Esto no es una historia. Es un espejo. Tal vez roto, tal vez sucio, pero mío.
Lo que estás por leer no está hecho para inspirarte, ni para enseñarte a vivir. Está hecho desde la herida, desde mis pensamientos más reales, desde el silencio que grita cuando todos creen que estoy bien.
No es ficción. Es mi verdad. Mi punto de vista. Mis preguntas, mis días, mis intentos. Tal vez no sea bonito. Tal vez no tenga final feliz. Pero existe. Y eso ya es algo.
Si alguna vez pensaste que no encajabas, tal vez aquí encuentres un rincón donde no haga falta hacerlo.