Cherreads

Chapter 12 - Poco a poco

1 AÑO DESPUES

ASTRID

Me encontraba sentada cerca de los puertos con Stormfly, estaba a punto de anochecer, las ultimas luces del día estaba alumbrando de manera tan cálida Berk que se sentía la nostalgia en el aire. Había pasado un año desde que Hipo se había ido y ni si quiera por rumores habíamos escuchado sobre él, ni siquiera por la red de información del mercader Johan. Prácticamente había desaparecido del radar de cualquiera. Nunca lo diría, pero eso había significado un gran golpe para el jefe Estoico. Siento que una de las grandes razones por la que finalmente opto por entrenar a un dragón y nada menos que a Thornado, que era un trueno tambor, fue una situación que los unió de una manera singular y se volvió de gran ayuda para sus largas jornadas de supervisar que todo en Berk fuera bien.

Muchas cosas habían pasado en todo este año, mucho avanzamos en el estudio de los dragones, en gran parte gracias a Patapez que con el libro de dragones que le di pudo descubrir la hierba para dragones, las zonas relajantes en el cuello de nuestros dragones y otras muchas cosas más, aprendimos sobre hacer llamados a manadas de dragones de acuerdo a nuestra especialidad y trabajamos en reubicar dragones para hacer de Berk un lugar más seguro. Nos topamos con grandes desafíos como los ala cambiantes y las flores de dragón que tantos problemas nos trajeron.

También tuvimos que enfrentarnos a Alvin y los marginados en su intento de querer obtener el conocimiento de dragones que ahora poseíamos, pero lo querían para poder armar un ejército de dragones y poder conquistar el archipiélago, pero como diría Estoico, no es la razón para la que Hipo luchaba. Con trabajo en equipo y de la forma más inesperada con Brutacio siendo el "héroe" de ese episodio se pudo mantener a salvo a Berk. Mildew no dejó de ser un dolor de cabeza y casi pudimos atraparlo con la manos en masa, pero siempre terminaba por escaparse sin ningún rasguño.

Luego tuvimos la presencia de Heather en nuestra isla y todo el alboroto que se causó en torno a ella, sobre todo porque tuvo a Patán y a Patapez tan embelesados que no podía ver que podía ser algo peligroso su presencia. Fue en ese momento que pudo obtener nuestra versión de una guía de dragones, luego ella lo tomó y lo entregó a Alvin para poder salvar a sus padres, pero afortunadamente pudimos impedir que tuviera ese libro por más tiempo y optamos por destruirlo y trabajar sobre un nuevo libro y no volver a enseñarlo fuera de la seguridad de la academia, resguardado por dragones. Heather se volvió cercana a nosotros al pelear con el equipo para liberar a Patán quien fue capturado por Alvin. También tuvimos la desagradable visita de Dagur el Berserker y que por poco los gemelos arruinan todo nuestro acto ya que vino a Berk en búsqueda de sangre de dragones y los rumores de que habíamos atrapado un furia nocturna, pero afortunadamente todo había salido bien.

Pero lo que sin duda fue un desafió fue el de poder enfrentarnos al susurro mortal que casi devastó Berk entero mientras hacía túneles debajo nuestro. En más de una oportunidad andábamos cortos de personal por lo que con Patapez nos planteábamos la idea de formar nuevos jinetes de dragón, pero aún era una idea prematura ya que no había terminado de aprender los secretos de nuestros dragones.

El orden estaba nuevamente establecido en Berk, con la fuga de Mildew para irse del lado de los marginados ya no teníamos antagonistas con respecto a la presencia de los dragones en la isla, pero si fue necesario un plan para que participaran activamente de las mejoras en Berk como una ampliación de la arena de entrenamiento para poder albergar dragones heridos que recogíamos en nuestros patrullajes, también en mejorar nuestra capacidad de recolectar pescado para el consumo, el comercio y la alimentación de nuestros dragones.

—Ha pasado un año —cuando me giré era Bocón que venía con un semblante melancólico.

—Bocón —el me miró con los casi llorosos, éramos vikingos, pero la ausencia de Hipo sin duda tocaba demasiado a Bocón que prácticamente lo había criado mientras Estoico era jefe.

—No debes preocuparte, algo me dice que esta allá afuera haciendo las cosas a su manera, no estábamos listos para ello —sus palabras solo echaban sal en mi herida. No quería pensar que había encontrado un lugar donde ser feliz, donde sus pensamiento podían salir de su cerebro sin temor al rechazo o la burla. Nadie se atrevió a cuestionar que muchas de las armas que Hipo insistentemente quería probar en las redadas terminaron sirviendo para defender Berk de Alvin y los marginados.

—No es justo —susurré con pesar.

—La vida no lo es, las cosas siempre estuvieron en su contra —sabía que hablaba del hecho que su madre desapareció cuando era niño y Estoico era el jefe nunca esta con él o para él y siempre andaba solo con su libreta y esos pensamientos e ideas que estaban más allá de Berk, estaban en los cielos donde seguro ahora surcaba con Chimuelo.

—No fue el único —no quería justificarme, pero era preciso dejar claro que todos lidiábamos con problemas, algunos muy grandes como ser ignorados.

—Lo sé, pero como todos, debemos vivir con las decisiones que tomamos —Bocón tenía el pesar que ni siquiera la amistad que compartía con el hijo de Estoico había sido suficiente para poder retenerlo en Berk.

—¿Crees que hice mal en nunca decirle nada? —Bocón como amigo del jefe era de los pocos que sabían las circunstancias que a mi familia le había tocado atravesar y de cómo se decidió resolver luego de muchas lunas de esperar una solución amistosa.

—Creo que su vida hubiera sido menos miserable si hubiera sabido que alguien no lo veía como un desastre andando —eso fue todo. Trate de alivianar mi vida, pero en ese proceso deje que la única persona que siempre había tenido tiempo para mí se hundiera.

HIPO

Luego de tanto entrenamiento empecé a ir en misiones con la ladronas Bog-Burglars, como diría Bertha, los dragones pueden ser parte de nuestra tribu, pero no pueden hacer todo el trabajo nuestros, por lo que en todos los asaltos éramos transportados por ellos, pero lo hacíamos a la vieja usanza y usábamos nuestras habilidades de sigilo, robo, lucha y escape a los puntos de extracción donde estaban nuestros dragones. Yo tenía a Chimuelo que podía volar en la noche a toda velocidad y con el mayor de los sigilos, Cami tenía a Rex Cremallerus ala titánica, Lia finalmente había decantado por un Scaldaron llamado Drey, lo cual era toda una ventaja para nuestros ataque por la vía marina, pero o había forma de contar con él en los ataques a caravanas, pero aún asi nos servía para poder escapar perdiéndonos en las profundidades. Bertha tenía Nadder llamado Tryx y con ello uno de los dragones más veloces.

Para el resto de guerreras teníamos Terribles terrores que entre 3 podían llevar a una de ellas para soltarlas en las zonas estratégicas antes de realizar nuestros saqueos. Me atreví a proponer robar las líneas de abastecimiento de los cazadores, obviamente no podíamos irnos directamente contra ellos porque sería como matar nuestros negocios, pero sí que haríamos que pagaran mucho más por sus recursos al vaciar los almacenes de sus principales proveedores. En más de una oportunidad tuvimos que valernos de la ayuda de Drey el dragón de Lía para poder escapar de emboscadas, todo se veía como un dragón fuera de control atacando furtivamente. Habíamos aprendido a poder comunicarnos con nuestros dragones por medio de señar, por lo que podíamos usar de una buena cortina de humo para que todo se viera como un "desagradable" ataque de dragones de fondo.

Para poder usar la ayuda de Chimuelo tuve que idear una forma de mantener su cola abierta a través de una palanca fija, con la finalidad de que pudiera mantenerse en el aire y lanzar ataques lejanos disuasivos o para salvarnos de un fracaso. Bertha estaba satisfecha con la dotación de botines que le traíamos y nos habíamos vuelto más que decentes para poder elegir nuestros propios objetivos, los estudiábamos y armábamos todo un plan para no fallar.

Fuera de mi trabajo como ladrón tenía Puerto Dragón, mi lugar, mi espacio y mi dominio dentro de la tribu, era toda una construcción diseñada para que los dragones, para todo esto nos trasladamos de isla a una que visualice que podía ser una gran fortaleza, con pocos puntos débiles que podíamos reforzar con ayuda de mis nuevos prototipos de armas y con la ayuda de los dragones. Enormes cascadas de agua cubrían cuevas interiores con el clima y la vegetación necesaria para poder albergar a nuestros dragones es un espacio natural sin necesidad de jaulas o construcciones. La tribu se estableció en la parte superior bañada por el sol y con un sistema de grandes poleas para poder subir las mercancías desde los puertos y pequeños accesos bien resguardados, sin dar lugar a un camino libre a nuestras puertas.

La isla era un sueño total. No teníamos muchos dragones todavía, pero con los Terrible terror seguramente teníamos ya un inicio, luego estaban los dragones de cada uno de nosotros que tenía dentro de las cataratas un acceso a sus propios espacios, pero también podíamos tenerlos en la ciudadela con tranquilidad. El espacio era lo suficientemente amplio como para soportar eventuales migraciones de dragones, asi que Lia aprovechaba ese tiempo para que tuviéramos largas sesiones de observación y exploración de nuevas especies. Fue en medio de eso que conocimos a los tifómerang y a un grupo de susurros mortales que pudimos conectar con ellos para poder estudiarlos y establecer un vínculo, nos ayudaron mucho en poder ampliar la red de túneles debajo de la aldea para guardar provisiones y tener vías de escape en caso de algún ataque fortuito, aunque estábamos bien escondidos siempre podíamos ser rastreados y eso sería un gran problema, porque teníamos una tribu que defender. Sin embargo, Bertha ya nos había dicho que los rumores de jinetes de dragones se estaban esparciendo por el archipiélago, no podíamos saber si se trataba de nosotros o de la gente de Berk, porque sabía que no iban simplemente a dejar pasar la oportunidad de seguir adelante con la amistad con los dragones.

Fue por ello que optamos por usar un traje diferente a la que usaban tradicionalmente las Bog-Burglars, luego de que fui aceptado en la tribu propuse un viaje al nido de dragones para poder recolectar parte de los restos del dragón, la gran mayoría ya está en estado de descomposición, pero pudimos rescatar gran parte de su piel gruesa para tratarla con ayuda de las mujeres de la tribu y hacer armaduras que podían detener puñaladas y fuego. Las teñimos de color negro y dejamos atrás las vestimentas tradicionales para no atraer atención innecesaria a la tribu cuando usábamos dragones. En las misiones regulares en la que usábamos de nuestras habilidades de combate si usábamos la indumentaria Burglars.

Cami y Lia fueron las que se encargaron de acercar a las mujeres de la tribu a los dragones, con actividades cotidianas en las que podían ser de gran ayuda, como trasladar las grande cargas de una isla a otra para nuevas construcciones o para ayudar en la construcciones de puentes colgantes y tirolesas. También ayudaban mucho con el nuevo sistema de pesca, sobre todo Drey con sus habilidades en el agua. De hecho, varias de la ancianas ahora usaban regularmente terribles terrores para ayudarles en sus labores domésticas y como mascotas ya que eran sumamente dóciles. Ya teníamos planes de iniciar un entrenamiento específico para cada especialidad dentro de la tribu y conseguir una especie de dragón que con sus características potenciara las labores. Yo tenía a Greta, la Gronckle que me ayudaba con la forja, ya que su lava ayudaba a mantenerla siempre encendida y ya estábamos en experimentos en fase de iniciación para poder mezclar su alimentación, ya habíamos conseguido un tipo de lava que al secarse producía algo que el mercader Gunter denominaría como cristal, algo que tenía un gran valor sobre todo en territorios de comercio romano. Lia se encargaba de llevar a detalle de la alimentación de Greta con diferentes rocas de las cuevas subterráneas y de las islas cercanas y lejanas donde realizábamos nuestras rondas en busca de alguna nueva especie.

—¿Las cosas van como las habías planeado? —me percaté que no tenía más el pedazo de metal y que le estaba pegando al yunque sin sentido. Bertha estaba de pie mirándome.

—Bertha —salude mientras ordenaba un poco el desastre, me encontraba trabajando en un nuevo prototipo para Chimuelo que estaba jugando con Tryx y Rex.

—Ya veo porque no quieres salir de aquí, es cálido —el invierno golpeaba demasiado fuerte en esta época del año, aún estaba pensando cómo mejorar las cosas para la tribu y que pudiéramos soportar las inclemencias del invierno, pero en Puerto dragón todo era cálido, como estábamos en pruebas con Greta siempre teníamos lava ardiente que climatizaban el ambiente.

—Lava de Gronckle, dura mucho —le señale hacia donde estaba Lía haciendo nuevas pruebas de alimentación.

—Tal vez deberíamos incorporar algo de eso en el gran salón —no era una mala idea, pero alguien debía estar alimentando al dragón de manera permanente, no era practico.

—¿Vienes a ver a Tryx? —ni siquiera hacía falta preguntarlo.

—¿Dónde está mi chico favorito? — Bertha me guiño el ojo mientras hacía su llamado dragón, para que en unos minutos apareciera un alegre Nadder. Nunca dejaba de sorprenderme la facilidad con la que se había formado el vínculo con la gente de la tribu, tal vez porque era dragones libres, nunca habían estado en cautiverio o maltrato de nuestra parte que se formó una relación tan fácil que los avances para sincronizar movimientos eran de lo mejor.

—¿Tienes otros chicos? —pregunte un tanto curioso, no quería decirlo, pero me moría por preguntarlo.

—Claro, el padre de Cami —la voz de Bertha se tornaba juguetona. No era buena señal.

—Sobre eso, siempre he tenido curiosidad… —no me atreví a decir nada más, pero al ver la mirada de Bertha supe que había entendido.

—¿Cómo es que ampliamos la tribu? —solo asentí mientras ella se reía discretamente, había toda clase de rumores sobre ello, que realmente era aterrador.

—Si, bueno, no puedo negar que despierta mi curiosidad —ella me hizo una seña para que saliéramos hacia las cataratas.

—Ja, sobre eso, digamos que tenemos un "acuerdo" con nuestras parejas con las que procreamos para en caso sea un niña se una a nuestra tribu —tenía pánico de preguntar que pasaba con los niños, pero finalmente no pude contenerme.

—¿Si fueran niños? —ella me hizo una seña perturbadora de un cuello roto que me estremeció hasta los huesos. —¿No estarás hablando en serio? —empezó a reírse de tal manera que tanto Lía como Cami que estaba jugando con los dragones se unieron para ver qué pasaba, mi cara era un espectáculo de seguro porque escuchaba que las chicas se burlaban de mi mejillas sonrojadas.

—¡Debiste ver tu cara! —Bertha se golpeaba las piernas para contenerse. —¡Quien crees que somos! Solo se va con el padre y es criado por la tribu donde se encuentra —me quede un poco más tranquilo sobre ello, pero aún asi era una decisión difícil de tomar. No es que estuviera pensando en formar una familia, pero no soltaría a un hijo, así como si nada.

—Pensé que lo vendían como esclavos —susurré para encontrarme con las miradas impresionadas de las tres, para dar pase a Bertha.

—Bueno, antes lo hacíamos, en los inicios de nuestra tribu sucedía eso, pero luego decidimos no castigar a los niños por el hecho de haber nacido niños —trague ruidosamente toda la saliva que tenía en mi boca tanto que me quede seco totalmente.

—Qué bueno que no nací aquí —susurré, gracias a Thor que no lograron escucharme.

—¿Qué sigue ahora? —preguntó Bertha mientras Tryx se regodeaba delante de ella.

—Creo que tengo planeado realizar una visita a Eret, hijo Eret —habíamos empezado a recabar información poco a poco sin husmear, solo con lo que obteníamos de los saqueos sobre los principales cazadores que se abastecían de las caravanas o navíos que saqueábamos, ese nombre se repetía a menudo.

—Es toda una familia de cazadores, no será sencillo, llevan esto en la sangre —sabía de lo que me hablaba, los cazadores vivían para esto y muchos de ellos como el sujeto que habíamos visto hace ya un año era de la peor de las clases sin miedo a nada y sin ninguna clase de remordimiento por matar a una persona a sangre fría y menos a un dragón.

—No planeo dejar que sigan dañando más dragones —me sentía determinado, tendría que hacer de todo para poder detenerlos, luego iría escalando hasta llegar hacía donde inevitablemente me iba a llevar la corriente. Grimmel. Enfrentarlo ahora era una locura, primero debía debilitarlo desde lo más primario como los cazadores independientes.

—Pronto tu lucha te acercará a Berk —cuando habló de Berk me sentí extraño. No resentido, no molesto, más bien desanimado. No quería en el corto plazo que nuestros caminos se topasen, pero si estábamos haciendo las mismas cosas como luchar contra los cazadores de seguro nos encontraríamos y tenía la gran pregunte: ¿cómo iba a reaccionar al verlos?

—Creo que si —tenían tantas interrogantes como ¿qué explicación iba a darles sobre mi salida de Berk?

—Según escuché, Alvin había atacado Berk sin mayores consecuencias, pero no tardarán en encontrarse con otros cazadores entusiastas en busca de sus dragones —mi mente se avivó un momento al escuchar sobre un ataque a Berk, pero luego me tranquilicé al saber que había sido frustrado.

—Debemos hacer lo que nos toca de este lado del archipiélago, ya habrá tiempo para pensar en Berk —Bertha asintió y las chicas me miraron con algo cercano a la simpatía, pero dentro mío sentía que podía llegar el momento en que volviéramos a vernos. No iba a ser sencillo.

More Chapters