Cherreads

Chapter 51 - Capitulo 51: final de volúmen 1

*LORD AUREN*

Me encontraba en la gran mesa del comedor, rodeado por la familia, todos sentados en silencio mientras los platos se vaciaban poco a poco. Lady Auren, mi esposa, estaba a mi lado, hablando de vez en cuando con la dama Serella, quien se encontraba al otro lado de la mesa, mientras nuestros hijos, Eryk y Askel, conversaban animadamente con los gemelos Liran y Lian. Sin embargo, había un vacío evidente entre todos. La silla vacía en la que se suponía debía estar Thyra, mi hija, no pasaba desapercibida. Todos lo notaban, y aunque nadie lo mencionaba abiertamente, la mirada de Myla, Caden y Darien siempre terminaba en ese espacio, como si esperaran que ella apareciera de un momento a otro.

En medio de esa incomodidad, Lord Almaric rompió el silencio, mirándome con una expresión de curiosidad, pero también con una leve preocupación en sus ojos. "Auren," comenzó, su voz profunda, pero cargada de duda. "No es que dudemos de ti, pero me intriga saber por qué finalmente aceptaste las propuestas del consejo para las discusiones diplomáticas con el continente vecino. ¿Qué te llevó a hacerlo?"

Sentí las miradas de todos en la mesa dirigirse hacia mí, la pregunta era simple, pero cargada de significados más profundos. Sabía lo que todos pensaban. Después de la desaparición de Thyra, muchos de ellos veían al consejo como una amenaza, y la idea de ceder a sus propuestas solo alimentaba sus temores.

Me tomé un momento para ordenar mis pensamientos, sabiendo que mi respuesta tendría repercusiones. "El consejo, por muy corrupto que sea, tiene sus beneficios. Las discusiones diplomáticas con el continente vecino son, en última instancia, un mal necesario," respondí, mirando a todos en la mesa, pero centrando mi mirada en mis hijos, especialmente en Caden y Darien, cuyos ojos reflejaban desconfianza. "Si aceptamos sus condiciones, podremos asegurar nuestra posición en la mesa internacional. Se trata de recursos, de alianzas estratégicas que podrían beneficiarnos a todos, no solo a los de la corte."

Lady Auren, quien siempre había sido cautelosa con las decisiones políticas, asentó en silencio, mientras que mis hijos parecían no estar convencidos. Almaric y Serella intercambiaron miradas, y luego Almaric volvió a hablar, con una ligera sonrisa, pero con un toque de crítica.

"Entiendo los beneficios, Auren. Pero debes admitir que el consejo no actúa solo por altruismo. Todos sabemos que hay segundas intenciones detrás de sus tratos. ¿Qué tan seguro estás de que esta vez no estamos caminando hacia un terreno peligroso?"

Las palabras de Almaric calaron hondo, y noté cómo Caden, quien hasta entonces había estado callado, finalmente intervino. Su voz era baja pero firme. "Mi padre me ha hablado de las discusiones con el consejo. Y si te soy honesto, no puedo confiar en ellos. Tienen más intereses ocultos de los que están dispuestos a admitir. ¿Qué pasa si este es solo otro intento de tomar ventaja de nuestra situación?"

Darien asintió con fuerza, sin dejar de mirar el plato, pero todos pudimos ver la furia contenida en sus ojos. "No me gusta la idea de que nuestra familia esté involucrada con el consejo. Después de todo lo que hicieron... ¿cómo podemos estar seguros de que no nos están utilizando?"

Myla, que rara vez intervenía en estos debates, levantó la vista y dijo con calma, pero con una claridad que solo ella podía transmitir: "Lord Auren, lo que Caden y Darien dicen tiene sentido. El consejo no ha hecho nada más que jugar con nuestras vidas desde que Thyra desapareció. No podemos seguir confiando en ellos como si todo estuviera bien. No olvides lo que hicieron."

El ambiente en la mesa se tensó, y la mención de Thyra no hizo más que agravar la situación. Todos sentíamos la ausencia de nuestra heredera. El vacío en la silla parecía un recordatorio constante de la oscuridad que nos había tocado vivir desde su desaparición. Pero no podía dejar que mis emociones me nublaran el juicio.

Suspiré, tratando de mantener la calma. "Entiendo la desconfianza que todos tienen hacia el consejo," dije, mirando a Caden, Darien y Myla. "Y lo comparto. Pero debo ser honesto con ustedes. Si no aceptamos esta oportunidad, podríamos quedarnos atrás. Nuestro reino podría perder influencia, y nuestras posibilidades de asegurar el futuro de muchos."

Nadie dijo nada por un momento, y el sonido de los cubiertos contra los platos llenaba el silencio. Cada uno estaba digiriendo mis palabras, pero la incertidumbre seguía flotando en el aire.

"Solo quiero que piensen en lo que estamos enfrentando," añadí en voz baja. "Si el consejo no es confiable, debemos estar más unidos que nunca. No podemos permitir que nada nos divida, no ahora."

El aire en el comedor estaba pesado, y cada palabra que pronunciaba parecía calar más hondo que la anterior.

Lord Varenn, que siempre había sido un hombre perspicaz, no dejó de mirarme, como si estuviera intentando leer mis pensamientos. Su pregunta, aunque directa, resonó de una manera diferente. "Auren," dijo, atrayendo aún más la atención de todos, "¿por qué decidiste aceptar finalmente las propuestas del consejo?"

La sala se llenó de una quietud tensa, como si el aire mismo se hubiera congelado, esperando mi respuesta. No pude evitarlo; tenía que decirlo, aunque sabía que el peso de mis palabras cambiaría todo. Bajé lentamente la mirada hacia la mesa, y tomé aire antes de soltar lo que había estado guardando en lo más profundo de mí.

"Porque Thyra Auren," comencé, mi voz firme, "definitivamente está viva… y se encuentra en el continente vecino."

El silencio en la sala fue absoluto. Lady Auren se quedó petrificada, mientras mis hijos, Eryk y Askel, intercambiaron miradas confundidas. Myla, Caden y Darien, que habían estado observando en silencio hasta ese momento, se levantaron de golpe, haciendo que las sillas rasparan el suelo. El ambiente, que ya era denso por la incertidumbre, se volvió aún más pesado.

"¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?" Preguntó Caden, su voz temblando por la mezcla de incredulidad y esperanza. Darien, a su lado, también se levantó, con los ojos fijos en mí, su postura desafiante. "¿De qué estás hablando, padre? ¡Esto no puede ser real! ¡No puede!"

Mi esposa, quedó sin palabras, mirando con ojos llenos de esperanza y escepticismo. Eryk y Askel, intercambiaron miradas, pero incluso ellos sabían que lo que acababa de decir era un golpe directo al corazón de todos nosotros.

Tomé un respiro profundo y miré a cada uno de ellos, con la certeza de lo que estaba por decir. "Hace unos meses, sentí algo… algo que solo yo puedo sentir. La voluntad de Auren, la conexión de poder, se encendió dentro de mí. Fue un resplandor, una señal que solo la sangre de los Auren puede reconocer. Y lo sentí otra vez hace unos días, durante la última visita al consejo. Esa conexión, ese poder, sólo puede venir de un heredero, de alguien de nuestra familia."

La mesa estaba en silencio absoluto, todos procesando mis palabras. Varenn, quien siempre había sido un hombre práctico, se recostó en su silla, mientras los otros lords y ladies parecían no poder creer lo que acababan de escuchar.

"¿Eso significa que realmente está viva?" Preguntó Myla, quien había permanecido en silencio hasta ese momento, sus ojos llenos de emoción y angustia al mismo tiempo.

Asentí lentamente, sintiendo el peso de cada palabra que pronunciaba. "Sí, Myla. Thyra está viva. Y no sólo eso, sé que está en el continente vecino. He seguido la conexión durante semanas. Aunque está lejos, su voluntad sigue siendo tan fuerte como siempre. Está ahí, y sé que debemos ir a buscarla."

La tensión en la sala aumentó a medida que los miembros de la familia, los lords y las damas procesaban lo que acababa de revelar. El shock se convirtió en murmullos, pero el miedo y la esperanza comenzaban a mezclarse. Nadie había considerado la posibilidad de que Thyra realmente estuviera viva. Muchos lo habían dado por perdido, algunos pensaban que era solo una ilusión, una suposición basada en el dolor y la desesperación.

Lord Almaric fue el primero en hablar, su voz grave pero llena de una nueva resolución. "Si lo que dices es cierto, Auren, entonces todo cambia. Todo lo que pensábamos sobre las discusiones, las negociaciones... tiene que cambiar. La seguridad de Thyra debe ser nuestra prioridad."

Caden, aún temblando de la emoción, no podía ocultar su incredulidad. "¿Entonces cómo es que nadie más ha sabido de esto? ¿Cómo es que el consejo no ha dicho nada? ¿Por qué no lo mencionaron antes?"

"Porque el consejo no sabe nada de esto," respondí, mi voz profunda. "Solo yo lo sé. Y no voy a permitir que ellos lo usen para su propio beneficio. Esta es nuestra búsqueda, nuestra familia. Lo que está sucediendo en el continente vecino no puede ser ignorado, pero tenemos que ser cautelosos. No podemos confiar en ellos."

El choque y la incredulidad seguían reflejándose en los rostros de mis hijos, pero también pude ver algo más: la chispa de esperanza que había estado apagada durante tanto tiempo empezaba a encenderse. No era sólo una suposición. Era una certeza.

El silencio que siguió a mis palabras fue denso, una quietud palpable que se apoderó de la sala. Todos los ojos estaban sobre mí, algunos con incredulidad, otros con una mezcla de esperanza y determinación. Pero lo que estaba claro era que las palabras que acababa de pronunciar cambiarían todo.

"Tenemos tiempo," continué, mi voz firme. "Dentro de unos pocos meses, las discusiones diplomáticas comenzarán, y el viaje al continente vecino tomará al menos dos meses. Eso nos da tiempo, tiempo para planificar y preparar cada estrategia. Durante este tiempo, todo lo que hagamos deberá ser enfocado en una sola meta: encontrar a Thyra."

Mi mirada recorrió la mesa, asegurándome de que cada uno de ellos comprendiera la magnitud de lo que estábamos a punto de enfrentar. "No importa si ella nos busca a nosotros o si nosotros la buscamos a ella. Lo que importa es que no podemos permitir que el consejo lo sepa. Ellos no deben enterarse de nada de lo que estamos planeando."

Caden, que hasta ese momento había permanecido más o menos callado, ahora asintió lentamente, aunque su expresión aún mostraba la incertidumbre de lo que significaba este plan. "¿Y cómo exactamente vamos a mantenernos bajo el radar del consejo? No será fácil si están vigilando nuestros movimientos."

"Lo sé," respondí, "pero tenemos la ventaja de que aún no tienen información completa. El hecho de que la conexión entre Thyra y yo solo sea algo que yo pueda sentir es nuestra carta secreta. Nadie más lo sabe, y mientras sigamos ocultos bajo el manto de la diplomacia, podremos movernos con discreción. La clave es hacer que el consejo crea que todo sigue su curso mientras nosotros trabajamos en las sombras."

Myla, que había estado sentada en silencio, con la mirada fija en la mesa, finalmente levantó la vista. "Pero si el consejo ya está en camino para negociar con el otro continente, ¿no será más difícil actuar? Nos estarán observando más de cerca."

"Sí, será más difícil," admití, "pero también nos da tiempo. Mientras estén ocupados con las discusiones, nosotros trabajaremos en silencio. Cuando lleguen los representantes del otro continente, tendremos todos nuestros planes listos. Ya sea que podamos llegar a Thyra antes o que ella nos encuentre, debemos estar preparados para todo."

Lord Varenn, siempre pragmático, se reclinó en su silla. "¿Y qué pasa si el consejo empieza a sospechar? ¿Si se dan cuenta de que no estamos completamente comprometidos con sus planes?"

"Eso es algo que no podemos permitir," respondí con dureza. "Debemos mantener la fachada. Mientras tanto, cada uno de nosotros tiene un papel que jugar en la ejecución de este plan. No podemos dudar, ni titubear. Si lo hacemos, todo se desmoronará."

Askel y Eryk intercambiaron miradas, y aunque no dijeron nada, pude ver que comprendían lo que significaba todo esto. No solo estábamos luchando por encontrar a Thyra, sino también por mantener nuestra familia unida y fuera del alcance del consejo. Había demasiado en juego, y cada decisión que tomáramos tendría repercusiones mucho más allá de lo que podíamos prever.

"Solo quiero que piensen en lo que estamos enfrentando," reiteré, mi voz más baja, pero aún cargada de resolución. "Si el consejo no es confiable, debemos estar más unidos que nunca. No podemos permitir que nada nos divida, no ahora. No podemos fallar, porque si fallamos, perderemos más que a Thyra. Perdemos lo que queda de nuestra familia."

De repente, sin previo aviso, una energía abrumadora comenzó a llenar la sala. Mis ojos, sin poder evitarlo, se iluminaban con una intensidad inusual, un brillo dorado que comenzó a resplandecer, tan fuerte que la sala misma parecía vibrar. Me sentí como si una corriente poderosa me recorriera desde lo más profundo de mi ser, arrastrándome hacia un estado de conciencia más aguda. El calor en mi pecho se intensificó, y mi cuerpo reaccionó de inmediato.

Me agaché un poco, apoyándome en la mesa mientras sentía la conexión de la familia Auren brotar una vez más, más fuerte, más clara. Esta vez no era solo una sensación distante o vaga. La voluntad de Auren, como un fuego avivado, me quemaba por dentro.

Lady Auren, preocupada, se levantó rápidamente de su asiento y se acercó a mí, poniendo una mano en mi hombro con una suavidad que contrastaba con la inquietud en sus ojos. "Auren, ¿qué está pasando? ¿Por qué están brillando tus ojos?" Su voz temblaba, cargada de preocupación y asombro.

Los demás en la sala también observaron en silencio, cada uno consciente de que algo extraordinario estaba ocurriendo. Myla, Caden, Darién y los demás, sus miradas fijas en mí, aguardaban con expectación.

Finalmente, cuando la oleada de poder comenzó a calmarse, pude hablar, aunque mi voz sonaba más grave y resonante de lo habitual. "La voluntad Auren... ha sido encendida una tercera vez." Mis palabras flotaron en el aire, tan firmes como la sensación de calor que aún ardía en mi interior. "Y esta vez, es más intensa que nunca."

Los murmullos comenzaron a sonar en la sala, pero aún pude oír la inquietud en las voces de los presentes. "¿Qué significa eso, Auren?" preguntó Varenn, un toque de urgencia en su tono, mirando mis ojos brillantes como si esperara entender algo más.

"Esto significa que Thyra... está cerca. Esta vez, parece estar preparándose para hacer sus propios movimientos," respondí, el brillo de mis ojos intensificándose conforme mis palabras alcanzaban la comprensión plena. "Es como si ella estuviera comenzando a actuar por su cuenta. La conexión que he sentido, es más fuerte que antes. Está viva, y algo está cambiando. Ella está en movimiento."

El silencio que siguió fue pesado, y un suspiro colectivo de alivio y ansiedad recorrió la sala. Todos comprendían lo que esto significaba: no solo estábamos más cerca de encontrar a Thyra, sino que ahora era ella quien comenzaba a acercarse a nosotros, preparada para actuar según su propio plan.

Lady Auren me miró con una mezcla de asombro y temor. "¿Y qué haremos ahora?"

"Nos preparamos," respondí con firmeza, mi voz ya recobrando algo de su compostura. "Este es el momento. Ahora que ella ha comenzado a moverse, debemos estar listos. No podemos dejar que nada nos detenga. El tiempo se ha reducido aún más."

Caden, que hasta ese momento había permanecido en silencio, finalmente rompió el hielo con una voz decidida: "Entonces, no perdamos más tiempo. ¡Debemos encontrarla!"

Asentí con la cabeza, reconociendo la determinación de todos a mi alrededor. Sabíamos que el camino por delante sería peligroso, pero con cada fibra de nuestro ser, estábamos más unidos que nunca. Y ahora, con la voluntad de Auren resurgiendo, sabíamos que la familia Auren no se rendiría hasta encontrar lo que más amaba.

****

*THYRA*

El aire a mi alrededor comenzó a vibrar con una fuerza incontrolable. Mi cuerpo estaba ardiendo, mi alma palpitando con una energía que nunca había sentido antes. El dragón rugía dentro de mí, su poder ancestral pidiendo liberación, mientras el cazador aullaba en las profundidades de mi ser, exigiendo que desatara su furia. Las dos fuerzas chocaban, se entrelazaban, y yo, atrapada en su corriente, solo podía dejarlas fluir con la misma intensidad que mi propio ser.

Con un grito feroz, dejé que todo mi poder explotara en la sala, como una tormenta imparable. La magia de Auren, esa voluntad inquebrantable, comenzó a arder dentro de mí, y sentí cómo los ojos de todos los presentes se volvían hacia mí. Mis ojos brillaron con una intensidad cegadora, el color azul de mis iris comenzando a resplandecer, reflejando el caos de poder que me envolvía. Cada fibra de mi ser parecía vibrar en una armonía caótica, como si estuviera a punto de estallar, pero algo en mi interior también me decía que debía seguir.

Mi respiración era errática, pero no podía detenerme. Cada parte de mí luchaba por equilibrar las fuerzas que se desbordaban, y aunque mi cuerpo temblaba con el esfuerzo, mi mente se mantenía clara. La conexión que había sentido antes, aquella chispa de energía familiar que nunca se había apagado, volvió a surgir. Sentí una vez más esa conexión profunda con la familia Auren, como si me invadiera por completo. El poder se intensificó aún más, haciendo que todo a mi alrededor temblara, y un eco resonó en mi pecho, la misma vibración que sentí cuando luché contra el patrocinado de Vaker.

Desde el otro lado de la sala, Nyssa y Harak observaban, sus figuras distantes, como sombras estáticas en medio del vendaval de poder que desataba. Harak, con su mirada fría y calculadora, me dio una orden firme, aunque su voz no podía enmascarar la admiración que sentía por mi avance.

"Continúa, Thyra," dijo, su voz resonando en el aire. "Estás avanzando en tu camino hacia la estabilización. Si sigues así, recuperarás tu poder más rápido de lo que pensábamos. No te detengas."

Mis manos temblaban, mi cuerpo estaba al límite, pero una fuerza inquebrantable, nacida de la voluntad de Auren y las energías que luchaban dentro de mí, me impulsaba a seguir. No importaba cuánto doliera, no importaba cuánto me quemara por dentro: debía continuar.

"¡Sigo aquí!" grité con todo lo que tenía, el eco de mis palabras resonando en el aire, como si el mundo mismo temblara a mi alrededor. "No me rendiré. No importa lo que cueste."

A pesar de mi agotamiento, la energía seguía fluyendo a través de mí. Era como un fuego que nunca se apagaría. La voluntad de Auren, el dragón y el cazador de las sombras, todo se entrelazaba en una danza peligrosa, y yo estaba decidida a mantenerme en pie, a controlar todo lo que parecía querer desbordarse.

El grito que salió de mi garganta resonó con una fuerza que no había experimentado nunca. La última barrera de control se rompió, y el poder fluyó de mí sin restricciones. Harak había hablado, y sus palabras fueron lo que necesitaba escuchar: "Libérate. Despéjate de todas las dudas, de los miedos, de las cadenas que te atan. Eres libre, Thyra. Tienes el poder para hacer el cambio que realmente necesitamos."

Con esas palabras, el miedo desapareció. Las dudas que antes me ataban se desvanecieron, y sentí la explosión de poder que se liberaba, tan abrumadora que mi cuerpo pareció vibrar con cada impulso. Miré al frente, concentrándome en mi energía. La magia que recorría mis venas comenzó a cambiar, se tornó de un verde brillante que lentamente se oscureció, como una tormenta que se prepara para desatarse. La intensidad de su color se hizo más profunda, hasta que se transformó en un negro profundo, como si la oscuridad misma cobrara vida.

Podía sentirlo, cada músculo de mi ser vibraba con la energía de la creación y destrucción. El complejo de la facción temblaba ante la demostración de poder que acababa de desatar. Mi magia era incontrolable, pero de alguna forma, también era mía. Al principio, intenté contenerla, suprimirla, pero la fuerza que se me había entregado era mucho más grande de lo que había anticipado. Mi voluntad, esa voluntad que me había sido transmitida, ahora sostenía ese poder inquebrantable, y por primera vez me sentí completamente libre. Era mía, solo mía.

El aire a mi alrededor parecía distorsionarse, como si la realidad misma temiera lo que estaba a punto de suceder. El poder creaba una fuerza imparable dentro de mí, forjando algo nuevo, algo que solo yo podía dominar. Mientras intentaba controlar esta nueva oleada de magia, algo cambió dentro de mí, una nueva verdad se forjó en mi ser: mi poder no era solo magia. Era la voluntad de Auren, mi propia voluntad.

La presión sobre mi cuerpo aumentaba, pero no me detuve. Con cada respiración, sentía como si todo mi ser se estuviera reconstruyendo. Algo en mi interior crujió, como si mi máscara comenzara a romperse, liberando la verdad que había estado ocultando. De repente, sentí el cambio físico. Mi falso cabello castaño claro comenzó a desvanecerse, transformándose en su tono oscuro y profundo. Mis ojos, los que siempre habían sido de un ámbar pálido, se tornaron a su color azul claro y brillante, como dos piedras preciosas reflejando la luz.

El cambio era real. Podía sentirlo en mi piel, en mi alma. Mi cuerpo estaba transformándose, adaptándose a una versión de mí misma que siempre había estado oculta. No era solo el poder lo que había desatado, sino la aceptación completa de mi verdadera identidad. La presión de todo lo que había estado reteniendo se deshizo y me sentí más completa que nunca.

Mientras mi apariencia cambiaba, la magia que poseía se asentó dentro de mí, volviéndose más estable, más poderosa. El dragón rugió, el cazador aulló, y la voluntad de Auren arde dentro de mí como nunca antes. No importaba lo que el futuro trajera. Ya no era una niña perdida, ni una hija controlada. Era Thyra Auren, y ahora, el poder estaba en mis manos.

El poder seguía corriendo por mis venas, un torrente incontrolable que parecía arrastrarlo todo a su paso. Estaba al borde, sintiendo que el final de esta lucha interna se acercaba. Cada fibra de mi ser temblaba con la intensidad de lo que había desatado. Mi cuerpo, mi mente, todo lo que conocía estaba al borde de la ruptura.

"Voy a hacerme más fuerte, me estabilizarse, los buscaré y regresaré a ustedes," dije con todas mis fuerzas, mi voz resonando dentro de mí y más allá. "Y cuando lo haga, regresaremos todos a casa."

Mis palabras fueron un juramento, una promesa tanto para mí misma como para él. Mientras lo decía, el último vestigio de mi poder, ese poder oscuro y abrumador, explotó en una onda de energía que reverberó por todo el complejo. Todo tembló, la fuerza de mi magia alcanzó su punto máximo. No pude controlar más. Mis energías se desbordaron, llevándome al límite, y con el último grito de poder, mi cuerpo colapsó.

La oscuridad me envolvió, pero en mi mente, en mi corazón, algo brillaba con una intensidad renovada. Sabía lo que venía, sabía que mi destino no había hecho más que comenzar. Y que, no importa cuánto tiempo pasara, encontraría el camino de regreso. Para mi familia. Para mí hogar.

****

*LADY AUREN*

El aire estaba cargado de tensión, como si el cielo mismo contuviera la respiración ante lo que estaba ocurriendo. Afuera, todos estábamos paralizados, contemplando la figura de mi esposo, Lord Auren, quien parecía más imponente que nunca. Su poder se desbordaba de una manera que no habíamos visto antes, formando un pilar de luz morado que ascendía hacia el firmamento, como si desafiara al propio universo.

Los caballos relinchaban inquietos, los árboles cercanos se sacudían con violencia, y el suelo bajo nuestros pies temblaba como si la tierra temiera la furia que mi esposo desataba. Era como presenciar una catástrofe natural, algo imposible de controlar, algo que solo podía ser generado por alguien con la sangre y la voluntad de los Auren.

Sus ojos brillaban con una fiereza que nunca había visto, esa luz púrpura intensa reflejaba no solo su poder, sino también su determinación. Y luego, su grito atravesó el aire, resonando como un juramento que no podía ser ignorado.

"¡Thyra Auren! ¡Te he encontrado! ¡Voy a traerte de vuelta! ¡Lo juro por mi sangre, por mi vida y por mi poder, regresarás a casa!"

Su voz, cargada de una fuerza casi divina, hizo eco en los campos, en los árboles, en cada rincón de nuestro hogar. Sentí cómo mi corazón se encogía y ardía al mismo tiempo. Era un grito de amor, de desesperación, de esperanza, y de una furia contenida por tanto tiempo.

Lord Almaric y varenn, lady varenn y Serella lo miraban con asombro, incluso temor. Caden, Darién y Myla, no podían disimular la sorpresa en sus rostros. Mis hijos, Eryk y Askel, permanecían cerca de mí, sus ojos fijos en su padre, con una mezcla de admiración y desconcierto.

Por mi parte, solo pude apretar el puño contra mi pecho, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza desbocada. Sabía que este momento marcaría un antes y un después. La conexión entre padre e hija, esa voluntad indomable que compartían, estaba más viva que nunca. Thyra había desatado algo en él, algo que ahora lo empujaba más allá de cualquier límite humano.

El suelo dejó de temblar poco a poco, y el pilar de luz comenzó a desvanecerse, pero mi esposo permanecía allí, firme, con el rostro alzado hacia el cielo. Cuando su poder finalmente se disipó, Lord Auren cayó de rodillas, su respiración agitada y sus manos aún temblorosas. Sin embargo, había una fuerza nueva en su mirada, algo que no podía describir.

Me acerqué lentamente, arrodillándome frente a él mientras apoyaba mi mano en su rostro, obligándolo a mirarme. Sus ojos seguían brillando, aunque con menos intensidad, y por un momento parecía agotado, pero invencible al mismo tiempo.

"¿La sentiste otra vez?" le pregunté en un susurro.

Él asintió, sus labios apretados, y su voz salió apenas audible, pero firme:

"Está luchando. Thyra está viva... y está preparándose. Nos está llamando."

Las lágrimas que había contenido durante meses comenzaron a brotar de mis ojos. Mis hijos se acercaron rápidamente, rodeándonos, y juntos nos aferramos a esa verdad. Nuestra hija estaba viva. Y ahora, más que nunca, sabía que mi esposo cumpliría su juramento. No había fuerza en este mundo que lo detuviera.

La familia Auren no estaba completa. No todavía. Y, con el tiempo, volveríamos a estar completos.

***

¡Perfecto! Aquí tienes una versión con tono humorístico y épico del aviso de fin de volumen, ideal para dejar huella y mantener a tu audiencia enganchada con una sonrisa y un poco de hype:

N/A: ¡Saludos, aventureros del caos narrativo!

Sí, lo sé… esta historia ha tenido más pausas que una canción con Wi-Fi malo. Algunos la abandonaron, otros se quedaron por pura curiosidad, y yo... yo también me perdí entre dragones, misterios y crisis existenciales de autor.

Pero hey, entre bocetos, café frío y ataques de inspiración a las 3 a.m., algo renació: ¡las ganas de seguir!

Sé que tengo más historias abiertas que pestañas en el navegador de un universitario en finales, y una quinta historia que fue sacrificada al dios de las reescrituras. Pero confíen en mí, todo está bajo control. (Más o menos.)

Ahora sí, lo sabroso:

¿Qué pasó hace años con Thyra?

¿Cuál fue ese ataque de bestias del que murmuran como si fuera leyenda urbana?

¿Por qué el Consejo Real casi hace popó cuando vieron que no usaba runas ni cánticos?

Y sí… vimos a Thyra usar runas, pero sin conjurar. ¿Qué clase de brujería es esa?

Spoiler sin contexto: estoy escribiendo esa precuela.

No prometo velocidad, pero sí intensidad.

"El Reino que su Nombre Olvidó" ha cerrado su primer volumen, y su título es:

"Descaminado"

—porque cuando luchas contra un dragón, explotas media montaña y despiertas en otro continente, no hay mejor palabra que esa.

¿El futuro?

Un segundo volumen con más revelaciones, magia sin instrucciones, enemigos con complejo de dioses y Thyra siendo Thyra: misteriosa, poderosa y sin paciencia para la burocracia mágica.

Espero con muchas ganas leer sus comentarios, teorías y sugerencias sobre cómo les gustaría que avance el segundo volumen.

Por ahora, dejemos este mundo en hiatus indefinido (sí, el temido hechizo del descanso), pero no teman: cuando regrese, traeré historia, emoción, caos y... probablemente más preguntas.

Gracias por seguir aquí, por leer, comentar(aunque no tenga ningun pobre cometario), sufrir y reír conmigo(aunque no tenga escenas de comedia).

Nos veremos pronto… o cuando el oráculo literario me lo permita.

—DarkLeaves, el escritor con más imaginación que orden.—

More Chapters