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MikeAlonzo
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Chapter 1 - EPISODIO 1: "Despertar"

San Salvador. Hospital Rosales.

2:53 a.m.La madrugada es cálida, sofocante. Los faroles parpadean, al borde del apagón. En el Hospital Rosales, una enfermera corre por el pasillo, jadeando, con el uniforme salpicado de sangre. Desde la tarde, los pacientes llegan con fiebre altísima o mordidas de "locos" que atacan como bestias, según testigos

Las redes sociales. 9:00 p.m. (inició del Apocalipsis)

TikTok explota con videos. Gritos, calles vacías, sangre.

—¡Mirá, maje! ¡Le dispararon y sigue caminando!

—¡Que mierda, esta pasando! —responde otro.

Reportes de desapariciones y ataques inundan El Salvador. La paranoia crece.

Metapán, Santa Ana. 2:26 a.m.

El turno de noche en la planta es eterno. El aire pesa, como si la neblina escondiera algo. El zumbido de las luces y el sonido de las máquinas son el único ruido.

Miguel revisa el celular. TikTok está lleno:

—¡No son humanos, maje! ¡Nos ocultan la verdad!

Los videos no parecen actuados. Gente corriendo. Gruñidos.

Nelson sale del cuarto de descanso, rascándose la cabeza.

—¡Ey, Migue! ¿Qué mirás tan serio? —

Miguel le muestra un video. Se ríe, nervioso.

—¿Qué putas es esto? ¿Una película?

También en Twitter, #LosMuertosCaminan es tendencia

—Miguel, dicen que no es mentira que los videos son reales... —Nelson murmura, con la voz tensa—. Pendejadas, ¿no?

Miguel:

Verónica me contó de estos videos cuando venimos en el micro. Videos así inundan las redes.

—Yo le dije que son pura mierda para ganar likes y seguidores.

Nelson se encoge de hombros.

—Marvin andaba enfermo desde ayer, le dije que se fuera a dormir y que nosotros le íbamos a ir a hablar de todos modos es ultimo turno y esta calmado.

Miguel: los del paro que andan a 12 horas también hablaban pendejadas y también la mayoría andaban igual de enfermos que Marvin.

La radio crepita.

—¡Llamen a seguridad! ¡Emergencia!

Nelson se tensa.

—¡¿Y eso?!

Miguel traga saliva.

—No sé, maje... ¿Un simulacro? Si no vamos, nos joden.

—Avisemos a Marvin —dice Nelson—, ese maje no anda radio.

Una figura se arrastra en la neblina. No camina normal. Corre torpemente, goteando sangre negra de la boca.

Miguel enciende el flash del celular.

—¡¿Qué carajo es eso?! —grita Nelson.

La figura emerge. Es Marvin, pero no. La boca gotea sangre, los ojos Amarillos y la piel verduzca.

—¡M-Marvin! —balbucea Nelson.

Marvin tiembla, un espasmo grotesco, corre, no rápido, pero constante, los dientes chasqueando.

—¿Marvin? —le dice Miguel—. ¿Marvin, estás bien?

Marvin corre y se lanza contra Miguel sin siquiera hablar, como si no tuviera la capacidad de comunicarse. Lo ataca como si estuviera poseído.

—¡Migue, movete, carajo! —grita Nelson, la voz rota.

Un golpe metálico retumba. Nelson jadea, la radio ensangrentada. Marvin yace inmóvil mientras la sangre brota de su cráneo partido.

Nelson cae de rodillas—. ¡Lo maté! ¡Lo maté!

Miguel mira el cuerpo de Marvin, el cráneo aún goteando.

Nelson camina de un lado a otro.

—¿Qué carajo le pasó a Marvin?! ¿Por qué actuaba asi?! ¿Por qué te atacó así?! —grita, sudando.

La radio crepita:

—¡No se acerquen al sector 4! ¡Los trabajadores se están matando entre sí! ¡Uno mordió al ingeniero! ¡Evacuen la planta según los protocolos de emergencia! —¡Repetimos: esto no es un simulacro, evacuen la planta!

Estática.

Miguel se congela.

—¡¿Oíste eso, Nelson?! —susurra, con los ojos muy abiertos, se escucha como lo que pasaba en los videos que te enseñé.

—¡Sí, carajo! ¡¿Qué mierda está pasando?! —responde Nelson, pálido.

El zumbido de las luces llena el silencio.

—No sé, pero se escucha bastante grave, hay que salir de aquí —dice Miguel, la voz baja.

—¡¿Y si nos topamos con más como Marvin?! —dice Nelson, señalando el cuerpo—. ¡Ese maje nos atacó, Migue! ¡Como si no supiera quiénes éramos!

—La entrada principal está al otro lado, pasando por el sector 4.

Miguel: —Hay que cruzar al edificio de administración, está un poco cerca del sector 4.

—¡Estás loco! —grita Nelson, agarrándolo.

—¡No está el pick-up, Nelson! —grita Miguel.

Sin el pick-up, toca buscar en qué salir de aquí.

Agarra lo que pueda servir para defenderte dice Miguel mientras sostiene un martillo que encontró, vamos a esperar a que se calme la cosa para salir, aquí solo estamos nosotros.

Nelson: ya paso una hora desde que avisaron por la radio y nada ya intente hablar pero nadie contesta ni los radios ni el teléfono.

Miguel: Hay que salir entonces, nadie va venir por nosotros tocar ir caminando y buscar en que irnos.

Empujan la reja. El chirrido apuñala el silencio.

Pasos resuenan en los pasillos oscuros. Manchas de sangre. Un casco tirado. Una bota sola.

—Shhh... —susurra Miguel.

Desde la zona de carga, un golpe. Dientes contra concreto.

Miguel apaga la linterna.

—¡Apurate, maje! ¡No mires!..