Aterrizamos con estrépito en el patio trasero de la Capsule Corp., el polvo y los escombros aún adheridos a nuestras ropas. Trunks estaba jadeando, agotado pero con una chispa de emoción salvaje en sus ojos. Yo, aunque dolorido, sentía una extraña mezcla de alivio y adrenalina. Habíamos sobrevivido a un primer encuentro directo, y lo que es más importante, habíamos dejado una marca.
Bulma salió corriendo de la casa, su rostro pálido. Al vernos, corrió hacia nosotros, sus ojos recorriéndonos en busca de heridas graves. "¡Gohan! ¡Trunks! ¡Están bien! Oh, Dios mío, pensé que... pensé que..." Su voz se quebró. Nos abrazó con fuerza, sus manos temblorosas.
"Estamos bien, mamá", dije, aunque el dolor en mi costado era un recordatorio de la patada de 18. "Solo un poco golpeados."
Bulma nos apartó, examinándonos con ojos críticos. "¡Golpeados! ¡Gohan, tu ropa está hecha jirones! ¡Y tienes un corte aquí!" Dijo, señalando mi brazo. "¡Y Trunks, estás cubierto de polvo y casi no puedes respirar!"
"Es un milagro que estén vivos", dijo, la preocupación aún teñida con una pizca de asombro. "Las lecturas de energía que obtuve desde el laboratorio... eran una locura. Tus niveles de ki eran altísimos, Gohan, y esa otra energía... ¡casi se salió de las tablas cuando te fuiste! ¿Qué demonios pasó allá fuera?"
La llevé adentro, a la seguridad del laboratorio. Trunks, con su energía infantil, ya estaba exigiendo una bebida energética y un bocadillo. Mientras Bulma me examinaba con su equipo médico, le relaté el enfrentamiento con el mayor detalle posible. Hablé de la velocidad de los Androides, su fuerza, su ilimitada energía. Y luego, de cómo había usado el Aura Mística para endurecer mi cuerpo, para manipular el entorno y para confundir sus sensores.
Los ojos de Bulma se abrieron con cada detalle. Cuando describí cómo 17 se había quedado momentáneamente desconcertado por mi "truco" con el espacio, una nueva luz se encendió en su mirada.
"¿Así que su tecnología no puede detectar esa energía mística con facilidad?", murmuró, más para sí misma que para mí. "Y pudiste usarla para interferir con su percepción y su movimiento. Esto... esto es enorme, Gohan. Es la ventaja que necesitamos."
Asentí. "No podemos derrotarlos de frente, no todavía. Su energía es infinita. La nuestra, no. Es como si pelearan contra un muro. Pero no son invencibles. Los sentí. Esa ligera confusión, ese atisbo de sorpresa. Si podemos explotar eso, si podemos seguir golpeándolos donde menos lo esperan..."
Me puse de pie, a pesar del dolor, y me acerqué a un mapa holográfico de la Tierra que Bulma usaba para rastrear las anomalías de energía. "Mamá, esto no es solo entrenamiento físico. Esto es una guerra de inteligencia. Necesitamos analizar cada uno de sus movimientos. Cada patrón de destrucción. Necesitamos predecir dónde atacarán a continuación."
"Ya lo estoy haciendo", dijo Bulma, tecleando furiosamente en su consola. "Están siguiendo una ruta. Parece aleatoria, pero hay un patrón de 'visitas' a las ciudades principales. Podríamos tener unas semanas, tal vez un mes, antes de que lleguen a la capital."
"Un mes", repetí. "No es mucho. Pero es algo. Ahora, necesitamos un plan de ataque y defensa a largo plazo. No podemos exponer a Trunks al peligro total en cada enfrentamiento. Es muy joven."
Bulma me miró, una chispa de su antigua vivacidad regresando a sus ojos. "Entonces, ¿cuál es el plan, general Gohan?"
"El plan es simple, en teoría", respondí, mis ojos fijos en el mapa. "Seguiremos entrenando. Pero no solo para hacernos más fuertes físicamente. Entrenaremos para dominar el Aura Mística a un nivel que ni siquiera yo puedo imaginar todavía. Practicaremos la teletransportación y otras técnicas de escape que los Androides no pueden contrarrestar fácilmente. Y Trunks... Trunks necesita un enfoque diferente."
Me volví hacia mi hermano, que ahora devoraba una manzana. "Trunks, tu papel será el de un guerrero fantasma. Serás el apoyo, el distractor, el que se mueve sin ser visto. Tu velocidad y tu pequeña Aura Mística te harán casi indetectable para ellos si la usas correctamente. Aprenderás a golpear y correr, a sembrar el caos sin involucrarte en un combate directo."
Trunks, a pesar de la seriedad de la conversación, pareció emocionado ante la idea de ser un "fantasma".
"Y yo", continué, mirando a Bulma. "Necesito un nuevo objetivo. Algo que los Androides no esperen. El Super Saiyajin es poderoso, sí. Pero necesito más. Necesito un nivel de poder que pueda fusionar la fuerza Saiyajin con la naturaleza adaptable y sorprendente de la Aura Mística. Necesito una forma de desatar mi poder de una manera que los desequilibre por completo."
Bulma asintió lentamente. "Entiendo. Un Saiyajin con un truco bajo la manga... o más bien, una fuente de poder oculta."
"Exactamente. Cada encuentro con ellos será un ejercicio para recopilar datos, para entender sus debilidades y sus patrones. No pelearemos para ganar, no aún. Pelearemos para aprender. Para sobrevivir. Y para sentar las bases de su derrota final."
La sombra de la catástrofe aún se cernía sobre nosotros, pero por primera vez en este futuro desolado, no era una sombra de desesperanza. Era una sombra de desafío. Una promesa silenciosa de que esta vez, el futuro sería reescrito, golpe a golpe, aura a aura.