Cherreads

Chapter 86 - El Cumpleaños de Aiko

15 de diciembre de 2018

El frío de la noche calaba los huesos, pero la pequeña fogata de Llamas del Ocaso que habían encendido brindaba algo de calor antinatural. Aiko Ishikawa se encontraba sentada con los brazos cruzados, apoyada en el tronco de un pino, sin decir nada. Volkhov notó que parecía molesta, o quizá simplemente, triste.

Ryuusei se acercó a ella con una sonrisa burlona, el fuego negro proyectando sombras largas en su rostro.

—¿Qué pasa, Aiko? ¿Acaso olvidaste que hoy es un día especial?

La chica bufó y apartó la mirada hacia las estrellas.

—Como si importara. Estamos en medio de un maldito bosque en Rusia. Acabamos de desmembrar a un tipo y tuvimos una cirugía a cuchillo. No creo que podamos celebrar nada.

Volkhov arqueó una ceja, calentando sus manos cerca del fuego.

—¿Es tu cumpleaños?

Aiko asintió sin entusiasmo.

—Mis trece años. Pero no importa. No espero nada.

Volkhov suspiró. Acababa de pasar por el trauma físico de una regeneración forzada, pero incluso él sintió una punzada de incomodidad ante la apatía de la niña.

—Vaya par de raros… —murmuró, refiriéndose a su indiferencia ante las fechas.

Pero Ryuusei sonrió y chasqueó los dedos con autoridad.

—¡Oye, Antryx! ¡Saca la torta!

De las sombras, apareció uno de los Heraldos comunes, cargando lo que parecía ser un pastel. O mejor dicho, lo que quedaba de uno. Estaba hecho pedazos, completamente destrozado, pero aún tenía velas clavadas. El heraldo lo depositó con la reverencia de quien entrega una joya.

Volkhov se llevó una mano al rostro, incrédulo.

—No puedo creerlo. ¿Cómo trajeron eso desde Japón sin que pareciera que un camión le pasó por encima?

Pero Aiko, al ver el desastre de pastel, rió con ganas. Fue una risa genuina y fuerte que se alzó sobre el murmullo del viento.

—¡Esto es lo más horrible que he visto! ¡Parece que luchó con un oso!

Ryuusei se encogió de hombros, con la calma de un organizador de fiestas fracasadas.

—Bueno, el viaje interdimensional y el transporte a Rusia no ayudaron mucho a su estado, pero sigue siendo comestible. Es chocolate, si sirve de algo.

Encendieron las velas y los tres —Ryuusei, Aiko y el recién bautizado Volkhov—, junto con el coro silencioso de los Heraldos, comenzaron a cantar.

—¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños, Aiko! —cantaron de manera desordenada y fuera de tono.

Aiko sonrió. Por un momento, todo el caos que los rodeaba, el dolor de Volkhov, la misión suicida, la sombra de la Muerte, se desvaneció.

Cuando terminó la canción, Aiko sopló las trece velas y Ryuusei sacó un paquete envuelto en papel negro, el color de su facción.

—Aquí tienes, tu regalo.

Aiko lo tomó con curiosidad y rompió el envoltorio con cuidado. Sus ojos se abrieron de sorpresa al ver la portada del libro.

—"Viví Mil Vidas, Tengo Mil Historias Por Contar" – Copalta.

Se quedó en silencio unos segundos, sus ojos recorriendo el título. Luego abrazó el libro con fuerza, un tesoro incalculable.

—…Gracias, Ryuusei. De verdad.

Ryuusei sonrió, genuinamente orgulloso.

—Sabía que te gustaría. Queremos que experimentes la vida, Aiko, no solo la guerra.

Aiko lo miró con determinación, el libro apretado contra su pecho.

—Prometo leerlo todo.

Volkhov miró la escena con los brazos cruzados. Se sintió descolocado. Los monstruos inmortales que acababan de abrirle el pecho y que planeaban desestabilizar la geopolítica mundial eran capaces de este tipo de ternura.

—Lo admito… No pensé que ustedes fueran capaces de momentos así —dijo, la voz más suave de lo normal.

Ryuusei rió.

—Somos raros. ¿Qué esperabas?

Aiko asintió con una gran sonrisa, la primera que Volkhov veía sin un matiz de locura.

—Somos raros, pero felices.

La celebración continuó con trozos del pastel destrozado y bebidas frías. No importaba que la torta estuviera destruida o que estuvieran huyendo. Ese día, Aiko fue feliz.

More Chapters