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Chapter 22 - Capítulo 22: Los Ecos de la Violencia y la Construcción de un Legado

El sol de la mañana en Los Santos nunca se sintió tan pacífico para Michael. La mansión, aunque todavía albergaba a un Trevor inquietantemente silencioso, irradiaba una calma forjada en la confrontación. La noche anterior, la paliza a los O'Neil había sido brutal, pero controlada. El mensaje había sido enviado sin dejar rastros permanentes que pudieran vincularlos a ellos. Michael se sentía en control, un sentimiento que no había experimentado en años.

En la mesa del desayuno, Tracey estaba más relajada de lo habitual. La sombra de la preocupación por Jenny había desaparecido. "Jenny dice que los O'Neil han cerrado su estudio y se han largado de la ciudad. Dice que fue como si un huracán los hubiera golpeado", comentó Tracey, con una pequeña sonrisa, sin saber la verdad del "huracán" que había pasado por allí.

Michael solo asintió, tomando un sorbo de café. "Bien. Me alegro de que tu amiga esté a salvo." Amanda lo miró con una mezcla de alivio y una pregunta tácita en sus ojos. Él le devolvió una mirada tranquilizadora.

Mientras tanto, la empresa de transporte de Trevor comenzó a tomar forma. Michael usó sus recursos para adquirir un pequeño almacén en el Distrito de los Muelles, un lugar discreto pero con buena conectividad. Contrató a un par de empleados legítimos para manejar la fachada, personas sin antecedentes que creían trabajar para una compañía de logística en crecimiento. El papeleo era impecable, diseñado por uno de los contactos más discretos de Michael. Trevor fue registrado como el "gerente de operaciones", un puesto que le permitía supervisar sus propias operaciones ilegales bajo un manto de legalidad.

"Esto es una locura, Michael", murmuró Trevor un día, mientras Michael le mostraba un gráfico de ingresos proyectados. "Estoy ganando más dinero que nunca, y no he tenido que disparar a un cabrón en días. Me estoy volviendo blando."

"Te estás volviendo inteligente, Trevor", corrigió Michael. "Esto no significa que no habrá acción, pero significa que la acción será por elección, no por necesidad. Y el dinero te da poder, no solo problemas."

Trevor lo pensó por un momento. La idea de un poder más allá de la brutalidad, un poder que venía del dinero y la influencia, era un concepto nuevo para él, pero no del todo desagradable.

Mientras los negocios florecían y la tensa paz familiar se mantenía, Michael siguió dedicando tiempo a ByteWare Solutions. La aplicación recién lanzada estaba recibiendo buenas críticas, y las descargas aumentaban. Las reuniones en la oficina se llenaban de un propósito genuino, y Michael se encontraba disfrutando de la resolución de problemas técnicos, una reminiscencia de su vida anterior como programador. Ver algo crecer desde la nada, de forma legítima, le daba una satisfacción profunda que ningún atraco podría igualar.

Un día, Franklin llamó. Su voz sonaba más seria de lo habitual. "Michael, tengo un problema. O más bien, tenemos un problema. Lamar está haciendo de las suyas. Se metió con unos tipos de Ballas en Grove Street por un negocio de drogas, y lo acorralaron. Necesita ayuda, Michael. Y me nombró a ti. Dijo que eres el único que puede sacarnos de esto."

Michael suspiró. Lamar. El eterno problema. Sabía que esta misión era un evento crucial en el guion original, una que reintroduciría a Franklin en el mundo de las bandas y pondría a prueba la lealtad de Michael. Y la situación de Lamar siempre escalaba.

"¿Dónde está?", preguntó Michael, la resignación en su voz. Sabía que no podía abandonar a Franklin, ni permitir que Lamar arruinara la incipiente estabilidad de su nuevo equipo.

Franklin le dio la ubicación, una vieja serrería abandonada en el este de Los Santos. "Necesitamos ir rápido, Michael. Están armados hasta los dientes."

Michael colgó. Miró por la ventana, hacia su piscina reluciente y su familia que empezaba a encontrar la paz. No quería arrastrar a Trevor a este tipo de lío. Pero Lamar era un pozo sin fondo de problemas, y esta vez, había arrastrado a Franklin con él. Y Franklin era parte del plan de Michael.

"Trevor", dijo Michael, dirigiéndose a su socio. "Necesito tu ayuda. Es Lamar. Se ha metido en un buen lío con los Ballas. Y Franklin está con él."

Trevor sonrió, una sonrisa de depredador. "Lamar, ¿eh? Siempre en problemas. ¿Necesitamos llevar algo grande?"

"No", dijo Michael, con una mirada severa. "Vamos a ir, los sacaremos de allí. Sin fuegos artificiales. Solo una advertencia. Esta vez, el objetivo es el rescate, no la guerra territorial. Y no quiero que te pases. Es por Franklin."

Trevor, sorprendentemente, asintió. La mención de Franklin, a quien había empezado a ver como parte de su "manada" retorcida, lo convencía más que cualquier lógica. El huracán Trevor se ponía en marcha, pero Michael se aseguraba de que la dirección del viento fuera la correcta.

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