la gente se esfuerza… se rompe más lindo.

La lanzó.

Riku corrió hacia adelante, no atrás. Se deslizó por el suelo justo cuando explotaba detrás de él. El fuego le quemó la espalda, pero siguió.

Golpeó.

Esta vez, conectó.

Puño directo al rostro.

Uriel salió despedido contra una columna. El impacto hizo temblar el pasillo.

Por un segundo, no se movió.

Riku jadeó.

—No… sos invencible…

Uriel empezó a reír.

Primero despacio. Después fuerte.

—¡Eso! ¡Eso es! —aplaudió mientras se levantaba—. ¡Así eras vos!

Riku frunció el ceño.

—¿Qué…?

Y entonces, Uriel recordó.

Uriel — Antes

No había risas.

Había humo. Fuego. Gritos.

Un niño cubierto de hollín miraba una ciudad en ruinas. Su ciudad.

—No llores —dijo un hombre detrás de él—. Los fuertes no lloran.

El niño apretó los puños.

—¿Por qué…? —preguntó—. ¿Por qué pasó?

El hombre le puso algo en las manos. Un detonador.

—Porque alguien tenía que perder. Y no vamos a ser nosotros.

El niño apretó el botón.

La explosión fue enorme.

El hombre rió.

—¿Ves? —dijo—. Es fácil. Solo pensá que es un juego.

Esa noche, el niño no durmió.

A la mañana siguiente… sonrió por primera vez.

Y nunca dejó de hacerlo.

Uriel volvió al presente con una carcajada.

—¡Ah! —dijo—. Gracias. Me hiciste acordar de algo lindo.

Riku apretó los dientes.

—Estás enfermo.

Uriel ladeó la cabeza.

—No. Estoy libre.

Y se lanzó otra vez.

🖥️ Lia — El punto de quiebre

Lia conectó el último cable.

—Nodo central… —susurró—. Si esto funciona…

Presionó la tecla.

Durante un segundo, nada pasó.

Luego…

Toda la ciudad quedó a oscuras.

Las alarmas murieron.

Los drones cayeron.

Las defensas se apagaron.

Silencio.

Lia se dejó caer de rodillas.

—Lo logré…

Pero el sistema no estaba muerto.

Solo herido.

Y estaba furioso.

⚔️ Final — Azu vs Karen

Karen respiraba agitada. Una daga rota. La otra manchada de sangre.

Azu apenas se mantenía en pie. El hacha apoyada en el suelo. La armadura agrietada.

—No entiendo —dijo Karen—. ¿Por qué seguís levantándote?

Azu levantó la mirada.

—Porque alguien tiene que hacerlo.

Avanzó.

Cada paso dolía.

—Yo no peleo para sobrevivir —continuó—. Peleo para que otros no tengan que hacerlo como vos.

Karen apretó los labios.

—No sabés nada de mí.

Azu levantó el hacha por última vez.

—Sé suficiente.

El golpe fue brutal.

Karen intentó bloquear.

No llegó.

El impacto la lanzó contra el suelo. Las dagas salieron volando.

Por primera vez… Karen no sonrió.

🤡 Final — Riku vs Uriel

Riku y Uriel chocaron de frente. Golpes torpes. Sin técnica. Sin juegos.

Uriel empezó a perder el ritmo.

—Eh… —dijo—. Esto ya no es tan divertido…

Riku lo empujó contra la pared.

—No es un juego —gruñó—. Nunca lo fue.

Uriel lo miró.

Por un instante, su sonrisa tembló.

—Entonces… —susurró—. ¿Por qué sigo riéndome?

Riku no respondió.

Golpeó.

Uriel cayó inconsciente.

El silencio volvió.

🕯️ Epílogo

Azu se apoyó en el hacha. Miró a Karen, inmóvil.

Riku cayó sentado junto a la pared.

Lia se levantó, tambaleando.

Los tres respiraban.

Habían ganado.

Pero el precio estaba ahí, flotando en el aire.

A lo lejos, la torre dejó de temblar.

Y en algún lugar…

Eiden dio un paso más.

El arco había terminado.

Pero la historia…

Recién empezaba.

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