Según muchos filósofos, la vida podría ser un juego de ajedrez, y este tablero está en una situación peculiar.
Dos reyes: un rey negro y un rey blanco. El rey blanco atacó primero, fiel a las reglas, y de forma casi unilateral se encargó de todas las defensas del rey negro.
Pero hubo una que ninguno de los reyes se esperaba. Todo aquel que jugó ajedrez alguna vez sabe que un rey no se puede mover a un punto donde lo puedan matar. Por dicha razón, esta partida acabaría cuando el primero muriera de inanición...
Pero un peón negro, al cual ninguno de los dos reyes le había tomado importancia, avanzó de manera silenciosa, de forma lenta pero segura, al lado enemigo y al final llegó al otro lado, y la pieza faltante para el Jaque Mate había nacido.
—¿Necesitas una mano, niño? —dijo un chico de alrededor de 20 años, de pelo rubio y largo, ojos azules y un paraguas rosa—. Te puedo ayudar si deseas.
—Sí, señor extraño —dijo Anyael con una risita, esquivando una de las ramas del árbol extraño, y pensó: "Al fin de algo me sirve jugar Dark Souls; ya tengo casi todos sus patrones aprendidos. Claro, es un ser vivo y no un NPC, por lo que puede cambiar, pero no es tan inteligente".
El árbol cesó sus ataques por unos segundos; tal parece que también él tiene que recuperar fuerzas.
—Bueno, parece que ese Mimic descansará, así que me presento, soy Dio Argent, un gusto —dijo Dio extendiéndole la mano a Any.
—Bueno, mi nombre es Anyael Revenant, mucho gusto, Dio —le respondió Any; pero antes de poder estrechar su mano, unas hojas voladoras los interrumpieron—. Tengo un plan, Anyael.
El plan era sencillo: Anyael distraía al Mimic y Dio explotaba su debilidad.
—¿Y cuál es su debilidad?
—Bueno, Anyael, su debilidad es el suelo. Solo hay que sacar sus raíces del suelo y no obtendrá nutrientes para regenerarse, o también serviría una habilidad de fuego, pero intuyo que no tienes.
—Ahí la pegaste, mi Atadura no tiene que ver con nada de fuego, pero ¿y tú, cuál es tu poder?
—Es muy complejo; ahora nos tenemos que concentrar en la pelea.
De vuelta a la pelea, empieza el segundo round. Any cierra distancia rápidamente con el Mimic e intenta golpearlo, pero el combate cuerpo a cuerpo no es tan efectivo y recibe un corte en el estómago gracias a las hojas hiperfilosas del Mimic.
Esa era la distracción que necesitaba Dio, y el propio Dio lo sabía. En este punto, el Mimic estaba 100% enfocado en Any, atacando con sus raíces a distancia...
Dio se acercó por detrás para tratar de desplantarlo, pero el árbol se dio cuenta y, aunque no se pudo defender con sus ramas, sí lo pudo hacer con sus hojas.
En ese instante, Dio abrió su mano izquierda y en ella se materializó una carta blanca: un 3 de corazones. Este la lanzó delante de él, y la carta aumentó de tamaño, cubriéndolo de las hojas cortantes.
Este aprovechó para gritar unas palabras.
—¡Monsters!
Después de gritar esa frase, de su espalda se materializaron 4 velocirraptores, los cuales empezaron a molestar al Mimic, logrando que este concentrara sus hojas en tratar de matarlos.
Any, notando esto, empieza a hacer el mayor ruido posible, y piensa: "Esa cosa es como un oso; solo hay que molestarlo".
Mala idea esa. Por centrarse tanto en sus pensamientos, fue atravesado por una de las raíces y, sin tiempo para adaptarse, fue atravesado otras 3 veces más por las raíces del Mimic.
—"¿Así voy a morir, eh? ¡Qué puta mierda de muerte!" —pensó antes de escuchar una voz femenina en su cabeza.
༻Condiciones cumplidas, Plaga del Monarca Ascendido ha sido activada༺
En ese instante, una cantidad de Ego brutal fue desprendida del cuerpo de Anyael, y la corona del monarca se materializó en su cabeza.
Aprovechando todo lo que pasó, Dio gritó Scary, transformándose en una especie de híbrido humano/dinosaurio, usando toda su fuerza y mejorando sus músculos con Ego, mandando al Mimic a volar.
El cuerpo de Anyael se adaptó al daño en solo segundos y lo regeneró. Su puro instinto transformó su Ego en electricidad, sobrecargando sus músculos y sistema nervioso para conseguir un estallido de velocidad.
En microsegundos, atravesó la parte media del Mimic en el aire. Su puro instinto llevó sus capacidades al límite: usando una parte de su Ego, lo concentró en la planta de sus pies, creando un estallido que lo impulsó hacia el Mimic, destruyendo la parte superior del Mimic y después de lograr dicha hazaña, lo hizo de nuevo con la parte baja del Mimic, asesinándolo en el proceso.
Después de matarlo, cayó inconsciente, no solo porque gastó el 96% de su Ego en esas maniobras, sino también por el efecto de su habilidad...