(Unos días despues)
en una pequeña aldea, lejos del clan uchiha,
Uchiha ming estaba sentado en una roca mientras su cuerpo estaba bañado en sangre a la luz de la luna.
Bajo sus pies yacían más de cien personas muertas, todas con una mirada de odio e insatisfacción, que se dirigían hacia uchiha ming, al voltear hacia abajo, uchiha ming noto sus miradas pero no le importo, en su lugar se rió fuertemente como si sus muertes le trajeran alegría.
Jajajaja.
Quien te dijo que me molestaras, aunque estoy herido no soy alguien con quien puedas tratar, hubieras vivido más tiempo si hicieras lo que te dije.
Levantándose de su lugar original, uchiha ming estaba a punto de caminar hacia una casa cercana para descansar, sin importarle los cadáveres que yacían a su alrededor, cuándo de repente se detuvo, mirando hacia abajo, vio que sus heridas se habían vuelto a abrir, lo que le hizo fruncir el seño.
Maldición todavía estoy muy herido y, mis reservas de ninshu aun no se han recuperado por completo, tal vez necesitare llegar al siguiente pueblo para tratar mis heridas si es que no encuentro la suficiente medicina aquí, si tan solo estos estúpidos aldeanos hicieran lo que les dije cuando llegué, nada de esto estaría sucediendo.
Solo espero que haya una persona médica lo suficientemente hábil para disminuir mis heridas, si no, entonces tendré que empezar a matar a esos pequeños clanes hasta recuperarme.
Sin embargo será más difícil, sobre todo ahora que estoy herido.
quien diría que me encontraría en esta situación algún día, débil...demasiado débil, necesito hacerme más fuerte, entonces me aseguraré de ajustar cuentas contigo clan uchiha.
Adentrándose en una casa cercana, uchiha ming se detuvo a descansar para despues partir hacia su siguiente objetivo.
(Al día siguiente)
En un tranquilo bosque, uchiha ming caminaba lentamente por un acantilado, el verde y refrescante bosque contrastaba fuertemente con la apariencia sangrienta y desalineada de uchiha ming.
A pesar de haberse cambiado de ropa y recogido su largo cabello en una coleta, la intención asesina de uso ojos siguió intacta, de hecho parecía haber crecido mientras se desbordaba por sus alrededos.
Haciendo unos últimos ajustes a la venda que le rodeaba el brazo, uchiha ming decidió acelerar su paso, empezando a correr ligeramente.
Pronto llego a un pueblo cercano, escondida entre las montañas. Al entrar, vio a la gente viviendo su día a día ,alegres, sin saber el destino que les esperaba, sin perder el tiempo, Uchiha Ming se acercó a un transeúnte para pedir direcciones.
El transeúnte, un hombre joven que caminaba con una cesta de verduras en la mano, tenia una sonrisa alegre en su rostro, cuando de repente escucho que alguien lo llamaba . Al voltear para mirar quien lo estaba llamando, sintió una oleada de terror Al mirar a uchiha ming, La intención asesina que emanaba del cuerpo de Uchiha Ming y sus ojos rojos como la sangre hizo que el hombre instintivamente retrocediera.
negando con la cabeza frenéticamente y intentando retroceder cada vez mas asustado. Balbuceo "No... no se nada..." al intentar darse la vuelta para correr.
Uchiha Ming lo miro con una expresión oscura, mientras en un rápido movimiento le cortaba el cuello con un Kunai.
Hhmm, basura, solo te pregunte donde estaba el jefe de tu pueblo y dices que no lo sabes, por quien me tomas.
con una expresión fría y sin emoción. Uchiha ming desvío su mirada hacia los demás habitantes del pueblo, quienes vieron lo que sucedio, llenandose de terror. Algunos gritaron, otros intentaron huir, pero Uchiha Ming no los dejo escapar, con una rápida posición de mano, dejó escapar una gran bola de fuego que quemo a casi la mitad de los presentes, moviéndose con una eficiencia brutal. El pueblo se convirtió en un escenario de muerte y caos, con Uchiha Ming como el ejecutor.
Algunas personas lograron esconderse o huir momentáneamente mientras Uchiha Ming se detenía brevemente, con un fuerte grito llamó la atención de los sobrevivientes: "¡Traigan a alguien que sea medico! ¡Necesito a alguien ahora mismo, si se niega a salir, mataré a cada uno de los presentes!"
Uchiha Ming se sentó en el suelo, rodeado de cadáveres, esperando a que alguien con habilidades médicas apareciera.
Su cuerpo aún estaba débil por las heridas, y sabía que necesitaba atención médica si quería seguir adelante con sus planes.
Uchiha Ming siguió esperando, pero al ver que nadie salía de sus casas y de los lugares ocultos, comenzó a impacientarse cada vez más. La intención asesina en sus ojos se intensificó, y empezó a moverse entre los cadáveres y los restos del pueblo, matando a cualquier personas que se cruzara en su camino. Sus movimientos eran rápidos y letales, y el pueblo se llenó de gritos y llantos de terror en poco tiempo.
Mientras tanto, En un rincón de una de las casas más grandes del pueblo, una joven llamada Emiko, que era médica. en este momento estaba discutiendo con su familia.
Emiko estaba ansiosa por salir a ayudar a los habitantes y detener a Uchiha Ming, sabia que sus habilidades médicas podrían ser cruciales para tratar sus heridas y salvar la vida de las personas.
"No....no podemos dejarla salir," dijo el padre de Emiko, un hombre anciano y temeroso. "Ese hombre es un demonio. Matará a cualquiera que se acerque."
"Pero papá, soy médica," argumentó Emiko, con lágrimas en los ojos. "Puedo ayudarlo. Si lo hago, quizás nos deje en paz. No podemos quedarnos escondidos esperando a que nos mate a todos."
El esposo de Emiko intervino, agarrando el brazo de su esposa. "Emiko, no. Es demasiado peligroso. No sabemos qué hará ese hombre. Quédate aquí con nosotros."
Si las cosas se ponen feas hare lo posible para ayudarte a escapar a ti y al niño, así que esperemos un poco mas, además ya hemos mandado una carta de ayuda a una de las familias cercanas. No tardarán en llegar.
Sin esperar a que su esposo terminara de hablar, Emiko se liberó del agarre de su esposo y miró a su familia con determinación. "Voy a salir. Tengo que intentarlo. Si no lo hago, matará a todos los aldeanos antes de que llegue la ayuda."
Antes de que su familia pudiera detenerla, Emiko se deslizó fuera de la casa, dirigiéndose hacia Uchiha Ming que acaba de matar a otra persona. con un bolsa de medicinas en la mano.
Emiko se acercó con pasos temblorosos pero decididos. "Yo soy médico. Puedo ayudarlo con sus heridas." Pero tiene que dejar ir a los aldeanos.
Uchiha Ming tan solo la miró de arriba a abajo, luego asintió. "Bien. Hazlo. Cura mis heridas. Si lo haces bien... quizás te deje vivir."
Emiko comenzó a trabajar en las heridas de Uchiha Ming, usando sus habilidades médicas para tratar los daños. Mientras trabajaba, Uchiha Ming la observaba con intensidad, observando de que no hiciera nada malo.
Uchiha Ming siguió observando a Emiko mientras ella trabajaba en sus heridas. Emiko, por su parte, se esforzaba por hacer su trabajo lo mejor posible, tratando de curar las heridas de Uchiha Ming con habilidad y rapidez. Mientras trabajaba, Emiko no dejaba de preguntar en la condición que había puesto: "sobre dejar ir a los aldeanos."
Sin que ella lo supiera, cuanto más frecuente preguntaba, más se ensombrecia la expresión de uchiha ming.
Cuando Emiko terminó de curar las heridas de Uchiha Ming, él se miró el brazo y el torso donde tenía heridas que aún no habían sanado, notando que las heridas estaban mejorando. volviéndose hacia Emiko, su mirada se llena de intenciónes asesina.
"Has hecho un buen trabajo," dijo Uchiha Ming con voz baja y peligrosa. "Pero ¿crees que puedes decirme qué hacer?
tragando saliva, Emiko sabia que estaba en una situación muy peligrosa..