Sentí algo suave tocar mis labios.
Mi conciencia volvió lentamente, me siento pesado, como si mi cuerpo fuera de plomo, solo quiero seguir durmiendo, ¿dormir?, oh, claro, estaba durmiendo, me había desmayado...mmm, solo quiero dormir, dormir más.
Olvidar, quiero olvidarlo todo, pero también quiero abrir los ojos, saber que es esa suavidad que roza mis labios.
Me siento bastante reacio a abrir los ojos, todo me dice que me sumerja nuevamente en la maravillosa sensación de no pensar nada, si, tal vez solo debería volver a dormir.
Entonces, volví a sentir esa sensación suave sobre mis labios, está vez era más pronunciada, un toque delicado, lleno de calor, mi nariz captó el dulce olor de las rosas, atravesando mis fosas nasales con fuerza y suavidad hasta instalarse en mi memoria con un irresistible toque adictivo.
En contra del persistente susurro que me instaba a permanecer dormido, como una voz que me susurraba al oido, abrí lentamente mis ojos, recuperando poco a poco la movilidad de mis extremidades antes inertes, mis sentidos volvieron a extenderse, era casi como si antes ni siquiera pudiera escuchar ni sentir nada, hasta que abrí los ojos.
Parpadee un par de veces, acostumbrandome a la fuerte luz que entraba desde el gran ventanal con forma de cúpula en el techo de la habitación.
No estaba en mi cuarto, no expondría mi privacidad de esta forma, pero de nuevo, esperaba las frías paredes blancas más que mi habitación.
Miré de reojo los alrededores, las paredes estaban hechas de mármol blanco pulido, las sabanas azules parecían tejidas a mano, confeccionadas con las mejores telas, no recuerdo haber remodelado mi hogar, mucho menos comprar tales cosas caras, por no hablar de llevarlas fuera de casa.
De entre todo esto, lo que más me llamó la atención fueron las gemas llenas de luz que me devolvieron la mirada de frente, ojos verde esmeralda que parecían llevar un hechizo sobre ellos, su cabello largo era de un gris azulado que aumentó su encanto, parecía suave al tacto, su color único le brindó un toque exótico que hizo relucir su piel lechosa, esos ojos como gemas que lo miraban, sus pequeños labios finos y rosados atrayendo mi atención con un efecto magnético, ella era absolutamente hermosa.
Una belleza ingenua y juvenil, con toques maduros sobre ella que la hacían ver mayor, pero no totalmente madura.
La mujer se inclinó sobre mi cuerpo en la cama, presionando ambos brazos a los costados de mi cabeza, lo que dejaba poco espacio entre nuestros rostros, puedo asumir que fue su beso lo que me despertó.
Sus ojos verde esmeralda reaccionaron al verme despertar, su rostro una vez tranquilo se tiñó de un nuevo matiz, sorpresa escrita en todo su rostro.
Levantando mi brazo derecho, ahueque su mejilla con mi mano, su piel resultó como la de un bebé, suave y esponjosa al tacto, se sentía bien tocarla, y ella era como esa mujer que rondaba mis sueños desde la niñez.
Si, definitivamente esto era un sueño, uno que nunca se sentía bien dejar, pero un sueño.
Era la única manera en la que podía explicar mi situación actual de forma lógica, no me desagradaba en lo más mínimo, incluso si sabía que despertaría eventualmente, porque me brindaba algo con lo que distraerme.
"¿Eres tú la que me despertó de mi letargo?"
Las palabras salieron por si solas, no tuve que pensar en ellas, pero la reacción a dichas palabras no fue lo que esperaba, su rostro mostró duda, sorpresa, incredulidad y...temor.
¿Era a mi a quien iba dirigido ese temor?
No lo entiendo.
Ella se apartó rápidamente de mi mano, pánico escrito en su hermoso rostro mientras se alejaba, ofreciendo una profunda reverencia en cuanto se alejó. "¡Por favor perdone mis faltas, su majestad, yo solo...!" Su voz sonó fuerte al principio, decayendo lentamente hasta apagarse mientras apretaba ambos puños, la impotencia la invadio, incapaz de decir nada para justificarse, pegó las manos contra su cintura y apretó sus delicados dedos en puños, pequeñas lágrimas formándose en las esquinas de sus ojos debido a la impotencia.
Casi no pude procesar el contenido de sus palabras debido a su voz, podría oírla toda una vida sin cansarme.
Me levanté de la cama, confuso por su comportamiento y la forma en la que me llamó. Al tocar el suelo, sentí un mareo terrible, mi vista se nublo y todo se puso negro por un momento. Me sentí somnoliento una vez más, la sensación invadió mi mente con fuerza. Me apoye de la cama como pude, permaneciendo en pie, me niego a creer que mis piernas fallaran, no en este lugar, nunca aquí, y algo hizo clic, la sensación se desvaneció como si nunca hubiera estado ahí en primer lugar, volví a la normalidad, cualquier síntoma extraño desapareciendo tan rápido como llego.
Dejé de lado lo que acaba de suceder, pensarlo no ayudaría, me acerque a la mujer, tomé sus manos, instandola a levantar la cabeza. Siguiendo mis movimientos, ella me miró hacia arriba, sus ojos llorosos derritieron mi corazón sin obstáculo, era como si está mujer fuera mi debilidad.
No pude evitar notar que yo era más alto por una cabeza y media cuando llevé mis manos a su rostro, limpiando las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos. "Cálmate, nadie te va a hacer daño".
Mirándo sus hermosos ojos, le asegure que todo iba a estar bien, incluso si no entiendo nada ahora mismo, los sueños no seguían una línea recta, eran caóticos en su mayor parte.
Ella quiso escapar, pero parecía no querer hacer ningún movimiento brusco ni tocarme directamente, así que sus intentos no resultaron en nada más que en ella cerrando los ojos con fuerza.
"P-perdoneme, por favor, no debería estar aquí, tengo que volver a mi puesto".
Sus palabras parecían ser más una súplica que una petición, realmente estaba asustada, algo que no puedo comprender del todo.
Suspiré, nunca se me dieron bien este tipo de situaciones, pero no tenía porque ser convencional aquí.
"Abre los ojos".
Eso fue una orden, no una petición.
Tembló ligeramente, pude sentirlo a través de mi toque sobre ella, pero cumplió, abriendo los ojos para mirarme directamente.
"Está bien, estás bien". Le asegure eso, estaba bien, algo que pareció entender. "Dime, señorita, ¿cuál es tu nombre?"
Aún había algo de miedo en su mirada, pero para este punto, había más confusión que miedo en ella.
"Sylvie, majestad".
"Sylvie, es un buen nombre".
Lo era, pronuncié su nombre para ponerlo en mi boca, generaría más cercania, parecía necesaria.
Ella parecía incrédula.
-¿Por qué está mi rey siendo tan amable? Acabo de robar un beso de el, sin importar nada, ¿estaban los rumores sobre el equivocados?
Sus pensamientos eran profundos, considerando mucho, el rey que pensaba tener ya la habria enviado a su muerte, pero eso aún no sucedía, en cambio, no había sido más que amable.
Quería preguntar algo, sus ojos brillaban con una luz de curiosidad que antes simplemente sería imposible debido al miedo.
Lamentablemente, cualquier conversación que pudiera haber resultado fue interrumpida por algo, alguien.
Pasos acercándose rápidamente hacia aquí, pesados, rechinando con fuerza, era metal, senti el cuerpo de Sylvie temblar nuevamente, más que antes, lo que sea que viniera podría ser tan bueno... como malo.
La puerta de la habitación se abrió de golpe, provocando un sonido estrepitoso de puertas chocando contra las paredes.
Volví mi cabeza hacia las puertas, eran grandes y hermosas, pero no era lo que me interesaba ahora.
Ingresando a la habitación con una mirada oscura, un hombre robusto, con hombros anchos y una altura que alcanzaba fácilmente 1 metro 80, de cabellera negra larga y aspecto sombrío con una armadura de cuero negro, se adelantó con fuerza, su poderoso físico moviendose sin obstáculos.
A sus espaldas, cuatro soldados portadores de brillantes armaduras metálicas de placas lo siguieron, las armaduras cubrieron sus cuerpos por completo, no dejando ver nada más que sus ojos, todos ellos llevaban lanzas en sus manos, mientras que en sus caderas un cinturón sujetaba una espada larga, la única cosa distintiva de la armadura era un intrincado símbolo en el lado izquierdo, sobre el corazón.
Eran dos protuberancias, parecidas a cuernos rojos, con dos espadas negras cruzadas en su centro.
La mirada del hombre peli negro se iluminó en cuanto sus ojos se encontraron con los míos, su comportamiento se suavizó y su exterior severo flaqueo, sus ojos mostraron reverencia, arrodillándose tan rápido como me vio.
"Su majestad".
Los soldados siguieron su ejemplo un segundo después, las placas de metal chocando contra la piedra resonaron en el silencio de la habitación.
Observé atentamente la escena que se desarrollaba frente a mi, no fue difícil darse cuenta de las cosas cuando me llamaron dos veces como lo harían con la realeza, las armaduras de cuero y metal fueron otro indicio, mirando más de cerca a la mujer que tenía entre brazos, sus ropas no parecían lujosas ni mucho menos.
Un sueño ambientado en la época medieval, las cosas solo mejoraban, y, si soy consciente de ello, eso significaba que este es un sueño lúcido, nunca había experimentado uno así.
"¿A que debo está irrupción en mis aposentos?"
Para coincidir con alguien de la verdadera realeza, hablé con un tono frío, la verdad era que me estaba divirtiendo.
Sin tener que mirar, el hombre de complexión robusta ya sabía a qué se debía el despertar de su rey, lo supo en cuánto vio a la mujer a su lado, lo que solo hizo que sintiera el filo de una espada sobre su cuello, tal vez no por los motivos que uno creería.
Cuando se le preguntó directamente, no dudó en su respuesta. "Mi señor, me temo que fuimos deficientes en nuestra labor al protegerlo, una amenaza desconocida atacó repentinamente el castillo, lo que obligó a toda la guardia real a actuar, en cuanto la amenaza fue expulsada nos apresuramos hacia aquí al detectar a...alguien más junto a usted".
Esa es una linda forma de evitar decir algo que posiblemente podría ofender a un aristócrata, si dijera que había un intruso o dijera que podría ser un asesino tras de mi, que era la persona que ahora acunaba, la posibilidad de que fuera castigado si esto fuera real era alta.
"Me alegra verlo consciente después de tanto tiempo, su majestad, todos se alegraran con su regreso".
Sus últimas palabras me hicieron sentir confuso, este sueño era extrañamente complejo, seguía descubriendo más y más cosas cuánto más tiempo pasaba, si así era como eran los sueños lúcidos, quiero seguir teniendolos.
De todos modos, si era de este modo, eso significa que mi subconsciente modeló todo esto, es como un juego, uno que seguiré, pero antes de eso.
Aparté las manos que acunaban su rostro para sostener su barbilla, robando un beso de sus labios, la abrace suavemente contra mi, rodeándola por completo con una calidez confortable.
Ella estaba confusa, pensó que sería arrestada, temblaba ante el pensamiento, los ojos de su majestad se abrieron gracias a sus acciones y ella no era noble, tenía miedo.
Más, ante el beso que se le fue robado, abandonó el miedo en su corazón. Si el fuera a permitir que le hicieran algo, no sería tan protector con ella, tan posesivo como ahora.
Vacilante, tartamudeo unas cuantas palabras ilegibles, avergonzada ante mi audacia, sintió el fuerte abrazo apretándose ligeramente, al mirar hacia arriba, vio una sonrisa en el rostro de su majestad, reconfortando su corazón temeroso.
Sentí mi corazón calentarse al ver a Sylvie dejar de temerme.
Volví mi atención al grupo reunido frente a mi, dirigiéndome a quien supuse era su líder.
"¿A qué te referias cuando dijiste que te alegraba verme consciente? Cómo ya es de día, estoy seguro de que solo he dormido lo normal".
El hombre me miro en estado de shock, abandonando momentáneamente su comportamiento anterior, incluso Sylvie en su abrazo no pudo evitar mirarlo con una expresión de desconcierto.
Un poco inquieto, decidió responder a la pregunta.
"Con todo respeto, su majestad, usted a estado dormido durante medio año".
Incluso los soldados se tensaron ante la posible respuesta que podría tener ante esta revelación, después de todo, sus palabras dejaron ver que no lo sabía.
"Ya veo. Pueden ponerse de pie, ustedes cuatro pueden marcharse, tu, en cambio, infórmame de todo lo que ha pasado en estos últimos meses, empezando por las circunstancias de mi situación".
Ante mi respuesta calmada, todos se congelaron.
Tal vez para ellos, podría reaccionar mal, pero no me podría importar menos cuando este sueño apenas comenzaba.
Además, solo quería parecer un rey de verdad mientras les daba una razón para irse.
Les tomó un tiempo recuperar la compostura, pero cuando lo hicieron, los soldados fueron despedidos, dejándolos solo a los tres en la habitación.
...
Mientras más escuchaba sobre este reino, más sorprendido me sentía, solo era un sueño después de todo.
Use la excusa de no recordar con claridad debido al sueño, así logré que el invitado no invitado se presentará.
Resultó ser el líder de la guardia real, Romeo de Marcellano, un caballero de 7 estrellas bajo mi mandó.
Esté me explicó mucho, como, por ejemplo, que había caído víctima del hechizo de una Bruja Arcana al negarme a desposarla, lo que me/lo envío a un sueño que duró hasta hoy.
Mientras estuve dormido, los países vecinos no dudaron en lanzar una ofensiva contra mi reino, el reino de Ciris fue el primero de muchos, este era un reino vecino, nunca se habían llevado bien, pero no era hasta el punto de atacarse el uno al otro.
Resultaba que Ciris pasó por una guerra civil, dónde surgió un nuevo gobernante que les declaró la guerra como primer mandato.
Mi madre tomó el rol de gobernante, enfrentándose a los enemigos y manteniéndolos a raya.
Unos meses después se forjó un pacto de no agresión.
Todo iba bien hasta que un país lejano vino a atacarnos sin motivo, no hubo negociaciones, solo atacaron, ignorando a todos los demás reinos, la matriarca enfermó gravemente durante ese tiempo, cayendo en cama, sin embargo, logro planear la guerra y anticiparse a su oponente, desplegando a sus mejores luchadores antes de finalmente fallecer.
"Entonces, dime, cuando estuve dormido, ¿que métodos se usaron para tratarme? Madre no me dejaría caer en cama sin hacer nada".
Después de todo, si era tan buena como escuchaba que era, no lo dejaría enfermo sin que ella moviera cielo, mar y tierra por el.
Además, en mi mente, una madre y un padre harían lo que fuera por sus hijos, incluso si no es el caso de los míos, así que preguntar esto era lógico desde mi punto de vista.
Tragando pesadamente, el hombre agachó la cabeza.
Apreté con suavidad la mano de la mujer sentada a mi lado, esto solo se ponía más interesante.
"La bruja que lo maldijo en ese entonces dijo: solo el beso de una mujer pura y dulce, tanto en cuerpo, mente y espiritu podría deshacer la maldición. Su madre realmente intentó curarlo, pero cuando magos y doctores dijeron que no había nada raro en usted, entonces hizo un anuncio dentro y fuera del reino con un decreto real, que la mujer que pudiera despertarlo de su sueño permanecería a su lado como su reina consorte, muchas de las mejores mujeres de la parte oeste vinieron buscando tal promesa, se les revisó y examinó exhaustivamente, todas tuvieron su oportunidad, pero ninguna logro hacerlo volver en si, lo que hace de la señorita a su lado su futura esposa y consorte por decreto real".
Mirando a Romeo, una pequeña sonrisa encontró su camino en mi rostro, eso significaba que éramos pareja, si yo fuera ella, también me asustaría, entonces, ¿entró aquí y me besó solo porque si? ¿solo porque quería? O más bien, tal vez porque quería probar a besar, y yo era un muñeco de práctica perfecto.
Por otro lado, el hombre parecía tener algo en mente, algo que lo molestaba y parecía reacio a mencionar.
A pesar de haber dicho lo que se le pidió, parecía inquieto, entonces, sus ojos se volvieron serios, adoptando su comportamiento severo nuevamente. "Su majestad, debo decirle, antes de la muerte de su majestad la matriarca real, la segunda princesa del reino Antart envío una carta avisando de su pronta llegada, según nuestra inteligencia, llegará para mañana junto al sol". En cuanto esas palabras salieron de su boca, una carga invisible parecio desaparecer de sus hombros. "Puede que no recuerde bien, pero el reino Antart es el segundo reino más grande del lado Norte, sugiero tener cuidado, majestad, ella viene por usted, pero ya no es necesario, lo que significa que su largo viaje fue en vano, si esto provoca tensiones con su reino..."
No sé atrevió a terminar, no fue necesario, no era difícil pensarlo.
Así que eso era lo que lo estaba molestando tanto, bueno, de todos modos no era probable que siguiera aquí para ese punto, algo que si podía hacer, en cambio, era jugar a la guerra.
A mí pedido, Romeo continúo explicando todo lo que llegaba desde el frente hasta el castillo.
"Sus hombres siguen combatiendo al sur, pero ahora que está con nosotros, podrá volver a comandarnos de nuevo".
Aparentemente, el país invasor, llamado País Terra, ha invitado a cualquier reino a unirse a ellos como sus vasallos, al parecer estaba en conflicto con otros múltiples reinos a la vez, así que logramos mantenernos en pie de guerra sin sufrir bajas importantes gracias a eso, manteniendolos atascados en una cordillera montañosa al sur.
También explicó algunos temas varios.
Entre estos temas, a pesar de haber evitado retratarme como un dictador tiránico, sus comentarios sobre mi gobierno, aunque no fuera yo, dejaban ver que no había sido un buen rey para el pueblo.
También hubieron tres guerras el año en que ocupé el trono, me creyeron presa facil, dejaron de llegar personas a desafiar mi reino una vez que se dieron cuenta de que no tomábamos prisioneros, eran empalados en el mismo campo de batalla, a veces vivos.
En el gobierno anterior también se enterraba gente, traidores y enemigos, sin distinguir generó u edad, esa parte me enfermó bastante.
La guerra no preocupaba al pueblo porque siempre salieron victoriosos. El problema era que el pueblo no tenía formas para matar su tiempo libre, apenas se les pagaba un salario justo, la mayoría de los trabajos pertenecían a la milicia, mientras que el resto era en su mayoría trabajar en el campo, no tenían derecho al alcohol o vacaciones y no podían quejarse por miedo a morir.
Y había mucho más, estos tratos claramente provocarían un golpe de estado eventualmente.
Ya que estoy aquí, podría mejorar eso como una forma de divertirme, mientras pueda hacerlo.
Con un ademán, me enfrenté con indiferencia a la información. "Envía un mensaje a la fuerza de combate en el frente, quiero saber todo lo que sucede y lo que no sucede allí. Tráeme los informes anteriores y diles a los oficiales que redacten libremente sus opiniones sobre el conflicto, cualquier falta de respeto será pasada por alto. Tráeme los papeles con respecto a la ciudad en general, lo quiero todo, informes de gastos del reino, problemas con la infraestructura, limitaciones de los ciudadanos, nivel de educación, todo sobre el territorio. Pagale algunas monedas a las personas para que te digan sus mayores quejas, alrededor de mil personas servirán, tráeme eso también, por último, asegúrate de recibir personalmente a la señorita del reino Antart, trae toda la información que puedas reunir sobre ella y su reino, una vez hecho eso, espera mi llamada".
Con en un tono autoritario, entregué las palabras a Romeo, quien se fue apresuradamente.
Me encanta este sueño, solo debo fingir leer algo que no estará en el papel y dar algunas órdenes, fácil. Ser rey resultó realmente agradable, solo has la situación mejor y ya.
Si tan solo lo supiera mejor, todo lo que estaba por ocurrir debido a mis acciones, nunca me habría tomado todo esto como un juego, pero esa resulta ser una realidad que comprenderé mucho más tarde, condenado por mi estupidez.