Capítulo 102 – Día de Descanso 15 (Parte 2)
El comedor ya estaba vacío cuando Cody salió. Heather se había marchado tras aquella charla incómoda, y los demás se habían dispersado con un aire apagado. En la puerta lo esperaba Gwen, tranquila, como si supiera que él no quería quedarse rodeado de la tensión del grupo.
Cody la miró y, sin pensarlo demasiado, dijo:
"¿Quieres ir al lago? Podemos tomar el bote y alejarnos un rato."
Gwen sonrió suavemente. "Claro."
Minutos después, los dos estaban en un bote de remos, alejándose del muelle. El agua reflejaba el cielo azul y el sonido de los remos marcaba un ritmo constante. Cody había traído una bolsa con bocadillos que había guardado de la cocina: galletas saladas, un par de manzanas y una botella de agua. Gwen aceptó una galleta y se recostó en el borde del bote, mirando el reflejo del sol sobre el lago.
El silencio inicial fue cómodo, pero Gwen no tardó en tocar el tema que flotaba en el aire.
"Lo de Leshawna… fue fuerte. Se notó en el desayuno. Se sentó lejos de ti, y no dijo nada."
Cody mordió una manzana y siguió remando. "Sí, lo noté. Pero no me interesa arreglarlo."
Gwen lo miró con cierta sorpresa. "¿No quieres hablar con ella? Podrías intentar aclarar las cosas. Al menos para que no se quede esa tensión."
Cody negó con la cabeza, firme. "No tengo nada que disculpar. Ella encerró a Heather en el refrigerador, y yo no iba a quedarme callado. Nos gritamos, sí, pero no pienso retractarme. Si está molesta, es su problema."
Gwen suspiró, jugando con la galleta entre los dedos. "Entiendo tu punto. Solo… no quiero que esto divida al grupo. Leshawna es fuerte, y tú también. Cuando chocan, todo se resiente."
Cody la miró directamente, con calma. "No busco su perdón, Gwen. No me interesa. Si ella quiere seguir molesta, que lo haga. Yo no voy a cambiar lo que pienso."
El bote siguió avanzando lentamente. Gwen se quedó pensativa, mirando el agua. Sabía que Cody hablaba en serio, que no estaba dispuesto a ceder en algo que consideraba injusto. Ella quería mediar, pero también entendía que no podía forzar una reconciliación.
"Bueno," dijo finalmente, con voz más suave, "al menos sabes que yo estoy de tu lado. Lo que hiciste fue arriesgado, pero va contigo, aunque yo odie a Heather tambien."
Cody sonrió, aliviado por sus palabras. "Gracias, Gwen. Eso sí me importa."
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El bote se desliza suavemente sobre el agua, meciéndose con cada movimiento de los remos. Cody rema despacio, sin prisa, disfrutando del reflejo del sol sobre el lago. Frente a él, Gwen se acomoda con una galleta en la mano, dejando que la brisa le acaricie el cabello.
"Está perfecto aquí," dice ella, con voz tranquila, mirando cómo la luz se quiebra en destellos sobre la superficie.
"Por eso te traje," responde Cody, apoyando los remos para dejar que el bote se balancee solo. "Quería un lugar donde todo se sintiera más simple."
Gwen arquea una ceja, divertida. "¿Eso fue un intento de sonar romántico?"
Cody sonríe. "Tal vez. ¿Funcionó?"
Ella lo observa fijamente, con esa chispa en los ojos que mezcla ironía y complicidad. "Un poco."
El silencio que sigue no es incómodo. Gwen muerde la galleta, Cody toma una manzana y ambos se relajan, compartiendo los bocadillos como si fueran parte natural del paseo. El bote se detiene en medio del lago, meciéndose suavemente.
Gwen deja que sus dedos rocen el agua. "Me gusta que hayas pensado en esto. Es… diferente."
Cody la mira, inclinándose apenas hacia adelante. "Quería estar contigo. Nada más."
La corriente acerca el bote un poco más. Gwen se inclina hacia él, Cody también. La distancia se reduce, y sus miradas se sostienen sin necesidad de palabras.
"Cody…" murmura Gwen, pero él la interrumpe con una sonrisa.
"No digas nada."
Ella se acerca lentamente, y sus labios se encuentran en un beso suave, breve, cargado de complicidad. El lago, el sol y el silencio se convierten en el marco perfecto.
Cuando se separan, Gwen lo mira con un gesto juguetón. "No estuvo mal."
Cody ríe. "¿Solo 'no estuvo mal'?"
Gwen finge pensarlo. "Tal vez un poco mejor que eso."
El bote sigue meciéndose mientras ellos se acomodan más cerca. Gwen apoya la cabeza en el hombro de Cody, y él la rodea con un brazo. Hablan de cosas ligeras: música, películas, sueños, bromas pequeñas. Cada palabra está acompañada de miradas y sonrisas que refuerzan la intimidad del momento.
El sol comienza a descender, tiñendo el lago de tonos anaranjados. Cody toma los remos y guía el bote de regreso a la orilla. Gwen lo observa en silencio, con una expresión tranquila, disfrutando de cada segundo.
"Gracias por invitarme," dice ella.
Cody la mira, sorprendido. "¿Por qué me agradeces?"
"Porque necesitaba esto," responde Gwen. "Un momento lejos de todo, solo nosotros."
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El bote se balanceaba suavemente en medio del lago, con el sol descendiendo y tiñendo el agua de tonos dorados y anaranjados. Cody había dejado los remos a un lado, permitiendo que la corriente hiciera el trabajo de mantenerlos flotando. Gwen, sentada frente a él, se acomodaba con tranquilidad, disfrutando del silencio y del aire fresco.
Cody respiró hondo, como si estuviera preparando algo especial. Gwen lo notó de inmediato: esa manera en que él bajaba la mirada, como si estuviera organizando sus pensamientos, siempre era señal de que algo estaba por suceder.
De pronto, Cody sacó un pequeño ukelele que había guardado en la bolsa junto a los bocadillos. Gwen arqueó una ceja, sorprendida.
"¿Tenías eso escondido?" preguntó, con una sonrisa divertida.
Cody asintió, un poco nervioso. "Lo traje porque… quería tocarte algo."
Gwen lo miró con curiosidad, inclinándose hacia adelante. "¿Tocar algo? ¿Aquí, en medio del lago?"
"Sí," respondió Cody, ajustando las cuerdas del ukelele. "Pensé que sería el momento perfecto."
Gwen se recostó un poco, cruzando los brazos, pero con una sonrisa que delataba su interés. "Está bien, sorpréndeme."
Cody acomodó el instrumento en su regazo, probó un par de acordes, y luego comenzó a tocar. El sonido del ukelele llenó el aire, suave y cálido, mezclándose con el murmullo del agua. Gwen abrió los ojos con sorpresa, y poco a poco su expresión cambió: primero una sonrisa ligera, luego una mirada fija en Cody, como si quisiera capturar cada detalle de lo que estaba haciendo.
Entonces, Cody comenzó a cantar. [Kiss Me Slowly - Parachute]
"Stay with me, baby stay with me
Tonight don't leave me alone
Walk with me, come and walk with me
To the edge of all we've ever known"
Gwen parpadeó, y sus labios se curvaron en una sonrisa más amplia. El sonido de su voz, acompañado por el ritmo delicado del ukelele, la envolvió. Sus ojos se movieron hacia las manos de Cody, siguiendo el movimiento ágil de sus dedos sobre las cuerdas. Luego volvió a mirarlo a la cara, observando cómo cerraba los ojos en algunos versos, entregándose por completo a la canción.
"I can see you there with the city lights
Fourteenth floor, pale blue eyes
I can breathe you in"
Gwen inclinó la cabeza hacia un lado, como si quisiera escuchar mejor. Sus ojos brillaban con la luz del atardecer, y cada vez que Cody pronunciaba una frase, ella reaccionaba con pequeños gestos: una sonrisa que aparecía y desaparecía, un leve movimiento de sus labios como si quisiera cantar junto a él, o un suspiro que escapaba sin que pudiera evitarlo.
"Two shadows standing by the bedroom door
No, I could not want you more than I did right then
As our heads leaned in"
El bote se mecía suavemente, y Gwen se acomodó más cerca, apoyando los brazos sobre sus rodillas. Sus ojos no se apartaban de Cody. Había algo en su mirada que mezclaba ternura y sorpresa, como si no hubiera esperado que él se atreviera a hacer algo tan íntimo.
Cada acorde parecía acercarlos más. Gwen mordió suavemente su labio inferior, un gesto involuntario que revelaba lo mucho que estaba sintiendo. Sus mejillas se tiñeron de un leve rubor, apenas perceptible bajo la luz del sol que caía.
"Well, I'm not sure what this is gonna be
But with my eyes closed all I see is the skyline, through the window
The moon above you and the streets below
Hold my breath as you're moving in
Taste your lips and feel your skin
When the time comes, baby don't run, just kiss me slowly"
Gwen cerró los ojos por un instante, dejándose llevar por la música. Cuando los abrió, lo miró directamente, y esa mirada fue distinta: más intensa, más profunda. Cody la notó, y aunque siguió tocando, su corazón latía con fuerza.
El ukelele vibraba en sus manos, y la voz de Cody llenaba el aire con cada verso. Gwen sonrió de nuevo, esta vez más amplia, y dejó escapar una pequeña risa nerviosa, como si la emoción la desbordara.
"Stay with me, baby stay with me
Tonight don't leave me alone
She shows me everything she used to know
Picture frames and country roads"
Sus dedos jugaron con el borde del bote, trazando círculos sobre la madera. Sus ojos se movían entre las manos de Cody y su rostro, como si quisiera grabar cada detalle en su memoria.
Cuando Cody llegó al estribillo, Gwen se llevó una mano al pecho, como si la música hubiera tocado algo dentro de ella. Sus labios se abrieron ligeramente, y por un instante pareció contener la respiración.
"When the days were long & the world was small
She stood by as it fell apartSeparate rooms and broken hearts
But I won't be the one to let you go"
El sol descendía más, y el lago se teñía de tonos rojos y dorados. Gwen se inclinó hacia adelante, acercándose un poco más a Cody. Sus ojos brillaban, y cada vez que él cantaba una frase, ella reaccionaba con un gesto distinto: una sonrisa, un movimiento de cabeza, un parpadeo lento.
"Oh, I'm not sure what this is gonna be
But with my eyes closed all I see is the skyline, through the window
The moon above you and the streets below
Hold my breath as you're moving in
Taste your lips and feel your skin
When the time comes, baby don't run, just kiss me slowly"
.....
Cody terminó la última parte con un acorde suave, dejando que el sonido se desvaneciera en el aire. Gwen lo miró en silencio, con los ojos fijos en él, y luego sonrió de una manera que no había mostrado antes: una sonrisa sincera, cargada de emoción.
"Eso fue…" comenzó, pero se detuvo, como si no encontrara las palabras.
Cody bajó el ukelele, nervioso. "¿Eso fue… qué?"
Gwen lo miró fijamente, y sus ojos se suavizaron. "Eso fue hermoso."
El silencio volvió, pero ahora estaba lleno de significado. Gwen se inclinó hacia adelante, despacio, y Cody hizo lo mismo. Sus miradas se encontraron, y sin necesidad de palabras, sus labios se unieron en un beso lento, delicado, que parecía prolongar la música que aún flotaba en el aire.
El bote se mecía suavemente, y el lago se convirtió en el escenario perfecto para ese momento. Gwen cerró los ojos, disfrutando del beso, mientras Cody la sostenía con cuidado, como si temiera romper la magia.
Gwen bajó la mirada, aún sonriendo, y luego volvió a mirarlo. Sus ojos brillaban, y cada gesto suyo reflejaba la emoción que había sentido durante la canción.
El resto del paseo se convirtió en una extensión de ese instante. Gwen se acomodó junto a Cody, apoyando la cabeza en su hombro. Sus ojos se movían hacia el ukelele de vez en cuando, como si recordara cada acorde. Sonreía en silencio, y cada tanto lo miraba de reojo, con esa chispa que mezclaba ternura y atracción.
Cody, por su parte, no dejaba de observarla. Cada reacción de Gwen durante la canción había quedado grabada en su mente: la manera en que sonreía, cómo sus ojos se movían, cómo mordía su labio, cómo se llevaba la mano al pecho. Todo eso era más valioso que cualquier aplauso.
El sol terminó de descender, y el lago se oscureció lentamente. Pero para ellos, el mundo seguía iluminado por la música, por la sonrisa de Gwen, y por el beso que había sellado la cita.
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El bote regresó lentamente hacia la orilla, meciéndose con suavidad mientras Cody remaba. Gwen, aún con una sonrisa ligera en los labios, lo observaba en silencio, disfrutando de la calma que habían compartido. Cuando tocaron tierra, ambos se levantaron y caminaron juntos hacia el muelle.
Allí los esperaban Noah y Owen, sentados sobre la madera como si hubieran estado aguardando todo el tiempo. Owen agitó la mano con entusiasmo, mientras Noah se limitó a levantar una ceja, con su expresión habitual de sarcasmo.
"Ya era hora," dijo Noah, cruzando los brazos. "Pensábamos que se iban a quedar flotando hasta mañana."
Owen añadió con una carcajada: "¡Y yo ya estaba planeando ir a rescatarlos con una cuerda!"
Cody sonrió, sin molestarse por la broma. "¿Qué están tramando?"
Noah se levantó y se sacudió el polvo de los pantalones. "Un evento. Bueno, más bien… una actividad para pasar el rato. Como hoy decidiste no organizar nada, Owen y yo pensamos que sería divertido."
Owen asintió con entusiasmo. "¡Charadas! Una noche completa de charadas. Equipos, risas, todo. ¿Qué dices?"
Gwen arqueó una ceja, divertida. "¿Charadas? Suena… interesante."
Cody miró a los dos, y aunque no estaba en humor de organizar nada, la idea le pareció ligera, sin complicaciones. "Está bien. Pero si vamos a hacerlo, invitemos a alguien más."
En ese momento, Lindsay apareció caminando desde la cabaña, con su energía despreocupada y una sonrisa radiante. Cody levantó la mano para llamarla.
"¡Lindsay! Ven con nosotros. Vamos a jugar charadas."
Ella se acercó de inmediato, emocionada. "¡Me encantan las charadas! Soy buenísima adivinando, aunque a veces me confundo con las palabras… pero igual es divertido."
Owen aplaudió como si ya hubieran ganado. "¡Perfecto! Ahora somos cinco. Esto va a ser épico."
El grupo se dirigió hacia el área común, donde improvisaron un espacio para jugar. Noah tomó el rol de moderador, Owen se encargó de traer papel y lápiz para escribir las frases, y Lindsay se sentó en el suelo, lista para participar. Gwen y Cody se acomodaron juntos, intercambiando miradas cómplices.
La noche cayó lentamente, y las luces del campamento apenas iluminaban el círculo que habían formado. El ambiente era distinto al de los eventos habituales: no había presión, ni reglas estrictas, ni competencia feroz. Solo risas, bromas y la expectativa de pasar un buen rato.
Noah explicó las reglas con su tono sarcástico: "Uno actúa, los demás adivinan. No se habla, no se hacen sonidos. Solo gestos. Y sí, Owen, eso significa que no puedes cantar mientras actúas."
Owen puso cara de decepción, pero luego se rió. "¡Está bien! Pero voy a ser el mejor actor de todos."
El primer turno fue de Lindsay. Se levantó con entusiasmo, tomó un papel y lo leyó en silencio. Luego comenzó a mover los brazos exageradamente, como si estuviera nadando. Owen gritó: "¡Un pez!" Gwen negó con la cabeza. Cody observó con atención y dijo: "¿Nadando?" Lindsay asintió con fuerza, y Noah anunció: "Correcto."
Las risas estallaron. Lindsay se sentó de nuevo, feliz de haber logrado que lo adivinaran.
Después fue el turno de Owen. Se levantó, miró el papel y comenzó a hacer movimientos extraños con las manos, como si sostuviera algo pesado. Gwen lo miró confundida, Cody intentó adivinar: "¿Un saco de papas?" Owen negó con la cabeza. Lindsay gritó: "¡Un oso!" Noah suspiró. "Era un piano. Owen, eso parecía cualquier cosa menos un piano."
El grupo volvió a reír, y Owen se dejó caer al suelo fingiendo derrota.
Cuando le tocó a Cody, se levantó con calma, tomó un papel y lo leyó. Luego comenzó a moverse con gestos precisos, como si estuviera tocando un instrumento invisible. Gwen lo miró fijamente, y con una sonrisa dijo: "Un ukelele." Cody asintió, y todos celebraron.
La noche avanzó entre rondas de charadas, risas y bromas. Lindsay se confundía constantemente, pero su entusiasmo contagiaba a todos. Owen exageraba cada actuación, convirtiéndola en un espectáculo cómico. Noah mantenía su sarcasmo, pero no podía ocultar que también se divertía. Gwen y Cody compartían miradas y sonrisas cada vez que uno adivinaba lo del otro, como si jugar juntos reforzara la complicidad que habían construido en el lago.
El juego se convirtió en más que una simple actividad: fue un momento de unión, de descanso, de alegría compartida. Y aunque Cody no había querido organizar nada ese día, la iniciativa de Noah y Owen había logrado que la noche terminara con risas en lugar de silencios tensos.
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