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Chapter 5 - ch 5

Capitulo 5

La charla continuó, aunque esta vez el ambiente ya no se sentía tan tenso. Más bien, parecía una prueba para evaluar mi carácter. Por lo que pude observar en las conversaciones que sostuvo con los demás miembros, a ellos también les hizo pasar por algo similar.

Pasó otra semana y surgió un problema. Hasta ahora, mi participación en el grupo de chat no había afectado mis calificaciones. Sin embargo, las personas a mi alrededor comenzaron a notar ciertos cambios en mí. La profesora Shizuka insistió en saber qué me sucedía. Aunque trató de disimularlo, parecía genuinamente preocupada de que esta distracción pudiera perjudicar mi rendimiento académico.

Por otro lado, mi irritante hermana mayor se volvió aún más insistente, especialmente después de que le pedí a nuestra madre un apartamento propio, más cerca de la escuela.

Mientras estudiaba en mi habitación, tras otro intento fallido de convencer a mi madre para que me permitiera mudarme, sucedió algo inesperado.

{La Tsundere Académica se ha unido al chat}

Un apodo curioso. Ya había notado que los nombres en el grupo parecían reflejar ciertos aspectos de la personalidad o características distintivas de cada miembro.

Antes de que alguien pudiera siquiera saludarla, explotó de inmediato, indignada por el apodo que se le había asignado. Al parecer, no estaba nada contenta con la forma en que el grupo la había etiquetado.

Después de que se calmó un poco, conseguimos mantener una conversación relativamente civilizada. Ella seguía escéptica respecto a todo esto, convencida de que se trataba de algún tipo de tecnología avanzada con la que había tropezado por accidente.

Tras un rato de charla —principalmente Stacy-san intentando convencer a la nueva integrante de que esto era real y de que no pertenecíamos al mismo mundo—, logramos establecer una conversación más coherente. Por otro lado, Aizawa-san y Sengoku-san parecían interesados en involucrarse, aunque con sus típicos matices de reserva.

Mientras Stacy-san y la nueva integrante —ahora conocida como Takagi Saya— seguían conversando, decidí revisar su perfil. Si iba a seguir en este grupo, lo mínimo era entender con quién trataba.

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[Análisis de perfil: Saya Takagi]

Nivel estimado: 10-Medio (Nivel 13)

(Individuo humano con inteligencia superior y habilidades de liderazgo; capacidad para planificar y coordinar en escenarios de tensión moderada)

Potencial latente: 11-Medio (Nivel 15)

(Potencial para destacar en roles estratégicos con entrenamiento y recursos, sin poderes especiales)

Estado físico: Estable, saludable

Estado emocional: Irritada, con reacciones impulsivas ocasionales bajo presión

Estabilidad mental: Alta, aunque puede ser impulsiva cuando se siente desafiada

Rasgos observables:

— Inteligencia estratégica superior a la media

— Gran capacidad analítica para evaluar situaciones

— Orgullo intelectual marcado

— Dificultad para aceptar autoridad sin justificación lógica

— Necesidad constante de mantener el control

Habilidades pasivas:

— "Intelecto aristocrático" (Mejora la eficacia de planificación táctica en un 20%; detecta errores con mayor facilidad)

— "Verborrea intimidante" (Discursos o análisis que pueden minar la moral de interlocutores si detecta debilidades)

— "Orgullo de linaje" (Resistencia moderada a manipulación emocional; fortalece voluntad ante desafíos a su estatus)

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La conversación continuó mientras decidía retomar mis estudios. Mientras conservara el primer lugar en la academia, se abría la posibilidad de lograr cierta independencia.

. . . .

El tiempo transcurrió, y después de dos semanas de insistencia y de practicar mis argumentos una y otra vez, lo conseguí. Logré convencer a mi madre de que me permitiera mudarme. Aún no podía elegir exactamente el departamento, pero era un avance. Uno pequeño, pero significativo.

Una vez instalada en mi nuevo departamento, me encontré con un lugar modesto, pero funcional. Tenía todo lo que consideraba necesario para vivir. Lo sorprendente fue lo bien que encajaba con mis preferencias personales, como si alguien lo hubiera diseñado considerando mis estándares.

Mientras desempacaba algunas de mis pertenencias, una notificación interrumpió mis pensamientos.

{La Extrovertida en Esteroides se ha unido al chat}

No pasó mucho tiempo antes de que enviara su primer mensaje. Por el apodo asignado por el grupo de chat ya podía intuir parte de su personalidad, pero al leer sus mensajes, su energía desbordante confirmó que no estaba lejos de la verdad.

Su charla era una ráfaga incesante de comentarios, preguntas y exclamaciones, como si estuviera intentando llenar todos los silencios con palabras… aunque nadie los pidiera. Entre todo ese ruido, surgió un tema que, a pesar del caos, captó mi atención: los mundos de origen.

Era fascinante lo variados que eran. Al parecer, el mundo de Takagi-san, el de la recién nombrada Ikuyo Kita y el mío compartían ciertas características: eran relativamente normales, sin elementos sobrenaturales ni amenazas constantes. Mundos donde la mayor preocupación, en teoría, era el examen final o una conversación incómoda.

Por otro lado, el mundo del señor Aizawa-san y el de Stacy-san parecían mucho más extremos. Eran mundos de héroes y villanos, donde el conflicto no era una posibilidad sino una constante.

Y luego estaba el mundo de Sengoku-san. Según sus propias palabras, era un entorno completamente corrupto. No sólo a nivel político o económico, sino en su estructura social, como si el desequilibrio fuera parte del sistema mismo.

Después de despertar de mis ensoñaciones, decidí revisar el perfil de Ikuyo-san.

Si iba a mantener la cordura en este grupo, conocer bien a sus integrantes era una cuestión de supervivencia más que de cortesía.

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[Análisis de perfil: Ikuyo Kita]

Nivel estimado: 10-Alto (Nivel 12)

(Individuo humano con capacidades físicas y sociales normales; carisma elevado que puede influir en pequeños grupos)

Potencial latente: 11-Bajo (Nivel 14)

(Potencial para mejorar intelectualmente y socialmente con experiencia y entrenamiento)

Estado físico: Activa y saludable

Estado emocional: Eufórica, con tendencia a buscar aceptación social

Estabilidad mental: Media; algo ansiosa por aprobación, con impulsividad moderada

Rasgos observables:

— Extroversión expresiva y energética

— Alta empatía emocional, aunque con dificultad para detectar límites personales

— Necesidad constante de aceptación social

— Energía persistente y contagiosa

— Tiende a evitar conflictos mediante respuestas emocionales o evasivas

Habilidades pasivas:

— "Aura brillante" (Presencia que mejora el ánimo de aliados cercanos)

— "Popularidad natural" (Facilita la creación de lazos sociales; incrementa la receptividad en un 15%)

— "Optimismo contagioso" (Reduce impacto de estados negativos leves en aliados durante interacciones)

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Después de una animada charla (principalmente entre Kita y Gwen), decidí continuar con mi día.

Vivir sola no era precisamente un desafío, pero sí un ajuste.

A veces, en la calma de mi nuevo departamento, el silencio resultaba ensordecedor.

No era algo desagradable, pero contrastaba fuertemente con el bullicio constante al que estaba acostumbrada en casa. No había pasos al otro lado de la pared, ni la molesta voz de mi hermana preguntando cosas sin importancia. Sólo yo, y el sonido tenue de la tetera al hervir.

El lugar era pequeño, pero funcional. Lo suficientemente ordenado para no sentirme incómoda, y lo bastante neutro para que pudiera hacerlo mío poco a poco.

Una taza de té, un libro a medio leer sobre el escritorio, y el resto de mis cosas aún esperando ser desempacadas. No tenía prisa. Tampoco era como si alguien fuera a irrumpir para decirme cómo debía vivir.

Observé por la ventana. El cielo nublado reflejaba con precisión mi estado emocional: en calma, pero con algo latente al fondo.

No sabía exactamente qué era. Tal vez la sensación de que algo se acercaba. O quizás sólo el resultado de haberme aislado, aunque fuera voluntariamente.

Pensé en el grupo.

En Takagi-san, tan combativa como lógica.

En Ikuyo-san, una presencia imposible de ignorar.

En Stacy-san, que parecía esforzarse demasiado en conectar.

En Sengoku-san y Aizawa-san, siempre observando desde la distancia, como si midieran cada palabra.

No eran amigos. No todavía.

Pero comenzaban a sentirse… inevitables.

Tomé un sorbo de té. El amargor familiar me reconectó con la rutina.

Un día normal, en un entorno nuevo.

Y, sin embargo, no podía evitar preguntarme cuánto tiempo más duraría esa normalidad.

. . . .

Pasó el tiempo. Las molestias con mi hermana habían comenzado a disminuir y, después de comprobar que mis calificaciones se mantenían estables, dejó de insistir. Supongo que, en su lógica, mientras no fallara, no había razón para intervenir.

Estaba en clase, tomando apuntes como de costumbre, cuando una tenue luz azulada apareció a un costado de mi campo visual.

{La Haremanta se ha unido al chat}

Una nueva notificación. Y, como ya se volvía costumbre, acompañada de un apodo... cuestionable.

La pantalla flotante se materializó frente a mí con discreción, imperceptible para el resto del salón. Nadie más parecía haberla notado, como siempre.

Leí el apodo con una ceja apenas levantada. Cada nuevo integrante parecía llevar un título más absurdo que el anterior. Este no era la excepción.

No era difícil intuir de qué tipo de personalidad se trataba, aunque, en este grupo, las primeras impresiones podían ser engañosas.

El nuevo integrante no escribió nada de inmediato. La ventana permaneció en silencio por unos segundos más de lo habitual.

¿Titubeo? ¿Desorientación? ¿O simplemente esperaba algo?

Levanté la mirada por un instante. La profesora seguía con su explicación, ajena a todo. El aula mantenía su ritmo monótono.

Todo seguía igual… en la superficie.

Volví la atención a la pantalla flotante.

Otro extraño más había entrado en escena.

Y por el nombre que llevaba, dudaba que fuera alguien precisamente sutil.

. . . .

 Al llegar a casa, noté que la pantalla flotante seguía activa. Por fin, el nuevo miembro había dicho algo.

Revisé el historial del chat mientras me quitaba los zapatos. Por lo que leí en su conversación con Stacy-san y Aizawa-san, parecía estar nerviosa… y francamente paranoica. Mencionaba que todo esto debía ser algún tipo de fenómeno antinatural, comparándolo con lo que llamaba "temblores espaciales".

No era la primera vez que alguien reaccionaba así. Lo extraño era lo específico de su referencia.

Afortunadamente, Stacy-san supo manejar la situación —como de costumbre— y, esta vez, recibió apoyo de Takagi-san, quien mostró una sorprendente paciencia al explicarle la situación.

Gracias a sus esfuerzos combinados, la nueva integrante terminó por calmarse lo suficiente como para entablar una conversación coherente.

Ahora tenía un nombre: Shiori Itsuka.

Después de una serie de preguntas y aclaraciones, también logramos descubrir a qué se refería con esos "temblores espaciales". Según lo que nos contó, su mundo era… peculiar.

Vivía en una ciudad aparentemente normal, en un entorno que podría pasar por uno de los más tranquilos entre los que conocíamos hasta ahora. Sin embargo, ese equilibrio superficial se veía interrumpido por fenómenos llamados "temblores espaciales".

Al parecer, estos temblores no eran simples sismos, sino alteraciones del espacio mismo. Las autoridades los trataban como desastres naturales, aunque no podían explicarlos del todo. Lo más desconcertante era su aleatoriedad: no seguían un patrón sísmico convencional, y su origen era tan misterioso como su impacto.

Itsuka-san confesó que apenas comenzaba a comprender su importancia. No sabía por qué ocurrían, ni qué los causaba. Solo que, desde hacía unos años, se habían vuelto más frecuentes… y más intensos.

Lo curioso era que ella parecía tener un rol más cercano a estos eventos de lo que admitía. No porque supiera más, sino porque, de algún modo, siempre terminaba cerca del epicentro.

Y aunque insistía en que solo era una coincidencia, su incomodidad era evidente.

Por curiosidad decidí revisar su perfil.

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[Análisis de perfil: Shiori Itsuka

Nivel estimado: 10-Medio (Nivel 14)

(Individuo con capacidades físicas y mentales promedio para un humano; sin habilidades especiales ni poderes)

Potencial latente: 9-Bajo (Nivel 20)

(Potencial para mejorar en aspectos intelectuales o físicos mediante entrenamiento)

Estado físico: Normal, saludable

Estado emocional: Nerviosa, con tendencia a ansiedad y preocupación

Estabilidad mental: Media; puede mantener la concentración, pero es vulnerable a estrés intenso y situaciones inesperadas

Rasgos observables:

— Inteligencia promedio, con buen razonamiento lógico

— Personalidad cautelosa y algo desconfiada

— Dificultad para aceptar fenómenos que escapan a su comprensión

— Curiosa y con voluntad de aprender

Habilidades pasivas:

— "Sentido común" (Permite tomar decisiones racionales en situaciones cotidianas)

— "Resiliencia básica" (Capacidad para recuperarse de golpes emocionales o físicos leves)

— "Aprendizaje rápido" (Puede adaptarse y entender nueva información con relativa rapidez)

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Yukino observó la pantalla con una ceja arqueada, el rostro serio, sin disimular su escepticismo.

Se inclinó un poco hacia adelante, repasando con más detalle los rasgos listados.

Aunque lo del "epicentro" me sigue pareciendo sospechoso. Coincidencia o no, nadie se encuentra tantas veces en el lugar equivocado sin una razón.

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