Cherreads

Chapter 2 - Capítulo 2: Pulsa Start Mientras Duermes

Oscuridad. Luego... neón.

La habitación apareció como un manojo de bits. Casi imperceptible al principio, como si el código de un sueño se estuviera renderizando a la vista. Rick se sintio envuelto en una calidez artificial que no recordaba haber sentido desde que se había quedado atrapado en el mundo podrido de la Zona.

Estaba en su cuarto. O algo que quería ser su cuarto.

La alfombra mugrienta seguía ahí, con la mancha de fideos instantáneos que jamás se dignó a limpiar. El póster de "Starfox: Assault" aún colgaba, aunque con menos cinta adhesiva de la que recordaba y su PC . Pero todo tenía un brillo digital, como si la realidad estuviera usando shaders falsos y filtros de nostalgia.

La PC —esa reliquia sobrealimentada por LEDS—estaba encendida. Rugía con el zumbido familiar de sus ventiladores viejos, La pantalla de su PC no mostraba el escritorio, ni Discord, ni el wallpaper de su furry favorito. Solo el distorsionado logo de Mutant Year Zero: Road to Eden.

Bajo él, tres barras de carga avanzaban lentamente, con símbolos que no coincidían con ningún teclado que Rick conociera, imposible de traducir.

—"Genial," murmuró. "Ahora ni mis sueños se molestan en usar subtítulos."

Rick luego de ver su pc, volteo a mirar por la ventana.

—"…Wow."

No había edificios ni calles. En su lugar, un horizonte irreal, hecho de fractales flotantes, ciudades derruidas suspendidas en el aire, y constelaciones que cambiaban de forma cuando no las miraba directamente. Era como si su subconsciente hubiera descargado todos sus fondos de pantalla favoritos y los hubiera revuelto con una IA de arte digital.

—"Definitivamente no estoy soñando normal."

Giró sobre sus talones y notó algo más.

Tres puertas metálicas, enormes. Colosales, incluso para su cuarto de 3x3. Cada una con un símbolo grabado:

Una estrella dorada → LOGROS

Una copa de campeonato → TROFEOS

Algo que parecía un ojo con glitches → ???

Rick se acercó a la primera a la derecha, LOGROS

—"Vamos, viejo confiable. No me vas a decepcionar…"

La puerta se abrió con un clic suave, como el de un ítem épico desbloqueándose.

El interior era… vasto. Imposiblemente grande. Como el inventario de Skyrim con mods infinitos. Estanterías que flotaban en el aire. Vitrinas giratorias. Luz dorada por todas partes, aunque no había ni una lámpara a la vista.

Rick caminó entre estructuras doradas que parecían crecer y contraerse según su atención.

Y entonces la vio: una vitrina luminosa. En ella, flotando con orgullo, una inscripción dorada:

"Matar a un ser vivo usando una roca lanzada a velocidades vertiginosas."

Bajo el texto, un ladrillo. Uno común, naranja, rectangular.De esos de construcción. Sin marca, sin glamour.

Rick leyó en voz alta, maravillado.

—"Mi primer logro... ¿es tirar una piedra tan fuerte que mate a un mutante?"Sonrió.—"No sé si estoy orgulloso o si debería considerar terapia."

Debajo del ladrillo, otro texto apareció, en blanco brillante:

RECOMPENSA: Adquieres el poder de generar proyectiles genéricos al lanzar. Siempre tendrás uno listo al extender la mano.

—"¿Munición infinita? ¿Auto-generación de ladrillos? ¿Me volví un generador de memes mortales?"

Extendió la mano, y la vitrina se deshizo en partículas doradas. Sintió una descarga en el pecho. Su HUD interno parpadeó una vez.

[NUEVO PODER ADQUIRIDO: "Ladrillo de la Persistencia"]

Rick se rió. En voz alta.

—"Que se jodan las pistolas. ¡Yo tengo ladrillos!"

—JAJAJAJAJAJA

5 Minutos después de empezar a reir de forma sobreactuada mente maquiavélica--

Exploró el resto de la sala. Muchas vitrinas estaban vacías, flotando como espectros esperando un propósito. Algunas tenían títulos borrosos, como si aún no estuvieran programadas. Una decía:

"Golpear a una criatura de élite con un objeto inapropiado. "Formar un vínculo con un NPC hostil." "Romper las expectativas narrativas con estilo." 

Todas apagadas. Aún no eran suyas.

Rick se quedó un momento allí, sonriendo.

—"Parece que mis logros personales ahora... significan algo más."

**

Pasó por la sala de trofeos, pero estaba vacía. Solo estatuas grises sin nombre ni forma. Como si el sistema supiera que aún no era tiempo de celebrar nada.

Y luego llegó a la tercera puerta.

La sin nombre.

La que olía a bug malicioso disfrazado de misticismo.

El símbolo del ojo parpadeaba en rojo como una notificación molesta. Rick entró, arrastrando los pies con cuidado. Dentro, la temperatura descendió. Las paredes estaban cubiertas con inscripciones crípticas que temblaban como texto mal codificado, con ese lenguaje imposible que ni Deep Traslator se animaría a tocar. Las letras se deshacían si las mirabas mucho rato.

Y ahí estaba el espejo.

Al fondo.

Negro, sin reflejo.

Hasta que sí lo hubo.

Era él… pero con glitches. Su otro yo.

Con sus ojos estáticos en rojo y azul. Cara ladeada, sonrisa pronunciada con mas dientes de los que deberia tener.

Le imitaba con un leve retraso, como si tuviera lag en el reflejo mismo.

Rick lo observó en silencio.

Y luego frunció el ceño.

—"Ya entendí la jugada," murmuró. "Un lugar imposible, puertas misteriosas, espejos malditos… ¿Qué sigue? ¿Un cuervo que me habla en metáforas sobre mi destino?"

Se acercó al espejo, tenso.

—"Ya leí suficientes historias intentando ser misteriosas para parecer profundas," gruñó. "No necesito simbolismo barato en mis sueños."

Le lanzó una patada directa.

¡CLANG!

Nada.

El espejo ni se movió.

Volvió a patearlo. Dos veces más.—"¿Nada? ¿Ni una grieta? Vamos, al menos un efecto sonoro dramático…"

Solo su reflejo —su yo glitcheado— sonreía, como si supiera que la inutilidad de sus acciones no tenian sentido.

Rick bajó la pierna, el corazón latiéndole con fuerza. No por miedo. Por impotencia. Por la certeza que se deslizaba entre sus pensamientos como una gota fría en la espalda.

—"Esto no es un sueño."

Lo dijo en voz baja. Y por un segundo, creyó que lo decía otro.

Miró de nuevo alrededor. La habitación imposible. La ventana a un mundo que no existía. El poder ganado con un ladrillo. El reflejo que no le obedecía. Todo... tenía reglas. Y si tenía reglas, entonces era real.

—"…O tan real como todo lo demás."

Suspiró. Una sensacion extraña le oprimió el pecho. No por su situacion, sino por la inocencia de haber pensado que podía despertar.

Salió de la sala sin nombre. No dijo nada. El monitor de su PC mostraba "CARGA COMPLETA" en símbolos que aún no podía leer.

El logo de Road to Eden comenzó a brillar.

Y todo se desvaneció.

**

La luz de la mañana se colaba entre las ramas retorcidas de la Zona como si el cielo aún dudara si valía la pena iluminar ese mundo. El aire olía a humedad, óxido... y a lo que Rick ya había apodado mentalmente como "perfume de jabalí roncando cerca".

Abrió los ojos.

No había teclado. Ni mouse. Ni Wi-Fi. Solo el crujido de hojas secas bajo su espalda y un Dux que roncaba como si tuviera un modem de 56k atascado en la garganta.

Rick se sentó despacio, frotándose los ojos con un suspiro.

—"…Sigue sin ser un sueño, ¿eh?"

Lo dijo en voz baja, no para obtener una respuesta, sino para acostumbrarse a la idea.

Su mente, por puro reflejo gamer, hizo una lista mental de pérdidas:

Su trabajo de cajero (meh).

Sus deudas (¡adiós!).

Los créditos abusivos del banco (chúpala, entidad financiera).

Y…—"¡HALF-LIFE 3 SALE EN UN MES, MALDITA SEA!" exclamó, apretando los dientes.

Eso sí dolía.

La confirmación oficial, el hype, los memes que se volverían realidad…Todo eso se fue por la ventana al entrar a esta realidad alterna y apocaliptica.

Pero aun así…

Se quedó mirando el cielo grisáceo, notando que su tristeza había mutado. No era vacío. era expectativa. La sensación de estar en el prólogo de algo que nadie más iba a jugar jamás.

Dux se desperezó con un largo bostezo nasal y lo miró de reojo, alzando una ceja emplumada.

—"¿Aún no te has esfumado como decías anoche? Y yo que ya planeaba quedarme con tu chaqueta."

Rick lo miró. Su cara pasó del fastidio existencial al showman de Twitch en un segundo. 

Se levantó de golpe, sacó el ladrillo de su bolsillo con solemnidad y lo alzó al cielo como si fuera el Master Sword.

—"Si este es mi destino…" dijo con voz profunda, "entonces... ¡que el mundo se prepare! ¡Porque está a punto de presenciar el ascenso del más inesperado de los héroes: el hombre del ladrillo!"

Pausa dramática

—"…Versión beta, eso sí. No prometo mucho en este parche."

Dux soltó una risa por la nariz. Bormin murmuró algo entre sueños sobre "sopa de rata".

Rick bajó el brazo, aún sonriendo. Su gesto exagerado se desinfló en una exhalación más honesta. Se sentó otra vez, mirando a lo lejos.

Pensó en el mapa del juego. En los búnkeres, las ruinas, las historias escondidas bajo la basura y los cadáveres radiactivos.

Y, en especial, en Farrow.

La recordaba bien. Sigilosa, lista y fuerte. La compañera zorro que lo había salvado más de una vez en sus partidas. Tenía ese aire de alguien que no necesitaba a nadie, pero que igual valía la pena ganarse.

Se rascó la nuca.

—"¿Podría tener una cita con ella…?"

Lo dijo en murmullos casi sin querer, como quien lanza un pensamiento al viento sin esperar que vuelva.

Pero ahí quedó.

Una chispa más de las muchas que empezaban a encender algo nuevo en él.

El gamer de la Tierra, perdido en un mundo ajeno, con un HUD invisible y un inventario limitado y suficientes referencias a la cultura gamer para hacer que un Ghoul se quiera pegar un tiro si tenia que escuchar una conferencia de aquello. Contando con una barra de estamina, un ladrillo en el bolsillo... y una razón para seguir... mas o menos.

**

El trío retomó el paso con el crujir de hojas podridas bajo los pies (o pezuñas, o patas).La mañana en la Zona no tenía pájaros ni brisa refrescante. Solo ese silencio roto por ecos lejanos, como si el mundo aún estuviera calculando qué sonido cargar a continuación.

Rick caminaba con una mezcla de curiosidad, ligera paranoia y el paso torpe de quien aún no sabe si está en un sueño o una expansión no oficial de su juego favorito.

—"¿Entonces qué es exactamente 'el Arca'?" preguntó, mirando de reojo a Bormin.

El jabalí, siempre unos pasos al frente, no giró la cabeza.

—"Refugio. Hogar. Última burbuja de civilización que no apesta del todo."

—"Y lugar donde el Anciano nos da órdenes, nos alimenta con raciones rancias y nos recuerda lo miserables que somos," agregó Dux, caminando a su lado, su escopeta al hombro. "Es como un orfanato, pero con armas y más probabilidades de morir en la ducha."

—"Qué inspirador." Rick asintió. "¿Hay que hacer una cita previa para hablar con ese Anciano, o se improvisa?"

—"Él va a querer hablar contigo apenas pongas un pie allí," dijo Bormin, sin mirar atrás. "No todos los días aparece un tipo sin mutaciones, ni cara podrida, ni hambre de carne humana."

—"Eh, yo sí tengo hambre," dijo Rick con una mueca. "Pero más tipo… waffles. O milanesas. No sé, lo que daría por una hamburguesa que no brille en la oscuridad."

—"¿Y tú de qué Arca vienes?" preguntó Dux. "Nunca habíamos oído hablar de una con humanos normales y menos... con ese acento raro."

Rick tragó saliva. El momento llegó. La pregunta inevitable.

—"La mía está lejos. Muy lejos. "Se encogió de hombros.—"No es fácil de encontrar en el mapa. En mi Arca la gente se queja en Twitter, hace memes y paga por ver a otros jugar. Tenemos algo llamado Internet, que es como una Zona pero llena de opiniones inútiles."

Dux lo miró por unos segundos.—"Ah. O sea, una pesadilla diferente."

—"Exacto."

Bormin resopló.—"No importa de dónde venga. Si el Anciano piensa que tiene respuestas, hablaremos. Pero si está infectado o… algo más raro, lo tiramos al lago."

—"Tú siempre tan optimista, ¿eh?" sonrió Rick. "¿Qué es lo próximo? ¿Una bienvenida con una trampa de osos?"

—"No le des ideas," murmuró Dux.

Avanzaron por una colina rocosa, y tras cruzar unos arbustos altos que parecían espinas de metal oxidado, llegaron a un claro amplio. Allí, entre escombros y maleza deformada, descansaba un gigante dormido.

Un robot de patrulla.

Destruido. Chamuscado. Su torso, medio abierto. Antiguo, pero aún imponente. Su diseño era elegante, blindado, con partes mecánicas de precisión quirúrgica.

—"¡NO JODAS!" Rick corrió hacia él. "¡Un G-76 de respuesta táctica! En el juego siempre eran los que te rompían el sigilo porque no paraban de hacer escaneos. Tantas partidas arruinadas por uno de estos…"

Se arrodilló junto al cadáver de metal, inspeccionando las juntas.

—"¡Miren esto! ¿Saben lo que puede haber aquí dentro? Núcleos de energía, chips militares, ¡o hasta servoactuadores de grado militar!"

Dux se cruzó de brazos.—"Solo tú te emocionas así con basura oxidada."

—"¡No es basura oxidada, es loot potencial!" Rick sacó su cuchillo improvisado que le presto Bormin —más símbolo de esperanza que herramienta útil— y empezó a palanquear una placa suelta.

—"En serio, esto siempre me frustró. En el juego le metías tres granadas, perdías media escuadra, y cuando lo saqueabas te daba..."

La placa se soltó con un crujido, revelando un compartimiento interior. Rick rebuscó, rebuscó, rebuscó… y al final sacó algo.

Una pieza diminuta, sin color. Chatarra común.

Silencio.

—"…una maldita unidad de chatarra barata," susurró. Alzó el brazo, mostrando el trozo con desprecio.—"¿De todo este coloso de tecnología, obtengo esto? ¿¡En serio!? ¿Quién diseñó este sistema de botín? ¿Ubisoft? ¿Bethesda en un mal día?"

—"¡JA!" soltó Dux, entre carcajadas.

—"Ni los ghouls quieren eso," dijo Bormin. "Pero llévatelo. Quizás el Anciano se apiade y te dé... una galleta."

Rick guardó la pieza en su bolsillo con una mezcla de vergüenza y compromiso.

—"No es por el valor. es por la utilidad."

—"Claro, campeón. "Dux le dio un golpecito en el hombro.—"Vamos, que el Arca no va a venir sola."

Rick se quedó un segundo más mirando al robot.

Tan imponente… ahora inservible. Como muchas cosas que antes parecían eternas.

Suspiró, se dio media vuelta y siguió a sus nuevos compañeros.

Apenas dejaron atrás los restos del robot oxidado, el terreno comenzó a cambiar.

La vegetación se volvió más espaciada, los árboles torcidos daban paso a pilares de hormigón y metal oxidado que surgían del suelo como lápidas tecnológicas. Era un campo de ruinas: antenas dobladas, postes de señal sin utilidad y lo que parecía ser la entrada derrumbada de un viejo búnker.

—"¿Zona muerta?" murmuró Dux, bajando el volumen de su voz instintivamente.

—"No lo sé," respondió Bormin. "Pero huele a electricidad... vieja."

Rick también lo sentía. Ese aire cargado, como cuando uno se acerca a un monitor CRT de los antiguos. Cada paso levantaba polvo rojizo que olía a plástico quemado.

—"Hey… ¿esto era parte del mapa?" preguntó Rick, sacando por inercia una barra imaginaria de inventario que, por desgracia, no aparecía. "Esto se parece al sector 6-B de las ruinas comerciales, ¿no?"

—"Esto no está en el mapa," dijo Bormin. "Y si no está en el mapa, probablemente sea peligroso."

—"O valioso," agregó Rick con una sonrisa.

Frente a ellos, semienterrado, había lo que parecía un viejo cajero automático, incrustado en una estructura de concreto deformada. Encima, apenas colgando, un cartel medio fundido: **TOMATEMART - Siempre Cerca de Ti**.

Rick se acercó con los ojos brillando.

—"¡Un TomateMart! ¡Esto sí lo recuerdo del manual! Son los mini mercados pre-Caída que sobrevivieron al caos… algunos tienen artefactos intactos."

Tocó la puerta metálica corroída con reverencia.

—"Es como encontrar un cofre del tesoro… sin saber si está maldito o lleno de cucarachas."

Dux se mantuvo a una distancia prudente, apuntando con la ballesta. Bormin desenfundó su escopeta con ojos serios.

Rick, por su parte, empujó con fuerza. La puerta se abrió lentamente con un gemido de metal, liberando un olor a moho, plástico derretido y... salsa de tomate antigua.

Dentro, el aire era denso. Oscuro pero una luz tenue parpadeaba al fondo, alimentada por quién sabe qué fuente.

Los estantes estaban vacíos en su mayoría, pero aún quedaban cosas:— Un paquete de algo que parecía chicle fosilizado.— Un reloj digital con pantalla agrietada.— Y, lo más interesante: una caja sellada con el logo de una batería solar portátil.

Rick se acercó. Levantó la caja.

Y entonces lo sintió.

Un zumbido.

Débil, casi imperceptible… pero inconfundible. Provenía del suelo. Como si algo allá abajo aún estuviera funcionando.

—"...¿Escuchan eso?"

Bormin levantó una ceja.

Dux entornó los ojos.

—"Sí. Vibración. Algo mecánico."

Rick miró a sus pies. Parte del suelo tenía un panel de metal más reciente que el resto de la tienda.

—"Creo que esto es una compuerta."

Antes de que pudiera decir más, una parte del suelo colapsó. Rick cayó de rodillas, retrocediendo justo a tiempo antes de que una sección se desplomara, revelando una abertura oscura con cables colgantes y luces rojas parpadeando.

De allí, una voz comenzó a sonar. Electrónica. Femenina. Distorsionada.

"Autenticación fallida. Iniciando protocolo de contención. Nivel 1."

Todos retrocedieron.

—"¿Eso generalmente es malo?" preguntó Rick.

—"Puedes apostar que si," respondió Dux, apuntando al agujero.

Un sonido metálico comenzó a subir por los túneles.

Rick guardó la caja, mirando a sus compañeros.

—"¿Corremos o esperamos el mini-boss?"

Bormin ya estaba retrocediendo.—"Corremos."

El trío se alejó entre gritos de alerta, justo cuando una garra robótica emergía del hueco, seguida por una unidad de seguridad ciega, tambaleante, que emitía pitidos agudos mientras buscaba un objetivo.

Rick no podía evitar reír, incluso mientras corría:

—"¡Es oficial! Este juego tiene eventos aleatorios."

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