"Nos vemos mañana, Kamishiro-san." Me despido con una sonrisa mientras ambos nos vamos de Anteiku. Yo, por mi parte, salgo del distrito, mientras que Rize se dirige al otro lado, sin duda para conseguir más comida o quizás para descansar para mañana.
Me devuelve la sonrisa con una extraña emoción en los ojos, una que fácilmente identifico como *hambre*.
"Tengo muchas ganas de que sea mañana, por favor, no llegues tarde, Astrea-san." Su sonrisa es pequeña pero sincera, me pregunto si es porque le divierte mi presencia o si quizás se imagina devorándome.
Sonríe una última vez antes de irse. No me doy la vuelta, pero siento su mirada, así que balanceo las caderas un poco más y oigo una tos leve.
Me permito sonreír un poco más antes de que la sonrisa desaparezca de mi rostro. Después de todo, no la necesitaré donde voy.
Encontrar el lugar adecuado en Japón fue más difícil de lo que esperaba.Claro, sabía que las armas de fuego están muy reguladas en Japón.
Pero eso no era lo que buscaba, al investigar posibles lugares de encuentro para mi cita con Rize, encontré un pequeño y encantador lugar en el subterráneo distrito 24. Claro que no fui en persona, pues me enteré por rumores y chismes interesantes.
Un lugar donde se puede comprar de todo, desde armas hasta quizás personas y dado que en este mundo hay un banquete patrocinado por Shu Tsukiyama donde los ghouls pueden comer humanos u otros ghouls, no debería sorprenderme que una pequeña organización venda armas de fuego y similares en el distrito más peligroso de todos.
Llegar allí fue sorprendentemente fácil, así que pude conseguir lo que quería, y también comprarlo. Lo difícil llegó al salir del distrito 24.
Cinco personas me siguieron durante media hora, todas vestidas con capas negras.
Así que decidí entrar en un callejón y luego en un edificio por una ventana rota, de pie junto a él, esperando con una leve sonrisa a que llegaran.
Y así fue solo un par de minutos después, pasaron por mi ventana, entrando en el largo callejón.
Casi me reí cuando empezaron a explicar sus motivos como si fuera una especie de anime shounen, hablando de lo que planeaban hacerme, y la verda solo sentí decepción.
Al parecer, planeaban violarme y luego venderme, no eran agentes de la organización "V" como pensaba, solo matones comunes.
Pero ya que estaban aquí, bien podría dar un ejemplo con ellos. Después de todo, quién sabe a cuánta gente han lastimado o lastimarán en el futuro.
Y si sus muertes me ayudan a determinar mi nivel de combate, bueno, es por una buena causa después de todo tal vez salve este mundo.
Pero por desgracia, estaban demasiado débiles; ni siquiera reaccionaron cuando caminé hacia ellos con una de mis últimas compras en la mano.
Los idiotas se dispersaron, buscándome por el callejón sin siquiera pensar en mirar en los edificios.
"Qué patético." Ni siquiera bajé la voz al hablar, pero ni siquiera entonces me notaron.
"¿Dónde se ha metido esa zorra?", murmura el hombre más cercano a mí, un hombre con el pelo decolorado como un personaje de NTR. "Cuando la encuentre."
Al igual que Kaneki, no me ve y peor aún, me da la espalda y para desgracia de él, hoy no buscaba una muerte rápida y silenciosa; buscaba poner a prueba mis habilidades.
Inhaló y pateó con fuerza. Mi patada le dio en la rótula derecha con un fuerte *Crack* que me llenó de satisfacción.
"¡AAAh!", grita, pero se calla enseguida al verme con un cuchillo en la mano. Apenas abre los ojos de par en par cuando mi cuchillo le penetra el ojo izquierdo y se le clava en el cerebro.
Los otros cuatro vienen corriendo por el grito, mientras yo ya estaba retorciendo la hoja del cuchillo dentro de su cráneo para poder sacarla sin dañar el filo.
Exhalo.
"Entonces, ¿quién sigue?" Mi sonrisa se ensancha y ellos retroceden un paso.
"¡Grosero!" La broma se me escapa de los labios mientras me acerco a mi siguiente objetivo.
Los cuatro restantes eran un hombre musculoso, un hombre gordo, un hombre delgado y, finalmente, una mujer pequeña que gritaba.
Inhalo una vez más con fuerza mientras agarro a la mujer por el pelo y la uso como escudo.
El golpe del hombre musculoso impacta con fuerza en el cráneo de la mujer, y siento que algo se rompe en su cabeza y deja de gritar, así que la suelto.
"¡Kairi, maldita gajin!" grita el Hombre Musculoso. "¡Voy a blurg!"
Por supuesto, no termina de hablar por que le doy un golpe con el puño izquierda en las costillas dejándolo sin aliento.
Retrocedo de un salto, esquivando la embestida del hombre gordo y levanto la mano derecha con el cuchillo con la punta hacia el suelo, solo bajo la mano con fuerza en una apuñalada.
El golpe no es mortal; con toda esa grasa, no golpeo nada importante, pero lo hace gritar y alejarse de mí y por desgracia se lleva mi cuchillo.
Exhalo una vez más.
"¡Takeo!", suelta un grito el hombre musculoso al ver al gordo herido, solo para saltar hacia mí una vez más. "A ver cómo te las arreglas sin tu cuchillo, perra".
"Tus gritos son muy molestos, ¿sabes?". Mi sonrisa no disminuye durante este jueguito; de hecho, la siento crecer aún más; después de todo, nunca he entrenado con un cuchillo.
El musculoso me ataca con la mano derecha apretada en un puño pero es difícil no darse cuenta de que confía en su tamaño, no en su fuerza para su trabajo.
"¡Jajaja!". Se me escapa la risa cuando atrapo su puño, y otro crujido satisfactorio sale de su mano. "Oye, cuando quieres golpear algo, no pones el pulgar debajo de los dedos, ¿ves?".
A diferencia de él, mi golpe impacta con fuerza en su mandíbula, y cae hacia atrás, aún consciente pero desorientado.
Mientras me acerco afanosamente a la mujer caída, le piso el cuello con fuerza antes de que pueda levantarse. No oigo nada romperse, pero sí siento que algo se desliza alrededor de su cuello, y cuando levanto el pie, no intenta levantarse de nuevo, ni siquiera se mueve.
Inhalo por tercera vez y sigo caminando. El tipo bajo da un paso atrás y se gira, intentando escapar.
Por desgracia para él yo soy mucho más rápida asi que antes de que pueda reaccionar, lo agarro del brazo y usando su propio peso lo lanzo de vuelta al callejón, donde cae sobre el posible cadáver de la mujer.
El tipo gordo, en cambio, consigue sacar el cuchillo de su espalda y salta sobre mí, blandiéndolo en su mano derecha como un auténtico aficionado.
"¡Toma esto!", grita como si estuviéramos en un anime.
"¡Un momento!", pienso antes de darme cuenta de algo muy importante.
"Estamos en un anime", me río un poco más al recordarlo mientras giro ligeramente a la izquierda, dejando que su puñalada pase de largo y su brazo roce mis pechos.
En esta posición, no puede golpearme con el brazo izquierdo, ya que estoy a su derecha, y con eso, solo tengo que recuperar mi cuchillo.
Agarro su muñeca con la mano derecha y la giro hacia afuera mientras mi mano izquierda atrapa el cuchillo que cae por el mango.
Lo sostengo en un agarre inverso y lo apuñalo hacia su pecho.
Exhalo al sentir fácilmente el cuchillo penetrando su pecho. Mi "aptitud intuitiva" me permite aprender en tiempo real, así que dirigir la hoja hacia la ubicación aproximada de su corazón es fácil.
Inhalo al sentir un ligero "pop" vibrar a través de la hoja del cuchillo y entrar en mi mano.
Algo que descubrí durante mi investigación médica es que el corazón, cuando se corta dentro del pecho, no se parte como otros músculos.
El corazón, aunque en realidad es un músculo, no es muy sólido en todo caso, es más como un globo de agua o como una gelatina, así que cuando apuñalé al gordo, fue fácil ver que su corazón explotó cuando mi cuchillo entró apenas unos centímetros en dicho músculo.
Exhalo mientras hago un giro de bailarina, sacando el cuchillo del cadáver que caía y lanzándolo con fuerza contra el hombre flaco. La hoja vuela en un arco perfecto hasta hundirse con fuerza en su estómago mientras apenas intenta levantarse.
Exhalo una última vez mientras agarro el mango del cuchillo antes de girar la hoja dentro de su estómago.
"No, no, para, aaaah, por favor", suplica, pero lo ignoro mientras giro la hoja hacia arriba para cortar su cuerpo, siento cómo la hoja sube por sus entrañas hasta llegar a su caja torácica. Solo entonces saco el cuchillo con fuerza y lo limpio con una sacudida y una pasada en su ropa antes de volver a guardarlo en su funda.
Ignoro sus últimos gorgoteos y camino hacia Musculoso.
"Dime, ¿a quién planeabas vender?" Solo cuando pregunto, mi sonrisa se desvanece mientras mira horrorizado los cuerpos de sus amigos. "Después de todo, odio a los violadores, ¿sabes?".
Grita, y pronto el callejón queda en silencio.
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Al día siguiente, Celestia dormía profundamente en su cama, vestida solo con una sencilla camiseta blanca sin mangas que no dejaba mucho a la imaginación, ya que se veían una buena parte de sus areolas rosadas. También llevaba una tanga roja que le llegaba hasta las caderas. La manta, en cambio, estaba olvidada al borde de la cama, casi tocando el suelo.
La luz del sol entraba a raudales por la ventana y le daba de lleno en la cara. Celestia se dio la vuelta para intentar dormir un poco más.
Solo unos segundos después, abrió los ojos al oír la alarma de su teléfono.
Derrotada, Celestia se sentó lentamente en el borde de la cama antes de estirar los brazos para estirar su espalda, lo que produjo un satisfactorio crujido.
Con un último bostezo, se levantó de la cama y fue al baño a prepararse; después de todo, hoy era un día importante.
"Mmm, nada como un baño para empezar el día". Esa es mi idea, y me mantengo firme, para ser sincero pensé que conseguir una cita con *Glotona* sería más difícil, pero fue extrañamente fácil la conversación fluyó con naturalidad y ella tenía una respuesta preparada para cada tema que tocaba, así que me conformé con escucharla divagar sobre algún libro que había leído, absorto en su hermosa voz.
"Ahora entiendo por qué Kaneki se enamoró de ella tan rápido. Casi me dan ganas de cambiar un par de planes para salvarla de los experimentos de Kanou." Lo pienso un momento, pero decido dejarlo para más tarde. "Casi me siento mal por saber cómo va a terminar nuestra cita."
Es una pena; es muy divertida, si no fuera porque intentara matarme en unas horas, habría estado feliz de empezar una relación un poco más seria con ella.
"Es realmente mi tipo, inteligente y sin miedo a ir tras lo que quiere." Sonrió al pensarlo. "Además, un poco loca."
"Estoy desesperada. Bueno, todavía tengo un par de preparativos para nuestra cita." No sonrió, pero pensé en el cuchillo de conbate que había habia comprado ayer "Después de todo, será una pena no darle un baile inolvidable, ¿verdad?"
Salir de la ducha y vestirme es un proceso lento y metódico. Me pongo la ropa que había preparado para la ocasión: bragas de encaje con un pequeño sujetador, pantalones blancos con bolsillos (un hallazgo afortunado) con un pequeño cinturón negro, y finalmente uno de los corsés de cuero negro que compré hace unos días. Este me cubre completamente el pecho y la espalda, pero deja una ventana en forma de diamante que deja ver un bonito escote y mis clavículas.
Para cuando terminé de vestirme, ya eran las 2:00 p. m. Hoy tuve el lujo de dormir medio día para estar lista para esta noche. El cuchillo super afiliado está guardado en una funda en mi espalda, debajo del corsé.
Lo último que decido llevar es una bolsita donde guardo la cartera y el móvil.
Pero, por impulso, también meto el libro de ayer; quién sabe, quizá me venga bien.
Con una última mirada a mi reflejo, sonrío y salgo de casa.
Nuestra cita estaba programada para las 15:00, pero llegar temprano es de buena educación.
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Llegué a nuestro punto de encuentro solo veinte minutos después, aún con 40 minutos de sobra, así que me senté a esperarla en un pequeño restaurante.
Una vez más, solo pedí un capuchino, que bebí de vez en cuando mientras esperaba. También leí un poco de mi libro, esta vez encontrando pasajes similares a cierta novela visual.
Saya no Uta fue una novela visual interesante, una que definitivamente mantendré lejos de mí hasta que sea mucho más fuerte, o tal vez simplemente nunca la visite.
"La especie de Saya puede viajar entre dimensiones, igual que yo." No puedo evitar hacer una mueca al pensarlo. "Bueno, enviaré ese miedo junto con el de Lovecraft."
"¿Qué es un lovecraftiano?" La pregunta me sorprende por un momento antes de sentir que alguien acerca su cabeza a la mía. "¿También es escritor?"
Resulta que mi cita me hizo la pregunta, aunque no me quejo porque cuando puso su cabeza junto a la mía, pude dentir sus pechos contra mi nuca.
Así que como un buen caballero se lo hago saber apoyando más la cabeza en su escote, se sonroja deliciosamente, pero le respondo antes de que pueda hablar en un susurro conspirativo.
"Es un escritor muy bueno; se especializa sobre todo en un nuevo género que lleva su nombre". No me aparto, pero tampoco me acerco a ella, esperando su reacción. "Lo llamaban el padre del horror cósmico, o, como es más conocido, horror lovecraftiano".
Sonrió cuando Rize se sonrojó aún más, y sentí un ligero rugido en su estómago.
"Jajaja, parece que alguien tiene hambre, y estaba preparando una atmósfera misteriosa". Mi risa repentina solo la hizo sonrojarse un poco más, momento en el que aprovechó para alejarse un poco y sentarse a mi lado.
"Qué gracioso, Astrea-san", responde secamente mientras se acomoda en su asiento. "Nunca había oído hablar de ese autor ni de ese género. No te lo estarás inventando, ¿verdad?"
Me río un poco más de la gente tan ignorante de este mundo, por lo que he descubierto hasta ahora, tiene su propia cultura, y muy pocas cosas son iguales a las de mi mundo original, así que no me sorprende que no conozca a Lovecraft, aunque da un poco de pena.
"No me lo he inventado. Lovecraft existe de verdad", le prometo con una sonrisa antes de dar un sorbo a mi café. "Llegas temprano, Kamishiro-san. Ya que tenemos tiempo, ¿quieres que te cuente un poco sobre uno de mis libros favoritos?"
Sonríe, y es una sonrisa realmente hermosa. "Me gustaría. A ver si ese género merece ese nombre".
Me acerco un poco más a ella, y ella, en cambio, presiona su pierna contra la mía.
"Bueno, el clásico sería *La Llamada de Cthulhu*", digo mientras veo mi café tomar formas extrañas, "pero creo que te gustaría más *La Cosa en el Umbral*".
Parpadea confundida. "¿Y por qué crees que me gustará más?".
Mi sonrisa se ensancha, adquiriendo un aire depredador. "Puedes llamarlo un sentimiento".
Y entonces le cuento una historia sobre un hombre llamado Edward Derby y su misteriosa esposa, Asenath Waite, cuyo matrimonio se ve destrozado por fuerzas sobrenaturales.
No me equivoco; la historia la cautiva casi desde el principio. Al fin y al cabo, la elegí para que conectara con nuestra situación actual: ella es el monstruo y yo soy la persona desprevenida que cayó en sus garras.
Absorta, no se da cuenta de cómo se acerca más a mí cuanto más escucha.
Nuestra merienda solo se detiene un momento mientras pedimos: un trozo de carne para mí (un poco quemada en lo bordes para mí). Y dos sándwiches para ella.
Por supuesto, finjo no darme cuenta de lo rápido que come antes de ir al baño a vomitar.
Salimos del restaurante sobre las 17:00. Yo sonreía al poder hablar de uno de mis libros favoritos y ella, encantada de escucharme atentamente.
Evito fijarme en su cara de hambre mientras caminamos por la plaza, y también ignoro cómo se lame los labios cuando me acerco demasiado.
No compro nada; después de todo, puede que se pierda durante nuestra pelea más tarde.
Pero sí le compro a Rize un collar bonito con una pequeña gema azul.
Pero todo lo bueno se acaba, y nuestra cita casi termina cuando el reloj marca las 19:15 y ella habla.
"Mi casa está allí". Señala un callejón oscuro. Le sonrío y la sigo, aunque noto que el destino es un poco extraño, después de todo es el mismo callejón del anime, y Touka Kirishima pasa junto a nosotros igual que en el anime. Le sonrío y la sigo a la*Glotona* hacia la oscuridad del callejón.
Caminamos un buen rato en silencio, la zona en construcción a menos de dos calles de nosotros.
"Me divertí mucho hoy, Astrea-san", empieza, pero la interrumpo, pidiéndole que me llame Celestia.
Al fin y al cabo, la formalidad no tiene cabida en un combate.
"Entonces te llamaré Celestia. Me divertí mucho hoy, tu historia fue muy interesante y buscaré a ese autor algún día, pero...", me interrumpe mientras me abraza con fuerza. Su busto está bajo el mío, su rostro hundido en mi escote.
"Uf", resoplé al sentir que la tercera estrella se movía ligeramente, pero decido ignorarla y abrazar a Rize con fuerza mientras sonreía con tristeza, mirandola entre mis pechos.
"Celestia, yo..." Se detiene de nuevo cuando la beso suavemente, y sonrío mientras hablo al separarnos.
"Rize, ¿me vas a comer?", pregunto, aflojando un poco nuestro abrazo.
Ella, por su parte, se queda quieta antes de que sus ojos se cubran de negro y rojo con su kakugan. No sonríe, pero pregunta: "¿Cómo te diste cuenta?".
"Cada vez que me mirabas de reojo, o cuando creías que no te veía, te lamías los labios", respondo con una risa, y se sonroja un poco al continuar. "Fue bastante sexy, la verdad".
"¿Por qué no te escapaste?" Me encojo de hombros ante su pregunta. No podía decirle que llevaba toda la semana esperando este momento, ¿verdad?
"Me lo he pasado genial hoy, Celestial", reafirma, mordiéndome suavemente el pecho izquierdo, casi con cariño, y un hilillo de sangre cae de donde muerde. "Eres muy interesante. Si hubieras nacido ghoul, las cosas serían diferentes ahora".
Ignoro su comentario. Después de todo, si todo va bien esta noche, seré un ghoul en los próximos días, como muy tarde.
Pero a lo que presto atención es a cómo vibra la estrella magenta junto a mi corazón, casi como si ronroneara.
"¡Glup!" Traga el pequeño trozo de carne que tenía en la boca de mi pecho y con un gemido dice: "Mmm, estás realmente deliciosa, Celestia".
"Pero, por favor, corre. No te seguiré durante diez segundos por gratitud por la maravillosa tarde que me has regalado". Sonríe, pero ya no es tierna; ahora tiene una cualidad depredadora llena de un hambre insaciable.
Con mi mano derecha, juego con el collar que le regalé. Estaba entre sus pechos, y solo puedo suspirar al sentir su suave piel.
"Uno", cuento en voz baja antes de correr hacia la obra.
"Dos", la oigo contar detrás de mí antes de entrar en la zona de construcción. "Tres".
Miro a un lado y luego hacia arriba, intentando parecer desorientada.
"(Ahí)" Justo encima de la grúa, veo a una persona de pie con una llave inglesa en la mano e intento no sonreír ni parecer obvio mientras lo veo. -(Jason Yamori)-
Y justo a tiempo, porque cuento hasta diez cuando estoy casi bajo las vigas de acero.
"Siento que no hayas podido escapar, Celestia". Entra silenciosamente por la misma entrada que yo, con el rostro y la voz sinceramente arrepentidos.
Y entonces doy un paso a la derecha, saliendo de debajo de las vigas tambien dejo caer mi mochila y saco el cuchillo de debajo de mi corsé.
"Sí, bueno, diez segundos no fue mucho tiempo para empezar, Rize", respondo y ella mira el cuchillo en mi mano confundida -"¿Celestia siempre tuviste eso?".
Le devuelvo la sonrisa, y ella ríe encantada mientras sus tentáculos Rinkaku emergen de su espalda.
"Desafortunadamente, no encontré un buen lugar para bailar, así que, Rize, ¿me concedes este baile?". Hago un pequeño gesto, extendiendo mi mano derecha.
Parpadea y asiente antes de saltar hacia mí.
"(Es muy rápida)". Y lo es. En un abrir y cerrar de ojos, ya está sobre mí, con uno de sus Rinkaku en mi cara, apuntando directo a mi ojo derecho.
Apenas logro esquivarlo girando la cabeza mientras logro desviar ligeramente otro de sus Rinkaku con mi cuchillo. El sonido de un agudo "Shhh" me hace escupir el filo de mi cuchillo, sin siquiera arañarla.
"-(Si quiero golpearla, tendré que acercarme)-" Reflexiono mientras esquivo de nuevo al primer Rinkaku, y tengo suerte porque solo ataca con dos, mientras que mantiene tres más detrás de su espalda que a su vez la mantienen en el aire.
Doblo ligeramente las rodillas para ganar velocidad antes de correr hacia ella, dejando que uno de sus Rinkaku me golpee, dejándome solo una herida leve en el costado. La sorprendo usando su otro Rinkaku como camino improvisado, corriendo sobre él.
Abre los ojos de par en par cuando mi cuchillo le da en el cuello, justo en la carótida. Claro, mi cuchillo no le hace nada, pero ese no es el punto, y ella lo sabe.
Dos Rinkaku más se unen a los dos primeros como consecuencia y me atacan con mucha más velocidad y fuerza. Esta vez, no logro esquivar uno que me golpea como un latigazo en el estómago y me lanza contra un soporte, lo que significa que nuestro baile está llegando a su fin.
"Tos." La sangre que escupo no es como en las películas. En realidad es menos, pero quema al salir de mi garganta, dejando un fuerte sabor a hierro.
El último golpe me rompió dos costillas del lado derecho, una de las cuales me perforó el pulmón.
Pero, con mis últimas fuerzas, logro levantarme y caminar hacia Rize, que está a un paso de estar bajo las vigas.
Me levanto y camino para estar frente a ella y le lanzo un golpe con el brazo izquierdo. Lo esquiva, por supuesto, pero no ve cómo le lanzo el cuchillo con la mano derecha, e inesperadamente, le da de nuevo en el cuello.
"Dos de dos, Rize, tienes suerte de que no pudiera hacerte daño". La sangre vuelve a brotar de mi boca mientras su Rinkaku me atraviesa el estómago y me levanta como un trofeo.
"Celestia, eres realmente increíble. ¿Lo sabías?". No sonríe mientras me lanza una vez más contra la viga de soporte.
Y una vez más siento que algo se rompe dentro de mí, solo que esta vez creo que es algo un poco más importante.
Rize, por su parte, da el último paso para situarse justo debajo de las vigas de acero.
"Casi no quiero comerte, Celestia, pero hueles muy bien". Da otro paso y lo escucho, como los soportes se rompen.
Levanto la vista y veo las vigas de acero caer sobre una sorprendida Rize, que intenta esquivarlas, pero no lo consigue. Cuando el polvo se asienta, se encuentra aplastada bajo las vigas, aún consciente, mirándome fijamente. Dice algo, pero no la entiendo; mis oídos están ocupados por el latido de mi corazón.
Y es justo cuando estoy a punto de perder el conocimiento que las vuelvo a ver, tan brillantes y nítidas como la primera vez.
Las cadenas de mi estrella magenta emergen de mi cuerpo y atraviesan el cuerpo de Rize, haciéndola gritar.
Escupo sangre una vez más mientras me arrastro hacia ella. Cuanto más lo hago, más se mueve la estrella en mi pecho. Solo cuando toco su mano ensangrentada escucho una voz.
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Cierro los ojos, pero sin perder la consciencia por completo, me encuentro en el limbo.
"Jaja, así que la humana sobrevivió. ¿Qué hago contigo?" Alguien habla. Sé quién es, pero no puedo concentrarme.
"Bueno, el buen doctor podría encontrarte útil." Oigo sus pasos alejándose y me hundo más en la oscuridad.
Cuando vuelvo un poco a mis sentidos, oigo voces.
"Sus órganos están gravemente dañados." La voz es difícil de oír; el traqueteo de las cadenas es mucho más fuerte.
"Prepárense para un trasplante de órganos", ordena una voz fuerte, y las cadenas se detienen un momento antes de traquetear aún más fuerte.
"Doctor Kanou, no tenemos el consentimiento de la familia", responde una mujer.
"Yo me hago responsable", decide el hombre.
"No tenemos los órganos listos, Doctor Kanou", suplica otra voz.
"Hay algunos listos", responde el hombre. "Trasplantaré los órganos de la otra chica según sus credenciales. Ambas son compatibles sanguíneamente", ordena. Entonces siento calor.
Las cadenas se detienen por completo, pero siento que se conectan con algo más.
Siento que alguien me abraza. También siento pechos en mi espalda y respiración en mi cuello.
Luego nada. Me quedo dormida y no sé nada más.
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Con Celestia inconsciente, nadie más puede ver cómo las cadenas se enroscan alrededor del cuerpo de Rize.
Y mucho menos ver cómo entran en el cuerpo de la ghoul, tomando parte de su alma y depositandola en el cuerpo de Celestia.
Nadie puede notar cómo las cadenas tambien toman un poco de la luz multicolor de Celestia y la depositan en el cuerpo de Rize.
Pero ¿qué es lo peor que podría pasar?
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Y aparece la última estrella. 🥳
Bueno, no es como si una pequeña interacción con dicha estrella arruinara los planes de Celestia, ¿verdad? ☺️☺️
