Cherreads

Chapter 2 - Confrontación

PERCY

— FLASHBACK —

Intente conciliar el sueño... intente. Daba vueltas en mi cama, en parte por el nerviosismo de ver a mi Annabeth. Escuché la llamada para la cena, pero decidí no cenar ya que estaba demasiado ansioso. Así que decidí levantarme y tomar una ducha para relajarme, la sensación del agua me ayudo a despejar mi mente y enfocarme. Cerré la ducha y comencé a vestirme cuando de pronto sentí ruidos en la habitación, no me pareció tan extraño ya que mis amigos y aún más Annabeth solían entrar en mi cabaña, pero los sonidos que escuchaba eran de besos y forcejeo, decidí salir del baño y ver lo que estaba pasando. La puerta estaba abierta, y en mi cama estaba una pareja a los besos.

—¡Qué demonios! —era Annabeth, encima de ella está un tipejo no más grande que yo, con los ojos muy similares a los míos, con el cabello largos, de un color negro intenso, no era demasiado fornido, era más bien escuálido, pero era de buen parecer.

—¡P... Percy! yo... —dijo mientras se abrochaba la camisa y arreglaba su cabello rubio y alborotado. Solo podía sentir como la ira crecía dentro de mí, yo apretaba los puños solo como una excusa para no descontrolarme y asesinar al sujeto, el cual me miraba con una cara burlesca, como disfrutando de la escena.

—¿¡Quién demonios eres tú!? —le pregunte al borde la locura, podía sentir como la tierra temblaba debajo de mis pies.

—¡Soy Mark hijo de Poseidón! ¡Qué haces en mi cabaña, y peor aun interrumpiendo este momento con MI NOVIA! —sus palabras me hicieron bajar mi defensa, no esperaba esto, mejor dicho, no merecía esto.

—¿Tu qué? —pregunte estupefacto mirando a Annabeth con decepción. Annabeth intento hablar, pero me adelanté.

—¡Cállate! —le dije dándole una mirada que contenía toda mi furia, pero a la vez mi dolor. Ella se estremeció temblando de miedo.

—¡Mi novia! ¿Eres sordo o qué? ¡Ahora lárgate antes que te de una paliza por interrumpir! —me dijo mientras tomaba por la cintura a Annabeth que ni siquiera intento zafarse de su agarre y eso fue la gota que derramo el vaso.

Corrí con todo hacia ellos y los agarré del cuello y los lance fuera de mi cabaña, yo estaba temblando de rabia. Cayeron unos metros más atrás llenos de polvo mientras tosían tratando de respirar. Estaba cegado por la rabia que la tierra empezó a abrirse dentro de mi cabaña abriéndola en dos. Para todo esto el terremoto alerto al resto de los campistas junto con Quirón y Dionisio los cuales se agruparon un poco lejos de nosotros con terror en sus ojos, pero no intervinieron. Salí de mi cabaña mientras Mark saco su espada, era una espada de bronce celestial con un mango de plata y un tridente en la empuñadura de color turquesa. Annabeth tosía con furia, sabía que no sería capaz de hacerme frente.

—¡Maldito bastardo! Como te atreves —el gritó convocando una pared de agua y enviándola directo a mí.

Mi respiración era acelerada, esto no podía estar pasándome a mí, la ira me estaba invadiendo, pero a la vez sentía un inmenso dolor, mi corazón se había roto, en mil pedazos, la mujer que tanto ame, aquella por la cual salte al tártaro, aquella por la cual he rechazado la divinidad me había engañado. Una lágrima solitaria salió de mis ojos y se deslizo suavemente como si fuera directo de mi corazón. Mientras caía cerré mis ojos, mil imágenes me invadieron en ese instante, nuestra primera misión, nuestro primer beso cuando pensé que iba a morir, mi regreso de Oggya, yo rechazando la divinidad, nuestro beso dentro del agua. Abrí los ojos con determinación y furia y grité.

—Yo soy Percy Jackson. Eso es todo lo que necesitas saber —con mi mano redirigí la ola para estampar a Mark contra un árbol furiosamente.

—¡Percy no…! —gritó Annabeth. —¡No te atrevas a mencionar mi nombra nunca más! ¿Lo has entendido? Zorra. —el campamento estaba absorto viendo el espectáculo. Algunos se alejaban más por precaución, mientras que Quirón y Dionisio decidieron no interrumpir pues pudo ver el dolor y la decepción de mis ojos. Saqué mi espalda y lentamente camine hacia Mark, el cual se levantó tambaleante y empezó a correr hacia para atacarme, levanté mi espada para bloquear su ataque, luego ataque hacia un costado y logró evadir mi golpe, el dio una estocada directa apuntando a mi pecho, pero logre evitarla y aproveche mi oportunidad y arremetí contra su costado haciéndole un profundo corte en las costillas, el grito de dolor mientras se retiraba haciendo presión sobre su herida. Convoqué otra ola para estrellarlo contra un árbol y él se quedó tendido al borde de la inconsciencia. Annabeth corrió hacia él para ayudarlo, eso me lleno de rabia aún más y convoque una ola y la empuje hacia un costado revolcándola en el suelo provocando rasguños y alguna que otra herida. Quedó fuera de combate.

—Percy... hijo, basta, es suficiente, ya has tenido tu venganza, no dejes que la ira te gobierne, por favor te lo pido —susurró Quirón mientras se acercaba a mí, dándome una mirada de comprensión. Dionisio como siempre era un tema aparte, aplaudía sabiendo que esto no quedaría sin consecuencia. Yo solo asentí y me di la vuelta, encontré a los campistas aterrorizados, algunos me miraban con asombro y otros llenos de excitación por el espectáculo. Pude ver a mi primo y a Grove que se acercaban a mí.

—¿Perse... estas bien? —me pregunto Nico. Grover solo me miraba, pues él sabía la respuesta debido a que él podía sentir mis emociones. Llamó mi atención y negó con la cabeza, había sido suficiente. Yo solo respiraba hondamente tratando de calmarme. Me volteé para ver mi cabina partida a la mitad, casi destruida. No podía importarme menos. Esto lo sabía Poseidón.

—Yo... necesito estar solo —le respondí con amargura, sentía que mi voz se apagaba, que el pecho se me cerraba.

—Necesito que me hagan un favor —La multitud comenzó a dispersarse por orden de Dionisio, quien ni presto atención y ni se molestó en intervenir. Quirón ordeno que atendieran a los heridos por lo que los hijos de Apolo fueron a por unas camillas para trasladarlos a la enfermería.

—Lo que sea —me respondieron Nico y Grover.

—Necesito que me preparen una bolsa con todo lo necesario para una misión. Me voy de aquí. Este ya no es lugar para mí.

—Pero Percy... —mi mirada debe haber sido tan profunda y llena de dolor que ellos asintieron y salieron corriendo para prepararme los suministros.

Me dirigía a mi cabaña a reunir algo de ropa y algunas otras cosas cuando sentí que alguien corría detrás mí gritando locamente, vi a Mark saltar sobre mí sosteniendo su espada con las dos manos. Me tire al suelo y con mis pies logre patear su pecho y evadir el ataque, el cayo aparatosamente, tome su espada rápidamente y clave su pierna contra la tierra, un grito desgarrador se escuchó en todo el campamento provocando que la gente se volviera a agolpar, me disponía a atravesar su cuello con Riptide cuando una luz se formó a mi costado, cerré los ojos, sentí que alguien tomaba mi muñeca y la sacudía con fuerza arrojando mi espada lejos de mí. Era mi padre.

—¡Que has hecho Percy Jackson! —gritó furioso mientras los demás dioses aparecieron para admirar la escena con asombro y otros como Ares estaban extasiados. Lady Hestia me miraba con dolor, entonces comprendí lo que había intentado decirme antes de volver al campamento.

—¡El me ataco por la espalda! y lo sorprendí en mi cabaña besándose con mi novia —grité, pero mi padre solo cerró los ojos, podía sentir como su aura de poder iba en aumento.

—¡Esto es inaceptable! ¡Cómo te atreves a hacerle esto a tu hermano! intentar matar a tu propio hermano, no pensé que fueras asi —me miro con desaprobación, yo no lo podía creer, ponía a ese cretino por sobre mí, yo, su hijo, quien salvo el Olimpo. Lágrimas de amargura salía de mis ojos que ya no eran verdes solamente sino estaban teñidos de sangre. Quirón intento interceder por mí al igual que mis amigos, pero mi padre estaba cegado.

—Percy debe ser desterrado, este comportamiento es inaceptable, es una amenaza para este campamento —como siempre, Zeus no perdió el tiempo como para proponer eso al consejo que estaba reunido, quienes mantenían silencio, algunos no salían de su asombro ante la propuesta de mi padre.

—Se decidirá con el voto —la voz de Ares se alzó entre todo el barullo, no podía ser de otra forma ese desgraciado tenía un rencor personal y este era su momento.

—Los que estén a favor levanten sus manos —mi corazón estaba destrozado, yo sabía que no contaba con la simpatía de los dioses por mis arrebatos e impulsos, al menos no de la mayoría. Zeus fue el primero en levantar la mano con una sonrisa maliciosa, Atenea (lo esperaba) Hera (odia a todos los semidioses), Deméter, Poseidón, Ares con su sonrisa enferma, como si estuviera satisfecho de los acontecimientos. —Los que estén contra —Afrodita levanto su mano dándome una sonrisa leve, no supe cómo interpretarlo, solo sentía rabia, Hefesto, Lady Hestia solo tenía lagrimas corriendo en su mejilla, Artemisa (me sorprendió) Hermes me sonrió con una mirada de comprensión. Y fue cuando mi corazón volvió a sentir dolor intenso, nadie más levanto la mano. Apolo se abstuvo, al igual que Hades.

—¡Decidido! Percy Jackson te desterramos del campamento Mestizo, como castigo por tus acciones aumentamos tu aura semidiós así que espero que estés preparado para pelear —exclamo Zeus mientras el cielo retumbaba con rayos y truenos. Yo caí de rodillas sintiendo el aumento de mi aura, mas no de mi poder, mi olor se había acrecentado notablemente... eso es grave.

—¡Hermano basta! ¡Eso es demasiado! —salió Lady Hestia en mi defensa.

—¡Está decidido! —dijo Zeus para luego desaparecer en un rayo. Los demás dioses hicieron lo mismo menos Hestia quien se quedó a mi lado. También se aceraron Grover y Nico.

Quirón y mis amigos se acercaron para despedirse de mí, algunos estaban en lágrimas, Clarisse solo me dio una palmada en la espalda, pero yo sabía cuánto significaba esa palmada. Leo estaba llorando mientras me abrazaba. Yo no lo podía creer, pase de ser el héroe y salvador del Olimpo a ser un despreciado por los dioses y un desterrado abandonado a mi suerte a manos de los monstruos.

—Percy—dijo Quirón mientras intentaba contener las lágrimas de sus ojos. —Ve hacía California, al estar Jason allí Zeus se encarga de que haya menos presencia de monstruos —no me sorprendía que eso pasara, Zeus siempre usando de su poder para sus propios fines.

—No te preocupes Quirón, sobreviviré—suspire. —Gracias por mediar por mí —me dio un último abrazo y salido trotando rumbo a la casa Grande.

—Perse tenemos lo que nos pediste —dijo Grover mientras que Nico solo me abrazo. Saque la caja de terciopelo de mi bolsillo y camine hacia la camilla de Annabeth, mis amigos trataron de detenerme, pero les dije que estaría bien y me dejaron.

—Alto —les dije a los hijos de Apolo, me acerque, ella estaba semi inconsciente así que no se si logro verme o escucharme. —Adiós Annabeth Hija de Atenea... maldita zorra —le susurre. Agarre la caja y con violencia la coloque sobre su estómago haciéndola encorvarse y escupir sangre, luego hice señas a los hijos de Apolo para que se la llevasen. —Bueno es hora de irme —un trueno retumbo a lo lejos.

—Percy —Lady Hestia me susurro en el oído. —No te olvides que siempre puedes contar conmigo, sabes dónde encontrarme, y.… procura mantenerte vivo.

—Lo haré —me abrazo tan cálidamente, era un abrazo de madre, un abrazo de consuelo y comprensión. Se alejó de mí y en una llamarada se desvaneció.

—¡Adiós chicos! Nos veremos... algún día —dije y con las mismas me dispuse a emprender mi camino.

— FIN DE FLASHBACK —

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Salí de mis pensamientos debido que una llamarada fuego se formó delante mí, mis reflejos rápidamente me hicieron levantarme y sacar mi espada de mi bolsillo. Cuando me di cuenta quien era guarde mi espada y me acerque. Ella me miraba con una mirada penetrante, entre molesta y decepcionada, solo pude agachar la cabeza buscando su perdón, ella me había ofrecido su ayuda, pero yo había decidido no acudir ella, no por orgullo o desprecio, sino que no quería comprometerla, ni que se viera en problemas por causa mía, después de todo yo era un desterrado, un héroe despreciado, un hijo olvidado, un amigo extraviado.

—Lady Hestia, yo... yo lo siento —balbuceaba tratando de disculparme

—¡Percy Jackson! me cansé de esperar que acudieras a mí, sin embargo, me da gusto ver que estés vivo —me dijo agarrando mis hombros para abordarme en un cálido abrazo, me vino tan bien, yo tenía tanto frío. Supongo que pudo sentir mi tiritar que inmediatamente encendió un fuego y me condujo hacia la pequeña fogata. —Te vez fatal ¿has comido? —negué suavemente y pude sentir su mano sobre mi mejilla. —Supongo que podemos solucionarlo —chasqueo los dedos para convocar una rica hamburguesa con queso, a lo cual me aventé rápidamente a comer como desesperado. —¡Percy! ¡los modales! —me sentí avergonzado, pero realmente tenía mucha hambre, sentí como que me volvía el alma al cuerpo.

—Yo lo siento mi Lady, es solo que llevo varios días sin comer —Hestia se sonrojo de vergüenza y me dejo seguir comiendo.

—Percy no tengo mucho tiempo, vine a ver como estabas, procura salir de este lugar por la mañana, vi una manada de monstruos merodeando no lejos de aquí.

—Está bien... pero ya no sé a dónde ir, se supone que esta zona sería más tranquila —susurré en voz baja.

—Cierra los ojos —los cerré y pude sentir una energía que me envolvía, era cálida, reconfortante, como los abrazos de Hestia. —Te acabo de dar el poder de convocar alimento... ten cuidado de no usarla desmedidamente ya que produce una reducción de tus energías ¿sí? —casi me pongo a llorar, odiaba tener que a veces robar alimento, ya no tendría que preocuparme más por ello.

—Gracias, Gracias lady Hestia —sin pensarlo extendí mis brazos para abrazarla, parce que la sorprendí con la guardia baja, porque se asombró, pero rápidamente respondió a mi abrazo.

—Debo irme Percy, trata de descansar —me dio un beso en la mejilla y desapareció en medio de la fogata. Al menos no tendré que volver a pasar hambre dije para mí mismo, y me dispuse a tratar de dormir un poco, a los pocos minutos estaba dormido, un sueño profundo, y sin pesadillas ¡gracias a los dioses!

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