Jian se arrodilla ante el guardaespaldas; su imponente miembro lo llena de deseo. La sumisión se convierte en adicción, una necesidad que lo consume por completo.
Jian se arrodilló frente al Sr. Davis, rozando con los labios la suave piel de los testículos de su jefe. Con suavidad, retiró el prepucio con los dedos, revelando la punta hinchada y roja del miembro del Sr. Davis. La punta, brillante y húmeda, era una invitación irresistible. Jian la envolvió con sus labios, saboreando la sal de la piel del hombre que dominaba no solo su vida laboral, sino también sus deseos más profundos. Cada lamida era un acto de sumisión, un reconocimiento de la autoridad del Sr. Davis sobre él. Mientras su boca trabajaba con avidez, sus ojos se posaron en su esposa, que yacía en el suelo, con las piernas abiertas y el cuerpo temblando bajo el peso del Sr. Davis. La escena era un recordatorio constante de la jerarquía que los unía: el Sr. Davis en la cima, su esposa como su posesión más preciada, y Jian, el observador que anhelaba formar parte de ese mundo.
El Sr. Davis gruñó de placer, agarrando con fuerza el cabello de Jian, guiando el ritmo de la felación. "Así se hace, Jian, así se hace", murmuró con voz ronca y llena de autoridad. Jian sintió una mezcla de vergüenza y excitación invadirlo, su cuerpo respondiendo al dominio del hombre que controlaba tanto su vida profesional como sus impulsos más primitivos. Cuando Jian le pidió a su jefe que cuidara de su esposa en casa estos días y la mantuviera a salvo, accedió. Jian finalmente se hizo a un lado por unos días, anunciando que tenía que ausentarse.
El Sr. Davis asintió, su voz apenas un susurro. "Estará bien, muchacho. Yo la cuidaré. Tu esposa siempre está en buenas manos. Me sorprende tu mentalidad abierta. Amas a tu esposa. Tienes un lado heterosexual y otro bisexual".
Jian kissed his wife's lips firmly, she moaned a little happily, and told her he'd be back in a few days. Her confidence improved over an open and comfortable relationship, he felt freed from the chains of submission. His mind, always restless, had already found a new object of desire. He realized that besides women, he always needed to try something different: the bodyguard who had been assigned to look after his girlfriends. The man was a mountain of muscles, his presence imposing and silent. Jian found him in the living room, his gaze fixed on nothing, as if the world around him did not exist. With slow, calculated steps, Jian approached, his heart beating with anticipation.
"Boss ," the bodyguard murmured, his voice deep and surprised as Jian knelt in front of him. Without a word, Jian unbuckled the man's belt, pulling down his pants with an almost ritualistic slowness. The masculine scent, strong and intoxicating, enveloped him instantly. The bodyguard's member was impressive, larger and thicker than Mr. Davis's, its head red and swollen, the retracted foreskin revealing a glistening, tantalizing tip. Jian inhaled deeply, his nostrils filling with the smell of man, of sex and power.
"I'll reward you," Jian whispered, his voice thick with promise. The bodyguard said nothing, his expression a mix of surprise and curiosity. Jian needed no further invitation. He opened his mouth, his lips wrapping around the head of his cock hungrily. The skin was warm and soft, the taste unique and addictive. Jian sucked passionately, his tongue exploring every inch, from the tip to the base, where the cock was lost in the mat of dark hair. The bodyguard let out a strangled moan, his hands instinctively gripping Jian's hair, guiding the rhythm of the blowjob.
The size of the member was overwhelming, completely filling Jian's mouth, forcing him to breathe through his nose. The taste was intense, a mix of salt and something else, something deeply masculine and primal. Jian felt lost in the sensation, his body trembling with pleasure. The bodyguard sat on the sofa, his hand stroking Jian's hair with unexpected softness. "Boss..." he murmured, his voice a husky whisper.
But Jian wasn't listening. He was too busy enjoying the feel of the big, hard member in his mouth, the way his tongue played with the tip, the way the foreskin moved back and forth with every stroke. "You have the most delicious cock ," Jian whispered, his words drowned out by the flesh filling his mouth. "I've never tasted anything so delicious . "
El guardaespaldas soltó una carcajada baja, su mano apretando el cabello de Jian con más fuerza. "Si lo dices tú, jefe", murmuró, su voz cargada de diversión. Pero Jian no estaba bromeando. Se había vuelto adicto a la sensación, a la forma en que el miembro grande y duro llenaba su boca, a la manera en que el sabor lo transportaba a un lugar de puro placer. No podía parar, no quería parar.
Con cada mamada, Jian se sentía más y más perdido en la sensación. Su cuerpo sudaba, su boca chorreaba, pero no le importaba. Estaba en un estado de éxtasis, su mente nublada por el placer. El guardaespaldas gemía, sus manos agarrando las mejillas de Jian, guiando su cabeza con un ritmo cada vez más rápido. "Jefe, voy a...", advirtió, su voz un susurro ronco.
Pero Jian no se detuvo. Chupó con más fuerza, su lengua trabajando con frenesí, su boca devorando el miembro con una avidez que lo consumía por completo. Y entonces, el guardaespaldas se corrió, su semen caliente y espeso llenando la boca de Jian, goteando por sus labios y su barbilla. Jian tragó, saboreando el líquido salado y amargo, sintiéndose lleno de una manera que nunca había experimentado antes.
El guardaespaldas se recostó en el sofá, su respiración entrecortada, su mirada fija en Jian con una mezcla de asombro y deseo. "Jefe...", murmuró, su voz un susurro cargado de emoción. Pero Jian no dijo nada. Solo se limpió la boca con el dorso de la mano, su mirada perdida en el vacío, su mente todavía procesando la intensidad de lo que acababa de suceder.
Se levantó, su cuerpo tembloroso, su mente nublada por el placer. El guardaespaldas lo observó, su expresión una mezcla de curiosidad y respeto. "Jefe, ¿estás bien?", preguntó, su voz suave y preocupada. Jian asintió, su voz apenas un susurro. "Estoy bien. Solo... necesito un momento"
Luego de pasar acariciando el enorme miembro de su seguidor, el continúa poniéndose duro solo para mi además de mantener mi cabeza debajo de él el líquido corre en mis labios, lo veo sentir el placer de tenerme en sus rodillas, es diferente de solo coquetar con chicas, su jefe la persona que más le importa se lo besa incluso pone su cara en sus bolas crudo el guardaespaldas se sube a mi y comienza a follarme el trasero luego de acabarme dentro sin el condon me coquetea diciéndome "jefe eres mi saco personal para el estrés, lo acepto y lo besó fuertemente,hacemos el amor toda la noche es tan rico que gimo y recibo todo de mi guardaespaldas mi trasero recibe su enorme cosa, gracias al sistema el tiene lealtad hacia a mi,por lo que todo es un secreto a escondidas, luego de limpiarme, no paro de acariciarle su miembro en sus pantalones y oler sus bolas su ropa tiene huecos para que pueda sacar su miembro en bóxer gris y olerlo, nuestra relación se vuelve más intensa abro mi boca para mamarle su polla en la cama durante todo el día mi boca se mantuvo mojada y el miembro de mi subordinado tratado y besado me apoderó de él ordenando su polla en la noche el se monta detrás siempre sobre mi trasero en la cama con la ropa abajo tirada me haga el amor chorreando cosas, me dejo besar y le correspondo, "tu jefe necesita que siempre tu deliciosa cosa de macho estoy comenzando a sentirme bien me gusta que me folles, obedientemente el guardaespaldas le susurraba " tu culo es el más grueso y el mejor jefe luego de una larga corrida de horas largas mi culo queda rojo y manoseado mi subordinado se vuelve el dueño de mis gemidos, jian "esta bien será divertido pero recuerda que soy una persona abierta y bisexual nadien debe enterarse de esto, besa los labios de su guardaespaldas y recibe su enorme polla caliente la cama se mueve aplasta su trasero en su enorme cosa dura las corridas siempre son como llenar una sandia seca de jugo
Se alejó, su mente girando con las implicaciones de lo que acababa de hacer. Había cruzado una línea, había desafiado la jerarquía que lo unía al Sr. Davis. Pero no le importaba. En ese momento, solo había una cosa que importaba: el sabor del miembro del guardaespaldas en su boca, la sensación de su semen caliente y espeso en su garganta. Era adictivo, irresistible. Y Jian sabía que no podría parar, que necesitaría más, mucho más.
Mientras caminaba por el pasillo, su mente ya estaba planeando la próxima vez, la próxima mamada, la próxima oportunidad de sentir el miembro grande y duro del guardaespaldas en su boca. Era una adicción, una necesidad que lo consumía por completo. Y Jian no podía hacer nada para detenerla.
Cayó la noche, y Jian se sentó en su estudio, aún dándole vueltas a las implicaciones de lo sucedido. El sabor de la polla del guardaespaldas aún estaba en su boca, el recuerdo de su semen caliente y espeso en su garganta. Era una sensación que lo perseguiría, una adicción que lo consumiría. Y mientras miraba por la ventana, su mente ya planeaba la próxima vez, la próxima oportunidad de sentir el poder y la dominación del guardaespaldas en su boca.
El mundo exterior parecía distante, irrelevante. En ese momento, solo importaba una cosa: la adicción, la necesidad de sentir el miembro grande y duro en su boca, de saborear el semen caliente y espeso. Era una sensación que lo definiría, que lo consumiría por completo. Y Jian no podía hacer nada para detenerla.
En la quietud de la noche, Jian se permitió un momento de reflexión. ¿Qué había empezado? ¿Qué límites había cruzado? No lo sabía, y en ese momento, no le importaba. Solo sabía que no podía parar, que necesitaría más, mucho más. Y mientras la luna brillaba con fuerza en el cielo, Jian se perdió en la promesa de lo que estaba por venir, en la adicción que lo consumiría por completo.