Mientras los meses transcurrieron naturalmente, William no había parado de hacer cosas. No descuidó su entrenamiento físico, mientras sacaba tiempo para practicar la técnica para pararse en el aire y echarle un ojo al entrenamiento de Mikasa.
Algunos días, Reika los llevaba a la ciudad y se quedaban todo el día con Eren y su familia. Incluso si no necesitasen comprar nada de la ciudad, Reika los llevaría.
Era extraño.
William sabía que a su madre Reika no le gustaba mucho ir a la ciudad. No tenía buenos recuerdos debido a su apariencia diferente, pero en los últimos meses los llevaba y los venía a recoger por lo menos dos veces a la semana.
Como sus padres estaban más felices, decidió no darle más vueltas. Gracias a eso, William y Mikasa se unieron al grupo de Eren y Armin mucho antes de lo que William hubiera creído.
Durante uno de estos días en los que se juntaron para pasar el día, William vio como Grisha Jaeger salía de casa con el maletín médico en su mano y se despedía de su esposa para encaminarse al trabajo.
Luego de poner alguna excusa para separarse de Eren, Armin y Mikasa, siguió a Grisha desde la distancia. Esperó al momento y lugar por el que no pasaban personas para hacer su movimiento.
"Geki, Hainawa." dijo William en rápida sucesión, soltando las técnicas de Kido que conocía.
Geki es un bakudo que inmoviliza todo el cuerpo del objetivo envolviéndolo en una tenue luz roja mientras que Hainawa creaba una cuerda amarillenta de poder que inmovilizaba la parte superior del objetivo. Usó a Hainawa no para inmovilizar, sino que lo usó para arrastrar rápidamente a Grisha a un callejón para evitar las miradas de otras personas.
Asegurándose de siempre estar fuera de la visión de Grisha, se acercó por detrás.
"Grisha Jaeger, se varias cosas sobre ti y sobre tu pasado, es por eso tuve que inmovilizarte." dijo William cambiando la voz, forzando las cuerdas vocales y además aplicando su reiatsu para distorsionarla lo más posible.
"Es una pena que no puedas hablar de esta forma, pero no quiero que termines mordiéndote la lengua, creo que ya me entiendes. Por ahora solamente escucha mis palabras."
"Grisha Jaeger, naciste en el año 806 en la zona de internamiento de Liberio. A los 11 años perdiste a tu hermana Faye a manos de uno de los soldados de Marley debido a que desobedeciste sus opresivas normas."
"A los 18 años heredaste la clínica de tu tu padre, y un día recibiste la visita de Grice quien es uno de los que pertenecen a la facción de los restauradores de Eldia. En ese momento aprendiste sobre los brutales métodos que usaron para matar a tu hermana y decidiste unirte a su facción."
"Más tarde formaste una familia con Dina Fritz, una descendiente de la familia real de los Fritz, y tuvieron un hijo llamado Zeke. Quisiste que obtuviera los poderes de los titanes, pero años después Zeke los delató y junto a los Restauradores de Eldia terminaron vagando por la isla de Paradise como titanes."
"Solo fue gracias al informante apodado el Búho, el cual su verdadero nombre es Eren Kruger, que te salvaste y obtuviste de él el titán de ataque con la misión de infiltraste en los muros para obtener al titán fundador."
Grisha Jaeger estaba abrumado por todo lo que aquella misteriosa persona sabía sobre él. Conocía prácticamente todos los acontecimientos que había vivido y además estaba a su merced. Ni aunque quisiera podría transformarse porque no podía infringirse una herida.
"No me importan tus acciones o tu pasado. No estoy con Marley pero tampoco estoy con Eldia. La paz del mundo humano fue perturbada, pero todo siempre regresará a la calma."
"Hagamos un trato."
"¿Un trato?" pensó Grisha.
"Teniendo en cuenta la edad de Eren Jaeger como tu hijo, probablemente no te quedan más de 5 años de vida. Sirve a la sociedad de almas cuando tu vida se termine."
"¿¡En la muerte!? ¿Quién es este tipo? No ¿Qué es y qué demonios es la sociedad de almas?" pensó Grisha consternado.
"Una vez hayas muerto, te unirás como miembro de la cuarta división del Gotei 13. Una división encargada de las técnicas de curación y el conocimiento médico de la sociedad de almas."
"Si aceptas, me aseguraré de llevar a la sociedad de almas a tus dos familias cuando sus vidas en el mundo humano se terminen."
"¿¡Podré encontrarme nuevamente con Dina!?" gritó mentalmente Grisha sin poder creerlo. Creía que la había perdido para siempre, pero el poder misterioso de aquella cosa que le estaba hablando le dio un resquicio de esperanza y espectativas.
"Escucharé tu respuesta cuando estés muerto, hasta entonces piensa en si aceptarás o rechazarás el trato."
"En cuanto a mi identidad, soy la máxima autoridad y quien mantiene el equilibrio entre los mundos, algunos me llaman el rey de las almas."
Con esas últimas palabras, William desapareció del callejón y luego la inmovilización se deshizo. Cuando Grisha miró a su espalda no había rastro de nadie.
"¿Con qué clase de existencia sobrenatural me he encontrado?" murmuró Grisha con un sudor frío recorriéndole la espalda.
Lo habían inmovilizado en un instante, incapaz de poder utilizar el poder del titán de ataque. Podría haberlo matado instantáneamente y no hubiera tenido ninguna posibilidad de transformarse. Siempre se habían posicionado a los titanes como la fuerza más poderosa del mundo, y los nueve titanes son los que se alzaban como las mayores potencias bélicas del mundo. Nunca habían encontrado algo tan misterioso y oculto como su encuentro con el rey de las almas.
Lo que Grisha no sabía era que William solamente quería reclutar individuos talentosos para formar nuevamente el Gotei 13.
Grisha estaba condenado por la maldición de Ymir, y aunque no era mencionado mucho, su talento en la medicina es enorme por lo que quiso reclutarlo para la cuarta división. Solo de pensar lo que Grisha podría aprender de medicina tras siglos de estudios hizo que William se emocionase.
William no estaba seguro sobre la cantidad de reiatsu que Grisha tendría como shinigami, pero sin duda podría ser quien más abarcara sobre la teoría y hasta llegar a revolucionar el aspecto médico de la sociedad de almas con su conocimiento. Aunque para ello todavía necesitaba avanzar con las misiones mundiales si quería obtener las dimensiones de los diversos mundos de Bleach.
No le negaría el poder del titán de ataque y el titan fundador a Eren ni restringiría a Grisha o le educaría para no terminase acortándole la vida a su hijo. No le importaba ya que podrían seguir viviendo como almas. Con William y su sistema de Bleach el cual estaba loco por recolectar las almas de todo el mundo, solo era cuestión de tiempo antes de que todos los personajes de Attack on titan cayesen en sus manos. Usarlos para fortalecer la sociedad de almas era natural a sus ojos. No le importaban las diferentes razas u orígenes de esas almas, una vez en la sociedad de almas todas serían iguales.
"Ah ah~ quiero completar la misión mundial pronto. ¿Acaso las misiones mundiales tienen que ver con la trama?" dijo William para si mismo mientras regresaba distraídamente a juntarse con Eren, Armin y Mikasa. "Y yo que quería ser poderoso para el comienzo de la trama... si no me esfuerzo entrenando, tal vez sea peligroso en el futuro."