"Estoy realmente sorprendido" - dijo Kurama mientras miraba con apreciación cómo el Susano'o de Madara era sellado dentro de las cadenas de Mito Uzumaki, las cuales cambiaron ligeramente de color a un extraño color azul - "Quiero creer que es un Kinjutsu que solo puede usarse una vez en la vida de un Uzumaki, porque básicamente la entidad sellada en las cadenas cambia las Kongou Fusa"
"Correcto, aunque también es porque para usar esta técnica, nosotros, los miembros del clan Uzumaki, quemamos nuestra línea de sangre al punto de que terminamos convirtiéndonos en una persona normal" - respondió Mito Uzumaki mientras respiraba con dificultad, con su cabello tornándose de un color blanco por unos segundos antes de regresar a la normalidad - "Solo pude usar esta técnica sin preocupaciones porque estoy bajo los efectos del Kinjutsu de Tobi-chan"
"Ugh... Cuando dices quemar sangre... ¿Te refieres a la pureza de tu Kekkei Genkai?" - preguntó Orochimaru con un dolor de cabeza porque podía sentir cómo su alma se empezaba a caer a pedazos debido a su ferviente emoción.
"Como a la gran mayoría de los clanes de las [Naciones Elementales], la pureza de sangre es importante para nosotros porque significa si podemos acceder a alguno de nuestros Kekkei Genkai" - respondió Mito Uzumaki con completa honestidad - "Curación avanzada a través de nuestra piel, acceder a las cadenas de adamantina, o incluso una mayor facilidad y afinidad con las técnicas de sellado, todo eso depende de nuestra pureza de sangre, y el tener que sacrificarla para poder usar una técnica prohibida, es el último recurso que tenemos"
"¿Y por qué no usaste esta técnica cuando nos enfrentamos en el pasado?" - preguntó Madara con el ceño fruncido mientras recordaba las escenas de su enfrentamiento con Hashirama cuando él controló al Kyuubi no Kitsune"
"Porque no era necesario" - respondió Mito Uzumaki con desdén - "Mi esposo era más que suficiente para detenerse en ese momento"
"Tch" - el clon de Madara chasqueó la lengua con irritación porque aunque no quisiera admitirlo, las palabras de la Uzumaki eran ciertas. Hashirama siempre estuvo un paso delante de él, es por eso mismo que él disfrutaba tanto de esta rivalidad.
Antes de que el clon pudiera decir algo más, Tobirama disparó un rápido y potente chorro de agua a presión que lo decapitó, haciendo en el proceso que explotara en una cortina de humo que dejó sorprendidos al resto de ninjas que estaban en el lugar.
"¿Tobi?" - dijo Hashirama con sorpresa.
"Siempre quise hacer eso" - respondió Tobirama con su típico todo de voz neutral - "Ahora, será mejor que nos preparemos para enfrentar al original, porque ahora que el clon desapareció, sus recuerdos tienen que haber regresado a él"
Los ninjas rápidamente miraron hacia el cielo, solo para ver cómo el Madara original se detenía por unos segundos, solo para soltar una carcajada.
"¿Qué es tan divertido?" - preguntó Maito Gai con su piel tan roja como el fuego debido a la fuerte presión física que estaba soportando. Era como si tuviera magma corriendo por sus venas, avanzando por cada milímetro de su cuerpo.
"Es divertido el hecho de que no había tenido una batalla como esta desde que me enfrenté a Hashirama" - respondió Madara con una enorme sonrisa en su rostro - "¿A caso no sientes lo mismo, mocoso? Enfrentarte a un oponente digno, uno que haga que tu sangre hierva de la emoción"
"Tengo que admitir que tienes razón, eres la primera persona con la que puedo pelear con todo mi potencial sin miedo a lastimarla de gravedad" - murmuró Maito Gai mientras su chakra crecía con cada segundo que pasaba - "Te entiendo, pero eso no significa que voy a detenerme"
"No espero que lo hagas, joven de Konoha" - dijo Madara mientras bloqueaba el ataque de Maito Gai, el cual creó una onda expansiva que hizo temblar la tierra con su contacto - "Continuemos bailando"
El sonido de múltiples explosiones resonó en el lugar mientras las siluetas de los dos combatientes aparecían en múltiples ubicaciones.
La velocidad de esta batalla era tan alta, que las personas con menos experiencia, con suerte podía ver siluetas borrosas, mientras que los más experimentados veían cómo Maito Gai, la hermosa bestia verde de Konoha, estaba cada vez más herido.
Los instintos de Madara eran legendarios, cada vez que Maito Gai parecía encontrar un segundo para acertar un golpe crítico, el Shinobi no Kami parecía detectarlo y esquivarlo al último momento, porque a pesar de su nuevo estado, era obvio que los ataques del shinobi de Konoha eran peligrosos. Tal vez no lo mataría, pero lo dejaría tan herido que le tomaría unos cuantos segundos, o incluso minutos el regresar a su estado óptimo, momento en el que su nivel de poder caería lo suficiente para ser sometido, aunque lejos de asustarlo, esto lo lleno de un placer que recorría cada centímetro de su cuerpo.
Maito Gai rápidamente apareció arriba de Madara, atinando un golpe que mandó a volar hacia el suelo al dios de la guerra, creando un poderoso temblor por el impacto, así como una cortina de polvo.
El experto en Taijutsu empezó a respirar con dificultad mientras sentía cómo sus músculos gritaban por el estrés que estos estaban sufriendo, pero aún así se mantuvo sereno, esperando a que su enemigo regresara porque sabía que esto solo era el comienzo.
Y tal como había pensado, Madara no demoró en salir del agujero que había creado por su choque con el suelo, volando con una sonrisa y ropa ligeramente destrozada.
"Estoy impresionado, si fuera el Madara de antes, ese golpe me habría matado" - dijo Madara mientras entrecerraba los ojos, sintiendo cómo su cuerpo se regeneraba.
Maito Gai soltó un suspiro pesado mientras continuaba liberando todo el chakra contenido en su cuerpo - "Eres fuerte, Uchiha Madara, eres el enemigo más difícil que he tenido la dicha de enfrentar, es por eso que voy a empezar a dar el 1000%"
Una enorme sonrisa apareció en su rostro mientras veía cómo el aura de su oponente empezaba a volverse salvaje, a la par de que una extraña silueta de un enorme tigre empezaba a materializarse en sus puños.
"¡Este es el poder que esperaba ver en mis enemigos!" - exclamó Madara con euforia mientras extendía sus brazos, como si dijera que recibiría el ataque sin oponer resistencia - "¡Demuestra tu deseo por derrotarme, Maito Gai, demuéstrale tu valía a este dios de la guerra!"
"¡Eso es lo que planeo hacer! ¡Voy a demostrar el poder de las llamas de la juventud que arden en mi interior!" - rugió Maito Gai mientras su chakra explotaba de golpe, materializando su aura por completo en la forma de un salvaje tigre - "¡Hirudora (Tigre del Mediodía)!"
El tigre soltó un poderoso rugido mientras avanzaba contra Madara, quien simplemente extendía sus manos para atrapar a la bestia, creando una poderosa onda expansiva producto del impacto de las dos entidades.
Maito Gai continuó respirando con dificultad mientras intentaba sentir el chakra de Madara, el cual estaba todavía estable, así que nuevamente esperó por unos minutos, solo para escuchar una risa eufórica.
"¡Esa técnica fue perfecta!" - exclamó Madara mientras su Rinnegan brillaba con gran intensidad - "Fue tan poderosa que me forzó a usar mis ojos para absorber el chakra, de no ser así, yo en estos momentos estaría malherido"
Maito Gai apretó sus puños con furia mientras regulaba su respiración, e ignoraba el grito de su cuerpo que le rogaba que parara.
"Todavía no termino" - murmuró Maito Gai, ignorando los gritos de ayuda que su cuerpo le susurraban al oído - "¡Esto es solo el comienzo de lo que puedo hacer!"
"¡Eso es justo lo que quería escuchar, Maito Gai!" - exclamó Madara mientras su chakra empezaba a volverse salvaje - "¡Continuemos esta danza sangrienta, demuestra tu valía!"
Esta vez fue Madara el que inició el ataque, apareciendo delante del shinobi de Konoha y lanzando un golpe en el rostro que Maito Gai bloqueó sin mucho problema.
Madara sonrió ligeramente mientras los dos volvían a iniciar un combate feroz, causando que el cielo pareciera como si estuviera a punto de colapsar.
Los espectadores solo podían observar impactados esta batalla que parecía fuera de lo humanamente posible, aunque sus expresiones cambiaron cuando escucharon a Mato Gai soltando un gemido de dolor.
"Te tengo" - sonrió Madara mientras su puño impactaba con el estómago de su oponente, quien se dobló por el impacto, solo para darle un golpe en el rostro que lo mandó a volar hacia una montaña cercana.
"¡Gai!" - exclamó Kakashi con terror porque podía sentir el poder de ese golpe, así que empezó a preocuparse por su amigo y rival.
Madara se quedó en silencio unos segundos, esperando, solo para fruncir el ceño cuando luego de un minuto, su oponente pareció haber caído derrotado.
"Una lástima" - murmuró Madara mientras negaba con la cabeza, empezando a poner su atención en el resto, solo para salir volando cuando sintió un puño contra su mejilla.
"Ugh..." - Maito Gai empezó a sentir cómo sus pulmones ardían por la sobrecarga que su cuerpo estaba sufriendo, sin embargo, aún así continuó moviéndose. Él podía sentir sus órganos romperse, pero siguió levantándose.
Madara soltó una carcajada porque esto era lo que había estado esperando.
"Puede que mi cuerpo esté al borde del colapso, pero yo continuaré levantándome" - murmuró Maito Gai con una voz débil - "Puede que mis órganos estén rotos, al igual que mis huesos, mis músculos gritando porque pare, pero yo seguiré levantándome... ¡Porque ese es mi Nindo, mi camino ninja!"
El chakra de Maito Gai nuevamente empezó a arder con la fuerza de mil soles, como si el estado precario de su cuerpo no fuera más que una ilusión,
"¡No rendirme, seguir levantándome a pesar del dolor, proteger a mis seres queridos, ese es mi camino ninja!" - rugió Maito Gai mientras algo hacía clic en su interior - " ¡Shimon (Puerta de la Muerte)... Kai!"
