Lugar: Antártida
Hora: Desconocida
Treinta minutos después, el frío parecía haber calado incluso en aquellos que ya no sentían el clima como antes veintisiete personas aguardaban en silencio, cada una perdida en sus propios pensamientos, cuando un destello blanco en la nieve tan rápido que, para un ser humano, habría sido apenas un parpadeo.
De la luz surgió una mujer de piel clara y cabello negro que le caía hasta la mitad de la espalda. nadie habló, pero todos la observaron con la misma mezcla de cautela y curiosidad.
El silencio se volvió casi físico hasta que Irene, recordándose que ella era la convocante, dio un paso al frente.
-Hablaremos en inglés. Es la lengua más extendida… y la que más podemos compartir.
La mayoría asintió y nadie protestó.
-Bien, ¿alguien quiere comenzar?
Ferreira, incapaz de soportar la tensión un segundo más, levantó la voz con su tono despreocupado:
-¿Saben qué es lo peor de tener estos superpoderes?
Las miradas se dirigieron a él, algunas curiosas, otras con desdén.
-Que el alcohol ya no nos hace ni cosquillas.
Dijo con una sonrisa en la cara.
Hubo unas risas cortas; algunos rodaron los ojos y otros hicieron ambas cosas. Por lo menos el ambiente ya no parecía tan tenso.
-Soy Ferreira, de Brasil.
Añadió con un pequeño gesto de saludo.
-Ahora sí, después de romper el hielo… ¿cuáles son las reglas de esta reunión?
Todas las miradas pasaron de él a Irene, como si la sala invisible tuviera un foco central
-Pensé en algunas desde que llegaron los primeros.
-Primera regla no nos presentaremos de forma formal ni extensa solo nombre y país la primera vez que hablemos si no, esto se hace eterno ¿de acuerdo?
Las respuestas fueron una mezcla de asentimientos, encogimientos de hombros y silencios que, convenientemente, Irene decidió considerar como aprobación
-Segunda: para hablar, levantemos la mano. No quiero que esto se convierta en un caos
Un hombre fornido, vestido con ropa gruesa de invierno, adelantó un paso antes de hablar
-No creo que sea necesario… pero si la mayoría lo quiere, no tengo problema; ah por sierto, soy Dimitri, de Rusia y, por cierto, buen chiste lo de "romper el hielo" ¿Fue una referencia por el lugar?
Ferreira le guiñó un ojo
-Por fin alguien que aprecia los chistes
Algunas sonrisas se escaparon entre los presentes otros aún parecían preguntarse de qué estaban hablando
Un hombre de rasgos asiáticos levantó la mano lentamente, como si hasta eso le diera pereza cuando vio que tenía la atención, habló con voz calmada
-Soy Li Wei, de China podemos comenzar ya… o al menos decir cuál es el propósito de esta reunión.
Juan Camilo, apoyado en sus manos dentro de los bolsillos, soltó una risa leve.
-Qué manera de enfriar el ambiente… y eso que ya estamos aquí.
Bromeó
-Pero estoy de acuerdo con el asiático soy Juan Camilo, de Colombia.
Ferreira y Dimitri soltaron pequeñas carcajadas otros tardaron unos segundos en entender el chiste
Irene inhaló profundo estaba claro que, si no tomaba el control, la reunión se le escaparía de las manos
-El objetivo de esta reunión es hablar sobre qué hacer con nuestros poderes. Evitar conflictos entre nosotros y, sobre todo… impedir que los gobiernos decidan por nosotros sin preguntar
Su voz retumbó en la nieve y el hielo
Por primera vez desde que llegaron, todos la escucharon en serio.
Alguien levantó la mano; era un hombre con tintes como de árabe y piel bronceada
-Soy Hasan, de Egipto me gustaría saber, ¿por qué crees que habría algún conflicto entre nosotros?
Alguien levantó la mano: una mujer de piel oscura, ropa india, un punto de color en su frente y cabello suelto hasta los hombros habló
-Soy Anaya Mehra, de India me parece que Irene tiene razón al suponer que tarde o temprano hubiéramos terminado peleando.
-¿Por qué?
Preguntó Hasan con una ceja alzada, mirando a Mehra.
Los demás solo observaban en silencio
-Es bastante simple es porque tarde o temprano haremos algo que afecte a la nación del otro, de forma directa o indirecta te lo explicaré de una forma más simple con un ejemplo
-¿Quién es el representante de Sudáfrica?
-Yo
-respondió Thabo, levantando la mano con una mirada seria al ver que se vería involucrado
-Dime, tu país sufre un problema de desnutrición, ¿verdad?
-Sí
-dijo, frunciendo el ceño ante el recordatorio de algo que él mismo había sufrido junto a muchos más de los suyos
-En Estados Unidos se desperdicia mucha comida y tiene un índices de sobrepeso muy grande
-Ahora, con estos poderes, ¿por qué simplemente no amenazar a los demás estados para que esa comida que está siendo desperdiciada sea distribuida en tu país?
Todas las miradas se voltearon hacia Thabo
-Siendo sincero, ya había tenido ese pensamiento simplemente elegí no hacerlo.
Alguien levantó la mano una mujer rubia, de ojos grises.
-Soy Sari, de Indonesia. ¿Seguro que no lo hiciste simplemente porque sabías que los demás países también tenían un superhumano?
Lo dijo con voz neutra, pero había un toque de curiosidad y diversión
-Sí, he de admitir que eso influyó.
Respondió Thabo
Hubo unos segundos de silencio después de su declaración
-Entonces, coloquémonos reglas
Dijo una mujer con rasgos asiáticos y toques europeos
-Soy Amaya, de Japón. Creo que lo mejor sería que nos coloquemos reglas y, ya que solo entre nosotros nos podemos detener, quiénes mejor para decidir ¿Están de acuerdo?
Dijo con una voz suave
Hubo reacciones variadas, pero ninguno se negó
-Estoy de acuerdo
Afirmó una mujer clara, con pelo liso y ojos oscuros.
-Soy Valeria, de México tengo una pregunta que a su vez nos llevará a crear una regla.
La miraron con curiosidad debido a su enfoque.
-¿Qué deberíamos hacer si dos de nosotros pelean?
La pregunta tensó el ambiente.
Alguien levantó la mano un hombre flaco, de piel clara, con un bigote.
-Soy Lorenzo, de Italia. Quiero contestar con otra pregunta.
-¿Podemos sobrevivir en el espacio?
Lo miraron con desconcierto; unos pocos, con entendimiento.
Ferreira respondió
-Sí. Estaba pensando en visitar la Luna, como en una película que vi, pero me aburrí a la mitad del camino… ¿creo?
Alguien entre los veintiocho susurró
-Está loco
-Sí, quizás un poco, pero no creo ser el único en intentarlo
Pero nadie le dio importancia a sus divagaciones
Lorenzo volvió a hablar:
Bien, con eso confirmado, propongo la regla de que, si hay un combate entre nosotros, este solo se haga en el espacio. Si esta regla es ignorada, los demás pueden trabajar juntos para enviarlos al espacio, donde no se hará daño ni al planeta ni a las personas
Aviso importante Esta obra es una creación de ficción. Los personajes, sucesos y diálogos aquí descritos son producto de la imaginación del autor. Cualquier semejanza con personas reales, incluidas figuras públicas como presidentes, líderes políticos o instituciones, es utilizada únicamente con fines narrativos y no pretende reflejar hechos reales ni opiniones sobre dichas personas o entidades. No debe interpretarse como una representación fiel de la realidad, sino como parte de un universo ficticio.