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La encarnación del mal

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Chapter 1 - Capitulo 1: Maldad

"Ahhh..."

"Otra maldita expedición donde no logramos encontrar absolutamente nada..." Dijo un hombre adulto con un rostro de cansancio mientras descansaba en una roca gigante que se encontraba en las inmediaciones del lugar.

Junto a aquel maduro hombre se encontraban alrededor de 9 personas quienes lo acompañaban con las miradas cansadas que aquel hombre tenia.

Aquel grupo de personas estaba tirada en el suelo descansado y suspirando de la misma manera que lo hacia aquel hombre experimentado.

En el grupo había personas de diferentes edades y géneros. Estaba el hombre experimentado que quien quizás era el que tenia mayor edad en el grupo rondando cerca de los 50 aunque su gran postura y figura no demostraba la edad que realmente poseía, seguido de él se encontraban dos hombres quienes tenían una edad cercana a los 30 hombres estando casi en su máximo esplendor, seguido de ellos se encontraban los más jóvenes del grupo, 7 jóvenes que se dividían entre hombres y mujeres que no pasaban de los 25 años de edad. Sus cuerpos estaban en la plena flor de la juventud y rápidamente se notaba al ver como la piel lisa de los pequeños hombrecillos brillaba por el poco desgaste que habían sufrido durante su vida. 

La mayoría de ellos no habían pasado hambre o dolor durante sus vidas, se podía apreciar en sus ojos que aun existía esa llama que ya se había extinguió en los hombres más adultos como el líder de este grupo quien ya había experimentado demasiadas cosas en esta vida, obviamente la llama de la esperanza y la plenitud se encontraba en ellos debido a que apenas y habían vivido lo suficiente como para saber la realidad de este mundo.

El hombre más experimentado sabia perfectamente lo que estos pequeños debían sentir en este momento, a fin de cuentas también fue joven y también se siento de la misma manera cuando él era más joven. Por ello, no intento arruinarles la vida con palabras que simplemente no iban a escuchar, dejo que ellos forjaran su propio camino y vieran con ojos propios la realidad que albergaba en lo más profundo de este mundo.

Contrario a los hombrecillos las damiselas eran mucho más reservadas y maduras respecto a lo que se vivía en estos momentos.

Los hombrecillos eran arrebatados y creían que el mundo estaba en sus manos, sin embargo, las damiselas eran mucho más cautelosas al haberse informado sobre la misión que estaban realizando.

Para los jóvenes esto no era otra cosa más que una aventura en la cual nada malo debía de suceder, pero ellas sabían perfectamente que las cosas podían salirse de control en cualquier momento.

Después de todo no se encontraban en un lugar donde podían hacer un picnic o acampar como se les diera la maldita gana.

Después de todo se encontraban dentro de ese maldito lugar, el lugar donde las criaturas más inimaginables podían existir.

El abismo.

El abismo es un lugar que apareció hace más de 1300 años cuando la tierra era hogar de un mundo tranquilo y sin guerra, o bueno, al menos los libros de historia así destacaban la era antigua.

Realmente se desconoce bastante de la cultura y la tecnología que había en aquel entonces, sin embargo, lo poco que se puede rescatar de aquellas épocas aledañas fue que el abismo apareció alrededor del año 2030 cuando el mundo sufrió una terrible catástrofe que acabo con alrededor del 90% de la humanidad.

El abismos trajo consigo muerte y destrucción donde cientos de recuerdos del hermoso planeta desaparecieron completamente de la existencia al no soportar el mar de muerte que trajo consigo este trágico acontecimiento.

Fue un antes y un después a la historia de la humanidad, donde criaturas y cosas que no deberían existir repentinamente aparecieron en el mundo trayendo consigo la destrucción y la muerte anteriormente mencionada.

El mundo se torno color rojo y lo que alguna vez fue un lugar prospero, se convirtió en un infierno devastado por una fuerza inentendible que los humanos simplemente eran incapaces de comprender.

La perdición era el único camino que los humanos podían visualizar hasta ese entonces, pero un pequeño rayó de esperanza cayo sobre la humanidad en forma de dios otorgándoles a los humanos la capacidad de utilizar magia y poder defenderse de aquellas bestias que habían llegado a sus tierras a sembrar la muerte y la destrucción.

Gracias a la ayuda de los dioses los humanos lograron desatar su poder y de esa manera lograron defender sus tierras del terrible cataclismo que se había desatado en sus tierras.

Los humanos lucharon con sudor, uñas y sangre el hogar que tanto les había costado construir, sin embargo, el daño fue completamente irreparable. A pesar de que los humanos habían salido vencedores gracias a la ayuda de los dioses, el daño que aquellas bestias ocasionaron fue realmente irreversible.

El 90% de la población mundial había perecido en aquella feroz batalla contra las bestias abisales, la tecnología y la infraestructura que los humanos tardaron tanto en perfeccionar se esfumó en la historia como si nunca hubiese ocurrido en primer lugar.

Cientos de años de esfuerzo se fueron a la basura y lo único que quedaba para los humanos fue reconstruir todo nuevamente y reformar con manos propias el imperio que algún día llegaron a tener.

Con la ayuda de la magia los humanos fueron capaces de reconstruir el desastre causado por el abismo, fue complicado pero con sudor, sangre y años de gran esfuerzo lograron construir un imperio estable en el cual pudieron prevalecer durante bastantes años.

La vida comenzaba a volver a sus orígenes aunque esta vez la presencia de la magia cambio considerablemente las costumbres que se tenían en el pasado, extinguiendo lentamente las culturas que diferenciaban ciertos lugares de otros.

Los años pasaron y la humanidad lentamente se fue recuperando de la terrible catástrofe que los había azotado, en el camino nuevas cosas nacieron, otras se mantuvieron y algunas otras cosas simplemente desaparecieron en lo más profundo de la historia.

El mundo y los humanos cambiaron a un mismo rumbo aunque al final hubo algo que nunca cambio por más que los años siguieran pasando, algo que nunca despareció si no que simplemente durmió y volvió a aparecer en el futuro lejano

El abismo, el maldito e infernal abismo.

Este evento nunca terminó si no que simplemente durmió en lo más profundo de este mundo y despertó cuando los humanos menos lo esperaban.

Luego de un periodo de 100 años de paz, las criaturas del abismo resurgieron desde lo más profundo de la tierra y comenzaron a causar estrago nuevamente en la humanidad rompiendo el periodo de paz que había detenido todas las guerras durante más de 100 largos años.

Los humanos nuevamente se enfrentaron al abismo aunque esta vez la humanidad estaba realmente preparada para enfrentar una amenaza de dicha índole.

La lucha contra el abismo nuevamente inició aunque en esta ocasión la lucha contra aquellas criaturas no tuvo un final en especifico. La guerra perduro durante cientos de años donde simplemente no pareciera tener fin en lo absoluto.

La humanidad no podía dejar que las criaturas del abismo se filtraran nuevamente en su mundo, por lo que fundaron la escuela de héroes y el gremio de cazadores y aventureros en el cual entrenaron a cientos de personas para prepararlos para la batalla contra las criaturas abisales. A partir de la fundación de estas dos organizaciones la humanidad logro retener a las criaturas del abismo así como también lograr reconstruir el mundo sin verse afligida por el caos que estas pudieran ocasionar logrando un equilibro el cual no incomodaba en lo absoluto la humanidad.

Todo debía mantenerse en ese orden, pero la humanidad, curiosa por saber el origen del abismo, decidió investigar más allá de lo que sus propios limites le permitían realizar entrometiéndose en asuntos en el que los humanos no tenían cabida en lo absoluto.

La humanidad debía mantenerse donde se encontraba, alejada de los secretos del universo sin saber un carajo en lo que se estaban entrometiendo, sin embargo, sucedió lo inevitable y fue en ese momento donde todo termino, cuando la humanidad decidió explorar más allá de los limites establecidos por los ancestros.

Los humanos no viajaban más allá de las grietas abisales debido a que los dioses advirtieron a los humanos de los peligros que habitaban dentro de ellas, sin embargo, la naturaleza de los humanos es desobedecer las reglas establecidas, y tal como esta escrito en la vieja historia una vez más la humanidad decido dejar de lado las advertencias y se lanzo en las gritas abisales con un único y solo objetivo.

Destruir de una vez por todas las grietas abisales.

Con la escuela de héroes y la creación del gremio de aventureros y cazadores, la humanidad se puso manos a la obra y comenzó a movilizar sus fuerzas en busca de obtener respuestas en lo más profundo del abismo.

Durante cientos de años que viajaron hasta el abismo los humanos lograron obtener cierta información que se volviera fundamental para el futuro próximo.

Viajar al abismo parecía haber sido la idea más maravillosa que se le pudo ocurrir a alguien, o eso se pensaba hasta que ocurrió un acontecimiento que no debía ocurrir bajo ninguna circunstancia.

La humanidad era tan ignorante que no tenia idea de lo que sucedía realmente a las afueras del universo, y precisamente por esa ignorancia fue que todo sucedido como termino por suceder.

Fue de esa forma que el fin de todo llego, el día donde la humanidad conoció el verdadero terror...

"Bueno, lamento arruinarles las esperanzas pero creo que la expedición terminara en este preciso momento. El sol esta a punto de ocultarse y explorar el abismo con estas condiciones seria un suicidio total, así que por la seguridad de todos doy por terminada la expedición por el día de hoy. Descansaremos algunos minutos más y luego nos largaremos de aquí ¿Quedo claro?" Dijo el experimentado sujeto quien simplemente se recargaba sobre la roca mientras descansaba y se preparaba para las estupideces que estos jovenzuelos estaban a punto de soltar.

El sol esta a punto de meterse y explorar el abismo de noche era realmente un suicidio que era mejor evitar.

Sin embargo, aquel hombre sabio sabia perfectamente lo que aquellos hombrecillos dirían al respecto, después de todo estos polluelos eran los héroes de esta generación, el gran grupo de héroes que debía mantener a salvo a toda la humanidad durante estos 100 años de reinado.

"¡Ni de broma nos iremos! Nuestros compañeros de la academia fueron vistos por ultima vez en la cueva donde habita el Smiler ¡Si no nos apuramos quizás sea la última vez que los veamos con vida!" Exaltado, el niño que llevaba las ropas más exuberantes le dijo al experimentado hombre frente a el que no se iba a marchar hasta encontrar a sus compañeros con vida.

"¡No sean idiotas niños, entiendo perfectamente tu sentir pero una cosa es tener la capacidad de hacer las cosas y una muy diferente es saber las limitantes que tenemos. Se que ustedes son el grupo de héroes y que son muy fuertes, pero esto es el mundo real y no hay nadie más experimentado que yo como para no saber los peligros que alberga este lugar durante la noche. ¡No sean obstinados y obedezcan mis palabras de una buena vez!"

El experimentado sujeto dejo bien en claro la postura que este tomaría, los otros dos sujetos que lo acompañaban no se metieron en lo absoluto en los asuntos de estos dos, pero mirando de cerca sus rostros se podía apreciar que ambos estaban de acuerdo con su mayor.

Los otros 6 hombrecillos que acompañaban al chico de apariencia exuberante simplemente se posaron tras su líder completamente convencidos de que el chico tenía la razón.

"Se perfectamente su sentir Héroe Elric, pero no podemos precipitarnos y dejar que nuestros sentimientos terminen por enterarnos en este lugar... Mañana podemos volver a intentarlo una vez la luz del día aparezca, estoy totalmente segura que tendremos éxito si esperamos hasta mañana" La bella doncella vestida con aquella hermosa armadura dorada intento explicarle de la manera más calmada al joven héroe Elric de la manera más calmada posible que quedarse en este lugar no era en lo absoluto una buena idea.

La hermosa doncella susurro con su hermosa voz de hada y recitó un hermoso canto que hechizo a todas las personas que la escuchaban.

El joven Elric también estaba siendo hipnotizado por su hermoso susurro, de hecho se podía ver cómo sus ojos brillaban con enorme intensidad al presenciar la hermosa figura de la hermosa doncella de apariencia de ensueños.

Pero a pesar de que aquella mujer lo volvía completamente loco, el héroe tenía un pensamiento que nadie podía sacarle de su cabeza, un pensamiento que no iba a cambiar por más que ellos se lo dijeran.

"Entiendo perfectamente a lo que se refiere señorita Ophelia, pero está vez mi decisión es absoluta. Mi hermano ha desaparecido en lo más profundo de ese maldito lugar, mi deber como aspirante a héroe es intentar averiguar el paradero del mismo, y sin importar si voy solo o con la compañía de alguien, iré hasta lo más profundo de esa cueva para saber exactamente lo que sucedió con mi querido hermano..." La respuesta del héroe fue más tranquila en este ocasión, sin embargo, seguía estando en su terquedad y dejo entre ver qué su decisión no cambiaría por más que intentarán decirle lo contrario.

"¡Tu terquedad arrastrará a todo el grupo a una muerte que podemos evitar!" El hombre experimentado le dejo entre ver al héroe el error que estaba cometiendo, sin embargo, eso no le hizo cambiar de opinión.

"No voy a obligar a nadie de venir conmigo. Son libres de irse y disfrutar la vida como les corresponde, yo iré hacia ese lugar con o sin ustedes. Mi decisión está tomada y no me iré de este lugar hasta encontrar el paradero de mi hermana..." El héroe fue claro al respecto, nada ni nadie le haría cambiar la decisión que tenía en este momento, de hecho los invito a largarse si ellos deseaban, al final él se iba a quedar en este lugar para encontrar a su hermana sin importar nada.

"Si no van a ayudarme les pido por favor que regresen al reino. Si no llegase a volver les pido por favor que le digan s mi familia mi paradero..." Firme a su decisión, el héroe se puso de pie y siguió su camino no sin antes despedirse del grupo que lo había acompañado hasta este punto.

Los únicos que se pusieron de pie y siguieron al héroe fueron los hombrecillos y la otra chica quienes no cuestionaron su pensamiento y lo siguieron sin tener en cuenta las consecuencias que significaba seguirlo.

Los tres hombres y la hermosa doncella simplemente se quedaron en silencio mientras pensaban que demonios debían hacer.

"Ahh... Estos malditos jóvenes de hoy en día, piensan que son lo máximo y ni siquiera han experimentado en carne propia lo que significa una verdadera batalla. Sinceramente lo mejor sería largarme con mi parte y disfrutar los años que me quedan con mi familia y amigos, beber, fumar y disfrutar de la vida alejado de toda esta mierda. Eso sería lo idóneo, pero un compromiso es un compromiso y mi deber como mayor es proteger a los más jóvenes que en el futuro serán la esperanza de la humanidad, así que no me queda de otra más que ayudar a ese estúpido mocoso y llevarlo a casa de vuelta con su maldita familia..." El mayor suspiro con sumo cansancio mientras prendía un cigarrillo y se preparaba para arriesgar su vida por un mocoso que no valía la pena. 

El estaba cansado y esperaba terminar con esta maldita tontería de una buena vez por todas.

Los otros miembros del grupo lo miraban en silencio mientras pensaban que demonios debían hacer en estos momentos.

Pensaron durante un par de segundos y al final simplemente se pusieron de pie y decidieron seguir a su mayor.

"Si usted va con el joven héroe entonces nosotros iremos con usted señor Jin" Los dos hombre se posaron sobre su espalda y decidieron seguir a su mayor como un acto de lealtad y compromiso.

El mayor quería decirles algo pero el orgullo que sentía por el respaldo que ellos le mostraron hizo que se guardara sus palabras.

Simplemente los miro y les dio sus más sinceras y profundas gracias.

"Muchas gracias..." Con una enorme sonrisa en su rostro, les dio las gracias a sus leales hombres.

Ellos simplemente soltaron una pequeña sonrisa al ver la felicidad en el rostro de su mayor.

La hermosa damisela suspiro con cansancio mientras se ponía de pie y se preparaba para continuar con la larga travesía que tendrían.

Huir en este punto era un acto de cobardía que no se podía permitir por nada del mundo No estaba de acuerdo en continuar este viaje, pero todos habían decido ir y como una integrante del grupo de héroes no podía simplemente dejar atrás al grupo de héroes.

Se posó detrás de los hombres y con decisión les dijo que estaba lista para continuar.

El mayor sorbio el humo de su cigarrillo una ultima vez, tiro el cigarrillo al suelo y finalmente se dispuso a continuar con el viaje.

"No podemos dejar que esos idiotas avancen demasiado. Necesitan de mi experiencia por lo que tendremos que caminar rápido si no queremos que ocurra una tragedia, ¿entendieron?"

Todos asintieron con la cabeza estado conscientes de las palabras del mayor.

El mayor coloco una sonrisa en su rostro y les dijo con total seguridad.

"¡Vayamos por el estúpido héroe y salgamos de aquí de una maldita vez!" 

"¡Si señor!" Con el animo hasta el tope se adentraron hasta lo más profundo del abismo sin saber que hoy seria el ultimo día que respiraran el aire de este mundo.

Hoy conocerían la maldad de este mundo.

.

.

"Así que.... decidieron volver" El mayor Jin, los dos hombres que la acompañaban y la damisela con el nombre de Ophelia finalmente habían logrado alcanzar al grupo de héroes.

El héroe que los vio llegar con el rabillo del ojo simplemente los miro con una sonrisa en su rostro.

Sentía que había ganado y que su palabra parecía ser la ley del todo, ellos simplemente colocaron un rostro repleto de seriedad mientras lo veían con algo de molestia.

"Si te dejo aquí ni siquiera serás capaz de llegar a donde quieres llegar, como mayor y como encargado de este grupo mi deber es protegerte y guiarte hasta donde deseas llegar, estas cometiendo un error, pero no puedo simplemente abandonarte así que intentare de la mejor manera posible que tu error no se convierta en una tragedia, seré tu guía así que por lo menos obedece mis palabras..." El mayor hablo de manera cansada mientras miraba al joven héroe con una mirada afilada.

"Lo único que me importa es llegar hasta donde se encuentra mi hermano, si usted ayuda con eso entonces no me interesaría dejarle a cargo todo" El joven héroe se encogió de hombros mientras le daba la voz del mando al mayor Jin.

El mayor Jin se puso frente a todo el grupo y comenzó a guiarlos hasta donde ellos deseaban llegar, no sin antes darles una gran advertencia.

"Esto no es un maldito juego, a partir de este punto el nivel de peligro que experimentaran seria mucho mayor a lo que han experimentado durante toda su vida. Tomen sus armas en mano, abran bien sus ojos, activen sus sentidos al máximo y estén totalmente preparados para enfrentar a cualquier amenaza escondida tras los arbustos. No importa que ustedes sean los más fuertes del reino, el peligro que alberga este lugar no se compara en nada a lo que han visto en sus vidas, pongan mucha atención y bajo ninguna circunstancia bajen su guardia ¿Les quedó claro?" El mayor fue claro y conciso con sus palabras y les advirtió a todos que prestarán demasiada atención a lo que sucedió a su alrededor.

El era un tipo demasiado experimentado y por supuesto que sabía lo que podía ocurrir si ni no se respetaban las normas supremas que los ancestros dictaminaron sobre el abismo.

La guadaña de la muerte se agitaba a cada paso que dabas y sin importar lo fuerte que fueras el abismo podía sorprenderte con un acontecimiento verdaderamente peligroso, un paso en falso podía significar la muerte y por ello se necesitaba ir con cuidado si no se deseaba morir en este lugar.

Todos tragaron saliva y asintieron con sus cabezas ante las palabras del mayor Jin. Sin embargo, el héroe se paro frente a él con imponencia y le grito a la cara unas palabras que luego lamentaría profundamente.

"¡Yo soy el gran héroe de esta generación, fui elegido por el mismismo rey como el guerrero más fuerte de toda mi generación. Mi poder y mi temperamento me llevaron hacia la cima y estos malditos monstruos no repelaran el enorme espíritu que cargo conmigo, con la espada sagrada que mis antepasados me dejaron destruiré a estos monstruos y recuperare a mi hermana de la miseria a la que fue expuesta!" El héroe grito esas palabras confiado en el entrenamiento que había realizado para llegar hasta donde se encontraba.

Creía que con todo el entrenamiento realizado durante su vida nada podía impedirle fallar en la misión que le fue dada.

El mayor Jin lo miro directamente a los ojos con una mirada que decía más de lo que se podía expresar.

Tenia tantas ganas de decirle lo idiota que era, sin embargo antes de que siquiera pudiera reprochar sus palabras algo finalmente termino por suceder.

"¡Soy el héroe y cumpliré con mi deber sin importar nada!"

"¡Ni el abismo ni todas las palabras que tengas que decirme podrán doblegar mi espíritu de guerra!"

"¡Yo derrotare a quien sea que se me cruce!" Grito el héroe con euforia mientras posaba de la manera más heroica posible para verse genial y mostrarse ante las hermosas damiselas que estaban frente a él.

Pero en lugar de causar una gran impresión, lo único que causo fue una mirada de terror y conmoción que no podía entender en lo absoluto.

El héroe, algo extrañado por el comportamiento que todos tenían, miro de vuelta al mayor intentando entender lo que estaba sucediendo en este momento, sin embargo no fue capaz de preguntar lo que sucedía, todo sucedió tan rápido que no fue capaz de entender lo que se socito a su alrededor.

Todo sucedido demasiado rápido.

"¡CORREEE!"

"¡¡!!"

El héroe giro su cabeza hacia atrás y finalmente pudo ver a esa maldita cosa.

Esa cosa a lo que el mayor Jin tanto le temia.

Una verdadera y terrorífica criatura del abismo.

Un demonio.

"¡¡Grhhaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarghhhhhhhhhhhh!!#" 

La criatura soltó un poderoso alarido que retumbo en las entrañas del lugar.

Su rugido fue tan poderoso que nadie fue capaz de soportar el increíble rugido que generó aquella imponente bestia, casi de inmediato todos los presentes se taparon los odios mientras miraban con terror la figura de aquella bestia tan imponente que se mostraba frente a ellos.

La bestia media un total de 5 metros de altura, su cuerpo era similar al de un humano rodeado de increíbles músculos que parecían que podían cargar una montaña entera sin despeinarse. Sus piernas, sus pies y su cabeza eran similares a los de una cabra, rodeado de enormes cuernos que se curvaban con agresividad alrededor de su cabeza.

Los presentes se aferraron al suelo incapaces de levantar sus miradas por el miedo que sentían al ver a aquella imponente bestia, ni siquiera el mayor Jin podía ser capaz de tranquilizarse en una situación como esta, jamás había visto una criatura como la que estaba parada frente a sus ojos y eso era precisamente lo que le hacia temblar. Enfrentarse a algo que desconocía sin duda lo consternaba de sobremanera.

Sin embargo, su papel estaba claro desde que había aceptado venir a este lugar, sabia perfectamente cual era el riesgo de aceptar venir a este sitio. Jin trago saliva de su garganta seca, respiro profundamente y sabiendo su papel se paro frente al grupo para darles las instrucciones que tenían que seguir para salir vivos de este lugar.

Ese era su rol y tenia que cumplirlo sin importar nada.

Entonces se paro y les dijo "Escúchenme todos, tenemos que-" Jin intento darle las instrucciones al grupo para poder salvarlos, sin embargo, antes de que pudiera hablar sucedió un acontecimiento que les hizo entender a todos la realidad donde se encontraban.

Fue hasta ese punto que todos entendieron las consecuencias de haber desobedecido las palabras del mayor Jin desde el principio.

La muerte y la miseria.

"¡PAAAAAAMMMMM!"

Ni siquiera hubo tiempo de reaccionar para nadie, todo paso tan rápido que lo único que todos recuerdan fue como la parte superior del mayor Jin fue destruida sin dejar rastro alguno de su existencia.

Su torso, sus piernas y algunos organos que se desparramaban de lo que quedaba de su cuerpo fueron los únicos recuerdos que quedaban sobre él.

El causante de su deceso, un enorme cuchillo de carnicero que se encontraba enterrado justamente detrás de la pared donde se encontraban.

El cuchillo estaba atado a unas enormes cadenas que se extendían hasta donde se encontraba su brazo.

La criatura simplemente los miro con indiferencia mientras estiraba con sus cadenas el enorme cuchillo con el que había destrozado al mayor Jin anteriormente.

La criatura recogió el cuchillo, lamio la poca sangre que se desmarañaba del mismo y luego con unos ojos repletos de placer miró a cada uno de los integrantes del grupo como deliciosas presas que iba a devorar esta noche.

"¡¡AAHHHHHH!!" Los miembros del finalmente reaccionaron y comenzaron a gritar con desesperación sabiendo que esa bestia no se encontraba a su nivel.

El héroe, quien cargaba con un enorme espíritu de pelea, se tiro al suelo con profundo terror mientras su mente se cargaba de diferentes pensamientos que llegaban a una misma conclusión.

-¿Voy a morir? ¿Este es mi final? ¿Realmente soy un héroe?- Miles de pensamientos cruzaban por su cabeza en ese instante, nadie lo había preparado para enfrentar un escenario tan desgarrador como al que se estaba enfrentado en este momento, sentía tanto miedo que no podía pensar en otra cosa que no fuera en su propia muerte.

Entro en una profunda crisis y dejo de escuchar lo que sucedía a su alrededor, simplemente veía como aquella bestia cazaba a cada uno de los integrantes con su imponente cuchillo.

Sus colegas murieron aplastados por su poder, uno a uno moría sin tener absoluta oportunidad de escapar ante dicha bestia, al ver el escenario donde se encontraba, luchar se volvía verdaderamente inútil.

El héroe perdió toda esperanza en poder realizar una verdadera hazaña ante algo que parecía simplemente imposible de vencer, sin embargo, la doncella Ophelia era la única que no se había rendido, con su poder, lucho contra aquella bestia intentando sobrevivir a como diera lugar contra aquella bestia que intentaba devorársela con tanto esmero.

"¡AHHHHHHHH!"

Ophelia tomo su lanza con fuerza y comenzó a luchar contra aquella bestia con todo el poder que ella poseía, concertada al máximo, esquivando sus poderosos ataques mientras asestaba uno que otro golpe que simplemente le causaban rasguños a la bestia.

El héroe miro con admiración el increíble espíritu que poseía aquella hermosa damisela, ver como luchaba a pesar de la nula oportunidad que tenia de derrotarlo le devolvió el espíritu que había perdido hace unos instantes.

Si de todas formas iba a morir entonces moriría como lo que era.

Iba a morir como un maldito héroe.

Desenvaino su espada, la tomo con ambas manos y miro con firmeza a la bestia que tenia frente a sus ojos.

Respiro con profundidad, trago saliva y luego dejo que todo sucediera como tenia que suceder.

Se unió a Ophelia y lucho mano a mano con ella para tratar de sobrevivir de este maldito lugar.

Ya no le importaba la misión por la que había llegado aquí, simplemente importaba sobrevivir sin importar nada.

Lucho con ella en una batalla eterna donde ocurrió lo que ambos sabían que iba a ocurrir.

Al final estaban tan cansados y desgastados que ya no podían continuar con esta batalla.

El héroe estaba sangrando en el suelo incapaz de seguir con la batalla.

Trato de seguir adelante, trato de levantarse para salvar a la mujer que amaba pero al final todo fue completamente inútil, el héroe Elric se desmorono en el suelo quedando inconsciente a mitad de la batalla.

Ophelia estaba en las ultimas y sinceramente pronto estaría en la misma situación que el héroe.

La bestia, casi intacta como si nunca hubiera luchado contra ellos, miro a la joven Ophelia mientras se relimpia las comisuras de su hocico preparado para consumir el botín que había cosechado en este lugar.

Ophelia, quien vomitaba sangre por las heridas causadas por la batalla, miro a la bestia desde lo lejos mientras veía como esta se acercaba lentamente hasta donde ella se encontraba.

Ophelia miro a su alrededor y noto como los compañeros que la habían acompañado durante este viaje yacían sin vida de formas que ella no quiere ni siquiera recordar.

Al ver esa escena ella entendió de inmediato que su destino estaba escrito.

Una pequeña lagrima se derramo mientras pensaba en todos aquellos que ella había amado en vida.

"Mamá... Hermana.... Perdónenme por ser tan terca. Solo quería ser alguien importante en la vida, quería contribuir en este mundo, quería que todo esto terminara de una vez por todas... Ya no quiero que haya más victimas, no quiero que mis futuros hijos crezcan en un infierno donde todo se puede desmoronar en cualquier momento, solo quería que todo acabara de una vez por todas..." Las lagrimas se derramaron sobre su mejilla sabiendo perfectamente cual era el destino que le deparaba.

La bestia se acercaba lentamente hasta su ubicación, a paso lento sabiendo perfectamente que su presa no escaparía bajo ninguna circunstancia. 

La bestia se paro con imponencia frente a la joven damisela mientras la observaba con indiferencia como si ella no significara nada en lo absoluto.

La sangre y las lagrimas de Ophelia se desparramaban alrededor del suelo mientras presenciaba con ojos sombríos los que serian sus últimos minutos de vida.

Se lamentaba por muchas cosas que no hizo durante su vida, sin embargo, cerro sus ojos y acepto el destino que había elegido seguir sabiendo que llorar o implorar por su vida no haría ninguna diferencia.

Ella cerro sus ojos esperando a que todo terminara de una maldita vez, quería irse sin dolor completamente liberada de las cargas que la seguían hasta este punto.

La bestia, casi como si entendiera lo que la damisela quería, levanto su enorme hacha preparada para destruir a la chica en pedazos.

Sin embargo, antes de que la bestia perpetuara su ataque final ocurrió algo que la doncella no esperaba en lo absoluto.

Sin saber de donde demonios vino, sin entender el significado de lo que sucedía, repentinamente resonó una voz por los alrededores de todo el lugar.

"¿Quien osa despertarme de mi letargo?" Una voz grave resonó por todo el lugar enarcando un dominio que ni la misma bestia tenia sobre el lugar.

La bestia se detuvo al instante que escucho la voz, giro su cabeza en dirección donde se había escuchado aquella voz y al momento de ver la figura de aquella persona que había interrumpido su deliciosa comida, rugió con enorme potencia para demostrar quien era el dueño del lugar.

La joven Ophelia abrió los ojos de repente y miro en dirección donde se encontraba la persona que acababa de hablar.

Ella no pudo ver con exactitud la figura de aquella persona, sin embargo, desde lo lejos pudo notar con el rabillo del ojo la apariencia juvenil de aquel sujeto.

Ella no podía penas demasiado debido a que estaba al borde del colapso, sin embargo, con la poca fuerza que le quedaba le advirtió de inmediato a aquel sujeto que se largara de este lugar si lo que deseaba era vivir.

"¡H-Huye!"

"¡Si quieres vivir será mejor que huyas inmediatamente de aquí, pide ayuda al imperio y diles-!"

Mientras Ophelia le advertía al sujeto que se largara de este lugar, él repentinamente llego hasta donde se encontraba ella.

Ophelia se sobresalto al mirar al sujeto frente a ella, pero más se sobresalto cuando miró la peculiar apariencia que este portaba.

Era un hombre de ensueños. Rostro masculino perfectamente estructurado como si se tratase de alguien proveniente de una familia real, de hecho su apariencia era mucho más elegante que cualquier chico proveniente de la familia real, sus ojos rojizos como la sangre, su cabello negro desordenado, su piel pálida y resplandeciente, su cuerpo de dios dotado de músculos y una genética perfecta que afinaban cada uno de sus músculos en una perfecta simetría que dejaba entre ver un cuerpo que casi nadie podía llegar a poseer, y por supuesto su voz, su hermosa voz que parecía un susurro que se metía en lo más profundo de su mente.

Aquel hombre que apareció repentinamente frente a ella parecía un príncipe sacado de esos cuentos que solía leer cuando era niña.

Un hombre realmente hermoso que hizo que su rostro se sonrojara al instante.

"Acaso te refieres al clan Azzael o te refieres al a facción del Sagitario, tengo entendió que existen alrededor de 9 clanes y ninguno se hacia con el nombre del imperio. Explícame ¿A que te refieres con imperio?" El hombre hablo y dijo algo que desconcertó profundamente a la joven damisela tirada en el suelo.

De hecho ambos estaban desacertados con las palabras del otro, el hombre parecía bastante desubicado como si acabara de despertar de un largo sueño.

Ophelia estaba bastante extrañada con las palabras que aquel hombre guapo había dicho, sin embargo, había cosas más importantes que resolver y en este momento lo que más importaba era salir vivos de este lugar.

"¡Tienes que salir de aquí o esa cosa te matara!" Exaltada, Ophelia le dijo al chico que tenia que huir inmediatamente de este lugar.

"¿Hablas del Rhas?" El hombre dijo un nombre que ella no conocía en lo absoluto, sin embargo, presintió que se referían a la misma bestia por lo que simplemente asintió con su cabeza.

El hombre soltó una pequeña sonrisa en su rostro mientras se apartaba y le apuntaba con su dedo lo que le había sucedido a aquella enorme bestia.

"¡Ohh! Así que le temías a un simple Rhas... Bueno, para tu fortuna lo decapite hace algunos segundos. Mira~" El apunto hacia su dirección y pudo notar como su cabeza estaba tirada en el suelo mientras la sangre de su cuello se desparramaba por todos lados como si se tratara de una fuente de sangre.

Ella abrió los ojos conmocionada incapaz de entender la escena que estaba sucediendo frente a sus ojos.

El hombre simplemente se reía como si hubiera matado a un simple insecto.

Ophelia sintió una extraña presión en su cuerpo como si hubiera conocido a una bestia más peligrosa que el monstruo con el que se acababa de enfrentar.

Sus ojos mostraban un profundo terror que el hombre no fue capaz de entender.

En ese instante la sonrisa del hombre desapareció, comenzó a mirar a todos lados y fue así que finalmente pudo ver el desastre que se había suscitado en este lugar.

Muerte, sangre y cadáveres esparcidos por todo el lugar.

En ese instante el hombre se acerco hasta uno de los cadáveres, lo inspecciono y fue allí donde finalmente parecía haber entendió lo que sucedía.

El hombre, algo conmocionado por la revelación que había tenido, se acerco nuevamente hasta donde se encontraba Ophelia y le pregunto algo que ella no esperaba en lo absoluto.

El hombre le pregunto: "¿En que era nos encontramos?" Con angustia, el hombre pregunto la era donde se encontraban.

Ophelia no entendía exactamente a lo que el hombre se refería, sin embargo, no quería ofender a alguien tan peligros así que le dijo lo que ella pensó que él deseaba.

"Estamos en el año 3330, 1300 años después del abismo"

"¡!" Los ojos del hombre se exaltaron al escuchar las palabras de la damisela Opería.

Aquella revelación había causado un enorme impacto que golpearon con fuerza la cabeza de aquel misterios hombre.

Ophelia estaba en la misma situación que él, estaba sumamente consternada por todas las cosas que habían pasado en un lapso de unos minutos.

La bestia, la muerte de sus compañeros y amigos, su propia muerte, la repentina aparición de este hombre y la repentina muerte de aquella bestia a la cual ni siquiera le causaron un rasguño causo que la cabeza de Ophelia se llenara de cientos de preguntas que no era capaz de responder.

Queria respuestas pero se negaba a molestar al sujeto que estaba frente a ella.

El hombre simplemente vago en sus pensamientos durante un par de segundos mientras intentaba comprender lo que sucedía en este momento.

El hombre se olvido de la existencia de Ophelia y de los pobres aventureros que yacían sin vida en el suelo y comenzó a divagar en sus pensamientos sin importarle que alguien escuchara lo que tenia que decir

"¿Que demonios sucedió?"

"¿Por qué no siento la energía demoniaca recorrer por los alrededores?"

"¿Por que siento tan poca energía dentro de mi?, es como si hubiera perdido todo mi poder y hubiera me hubiera vuelto repentinamente un mortal, Pero más importante que todo eso, ¿por qué hay humanos frente a mi?"

"...."

"Necesito encontrar respuestas... Necesito saber exactamente lo que sucedió..." El hombre dejo de divagar en sus pensamientos, coloco su mirada sobre Ophelia y lentamente se acerco hasta donde se encontraba ella.

El hombre coloco su mano sobre su frente y con un pequeño susurro le dijo directamente al oido.

"Veo que estas muriendo así que hare un trato contigo... Le salvare la vida a ti y a todos tus amigos y a cambio de eso me dirás todo lo que quiero saber ¿Qué te parece?"

El hombre le propuso a Ophelia salvarla a cambio de que ella le respondiera todas las preguntas que él deseaba saber.

Eventualmente ella quería negarse a su propuesta, sin embargo, el hombre menciono que también salvaría la vida de sus amigos, y al escuchar eso la esperanza en su mente creció profundamente.

"¿P-Puedes devolverlos a la vida?" Pregunto con algo de inocencia.

El hombre soltó una risilla al instante que rompió todas sus esperanzas.

"Es mejor dejar a los muertos descansar en paz... Solo puedo salvar a los que aun se encuentran con vida, claro, solo son tu y 4 personas más o al menos eso es lo que detecte mirando la escancia que ellos poseen. Sí acetas mi trato salvare a todos y a cada uno de ellos, si lo rechazas, entonces dejare todo a manos del señor destino y me alejare lentamente para encontrar lo que estoy buscando, así que tu decides~"

El hombre fue claro y le dijo las limitantes que tenia respecto a su poder.

Ophelia, apenas pudiendo mantenerse consiente, pensó durante unos segundos lo que tenia que hacer al respecto.

Pensó y pensó durante unos segundos hasta que finalmente decidió responder como tenia que hacerlo.

"A-Acepto el trato... La vida de mis colegas y la mía a cambio de todo lo que deseas saber..." Ophelia trago saliva al decir esas palabras y el hombre simplemente la miro con una pequeña sonrisa en su rostro.

El hombre se puso de pie, coloco una enorme sonrías en su rostro y en un tono apenas perceptible el hombre guapo le dijo a Ophelia unas últimas palabras antes de desvanecerse en lo más profundo de sus sueños.

"¡Excelente! Sin duda alguna has elegido la mejor opción de todas. Una vez despiertes de tu sueño resolveremos todas las dudas que tengamos al respecto. Buenas noches, bella dama... Una vez despiertes nos volveremos a ver, ¿de acuerdo?"

"¡¡!!"