"Ustedes adelántense." Dijo Himeko mientras ajustaba algunos datos. "Welt y yo tenemos un par de cosas que revisar antes de ir a Belobog."
Dan Heng, apoyado en el borde de la puerta, añadió.
"Yo me quedaré a acompañar a Pom-Pom. Quiere ayuda con el mantenimiento." Entrecerro los ojos mientras los miraba a los tres. "Después de que ciertas personas tuvieran una 'guerra de bromas' varios lugares quedaron irreconocibles."
"Bien." Respondió Aleph, cruzándose de brazos sin atreverse a devolverle la mirada. "Entonces, nos vemos más tarde."
Marzo ajustó su vestido azul, dándole una vuelta rápida.
"¡Hace tanto que no venimos aquí!"
Stelle comprobó que su nuevo vestido negro estuviera en orden.
Aleph sonrió.
Llevaba el uniforme que Bronya le regaló antes de que dejaran Jarillo-VI. Le gustaba bastante cómo le quedaba.
....
El viento helado los recibió de golpe.
Ni dos segundos pasaron antes de que Aleph se arrojara de espaldas a la nieve.
"Extrañaba esto." Dijo con una sonrisa. "Ese picor en la piel por el frío es bastante satisfactorio."
Marzo lo miró, perpleja.
"ignorando a Aleph. ¿No se siente el clima ligeramente más cálido que la última vez?"
"¡Aun hay nieve!" Comentó Aleph mientras su cuerpo comenzaba a hundirse en la nieve.
"Pero… tiene razón." Murmuró Stelle mientras lo ayudaba a levantarse. "Definitivamente se siente mucho más cálido que la última vez."
"El clima realmente debe estar volviendo a la normalidad."
Caminaron hasta la entrada principal de Belobog.
Un guardia se les quedó mirando antes de sonreír.
"¡Oh! ¡Si son ustedes!"
Dunn, el capitán que conocieron antes, se acercó con una sonrisa.
"Qué gusto verlos de vuelta, héroes de Belobog. Ábranles la entrada."
"Gracias, Dunn." Saludó Marzo.
"Disfruten del Festival Calisol." Añadió mientras las puertas se abrían.
Cruzaron las calles hasta la Fortaleza Qlipoth.
En el camino se encontraron con Gepard, quien patrullaba junto a un par de guardias.
Se detuvo al verlos.
"La Guardiana Suprema me pidió que los recibiera si llegaban." Les dedicó una ligera reverencia. "Es bueno verlos aquí para el Festival. Llegaron en buen momento. Está en uno de sus descansos."
"Perfecto." Respondió Aleph con una sonrisa.
"Pueden pasar."
....
Bronya estaba sentada con una taza de té en mano, parecía bastante tranquila.
A su lado, Seele intentaba comer bocadillos con la mayor compostura posible, mientras Cocolia la observaba con una mezcla de severidad y desaprobación. Desde que renunció al cargo, Cocolia se había obsesionado con enseñarle etiqueta a Seele, ahora que ocupaba un puesto alto dentro de la administración civil.
Bronya alzó la vista y sonrió al verlos.
"Bienvenidos."
Seele les hizo un saludo rápido con la mano, mientras masticaba a escondidas.
La calma se rompió cuando Pela irrumpió en la sala.
"Noticias urgentes."
Todos la miraron.
"Anoche alguien robó la mayor parte de las exhibiciones del Gran Museo de Belobog."
Bronya soltó un suspiro y se frotó la frente, más trabajo.
"...Perfecto."
"¿A tres días de la reapertura?" Añadió Cocolia, visiblemente indignada. "Inaceptable."
Seele sonrió.
"Bueno. Podría ayudar con eso."
Más que ayudar, buscaba un pretexto para huir de Cocolia.
"Nosotros nos encargamos." Dijo Aleph, levantando la mano.
Ignorando la mirada de Seele que prácticamente gritaba que quería extrangularlo.
"Sí." Se unió Stelle. "Estamos libres por ahora."
Marzo bufó, cruzándose de brazos.
"Se suponía que estábamos de vacaciones..." Respiró hondo. "Denme cinco minutos para cambiarme. No pienso hacer esto con este vestido."
"Yo también voy." Añadió Stelle siguiéndola.
Bronya miró a Aleph mientras ellas se retiraban.
"Puedes quedarte con nosotras mientras las esperas."
"Encantado." Respondió con una sonrisa mientras se sentaba en una silla.
Bronya le sirvió una taza de té.
"Por cierto, ese uniforme te queda muy bien."
"Gracias. Es cómodo."
Seele le dirigió una mirada seca.
"Parece una versión oscura del uniforme de gala de los capitanes de la Guardia."
"¿De verdad? Increíble."
Cocolia frunció el ceño al mirarlo, sin decir una palabra.
Seele se encogió de hombros, tomando otro bocadillo.
*******
Marzo y Stelle regresaron a la Oficina tras cambiarse.
"Ahora sí, mucho mejor." Comentó Marzo, acomodándose una bufanda rosa que había comprado en el Luofu.
"Se siente raro." Murmuro Stelle mientras ajustaba los guantes.
"Perfecto." Bronya se puso de pie. "Entonces vamos. Los llevaré al Museo."
Seele se cruzó de brazos, mientras le daba una mirada de reojo a Cocolia.
"¿Y yo?"
Bronya la miró, sin rastro de humor.
"Tú vienes también. Es una buena oportunidad para que pongas en práctica eso que llamamos responsabilidad."
Seele soltó un quejido apenas audible, pero no discutió.
"Por favor." Cocolia añadió, frunciendo el ceño. "Comportate, Seele."
"Sí, sí..." respondió mientras miraba hacia otro lado, haciendo como que no escuchaba.
Bajaron por las calles principales de la Ciudad, ahora mucho más animadas que la última vez. El Festival Calisol estaba en plena preparación. Había banderas colgadas, luces de colores y puestos a medio montar.
"La ciudad se siente diferente." Comentó Stelle mientras miraba a su alrededor. "Más viva."
"Sí." Asintió Bronya. "Las cosas han mejorado desde nuestra última gran crisis."
"¿Hasta que alguien se robó el Museo entero?" Comentó Aleph, con las manos en los bolsillos.
Bronya suspiró.
"No exactamente entero. Pero sí piezas clave. La exposición debía reabrir en tres días, y ahora..."
Pela, que los esperaba en la entrada del Museo, les hizo una seña.
"Bien. Les resumo la situación." Empezó sin perder tiempo. "Anoche, entre las dos y tres de la madrugada, se desactivaron los sistemas de seguridad. Las cámaras fueron inutilizadas, y varias vitrinas estaban abiertas sin señales de daño."
"¿Sin forzar?" Preguntó Aleph, arqueando una ceja.
"Exacto. Todo fue abierto desde dentro, como si alguien tuviera acceso autorizado."
Marzo chasqueó la lengua.
"Eso suena mal."
"No hay testigos. Nadie vio nada extraño. Solo los guardias del turno de la mañana se dieron cuenta cuando llegaron."
"¿Qué se llevaron?" Preguntó Stelle.
"Lo más problemático es que entre lo robado hay una serie de reliquias históricas que datan de la época anterior al hielo eterno. Incluyendo varios objetos vinculados a la historia de Belobog y piezas tecnológicas muy antiguas."
Aleph cruzó los brazos.
"¿Y las piezas que no tienen valor económico?"
Pela asintió.
"También. Lo cual descarta que sea un simple robo para vender."
"Entonces." Seele sonrió. "...Oportunidad perfecta para dejar de estudiar modales y tener un trabajo de campo. Me apunto."
Bronya rodó los ojos.
"Detalles."
Marzo suspiró, hasta donde llegaron sus vacaciones.
"Bueno, no era parte del plan, pero ya estamos aquí."
Stelle sonrió.
"Admitelo, te gusta."
"No. Es tan malo como el show de marionetas de Aleph o el Stand-up de Dan Heng."
"¿El que de Dan Heng?"
"... Esa fue una noche extraña."
"En ese caso, vamos dentro." Indicó Pela, ajustándose las gafas. "Les mostraré la escena."
El grupo cruzó la entrada del Museo, directo hacia la escena del crimen.
...
La Oficina central del Museo era un caos. Papeles por todos lados, vitrinas vacías, una pantalla mostrando cámaras de seguridad inutilizadas y el director del lugar caminando en círculos, con una cara de estrés terminal.
Cuando el grupo entró, este casi se tropezó al girarse.
"¡Ah! Ustedes deben ser la ayuda que la Guardia envió."
"Algo así." Respondió Bronya cruzándose de brazos. "Explíquenos qué encontró."
"Sí, sí... por supuesto..." El hombre rebuscó entre unos papeles, apartó una taza medio volcada, un plano del museo y finalmente sacó una hoja arrugada.
"Esto... lo encontré pegado a la puerta trasera del archivo."
Se las entregó.
Era una nota escrita a mano, con una caligrafía inclinada y un tanto caótica.
> "Las cosas viejas no deberían estar atrapadas entre vitrinas.
Es hora de que salgan a dar un paseo por el mundo.
Atentamente, el Sr. Pies Fríos."
Se hizo un silencio breve.
Marzo fue la primera en hablar.
"...¿Perdón?"
"Sí. Exacto mi reacción." Respondió el director, alzando ambas manos. "¿Quién demonios es el Sr. Pies Fríos? No tengo idea."
Aleph tomó la hoja, la revisó de cerca y ladeó la cabeza.
"...Esta caligrafía me resulta sospechosamente informal para alguien que organiza un robo de esta escala."
Stelle miró a Bronya.
"¿Algún registro de algún criminal con ese sobrenombre?"
Pela negó.
"Nada que yo recuerde, tal vez debería revisarlo en las bases de datos."
"Con ese sobrenombre, no parece ser alguien que precisamente busque pasar desapercibido."
Seele cruzó los brazos.
"O es muy estúpido, o muy descarado."
"Ambas opciones suenan razonables." Apuntó Aleph, doblando la hoja y guardándola en su bolsillo.
Bronya se giró hacia el director.
"¿Encontraron algo más? ¿Huellas, rastros, algo?"
"Sí… en realidad sí. Uno de los guardias que hizo la ronda nocturna mencionó que el suelo cerca de la salida trasera tenía huellas."
"¿Que clase huellas? ¿Zapatos? ¿Botas? ¿O que?" Preguntó Pela, alzando una ceja.
"Eso es lo raro..." Contestó el director con una expresión desconcertada. "Parecen huellas... pero de pies descalzos."
Marzo parpadeó.
"...¿Descalzos? ¿En plena nieve?"
"Exacto."
"El ladrón está loco." Comentó Seele
"¿O es muy resistente al frío?" Sugirió Stelle.
"O las dos cosas."
Bronya se giró al grupo.
"Bien. Tenemos un sobrenombre, por ridículo que sea, y una pista, no es mucho pero es lo que tenemos. Recomiendo empezar preguntando en los alrededores del Museo si alguien vio algo o escuchó algo raro anoche."
Marzo levantó el dedo.
"¿Qué clase de cosas raras deberíamos preguntar? ¿'Señor con pies descalzos robando artefactos'?"
"Entonces ¿así de simple? ¿Nos separamos y ya?" Preguntó Seele, cruzándose de brazos mientras miraba a Bronya.
"Sí." Asintió la Guardiana Suprema, ajustando su uniforme. "Mi descanso terminó. Tengo que volver a la Fortaleza. Pero ustedes pueden encargarse de la investigación."
Bronya les echó un último vistazo y les dio una sonrisa leve.
"Confío en que harán un buen trabajo." Dicho eso, se giró y se marchó con paso firme hacia la salida.
"Bien..." Stelle miró a Seele. "Tú y yo iremos a Underworld. Preguntaremos a Natasha y a Oleg si han visto algo raro. Puede que este 'Sr. Pies Fríos' no se haya quedado solo en la superficie."
Seele asintió.
"Perfecto."
Marzo alzó la mano.
"Yo me encargo de preguntar por aquí. Nunca se sabe, quizás me tropiece con una pista."
"Yo iré a las llanuras nevadas" Aleph se estiró los hombros, girando el cuello. "Pela me dijo que según un reporte de una de las mejores exploradores de Belobog, se ha visto una figura extraña vagando por allá. Probablemente nada. Pero no perdemos nada con revisar... Además quiero jugar un rato en la nieve."
Marzo lo miró con curiosidad.
"¿Seguro? Esas llanuras no son precisamente amigables."
"Mejor que quedarme quieto esperando." Respondió encogiéndose de hombros.
Stelle le dio una palmada en la espalda.
"No te congeles."
"Tranquila. Ya sabes que me llevo bien con el frío." Aleph sonrio mientras le daba un pulgar arriba.
"Entonces, manos a la obra." Concluyó Seele, ya girándose hacia el camino que lleva a Underworld.
******
"Entonces nada extraño…" Murmuró Stelle mientras guardaba las manos en los bolsillos.
"Por ahora no." Respondió Oleg. "Pero Wildfire estará atento. Si escuchamos algo, les avisaremos de inmediato."
"Gracias." Asintió Seele.
Ambas se alejaron del taller de Oleg caminando por las calles del Subterráneo.
"Stelle..." Seele frunció el ceño. "Dime si suena muy estúpido, pero... ¿no te da la impresión de que esto es obra de Sampo?"
Stelle se rascó la cabeza.
"Mmm no es imposible. Es el tipo de tontería en la que se metería."
Seele iba a decir algo más, pero una voz conocida las interrumpió.
"¡Seele! ¡Señorita Stelle!"
Ambas giraron. Clara corría hacia ellas, con preocupación clara en el rostro.
"... ¿Por que a ti te llama señorita y a mi sólo Seele?"
"¿Qué pasa?" Preguntó Stelle.
"Varios robots empezaron a perder el control desde la madrugada. No sabemos por qué. ¿Pueden ayudarme a detenerlos?"
Stelle asintió de inmediato.
"Por supuesto."
.....
No tardaron en llegar a el área cercana al asentamiento robot donde tres robots estaban totalmente fuera de control, lanzando chispas y girando sobre sí mismos mientras golpeaban lo que tenían cerca.
.....
Una corta pelea después, los tres robots quedaron inutilizados en el suelo.
Stelle se agachó para revisar uno de ellos y algo le llamó la atención.
"¿Qué es esto…?"
Metió la mano entre los paneles abiertos y sacó un engranaje dorado, con detalles ornamentales, algo bastante fuera de lugar para maquinaria común.
Seele también revisó otro y encontró exactamente lo mismo.
"Clara." Llamó Stelle. "¿Estos engranajes son parte de los robots?"
"No... jamás los había visto. ¿Qué hacen aquí?"
Stelle sacó su teléfono y abrió la lista de objetos robados del museo que Pela les había enviado a todos.
Empezó a revisar las fotos adjuntas, rápidamente encontró lo que buscaba.
"Ajá." Señaló la pantalla. "Mira esto."
Era una imagen de una escultura. En ella se veían piezas mecánicas de lujo, incluyendo engranajes dorados con exactamente el mismo diseño.
"Definitivamente es uno de los objetos robados." Confirmó.
Revisaron los otros robots. Todos tenían piezas iguales ocultas en su interior.
Seele se llevó la mano al mentón.
"¿Por qué metería esto aquí…?"
"Ni idea." Respondió Stelle mientras abría el chat grupal y le mandaba fotos a Pela.
[Pela: "Confirmado. Son las piezas. Estaban en la exhibición de Historia Industrial."]
[Pela: "…Y olvídense de Sampo. Desde hace un buen tiempo se volvió un comerciante legal. Ni rastro de robos, estafas ni nada. Se ha portado demasiado bien… incluso logró conseguirme café de muy buena calidad."]
Seele suspiró.
"Entonces tachamos a Sampo. Aunque igual no me fío de él."
Clara miró los engranajes, frunciendo el ceño.
"¿Quién haría algo así…?"
Stelle se levantó, guardó su teléfono y miró a Seele.
"Bueno. Esto se pone interesante."
*****
"Por aquí." Indicó Lynx, ajustándose el gorro mientras caminaba sobre la nieve que le llegaba casi hasta las rodillas.
Aleph iba detrás, con las manos en los bolsillos, pateando la nieve con tranquilidad.
"¿Estás segura de que había actividad por acá?"
"Totalmente. Lo vi anoche. O bueno, creí verlo." Respondió Lynx. "Una figura grande. Caminaba por la llanura. Algunos dicen que es el 'Hombre de las Cavernas Congeladas'."
"Nombre muy... creativo."
"Ajá. Lo sé." Se encogió de hombros. "Dicen que vive aquí, que es inmune al frío. Que anda dejando huellas, tomando cosas y dejando otras a cambio."
Siguieron caminando unos minutos más hasta que Lynx señaló algo entre un grupo de rocas cubiertas de escarcha.
"Ahí."
Aleph se acercó y quitó la nieve con un leve empujón. Debajo, una caja metálica con letras grabadas en un lateral "S. K.".
Junto a ella, una pequeña nota escrita a mano.
"Si encuentras esto y tienes hambre, por favor toma solo la mitad. Devuelve el resto. Gracias."
Aleph la miró unos segundos, cruzándose de brazos.
"Educado... para ser un ladrón."
"Eh, técnicamente no es robo si lo dejas y lo repones después." Comentó Lynx, inclinándose para mirar un poco más de cerca.
"Paso." Dijo Aleph, empujando la caja de vuelta a su escondite. "No necesito raciones. Que otro las aproveche."
Lynx asintió.
"Bien. Sigamos buscando."
Avanzaron otros diez minutos hasta que el detector de su dron empezó a emitir pitidos.
"Fragmentum. Vienen."
Un enjambre de criaturas emergió de entre las grietas del hielo, rugiendo mientras se abalanzaban hacia ellos.
Aleph giró el cuello con un crujido y extendió la mano.
"Que molesto."
Un vórtice de viento se formó sobre su palma, creciendo y compactándose hasta que lanzó un Mazan que arrasó con el enjambre. Los monstruos volaron como muñecos, golpeando rocas, hielo y desapareciendo más allá de las colinas nevadas.
El silencio volvió.
Lynx se ajustó el sombrero otra vez, parpadeando.
"...Wow."
"Práctico, ¿no?"
Mientras recuperaba el aliento, Lynx miró su dron.
"...¿Eh?"
"¿Qué?" Preguntó Aleph.
"Ven. Mira esto."
En la pantalla del dron, mientras sobrevolaba la zona despejada por el ataque, se veía claramente.
Un dibujo gigante, trazado en la nieve.
Dos círculos por ojos y una curva perfecta por boca.
Una carita sonriente.
"Vaya, tal vez pueda verse desde muy muy arriba." Murmuró Aleph, mirando la pantalla.
"...¿Quién se toma el tiempo de hacer una carita feliz gigante en mitad de la nada...?"
"No tengo idea." Respondió Lynx mientras tomaba una foto. "Pero esto va directo a mi archivo de rarezas."
******
"Ahh~ Este crepe es perfecto." Comentó Marzo mientras, caminando por las calles de Belobog con una gran sonrisa mientras le daba un mordisco. "Definitivamente esto compensa estar ayudando en vacaciones."
Miraba a los lados, buscando un lugar donde sentarse.
Fue entonces cuando su pie resbaló en el borde de una alcantarilla semidescubierta.
"¡Ah—!"
El crepe voló.
"¡No no no no—!"
Se asomó justo a tiempo para ver su pobre crepe cayendo lentamente hacia el subterráneo.
"...Ugh..." Refunfuñó mientras miraba alrededor.
Saltó hacia abajo, preparada para recuperar su almuerzo.
Pero entonces, un ruido raro se escuchó cerca.
Se acercó y se pegó instantáneamente a la pared.
"...Ya lo sabes, todo listo para la subasta."
"¿Los artículos también?"
"Todos. Y algunos extras."
Los ojos de Marzo se abrieron como platos.
"...Esos trastos pesan una locuna."
"Sí. Más le vale que haya mucha gente interesada."
Marzo sacó su teléfono con rapidez, y apuntó discretamente hacia la rejilla para comenzar a grabar.
....
Siguió grabando mientras los dos seguían soltando uno que otro detalle.
Cuando la conversación empezó a calmarse, se apartó con sigilo, apretó enviar y le escribió un mensaje rápido a Pela junto con el archivo:
[7 de Marzo: "Pela, encontré algo GORDO. Subasta clandestina el día antes del Festival. Van a vender los artículos del museo. Adjunto la grabación que hice. Escucha todo. Umm... ¡7 de Marzo la más adorable súper espía se retira, jefa! ☆⌒(>_<)"]
Mandó el mensaje y sonrió para sí.
"Bueno... no recuperé el crepe ¡Pero encontré algo bueno!"
Se limpió las manos del polvo y subió de nuevo a la calle.
"Ahora… creo que me merezco otro crepe."
**********
Woooo llegue a las 200 tiradas.
¿Como les fue a ustedes?
**********
Stelle Holmes en: La Mancha Violeta
Acto 1: El helado desaparecido y la tragedia anunciada
********
La noche en el Expreso Astral prometía paz, risas, una maratón de películas románticas cuestionables elegidas por que eran las favoritas de Marzo, y también helado. Mucho helado.
Pero no cualquier helado.
No el que viene en cubetas sospechosas de tiendas de conveniencia.
Sino helado artesanal, hecho por 7 de Marzo con todo su amor, técnica y un tutorial de 48 minutos cortesía de un canal de cocina que había encontrado por la red.
Cinco kilos.
Cinco.
Uno por cada hora de maratón y uno extra por "prevención emocional".
Y ahora…
"¡DESAPARECIOOOOO!"
La voz de 7 de Marzo resonó por todo el vagón comedor. Incluso los muebles se encogieron un poco por el susto.
En el refrigerador, solo quedaba una triste gota violeta que goteaba lentamente desde una repisa, como la última lágrima de una víctima sin justicia.
"¡Esto es un crimen, Stelle! ¡Una atrocidad! ¡Un insulto a las leyes de la amistad y la convivencia!"
Stelle, aún en pijama con dibujos de mapaches empuñando bates de béisbol, se cruzó de brazos, sonrió con confianza y asintió para si misma.
"Este es un caso para…"
Se giró dramáticamente, abriendo un armario.
De ahí sacó un abrigo largo, una gorra tipo deerstalker, una lupa (de dudosa utilidad en la era digital), y un pequeño cuaderno con la etiqueta.
Cosas que definitivamente resolveré y no se me olvidarán esta vez (tal vez).
"¡Stelle Holmes, la destective genio!"
7 de Marzo ladeó la cabeza.
"¿Siempre guardas eso ahí?"
"No interrumpas mi momento de entrada, Watson."
"¿Watson?"
"Sí. Tú eres mi ayudante. Una figura valiente y trágica envuelta en misterio. Como una galleta sin chispas."
"…Me estás comparando con una galleta en mal estado?"
"Una galleta con propósito."
7 de Marzo suspiró, pero aceptó el papel. Después de todo, el honor del helado debía restaurarse.
....
Hora 00:27 – Escena del crimen: Cocina del Expreso Astral.
Stelle se inclinó frente al refrigerador, usando la lupa sin ninguna necesidad práctica.
"Observa, Watson. Lo primero que salta a laAstral, la mancha violeta. Es helado de mora con esencia de lavanda. Tu creación estrella."
7 de Marzo se asomó por encima de su hombro.
"¡Fue robado después de estar listo! ¡Lo metí en la nevera a las 22:00 con un mensaje bien claro!"
Ambas miraron hacia el refrigerador.
Allí estaba, en papel adhesivo fluorescente.
TOCAR = GUERRA. —7 de Marzo.
Stelle asintió con gravedad.
"Claramente, esto fue un acto premeditado. Hay señales de que alguien intentó limpiar la evidencia."
Señaló una huella con lo que parecía ser… una servilleta pegada al suelo con helado.
Pequeña.
Stelle entrecerro los ojos, esas eran las servilletas favoritas...
De Pom-Pom.
"…¿Crees que fue Pom-Pom?"
"Demasiado obvio. Pom-Pom se habría comido la nota también."
"¿No estás confundiendo a Pom-Pom con Aleph?"
En ese momento, se activó el comunicador del Expreso.
"Anuncio general: si alguien ve mi cepillo de dientes, comuníquese conmigo. Se ha ido. —Welt."
Stelle lo anotó rápidamente.
"Interesante. Dos desapariciones en una sola noche."
7 de Marzo levantó la ceja.
"¿Estás insinuando que el helado fue robado por alguien que… también roba objetos de higiene?"
"¿O que el culpable huye dejando un rastro de caos? Tal vez un asesino serial de objetos cotidianos…" Comentó Stelle con una expresión sería mientras comía una paleta.
7 de Marzo palideció.
"¿Una conspiración?"
"Tal vez…"
...
Hora 00:45 – Siguiente paso: Interrogar a los sospechosos.
Stelle chasqueó los dedos.
"Dividámonos. Yo haré las preguntas difíciles. Tú recopila pruebas, testigos, y cualquier detalle que parezca sospechoso. Incluyendo cambios de humor repentinos. O dedos pegajosos."
7 de Marzo sacó una libreta adornada con pegatinas de fresa.
"Operación Helado Rescatado ha comenzado."
*****
Y así, con una mancha violeta como única pista…
El misterio se desplegaba.
¿Podría Stelle Holmes desentrañar la verdad?
¿Conseguiría 7 de Marzo no comerse las pruebas?
¿Es verdad que Dan Heng es alérgico a la lavanda o solo usa eso como excusa para no limpiar el refrigerador?
Acto 2: El círculo se cierra, el misterio se espesa
*****
Hora 01:10 – Vagón de fiestas del Expreso Astral
La "Oficina de Investigación" se había instalado de forma improvisada en el centro del vagón. Una mesa redonda, un par de sillas enfrentadas, una lámpara portátil apuntando directamente a los ojos de quien se sentara… y un CD con la versión grabada del infame show de Stand-up de Dan Heng y Aleph.
7 de Marzo revisaba su lista de sospechosos mientras sostenía una cuchara como si fuera un cetro.
"Tenemos a todos localizados, jefa. Pero nadie parece realmente culpable…"
Stelle cruzó los brazos, pensativa.
"¿Nadie? ¿Seguro que no viste a Dan Heng merodeando sospechosamente cerca de la cocina con una expresión demasiado serena?"
"¡Dan Heng siempre parece culpable de algo! ¡Pero solo porque nunca cambia la cara!"
"…Es un punto válido."
Stelle dio una palmada.
"Bien, ¡procedamos a los interrogatorios! Uno por uno, hasta que se derrumbe como una cucharada de gelato al sol."
...
El maquinista se sentó en la silla frente a la detective, sacudiendo su cola con inquietud.
"¡Inaceptable! ¡Acusar a la autoridad del Expreso de un crimen tan grotesco!"
Stelle entrecerró los ojos.
"¿Puedes explicarme entonces por qué encontramos una huella de tu servilleta personal en la escena?"
Pom-Pom se ofendió tanto que su sombrero se torció.
"¡Esa servilleta fue robada! ¡La uso para mis meriendas de las 18:00! ¡Seguro fue una maniobra para incriminarme!"
7 de Marzo asintió desde la sombra, escribiendo en su libreta.
"Pom-Pom tiene coartada, comía zanahorias cristalinas con sésamo dulce a las 22:00. Confirmado por Himeko."
Stelle lo dejó ir.
"No estás libre de pecado, bola peluda…"
"Parece que alguien quiere que reduzcan sus subsidios..."
"Adorable y poderoso Pom-Pom, por favor perdone a esta humilde sierva."
.....
La pelirroja apareció con una taza de té humeante y su típica sonrisa diplomática.
"¿El helado de 7 de Marzo? Sí, lo vi en la nevera. Pensé que era algún experimento culinario. No me atreví a tocarlo."
Stelle se acercó peligrosamente.
"¿Y puedes probar dónde estabas a las 22:45?"
Himeko rió suavemente.
"Leyendo un artículo sobre los agujeros gravitacionales espontáneos en el corredor estelar de Vesbuta. Welt puede confirmarlo."
7 de Marzo anotó.
→ Himeko: Improbable. Nadie lee sobre agujeros gravitacionales si planea hurto.
Stelle suspiró.
"Ella es demasiado elegante para hacer desaparecer algo con tanto colorante natural."
....
Dan Heng entró, miró la escena y… simplemente se sentó.
"¿Otra vez?"
Stelle asintió.
"El helado desaparecido. ¿Tienes algo que decir, Dragoncito Impasible?"
"...¿Otra vez ese apodo?" Dan Heng suspiro con resignación. "No como dulces. Me dejan letargico."
Stelle lo miró con desconfianza.
"Eres el tipo de persona que es tan tranquilo que asusta. Eso es lo que te hace peligroso."
Dan Heng la ignoró.
"¿Puedo irme?"
Stelle, frustrada.
"Sí, pero sigo vigilándote. Como una cucharita sobre un vaso de agua tibia…"
"¿Que pasa con esas metáforas tan extrañas?"
Dan Heng salió sin girar la cabeza.
.....
La genio de la Estación Espacial apareció holográficamente, bostezando.
"¿Se robaron un postre? ¿Y eso importa?"
Stelle apuntó con el dedo.
"¡No subestimes el crimen, Herta! Esos cinco kilos valían más que muchas de tus teorías sobre energía quántica expandida."
Herta puso los ojos en blanco antes de cortar la comunicación.
"No fui yo. Estaba actualizando mis modelos de simulación. Además, el helado deja residuos. Detesto los residuos."
7 de Marzo tomó nota.
→ Herta: Delataría a alguien solo por diversión, pero nunca se ensuciaría las manos. No culpable (por ahora).
...
Hora 01:40 – El hilo invisible se tensa
Tras varios interrogatorios, los resultados eran confusos, pero algo resaltaba.
"Todos niegan haberlo tomado… Pero alguien tiene que mentir."
Stelle se paseaba como un león enjaulado.
"¿Qué clase de monstruo se roba helado artesanal de lavanda y mora? ¿Quién tiene acceso, oportunidad… y la sangre fría de dejar solo una mancha como burla?"
Fue entonces que 7 de Marzo levantó la mano lentamente.
"Uh… hay alguien más que no hemos interrogado."
Stelle se detuvo.
"¿Quién?"
7 de Marzo tragó saliva.
"…Aleph."
Stelle parpadeo sorprendida, como si la idea en ningún momento se le hubiera pasado por la cabeza.
"¿Aleph? ¿Nuestro rudo amigo de puños relucientes? ¿El que ganó el torneo del Bifurcacielos con su propio estilo, el Cheese Burger Apocalypse?"
"Él mismo."
Ambas se quedaron en silencio.
El recuerdo del último incidente donde Aleph confundió un frasco de mayonesa con un artefacto explosivo estaba aún fresco.
7 de Marzo murmuró.
"¿Y si… no fue un robo… sino un accidenalita
Acto 3: Falsos culpables y guerra secreta
*******
Hora 02:15 – Nivel de mantenimiento de la Estación Espacial Herta
"¿Estás segura de que Aleph entró por aquí?" Murmuró Stelle, empujando una compuerta cubierta de advertencias escritas en cinco idiomas y una calcomanía de "PELIGRO: Zona de contención."
"¡Lo vi con mis propios ojos!" Respondió 7 de Marzo, empuñando su cámara como si fuera un arma. "Llevaba algo en los brazos. Algo envuelto en una manta. ¡Y olía sospechosamente dulce!"
La compuerta se abrió con un chirrido de ultratumba. Al fondo, una tenue luz rosada palpitaba.
Stelle entrecerró los ojos.
"Ese olor… ¿Lavanda? ¿Y mora?"
"¡El helado!" Gritó 7 de Marzo.
Ambas corrieron.
La escena que encontraron parecía una mezcla entre un episodio de ciencia ficción… y un episodio de pesadilla tierna.
....
Centro del laboratorio clandestino
Aleph estaba ahí. De pie con una expresión ilegible.
Magia congelante acumulándose en su brazo derecho, un rayo de energía chispeando en el izquierdo.
Frente a él, montado en un mecha, un hámster de expresión calculadora y bigotitos perfectamente peinados lo apuntaba con un cañón de chispas de caramelo.
"¡Te lo dije, Aleph! ¡El helado era sólo el principio! ¡Pronto, toda la estación será un paraíso para snacks parlantes y malvaviscos con conciencia!" Chilló Cheesecake.
Aleph estaba tenso, su voz sonaba entrecortada por la rabia contenida.
"Dile a Pistacho… que si quiere declararme la guerra otra vez… me encontrará preparado. Pero esto…"
Golpeó el suelo con su bota, activando un círculo mágico bajo sus pies.
"…esto es por robarle a Marzo."
Stelle y Marzo se quedaron congeladas.
"¿Qué? ¡¿Aleph no era el ladrón?!"
"¡¿Y quién diablos es Dr. Pistacho?!" Chilló Stelle.
.....
FLASHBACK – Hace 3 horas
Aleph, con auriculares puestos, cruzaba la cocina en busca de agua.
Vio una criatura parecida a un patito azul pastel revolviendo algo en la nevera con movimientos sospechosamente furtivos.
"¿Qué haces aquí... bestia?" Comentó mientras se tensaba.
Dr. Pistacho lo miró, ladeando la cabeza con inocencia extrema.
"¡Cuack!"
Aleph entró en modo hostil. Saltó al refrigerador. Pistacho huyó volando con sus alas ridículamente pequeñas y un tarro de helado entre las patas.
Aleph lo persiguió… y tropezó con una gelatina viva que servía de defensa pasiva del pato.
FIN DEL FLASHBACK
...
De regreso al presente
El mecha de Cheesecake dispara una ráfaga de chispas. Aleph se lanza de lado, esquivando, y rebotando en una pared.
"¡Nadie roba postres ajenos mientras yo respire, roedor gourmet!"
El impacto lanzó al hámster contra una torre de cajas etiquetadas como "Prototipos vivos – no alimentar".
Cheesecake cayó inconsciente.
De su mecha salió un disco de memoria.
7 de Marzo lo recogió y lo insertó en su cámara.
Pasando por los archivos rápidamente encontró un vídeo.
El pato de color azul pastel, Pistacho estaba supervisando criaturas miniatura entrenando con cuchillos, planos de la estación con rutas de escape, y… un ritual de coronación hecho con queso crema.
Stelle se desploma en una silla, claramente superada.
"…así que el ladrón del helado es una entidad rebelde nacida de un experimento prohibido, que vive en los ductos, tiene una milicia de seres adorables y cree en la anarquía alimentaria."
"Exacto." Suspiro Aleph, limpiándose la frente. "Y lo peor es que no puedo matarlo. ¡Porque lo abraza todo el mundo cada vez que lo ve!"
*****
Hora 03:00 – De regreso al Expreso Astral
Pom-Pom bebía un té sin inmutarse.
"Así que el responsable fue… un pato."
Stelle lanzó la caja del helado vacío sobre la mesa.
"¡Caso cerrado! ¡Stelle Holmes lo resolvió!"
"¿Pero tú no resolviste nada?" Preguntó Dan Heng desde su esquina, hojeando un libro de moral cósmica.
"¡Eso es irrelevante, Dragoncito!"
7 de Marzo reía mientras servía lo poco que Aleph pudo recuperar del helado.
"Al menos salvó un poco… y descubrimos una conspiración para derrocar la estación."
Aleph mordía su cuchara con los ojos entrecerrados.
"…esto no ha terminado. Pistacho aún está suelto. Sé que me vigila. Espera mi error. Pero no lo tendrá."
De fondo, en la ventana del vagón, se vió un reflejo.
Un patito azul pastel.
Moviendo lentamente sus pequeñas alitas.