Una mañana más en Velkan, la ciudad que poco a poco se debilita y se convierte en el blanco de las ambiciones de sus dos vecinas, Cresthaven y Radmire. Ambas ven la oportunidad de expandirse, pero saben que deben actuar con cautela. Por ahora, solo esperan el momento adecuado.
Sofía despertó agitada, su corazón latía con fuerza. Había tenido un sueño extraño: ella y sus amigos estaban tomados de la mano, un espiral en el cielo giraba, irradiando energía. No sabía qué significaba, pero la sensación era intensa.
"Que sueño tan raro..." murmuró, sentándose en la cama mientras sentía el persistente dolor de cabeza. "Debe ser por haberme metido en ese laboratorio..." suspiró, frotándose las sienes.
Mientras tanto, sus amigos Lilian, Carlos, Moisés y David también despertaban con una extraña sensación. Se sentían mejor, pero a ratos su cuerpo no respondía como querían, como si estuvieran adaptándose a algo nuevo.
En otra parte de la ciudad, los padres de Ryan, Ethan y Claire Hawthorne, estaban cada vez más desesperados. En la estación de policía, hablaban con el oficial a cargo.
Ethan: "Ha pasado un día entero, ¡y no hay ni una sola noticia de mi hijo!"
Oficial: "Señor Hawthorne, entendemos su preocupación, pero estamos manejando varios casos urgentes en la ciudad."
Claire: "¡Mi hijo no es un caso más! Necesitamos que lo encuentren."
El oficial suspiró, revisando sus notas. "Estamos haciendo todo lo posible. Avisaremos si hay novedades."
Mientras tanto, Karla, Clarence y Stiven estaban en el hospital. Sus padres los habían llevado al médico tras notar que no se veían bien. Aunque los análisis aún no arrojaban respuestas claras, algo en ellos había cambiado.
El alcalde de Velkan se sobresaltó al recibir una carta oficial de Cresthaven y Radmire. La leyó con el ceño fruncido:
"Ante los recientes sucesos, recomendamos a la ciudad de Velkan reforzar su seguridad. La inestabilidad y la pérdida de recursos podrían atraer problemas mayores."
"Están observándonos..." pensó. "Nos ven débiles."
Mientras el alcalde meditaba sobre la situación, en Cresthaven y Radmire, una reunión secreta se llevaba a cabo entre figuras de poder.
Líder de Cresthaven: "Ya casi será nuestra esa ciudad."
Líder de Radmire: "Es solo cuestión de tiempo. Dejemos que su debilidad se intensifique, y cuando estén al borde del colapso, haremos algo mejor con Velkan."
La noche cayó sobre Velkan, una más de incertidumbre y tensión, mientras los ciudadanos dormían sin saber lo que se avecinaba.
El alcalde de Velkan no había podido dormir bien. Sabía que la amenaza no era solo una suposición; era real. Las ciudades vecinas no perderían la oportunidad de apoderarse de Velkan si tenían la más mínima posibilidad.
Mientras tanto, los padres de Ryan seguían exigiendo respuestas. En la estación de policía, un oficial intentaba calmarlos.
Oficial: "Hemos enviado patrullas a los alrededores, pero aún no encontramos nada."
Ethan: "¡No voy a quedarme de brazos cruzados! Si ustedes no pueden encontrarlo, lo haré yo."
Por otro lado, en el hospital, el doctor que atendía a Karla, Clarence y Stiven finalmente tenía un diagnóstico.
Doctor: "Necesito que vengan sus padres. Hay algo en sus cuerpos que no es normal."
Velkan amaneció en un tenso silencio. El reloj avanzaba, y con cada segundo, el destino de la ciudad se acercaba a un punto de quiebre. Algo estaba por suceder, algo que cambiaría todo para siempre.
Un nuevo día en Velkan, las cosas se hacen cada vez más difíciles para el alcalde y los padres desesperados por respuestas. Algunos buscan al Dr. con la esperanza de obtener noticias, mientras que otros siguen sin pistas sobre Ryan.
Moisés se levanta repentinamente, sintiéndose más activo y lleno de energía.
Moisés: "¡Pero qué es esto! Me siento... diferente."
Toma su teléfono y llama a sus amigos. Carlos, David, Lilian y Sofía responden, todos sintiéndose de la misma manera.
Carlos: "Yo también me siento igual... es como si no me cansara."
David: "Esto es raro. Vine corriendo desde mi casa y ni siquiera estoy agitado."
Sofía: "Tal vez tenga que ver con lo que nos pasó en el laboratorio."
Moisés: "Sea lo que sea, mejor concentrémonos en encontrar a Ryan. Nos vemos en su casa."
Mientras tanto, la madre de Karla llega al consultorio del Dr. buscando respuestas.
Madre de Karla: "Doctor, ¿qué le sucede a mi hija?"
Dr.: "Esperemos a que lleguen los otros padres. No es la única que presenta estos síntomas. Cuando estén todos aquí, daré mi diagnóstico. Tenga paciencia."
Los padres de Ryan, Ethan y Claire Hawthorne, siguen sin recibir noticias de su hijo. Su hermano menor, Erik, pregunta a sus compañeros de escuela si lo han visto, pero nadie tiene respuestas.
Los cinco amigos llegan a la casa de Ryan y tocan la puerta, pero no encuentran a nadie.
Lilian: "No hay señales de ellos... esto es preocupante."
David: "¿Y si vamos a la comisaría? Tal vez tengan información."
El alcalde de Velkan recibe otra carta de Cresthaven y Radmire. Su asistente se la entrega con nerviosismo.
Asistente: "Señor, llegó otra carta..."
El alcalde la lee con manos temblorosas.
"En 24 horas, si no refuerzan la seguridad de la ciudad, enviaremos drones y soldados para intervenir en los casos recientes y en la formación de Velkan."
El alcalde sabe que esto es más que una advertencia: si no actúa, lo despedirán y Velkan pasará a ser controlada por sus vecinas.
En la consulta médica, el Dr. finalmente da su diagnóstico a los padres de Karla, Clarence y Stiven.
Dr.: "Sus hijos presentan signos de contaminación por radiación. Hemos hecho lo posible para estabilizarlos, pero lo mejor será trasladarlos a un hospital más avanzado."
Los padres, angustiados, aceptan sin dudar. Sin embargo, el doctor recibe una llamada poco después.
Dr.: "Sí, todo está en orden. Ya informé a los padres."
Voz en el teléfono: "Bien. Llévenselos. ¿Ya recibió su recompensa?"
Dr.: "Sí, todo llegó a mi cuenta. Muchas gracias por confiar en mí."
El doctor cuelga, sin remordimientos. Ha vendido a los chicos, sabiendo que no los llevarán a un hospital, sino a un laboratorio donde experimentarán con ellos para descubrir el potencial que ha despertado la radiación en sus cuerpos.
Mientras tanto, en Cresthaven y Radmire, los mejores científicos y doctores se reunieron para analizar a los tres chicos que, a diferencia de otros pacientes expuestos a la radiación, parecían estar inusualmente estables, casi como si una fuente inagotable de energía los mantuviera en un estado de vigilia constante. A pesar de permanecer en cama, su actividad cerebral y signos vitales eran sorprendentes.
Los mayores de Cresthaven y Radmire recibieron el primer informe sobre ellos:
"Los chicos parecen estar recibiendo una energía desconocida, una fuerza que no se agota. Les hemos extraído sangre y realizado múltiples pruebas en su organismo, pero los resultados son desconcertantes. No hay signos de desgaste ni afectaciones graves. Mañana comenzaremos con una serie de ejercicios y pruebas más rigurosas para evaluar su resistencia y descubrir el origen de esta anomalía."
Con esta información en sus manos, los líderes de ambas ciudades sabían que estos chicos podrían ser la clave para algo mucho más grande, algo que valía la pena estudiar... o explotar.
La noche avanza, y con ella, el destino de Velkan se vuelve cada vez más incierto.
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