Capitulo 44 - Día de descanso 5 (Parte 6)
La casa del árbol zumbaba de anticipación y galletas masticadas. Las linternas temblaban con cada movimiento brusco. Varios campistas ya estaban sentados en semicírculo, mientras otros miraban hacia el centro como si esperaran una aparición mágica.
Cody, desde su trono improvisado en una silla reforzada con cinta, sostenía el micrófono con firmeza teatral. Owen le apuntaba con una linterna verde a la cara como si el show dependiera de eso.
"Campistas, amigos, víctimas del desayuno de Chef... ha llegado el momento", decía Cody, con una sonrisa demasiado amplia como para no esconder travesura. "La pista va a hablar. Y las primeras almas valientes serán decididas por nuestras tres fieles cajas del destino."
"¡Caja uno lista!", gritaba Owen como si activara una alarma de volcán.
Cody sacó el primer papelito con todo el drama que su brazo podía reunir.
"Formato: dúo", leía Cody, estirando las vocales como si se tratara de un hechizo.
Las primeras risas nerviosas brotaron en la sala. Trent se ajustó su gorra. Harold levantó apenas la cabeza. Heather cruzó los brazos como quien jura que no va a moverse aunque su nombre salga veinte veces.
"Vamos con los primeros nombres", decía Cody, ya revolviendo la segunda caja como si cocinara sopa.
Sacó un papel. Luego otro. Sonrió con los ojos encendidos.
"Trent... y Harold." Dijo Cody
Ambos chicos se congelaron en sus asientos.
"¿Perdón?", murmuraba Harold, parpadeando como si acabara de recibir una multa.
"¿Ahora ya?", preguntaba Trent, acomodándose la camiseta con la dignidad de quien no recuerda haber firmado este contrato.
"Sí, sí, suban, suban", decía Cody, haciéndoles señas con las dos manos. "El arte no espera."
"¿Vamos a bailar juntos?", decía Harold con voz aguda. "¿Tú estás bien con eso?"
"No tengo un plan alternativo", respondía Trent, rascándose la nuca mientras avanzaba con pasos de castigo escolar.
Ambos se colocaron en el centro de la pista, mirándose como si intentaran calcular si uno iba a desmayarse antes que el otro.
"Y ahora... el género", decía Cody, metiendo la mano en la tercera caja.
Harold tragaba saliva. Trent ya había aceptado su destino, pero no lo abrazaba exactamente con entusiasmo.
"¡Género pop!", leía Cody con tono de anuncio de radio.
Owen pegó un chillido de emoción desde el fondo y agarró su bocina portátil con fuerza.
"¡Esto no estaba claro en las reglas!", decía Harold, levantando un dedo como si pudiera detener el tiempo.
"¿No hay... preparación?", preguntaba Trent, mirando a Cody con súplica silenciosa.
"Ya empieza la música, ¿verdad?", decía Harold, retrocediendo un paso como si eso fuera evitarlo.
"En tres, dos—", decía Owen, ya apretando el botón.
"¡Cody!", gritaba Harold, con ambas manos arriba.
Y entonces...
La música comenzó.
La primera nota de cuerdas eléctricas sacudió la bocina como si el campamento entero tuviera un nuevo latido. Cody soltó un silbido agudo, agitando el micrófono como si estuviera en una premiación ficticia.
"¡Aah, sí, lo escuchan! ¡Es Beyoncé, JAY-Z y un bajo que puede reanimar a Chef después de su sopa!", decía Cody desde su silla, apuntando con entusiasmo teatral a los altavoces.
Trent se paralizó.
"Esto es... demasiado icónico", murmuraba Trent, dando un paso atrás como si pudiera escapar del beat.
Harold giraba los ojos en pánico.
"Ese bajo me está intimidando", pensaba Harold mientras apretaba su cinturon como si fuera un cinturón de seguridad emocional.
En la pista, los dos estaban solos. Solos con sus impulsos. Solos con Beyoncé.
"¡La isla necesitaba divas, y el destino eligió!", continuaba Cody, con la voz cargada de placer irónico. "¿Quién lo diría? El vocalista misterioso y el sensei del sarcasmo se van a lucir como verdaderas diosas del pop."
Los aplausos empezaron antes incluso del primer paso.
Katie chillaba con la emoción de quien ve una novela ponerse buena.
DJ se cubría la cara, ya anticipando el desastre o el milagro.
Lindsay gritó "¡esa canción me da poderes!" sin contexto alguno.
Gwen no dijo nada.
Solo los miraba.
"Harold no lo va a lograr", pensaba Gwen con media sonrisa, "pero... Trent tal vez. Y Cody está disfrutando esto demasiado."
Desde la cabina improvisada de sonido, Owen meneaba los hombros como si tuviera electricidad de repuesto.
"¡Esta energía es real! ¡Esto se siente como viernes en una boda con open bar y primas alzando el brazo!", gritaba Cody, mientras Harold lo fulminaba con la mirada.
"¿Podemos... no hacerlo?", murmuraba Harold.
Trent solo soltó una risa nerviosa y se encogió de hombros.
"Ya estamos aquí", decía Trent. "Solo que... no sé cómo mover las caderas sin parecer que me estoy torciendo algo."
"Yo no tengo caderas", respondía Harold, sincero como siempre.
La música subió de volumen.
Gwen alzó una ceja, cruzó las piernas con interés.
Courtney, desde su rincón, murmuró "quiero ver si sobreviven el primer paso".
Bridgette ya tenía el celular levantado, grabando.
"¡Trent! ¡Harold! ¡Es su momento!", decía Cody con tono ceremonial. "Tomen ese beat y háganlo suyo. Canalicen a Sasha Fierce, a sus divas internas, a... Lindsay después de café. Lo que sea necesario."
"¿Quién empieza?", murmuraba Harold.
"¿Y si giramos al mismo tiempo?", decía Trent con cara de interrogante cósmico.
Y entonces, sin aviso...
el coro arrancó.
El beat cayó con fuerza. Como una ola que arrastraba el sentido común.
Trent fue el primero en moverse. Alzó los brazos, giró sobre sí mismo y bajó una rodilla como si supiera lo que estaba haciendo. No lo sabía. Pero lo fingía tan bien que por un segundo, nadie dudó.
Harold lo siguió con una sacudida de hombros exagerada. Uno, dos, tres. Levantó la pierna como si fuera a patear el cielo. Terminó cayendo con los brazos abiertos y un giro que, milagrosamente, no le rompió el equilibrio.
"¿Está... seduciendo al techo?", decía Katie entre risas contenidas.
"¡No, no, esto es arte!", gritaba Owen mientras agitaba una linterna como si fuera la iluminación de un concierto en Las Vegas.
Cody se puso de pie de inmediato.
"¡Y ahí lo tienen, campistas!", decía Cody por el micrófono. "¡Dos hombres, una canción, y más confianza de la que Trent ha mostrado en seis semanas!"
Trent daba pasos cruzados con las manos al aire. Sus caderas se movían con intención dramática, y aunque el ritmo le ganaba por medio segundo, nadie se lo cuestionaba.
Harold, por su parte, alzó ambas manos y las agitó como si conjurara mariposas. Dio un paso al frente, giró en redondo y terminó con una pose de medio perfil que podría haber sido portada de revista o accidente coreográfico. Nadie lo sabía.
"¡Yo no sabía que Harold podía mover las rodillas así!", gritaba Leshawna, riendo desde el costado.
"¡No sabía que Trent tenía caderas!", agregaba Bridgette, grabando todo con su celular.
Lindsay se levantó sin poder contenerse.
"¡Él baila mejor que yo cuando estoy feliz!", decía Lindsay señalando a Harold. "¡Y eso es muy difícil!"
Courtney se cruzó de brazos, pero tenía una sonrisa contenida.
"Eso es entrega. O desesperación. No sé cuál me gusta más." Dijo Courtney
Gwen, sin pestañear, observaba desde su rincón. Sus dedos se movían como si estuviera escribiendo mentalmente.
"Harold es... un problema visual", pensaba Gwen, "pero Trent... bueno, si vas a hacerlo, hazlo con gracia."
La pista ahora era una manifestación de espíritu libre.
Harold giró de nuevo, brazo en alto, como si Beyoncé le hubiese pasado la corona por transmisión espiritual.
Trent se agachó, levantó un pie, y terminó en una pose de diva post-apocalíptica que, para su desgracia, funcionó.
"¡Esa cadera es ilegal en quince estados y dos municipios de Ontario!", gritaba Cody. "Pero en esta isla... ¡es arte!"
Y todos aplaudieron.
Pero el show aún no había terminado.
La canción entraba en su último minuto, pero Trent y Harold ya se habían transformado.
Trent deslizaba los pies con movimientos que no tenían nombre pero sí convicción. Cada giro era una combinación de videoclip mal ensayado y sueño febril de diseñador de moda. Harold, por su parte, giraba los brazos como hélices coreográficas y agitaba la cabeza con un ritmo tan preciso como inexplicable.
"¡Están levitando!", gritaba Owen desde el fondo, empuñando su linterna como si fuera una varita mágica.
"¡No sé si estoy orgullosa o confundida!", decía Leshawna, secándose una lágrima de risa.
Harold avanzó hacia el frente, hizo un split que en realidad fue más una zambullida controlada, y terminó levantando un dedo al cielo. Trent le siguió el juego: alzó ambas manos, caminó hacia el borde del improvisado escenario y giró en punta de pie, aunque terminó dando un paso en falso y atrapándose el equilibrio con elegancia torpe.
"¡Harold acaba de bendecirnos con su espíritu diva ancestral!", exclamaba Cody por el micrófono, entre carcajadas. "Y Trent acaba de inventar un paso que se llama *caída con glamour*. ¡Anótenlo!"
Los aplausos del público no esperaron a que la música terminara.
DJ batía palmas al ritmo.
Katie y Lindsay gritaban nombres como si fueran animadoras.
Courtney negaba con la cabeza, pero no podía borrar la sonrisa.
Bridgette soltó el celular para aplaudir de verdad.
Y Gwen... Gwen ya no escribía mentalmente. Solo miraba, con los brazos cruzados, y una sonrisa torpe que no intentaba esconder.
"Ok... no lo vi venir", pensaba Gwen. "Pero creo que ahora tampoco quiero que se detenga."
El coro final reventó los altavoces, y ambos bailarines, ya empapados de sudor y gloria involuntaria, se lanzaron juntos en una última pose: de espaldas, brazos cruzados, cabezas ladeadas.
Silencio.
Por medio segundo.
Y luego, el estallido.
Aplausos.
Gritos.
Ladridos de alguien que no estaba en la escena pero sintió la energía desde la cocina.
Hasta Heather aplaudía... con un solo dedo, pero era algo.
Cody se puso de pie y levantó ambas manos al cielo.
"¡Así se arranca un torneo, gente! ¡Con fuego en las zapatillas y Beyoncé en las venas!" dijo Cody
Trent cayó de rodillas, jadeando.
"Creo... que me duele el alma." Dijo Trent
Harold se dejó caer sentado.
"Estoy transpirando... confianza." Harold
Se miraron sin decir nada.
Y luego rieron.
Rieron tan fuerte como el resto del campamento.
No porque fueran los mejores.
Sino porque, por un segundo, lo fueron.
Cody volvió a subir a su silla con el micrófono en mano y una sonrisa que desbordaba entusiasmo. Aún se escuchaban aplausos aislados entre los campistas, como ecos del espectáculo recién vivido.
"Campistas...", decía Cody, esperando que el murmullo bajara. "Lo que acabamos de presenciar no fue un simple baile. No fue una simple improvisación. No. ¡Fue una manifestación coreográfica de poder espiritual!"
Owen agitaba una toalla como si estuviera animando un concierto.
"Hoy, aquí, frente a nuestros ojos somnolientos, dos nuevas divas se han coronado", continuaba Cody, paseándose dramáticamente por la tarima. "Beyoncé, si estás viendo esto desde tu refugio secreto en la cima del Olimpo... debes estar nerviosa. Muy nerviosa."
Harold lo miraba con cara de "no digas nada más". Trent se tapaba la cara con las manos, riéndose por lo bajo.
"Porque sí, Beyoncé, cariño", decía Cody, con tono de telepredicador. "Hoy, Harold amenazó con robarte tu lugar, tu legado... y muy posiblemente tu novio. Jay-Z, tienes dos minutos para responder."
Los campistas estallaron en carcajadas.
"¡Yo no firmé para eso!", gritaba Harold desde el suelo, aún sentado como si el piso fuera su nuevo lugar seguro.
"¡Diva en negación!", respondía Cody sin pausa. "Eso lo hace más creíble."
Katie ya lloraba de risa. Gwen se limpiaba una lágrima mientras negaba con la cabeza. Lindsay aplaudía como si estuviera en una pasarela.
Cody consultó una tarjeta doblada, como si el siguiente número fuera una cita con el destino.
"Y ahora, damas y caballeros...", decía Cody con tono misterioso. "La siguiente pareja se elegirá con la Caja del Caos y el Dado de las Decisiones Mal Pensadas™."
"¡Vamos con todo!", gritó Owen, lanzando una servilleta al aire como si fuera confeti.
"¿Quién caerá ahora en manos del ritmo traicionero? ¿Quién será poseído por el espíritu del reguetón descoordinado o del vals con cara de tragedia?", preguntaba Cody, girando lentamente en su silla.
"Que las tarjetas hablen", decía Cody finalmente, mientras metía la mano en la primera caja con solemnidad... y un guiño que prometía desastres gloriosos.
Cody giró teatralmente sobre su silla y alzó el micrófono con una energía renovada.
"¡Y seguimos, campistas! Tras sobrevivir a la coreografía más divina jamás ejecutada por dos chicos desorientados, es momento de alimentar el alma con... más caos bailable", decía Cody mientras rebuscaba en la Caja del Destino con manos de ilusionista barato.
Owen golpeaba el borde de una olla con una cuchara como si eso ayudara a mezclar los papeles dentro.
Cody sacó un cartoncito y lo levantó.
"¡Formato: dúo!", exclamaba Cody con la emoción de alguien que sabía perfectamente lo que venía.
Varios campistas se tensaron. Gwen arqueó una ceja. Leshawna murmuró algo parecido a "esto se va a poner jugoso". Bridgette giró el cuello, atenta. Cody ya estaba metiendo las manos en la caja de nombres, moviéndolas como si estuviera cocinando suerte con especias.
"Y los elegidos por la mano invisible de la improvisación coreográfica son..." decía Cody, pausando para efecto.
"Noah... y Katie." Dijo Cody
Silencio total.
Luego, miradas.
Todas las miradas.
Se giraron hacia Cody con una mezcla de asombro, sospecha y dramatismo telenovelesco.
Courtney entrecerró los ojos. Gwen giró lentamente la cabeza con una sonrisa ladeada. Owen simplemente levantó ambos pulgares sin saber por qué.
"¿En serio?", decía Noah, congelado.
Katie se tapaba la boca con las dos manos mientras se hundía lentamente en su lugar como si intentara volverse parte del suelo.
"¿Qué? ¿Yo? ¿Él? ¿Nosotros?", murmuraba Katie
"¡Epa!", decía Cody, llevándose una mano al pecho. "¿Insinúan que esto está arreglado? ¿Yo, manipulando resultados para comedia emocional? ¡Jamás! La caja habló... y yo solo soy su humilde portavoz."
Nadie le creyó.
Tampoco parecía importarle.
"Ahora, nuestro género musical", decía Cody, alzando otro papel. "La pasión, el roce, el giro sensual... ¡es bachata, señores y señoras!"
Varios gritaron.
Katie se quedó tiesa.
Noah se levantó como si lo hubieran llamado al dentista.
"Yo no...", empezaba Noah, pero Cody ya bajaba del estrado.
"¡Con energía!", decía Cody, empujándolo suavemente hacia la pista. "Vamos, campeón del sarcasmo. Muéstranos qué más sabes mover."
Owen saltó de su sitio para ayudar, empujando a Noah por la espalda con el entusiasmo de quien no teme consecuencias.
"¡Sin miedo al contacto visual!", gritaba Owen mientras reía.
Izzy agarró a Katie del brazo como si fuera una cita doble a un festival medieval y la llevó hasta el centro entre risas y susurros de "esto va a estar tan incómodo que dará la vuelta y se volverá arte".
Katie y Noah quedaron frente a frente.
No se miraban.
Tampoco sabían dónde poner las manos.
"¡¿Nos pueden dar un segundo para... yo qué sé, no entrar en pánico?!", decía Noah, bajando la voz.
"Respira", susurraba Katie. "Solo... bachata. Lo hacen en bodas. Creo."
"Sí, bodas donde nadie me mira", respondía Noah, cruzando los brazos.
Cody ya había vuelto al micrófono.
"Y ahora... un momento que nadie pidió, pero todos necesitábamos. Dos almas jóvenes, un ritmo que no perdona y una cantidad innecesaria de sudor anticipado", decía Cody, paseándose con tono ceremonial.
Gwen se inclinó hacia Leshawna.
"¿Esto está pasando?", preguntaba Gwen.
"Literalmente no sé si quiero que funcione o que fracase en cámara lenta", respondía Leshawna.
"¡Owen, suelta la pista!", decía Cody por fin, alzando una mano como quien invoca al ritmo.
"¡Con gusto!", gritaba Owen, apretando el botón de la bocina como si activara una bomba de mariposas sociales.
Y justo entonces...
la pista comenzó.
La pista vibró apenas con el primer acorde.
No fue inmediato. No fue estridente.
Fue como si el sonido se arrastrara desde algún rincón olvidado del Caribe, envolviendo el campamento con un ritmo suave, casi sensual. La guitarra marcaba apenas unas notas, como si tanteara el terreno antes de declararse.
Katie pestañeó, confundida.
Noah alzó una ceja.
Y entonces...
Cody respiró profundamente.
Y empezó a cantar.
" Hola
Me llaman Romeo
Es un placer conocerla "
Silencio absoluto.
Más que silencio, contención.
Como si todos estuvieran esperando que la broma se revelara.
Pero Cody no se detuvo.
Dio dos pasos al frente. Su voz, suave pero segura, fluyó como una sorpresa inminente. El micrófono crujió con su entonación.
Era romántica.
Era dramática.
Y, de algún modo... funcionaba.
" Qué bien te ves
Te adelanto, no me importa quién sea él
Dígame usted
Si ha hecho algo travieso alguna vez
Una aventura es más divertida
Si huele a peligro "
Katie abrió los ojos completamente, llevándose las manos al pecho con reflejo automático.
"¿Está... cantando eso en serio?", preguntaba Katie con un susurro apenas audible.
Noah se tensó como una estatua.
Miró a los lados. Nadie lo salvaba.
Cody, ajeno o deliberadamente ciego, seguía.
" Si te invito a una copa y me acerco a tu boca
Si te robo un besito, a ver, ¿te enojas conmigo?
¿Qué dirías si esta noche te seduzco en mi coche?
Que se empañen los vidrios y la regla es que goces
Si te falto el respeto y luego culpo al alcohol
Si levanto tu falda, ¿me darías el derecho
A medir tu sensatez?
Poner en juego tu cuerpo
Si te parece prudente
Esta propuesta indecente"
Desde el fondo, Owen agitaba los brazos como si estuviera en una telenovela.
"¡BRO, NO! ¡NO PUEDO RESPIRAR!", gritaba Owen , aunque no apartaba la mirada.
Leshawna abrió una galleta sin romper el ritmo.
Courtney, cruzada de brazos, fruncía el ceño con suspicacia.
"Esto es manipulación emocional", pensaba Courtney. "Y... le está saliendo."
Mientras tanto, Gwen seguía observando desde la sombra, los labios fruncidos, los ojos fijos en la escena. No parpadeaba.
"Claro, ahora resulta que es cupido", pensaba Gwen. "El tipo escribe chistes, baila como si no le importara y encima buen amigo..."
Cody caminaba por la pista con elegancia fingida. No exageraba los gestos. No actuaba como un bufón.
Era Cody... pero contenido.
Cody, el romántico.
Cody, el que usaba un micrófono para cambiar el aire.
Pasó junto a Izzy, que lo miró con los ojos vidriosos y murmuró "¡eso fue poético!", antes de tirarse de espaldas sobre una colchoneta inflable.
Bridgette reía, sorprendida.
"¿Esto es en serio? Esto... esto está funcionando." Dijo Bridgette
Lindsay, emocionada, se llevó las manos a la cara.
"¡Él suena como esos cantantes de video de perfume! ¡Los que lloran al mirar por la ventana!" dijo Lindsay
En el centro, Noah seguía sin moverse.
"Cody me está cantando una bachata", pensaba Noah, sin procesar.
"Me está cantando una bachata mientras todos nos miran.
Me está cantando una bachata y tengo que... ¿bailar?"
Katie lo miraba de reojo.
Roja. Silenciosa.
Pero sus labios temblaban como si estuviera conteniendo la risa... o algo más.
Cody se detuvo frente a ellos.
Los apuntó suavemente con el micrófono.
Y repitió.
" A ver, a ver
Permíteme apreciar tu desnudez (take it off)
Relájate
Que este Martini calmará tu timidez (don't be shy
Y una aventura es más divertida
Si huele a peligro"
Ese fue el momento.
El aire cambió.
Katie bajó las manos lentamente.
Noah suspiró como si aceptara su destino en una novela de sobremesa.
"Ok", murmuraba Noah, girando lentamente hacia ella. "Supongo que ya no podemos huir."
"Supongo que no", decía Katie, dando medio paso hacia él.
Cody bajó la voz, su tono convertido en casi susurro, como si el campamento entero dependiera de esa canción.
" Si te invito a una copa y me acerco a tu boca
Si te robo un besito, a ver, ¿te enojas conmigo?
¿Qué dirías si esta noche te seduzco en mi coche?
Que se empañen los vidrios y la regla es que goces
Si te falto el respeto y luego culpo al alcohol
Si levanto tu falda, ¿me darías el derecho
A medir tu sensatez?
Poner en juego tu cuerpo
Si te parece prudente
Esta propuesta indecente "
La guitarra crecía.
El ritmo se asentaba.
La canción estaba por estallar.
Cody miró por última vez hacia el público.
Y como un actor que conoce la fuerza de su escena, gritó:
"¡Campistas... prepárense para el dueto menos preparado y más adorable de la historia!"
La pista subió de volumen.
El beat de bachata se afirmó con fuerza.
Y Katie...
dio el primer paso.
---
Katie extendió una mano con cautela.
Noah la observó como si estuviera frente a un botón de emergencia emocional.
No tenían idea de lo que hacían.
Eso era evidente.
Pero la música seguía, y la voz de Cody flotaba por el aire con la seguridad de quien no temía el ridículo.
" I'm back
It feels good to be king
Gostoso
Hey
Listen
I know what you like"
La guitarra marcaba el compás con claridad, ese ritmo de tres pasos y un suspiro.
Noah apoyó su mano en la cintura de Katie con una torpeza casi cómica, como quien intenta armar una tienda de campaña sin instrucciones.
"Esto es raro", murmuraba Noah.
"Es bachata", decía Katie con una sonrisa nerviosa. "Creo que siempre empieza así."
Dieron el primer paso. Lentos. Descoordinados.
No era bonito.
Pero no era un desastre.
Los ojos de todos seguían fijos en ellos.
Gwen los observaba desde su lugar, recostada contra una columna de madera, brazos cruzados.
"Él se va a tropezar", pensaba, sin dejar de mirar.
"Y si no... entonces me retracto de todo lo que creía saber sobre este día."
Cody paseaba a su alrededor como un espíritu musical que no dejaba de narrar la escena con ritmo:
" How 'bout if you and I, me and you
¿Bailamos bachata?
Y luego you and I, me and you
¿Terminamo' en la cama? (Que rico)
How 'bout if you and I, me and you
¿Bailamos bachata? (Ay bailamos bachata)
Y luego you and I, me and you
¿Terminamo' en la cama? (Terminamos en la cama)"
Bridgette ya no grababa.
Simplemente miraba.
Courtney fruncía el ceño, pero era evidente que estaba... intrigada.
"¿Desde cuándo esos dos tienen química?", pensaba.
Katie retrocedió con delicadeza.
Noah la siguió, esta vez sin tropezar.
Las miradas se cruzaron.
Por un segundo, ambos parecían sorprendidos de que el otro siguiera ahí, tan cerca.
El segundo paso fue más natural.
Y luego el tercero.
Y, sin que nadie supiera cómo, estaban bailando de verdad.
No con destreza.
Pero con honestidad.
Harold, desde una esquina, miraba con la boca abierta.
"¿Eso es... real? ¡Yo estaba como diva hace cinco minutos!" dijo Harold
Leshawna sonrió para sí misma.
"Eso sí es ritmo emocional. Eso... duele bonito." Dijo Leshawna
" How bout if you and I (You and I)
Me and you (Me and you)
You and I (You and I)
Me and you (You)
You and I (You and I)
Me and you (I'm a badboy)
Me and you (You) "
La melodía bajaba por segundos, como si diera espacio para que ellos hablaran con sus cuerpos.
Katie puso una mano sobre el hombro de Noah con más confianza.
Él no retrocedió.
Se acercó.
"¿Seguimos fingiendo que esto no está pasando?", susurraba Noah.
"Si te refieres a bailar sin chocar, sí. Sigamos", murmuraba Katie, mirando sus pies.
Pero ya no se miraban los pies.
Se miraban a los ojos.
Owen lloraba de risa, pero también murmuraba "son lindos, admitan que son lindos".
Lindsay parecía haber entrado en trance.
"¡Ellos son la película!", decía Lindsay. "Son el tráiler, el póster... ¡la escena que aparece en cámara lenta con fuegos artificiales!"
" How bout if you and I (You and I)
Me and you (Me and you)
You and I (You and I)
Me and you (You)
You and I (You and I)
Me and you (I'm a badboy)
Me and you (You)"
Y entonces, la música volvió a subir.
Y sus pasos ya no parecían ensayo.
Parecían elección.
Se movían con soltura inesperada, empujados no por la técnica, sino por la sensación de que... si no se aferraban ahora, se caían.
El resto del campamento contenía la respiración.
Y Cody, sin perder el ritmo, caminaba alrededor de ellos como un narrador que había orquestado algo más grande que él mismo.
Gwen se inclinó ligeramente hacia adelante.
Bridgette apoyó una mano sobre su pecho.
Courtney cerró los ojos, un segundo.
Y justo cuando la pista insinuaba que se acercaba al cierre...
Katie y Noah estaban, sin darse cuenta, bailando solos en el mundo.
La canción descendía poco a poco, como si respirara con ellos. Los acordes bajaban su intensidad, pero mantenían el pulso. Ese pulso que no venía solo del ritmo, sino del momento mismo que se había formado alrededor de Katie y Noah, como una burbuja invisible.
Ahora no parecía una competencia.
No parecía una improvisación.
Parecía una confesión coreografiada por el universo.
Cody caminaba en círculos con el micrófono en la mano, aún cantando, pero su voz se había suavizado, casi susurrante, como si supiera que ya no necesitaba empujar nada. Solo dejar que pasara.
Katie se aferraba a la mano de Noah, no con fuerza, sino con cuidado, como si no quisiera romper el instante.
Noah mantenía su otra mano en su cintura, menos tensa que antes, más natural, más... presente.
Sus pasos seguían el ritmo sin pensar. No había técnica ni patrón. Había piel. Había cercanía.
"¿Esto está... pasando?", pensaba Katie, sintiendo que su voz interna se disolvía entre el ritmo.
"¿Estoy bien con esto? Porque todo en mi cuerpo dice que sí, pero mi cerebro está ocupadísimo procesándolo", pensaba Noah, mirando sus ojos por un momento más largo de lo habitual.
Las luces eran tenues, apenas reflejos. Las sombras de los otros campistas formaban una especie de audiencia estática, como si nadie quisiera interrumpir ni siquiera con un suspiro.
Desde el fondo, Gwen sostenía una de las columnas del árbol.
"Ok. Eso fue una mirada de verdad", pensaba, viendo a Noah fijamente.
Bridgette tenía la cabeza ladeada y la sonrisa suave de quien no necesitaba decir nada.
Courtney parecía confundida. Como si quisiera encontrar alguna razón para burlarse... pero no la encontraba.
Izzy murmuraba algo sobre mariposas y polen. Lindsay lloraba bajito.
Owen se había sentado... pero con las manos juntas frente a la boca, como si viera un final de película que no sabía que necesitaba.
Y Cody...
Cody no solo cantaba.
Cody vivía dentro de la canción.
Su mirada recorría las caras de cada uno mientras pronunciaba esas líneas, y cuando volvía a posar los ojos sobre Katie y Noah, algo en su expresión se suavizaba como una sonrisa que no sabía que tenía.
La música bajó aún más.
El último verso se acercaba.
Katie y Noah se miraron.
No como al inicio.
No como dos amigos incómodos arrastrados a una pista.
Ahora...
se miraban con otra pregunta.
"¿Vamos a dejar esto en el aire... o lo vamos a sellar?"
No hubo señal externa.
No hubo conteo ni frase clave.
Solo el empujón.
Cody, sin pausa en el canto, pasó detrás de Noah con una sonrisa de medio lado.
Le dio un empujón leve, apenas simbólico.
Un empujón que no empujaba el cuerpo.
Empujaba la historia.
Y el mundo... se encogió un instante.
Noah tropezó medio paso hacia Katie.
Ella ya lo estaba esperando.
Sus rostros se encontraron en medio del silencio musical.
Y sin más preámbulo, sin artificios...
se besaron.
No fue largo.
No fue exagerado.
Pero fue perfecto.
Porque todos sabían —sin saber cómo lo sabían— que no era parte del show.
No era el guion.
No era una jugada.
Era la verdad.
Un murmullo suave recorrió a los campistas como un eco en expansión.
Leshawna soltó un "ooohh" suave.
Gwen no dijo nada.
Bridgette sonrió con los dientes cerrados, como si supiera que no debía romper la magia.
Heather apretó los labios... pero no los criticó.
Courtney se recargó hacia atrás con expresión neutra... pero no cínica.
Y entonces...
Estalló el aplauso.
Como lluvia. Como júbilo sin aviso.
Aplausos, silbidos, carcajadas dulces.
No había burla.
No había incomodidad.
Solo celebración.
Katie se llevó una mano a los labios, como si no creyera lo que acababa de pasar.
Noah se giró hacia Cody como si quisiera decirle algo... pero solo bajó la mirada y sonrió.
Cody levantó ambos brazos.
Dejó que su voz terminara con el último acorde suave.
Y entonces, con tono de presentador emocionado pero satisfecho,
"Gracias, Romeo. Gracias, bachata. Y gracias, campistas... por permitirme presenciar el nacimiento de una nueva pareja... o al menos de una gran anécdota." Dijo Cody
Katie y Noah se quedaban de pie al centro.
Ya no sabían qué hacer con las manos.
Pero tampoco hacía falta.
Porque, por un segundo, solo eran ellos.
Y el resto del campamento... sonreía con ellos.
El aplauso aún resonaba por el campamento cuando la música finalmente se apagó, como una vela que sabe cuándo dejar de arder.
Katie y Noah seguían en el centro, inmóviles, envueltos por una mezcla de risa, vergüenza y algo más que ninguno de los dos sabía etiquetar todavía.
Sus manos ya no se tocaban, pero tampoco parecían querer alejarse.
Cody, aún con el micrófono en mano, aprovechó la emoción como buen presentador con instinto escénico.
"Bueno, bueno... no sé ustedes, pero yo necesito una toalla, una copa de vino y terapia de pareja aunque sea por reflejo", decía Cody, caminando hacia el centro como si el show aún no hubiera terminado. "Porque eso que vimos... fue historia. Con paso lateral."
Katie se tapó la cara entre risas.
"No lo vuelvas a mencionar nunca", decía, con los ojos vidriosos por la risa contenida.
"Estoy seguro de que Owen ya escribió una balada en honor a esto", murmuraba Noah, sin atreverse a mirar a nadie.
"¡Lo estoy haciendo en mi cabeza ahora mismo!", gritaba Owen, agitando un lápiz invisible. "Se va a llamar *Bachata con Beso y Galleta*."
Leshawna se acercó a Bridgette y le susurró algo que terminó con las dos carcajeando a medias.
Courtney, por su parte, fingía revisar las reglas del torneo en una libreta, aunque no escribía absolutamente nada.
Heather se giró hacia Gwen, rompiendo el silencio incómodo entre ellas con una sola palabra.
"Patético."
Pero Gwen notó que Heather había estado más atenta de lo normal.
Y no lo dijo con veneno.
Lo dijo con... algo más parecido a inquietud.
"Cállate, Heather", respondió Gwen sin apartar la vista de Noah y Katie, que caminaban de regreso a sus lugares aún sin saber si debían separarse o quedarse juntos un poco más.
Gwen pensaba en silencio, como si clasificara cosas en su cabeza.
"Cody canta. Noah besa. ¿Qué sigue? ¿Izzy enseñando álgebra?"
Bridgette, mientras tanto, se inclinó hacia DJ.
"¿Tú habías visto a Noah tan... suave?" dijo Bridgette
"Noah no es suave. Noah es una piedra inteligente con buenas frases. Hoy fue lava templada", decía DJ, cruzando los brazos como quien no sabe si aplaudir otra vez o hacer reverencia.
"¡Quiero una pareja de baile así!", gritaba Lindsay desde un costado.
"¿Una que te bese?", preguntaba Owen.
"¡No! ¡Una que me mire como Noah la estaba mirando!", decía Lindsay, haciendo una pantomima exagerada de drama romántico, mirando de reojo a Cody
Cody subió de nuevo a su silla, cruzando las piernas con teatralidad.
"Y así, queridos espectadores del amor inesperado, cerramos la ronda dos con calor en las mejillas, sudor en la espalda, y nuevas preguntas en el aire. Preguntas como: ¿son novios? ¿Fue un impulso? ¿Alguien lo grabó? La respuesta es sí. A todo." Dijo Cody
"¡Yo lo tengo todo!", gritaba Izzy, mostrando su celular con una mezcla de orgullo y caos.
Katie y Noah se sentaron uno junto al otro. Ninguno hablaba. Ninguno se alejaba. Y de alguna forma, no necesitaban hacerlo.
"Eso no estaba en ninguna regla", decía Noah, medio sonriendo.
"SI, no estaba", decía Katie, cruzando las piernas y mirando al frente.
La atención del grupo seguía sobre ellos, aunque poco a poco se dispersaba como neblina disipándose al sol.
Y Cody, alzando el micrófono por última vez antes de seguir con el caos, terminó con una frase cargada de espectáculo y sinceridad entretejida:
"Campistas... si la pista de baile ya podía encender corazones, hoy descubrimos que también puede confundirlos. Y eso, mis amigos... vale oro narrativo."
El público rió, aplaudió una última vez.
Y con eso, el polvo del beso se asentó.
Pero la tensión romántica —esa— apenas empezaba a calentar los bordes de lo que estaba por venir.