Capítulo 8: El Tablero que se Convertirá en Campo de Batalla - Danger_Warning
Parte 1.
—Ahh... en serio... ¿por qué tiene que llover tan de repente?
Llevaba apenas dos minutos quejándose mientras caminaba bajo la lluvia.
—¿Hm...?
Finalmente, al llegar al frente de su casa, Kotori insertó la llave en la cerradura, giró la perilla y jaló la puerta.
Como era de esperarse, esta se abrió sin ninguna resistencia.
(No pensé que esta vez me retrasaría tanto.)
Entró en silencio. El interior estaba a oscuras, iluminado solo por la luz de la luna que se filtraba por el vidrio en la parte superior de la puerta. La cerró suavemente para no hacer ruido.
Kotori caminó arrastrando los pies, subiendo lentamente las escaleras que crujían bajo su peso.
—...
Una pequeña exhalación escapó de sus labios.
Pero justo en ese momento.
—¡¿...?!
Kotori frunció el ceño y sus hombros se alzaron con tensión.
Por un instante, sintió la necesidad de gritar al escuchar que algo se acercaba. Instintivamente, llevó su mano derecha al bolsillo y sacó una pistola Taser.
—Buu...
Kotori se sobresaltó y se volvió de inmediato. Apuntó con el Taser hacia la voz, pero se detuvo al ver quién era.
—Oh... Shido. ¿Eh? ¿Qué haces despierto a estas horas?
—Kotori… debería preguntarte lo mismo. ¿Sabes qué hora es?
—Aah, cierto. Tuve que quedarme un poco más de tiempo por trabajo...
Respondió con un tono algo dudoso.
—¿Oh...? ¿Acaso Ratatoskr no respeta las horas laborales máximas para menores de catorce años? Debería presentar una queja por la carga de trabajo que te imponen.
—...Ah, supongo.
Shido dirigió la mirada a la mano derecha de Kotori y se congeló.
—¡¿Una pistola Taser?!
Eso fue lo que dijo. Apenas unos segundos antes, Kotori le había apuntado al pecho con esa arma. De haber disparado, su cuerpo habría recibido una descarga capaz de derribarlo al instante.
—Kotori... ¿sentiste miedo?
—¡Espera, eso no es verdad! ¡Solo tengo esto para defenderme!
Kotori respondió con un tono alterado, mientras escondía el Taser tras su espalda.
Incluso con esa explicación, Shido no pudo evitar sentirse en peligro tras ese susto.
—Disculpa por asustarte, pero no deberías usar eso. Un mal uso podría provocarle un paro cardíaco incluso la muerte a la persona que estás apuntando.
—Lo siento.
No pudo evitar decir eso.
Shido se frotó el pecho y añadió.
—No te creo. Realmente te asustaste.
—¿Eh?
—¿Dónde estabas? Intenté llamarte, pero no contestaste.
Kotori bajó un poco la mirada al escuchar la pregunta.
—Ah... bueno, estaba ocupada.
—¿Ocupada?
—...Fui a ver a alguien.
Cuando escuchó eso, Shido alzó una ceja, desconfiado.
—¿Alguien...? Espera, ¿invitaste a un chico? Por favor, dime que no era Tonomachi...
—Ah...
Kotori dejó escapar una voz confundida.
—¡¿Qué?! ¡No! Se trata de Kamijou Touma.
—¡Espera! ¿Por qué te encontraste con ese chico de repente? ¿Te interesa?
Shido preguntó, pero Kotori protestó.
—¡Ugh! ¡No fue una "cita"! Reine lo invitó a una cafetería. Fue un buen plan, ya que si lo hubiera hecho yo, no estoy segura de que hubiera aceptado. Supongo que fue una trampa estratégica: atraer a un adolescente con una mujer joven.
—¿Reine... lo sedujo? ¡¿Y tú estabas ahí?!
Kotori se encogió de hombros.
—Ella solo fue el cebo. Kamijou Touma se decepcionó cuando me vio a mí en lugar de Reine, pero luego ella apareció. Aproveché ese momento para hablarle sobre Ratatoskr y otras cosas.
—¿Es así?
—Me contó una información interesante: el lugar donde estaba Princess antes de llegar a este mundo. ¿Es posible viajar a ese lugar? ¿Un humano? Todavía no comprendo cómo llegó allí; se me olvidó preguntarlo. Eso explica por qué el espíritu Princess conocía a ese chico.
Al recordar eso, Kotori no se sintió del todo bien.
—Por favor, estoy cansada. Iré a dormir.
—Está bien.
—Te contaré los detalles mañana.
Kotori subió por las escaleras y caminó hacia su habitación.
Parte 2.
La mañana había llegado.
El cielo sobre Ciudad Tenguu seguía cubierto por una bruma densa, gris e inmóvil. La luz del sol apenas rozaba los edificios, y lo poco que lograba filtrarse tenía un brillo muerto, como si el mundo entero se hubiese quedado dormido con los ojos abiertos.
Kamijou Touma avanzaba en silencio por la acera, a unos metros del edificio donde vivía, camino al paradero del transporte público rumbo a la preparatoria Raizen.
Se detuvo y alzó la mirada al cielo.
—Espero que no llueva o llegaré con el uniforme empapado.
Suspiró. No era la primera vez que regresaba empapado por una lluvia repentina.
(¿Qué demonios es todo esto?)
Esa noche pasó en su mente. La revelación de Itsuka Kotori sobre los Espíritus, la AST, las unidades CR especializadas, y organizaciones secretas como DEM o Ratatoskr.
Era difícil creer que existiera una organización dedicada a proteger a los Espíritus que todos querían destruir. Más aún cuando eran vistos como entidades de otro mundo, cuya presencia solo traía caos y destrucción.
(Tohka...)
Pensó en ella. No como el Espíritu "Princess" sino como la chica que temblaba al sentarse a su lado. La misma que observaba cada pan con curiosidad infantil y sonreía con torpeza mientras intentaba comprender un mundo que jamás fue amable con ella.
Una chica que no buscaba ser temida, solo entendida.
(Maldición... Lo arruiné. Me metí donde no debía. Y por eso... ella murió.)
Bajó la mirada, con una expresión vacía en el rostro.
Esa idea no lo dejaba en paz desde su conversación con Itsuka Kotori. ¿Y si su aparición fue lo que hizo que Tohka dudara en el último momento? Tal vez, si no la hubiera conocido, ella seguiría con vida.
—¿Cómo pude dejar que pasara algo así?
Miró su mano derecha, la que tenía la capacidad del Imagine Breaker. Magia, poderes, e incluso reiryoku de los Espíritus y maryoku de los magos como la AST, una vez que toquen esta mano, desaparecen sin dejar rastro.
Un poder que podría romper el sistema de Dios.
—...
Kamijou Touma levantó la mirada.
(¿Un temblor…?)
En ese momento, una leve vibración recorrió el suelo bajo sus pies.
No era algo raro. En Japón, los terremotos eran algo muy común al estar situado en el "Anillo de Fuego del Pacífico". Si no causaban algún corte de luz o daños estructurales considerables ni siquiera se le prestaría atención debido a la buena infraestructura de todo el país.
Pero esta vez, se sentía diferente.
De repente, las alarmas comenzaron a sonar y una voz mecánica resonó por toda la ciudad:
"Se avecina un terremoto espacial. Diríjase inmediatamente al refugio más cercano."
Desde la distancia, vio a la gente correr.
—¿Un nuevo Espíritu…?
Entonces, el viento sopló con violencia.
Las nubes se arremolinaron en un punto, como si algo estuviera descendiendo.
—Así que hay más Espíritus allá afuera…
Apretó su puño derecho y sonrió.
—Tal vez sean como Tohka… o no tan amigables. No importa. No hago esto porque sea correcto ante los ojos de los demás. Vamos, Kamijou-san. No vas a quedarte de brazos cruzados ahora.
Corrió en dirección al epicentro del desastre.
Los Espíritus estaban solos en este mundo. Si nadie intentaba comprenderlos, entonces él se encargaría de demostrar que podían ser vistos con otros ojos.
—No voy a dejar que eso vuelva a pasar.
Sin embargo...
"Evacuar. Diríjase al refugio más cercano. Evacuar."
La voz mecánica se repetía sin cesar, resonando por toda la ciudad.
Pero el chico la ignoró.
No necesitaba pensar en bandos ni esperar instrucciones. Nadie le había pedido ayuda. Nadie esperaba nada de él. Ni Ratatoskr, ni la AST, ni siquiera Reine o Kotori.
Aun así, no podía quedarse de brazos cruzados. No después de lo que ocurrió con Tohka. Poco importaba si el Espíritu era hostil o amigable. Ni si acababa herido, arrestado, o con una alta probabilidad de morir. Eso nunca detuvo sus acciones.
—¿...?
En ese instante, una luz cegadora estalló en la calle de enfrente.
—Qué...
Kamijou alzó la mano derecha y cerró los ojos.
Un segundo después, la explosión sacudió la calle con violencia.
(¡Un momento! Aunque sea un poder sobrenatural, eso no significa que esta mano pueda detener postes de luz... ¡o bloques de concreto volando hacia mí!)
En ese instante, todo eso salió volando directamente hacia él.
—Qué desgracia.
Parte 3.
—...Mmm, justo ahora.
Kotori se detuvo a un metro de la puerta principal de la residencia Itsuka.
—¿Qué pasa, Kotori?
—...
Shido preguntó mientras sujetaba su maletín escolar.
Kotori no respondió. En cambio, se llevó ambas manos a la cabeza y, sin girarse hacia él, se quitó lentamente las cintas blancas que ataban su cabello.
—Espera... No me digas que…
—El Espíritu "Hermit" apareció.
La voz de Kotori se volvió un poco fría y autoritaria.
Las cintas negras reemplazaron a las blancas, y en segundos, su postura entera cambió con los hombros firmes, la mirada directa. Ese era el modo comandante de Itsuka Kotori.
—¿Eso es verdad?
—No hay tiempo. Tenemos que ir al Fraxinus de inmediato.
— ¿Tan pronto? ¿De verdad es Hermit?
Como si el mundo respondiera a su pregunta, en ese momento, la alarma de terremoto espacial sonó.
—¡¿...?!
—¿Qué decías?
Kotori giró la perilla y abrió la puerta.
—Vamos, Shido. No tenemos ni un segundo que perder.
—...
Shido asintió en silencio, cerrando la puerta detrás de él. Ambos caminaron a paso rápido, alejándose de la calle residencial y doblando por un callejón estrecho.
Al llegar a un callejón discreto, Kotori miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera testigos. Sacó su teléfono, lo desbloqueó con un gesto y dijo.
—Transfiérannos al Fraxinus. Ya.
Al momento de decir eso, un círculo de luz se formó bajo sus pies, distorsionando el aire alrededor. En menos de un segundo, Kotori y Shido fueron absorbidos por la luz azul del teletransportador y desaparecieron.
Un destello azul iluminó brevemente la sala de transportación del Fraxinus, seguido por la aparición de Kotori y Shido mientras observaban el entorno de la sala.
Apenas la puerta automática se deslizó hacia arriba, un hombre alto de cabello rubio los esperaba con una mano sobre el pecho e hizo una leve reverencia.
—Bienvenidos al Fraxinus, Comandante... y Itsuka Shido.
Kotori asintió apenas con la cabeza y avanzó hacia el puente de mando.
—Informes, Kannazuki.
—Ah, sí...
Kannazuki Kyouhei respondió.
—La AST está en camino hacia el Espíritu "Hermit". Ella se encuentra a las afueras de la ciudad, en una zona urbana de apartamentos parcialmente deshabitada.
—Um, eso encaja con el patrón de Hermit. Qué conveniente. Los trajes CR de la AST no funcionan bien en interiores, y como sabemos, a Hermit no le gusta combatir.
—Kuh.
Al escuchar eso, Shido apretó los dientes mientras caminaba.
Al final del pasillo, una puerta con un panel electrónico esperaba. Kotori colocó su mano cerca del lector, y tras un leve "bip", la compuerta se abrió suavemente.
—Vamos, Shido.
Kotori y Kannazuki entraron primero, y luego, Shido.
El puente de mando del Fraxinus se abría ante ellos con su diseño ovalado, y posicionado en el centro estaba la silla de la comandante donde Kotori se sentó.
En el monitor principal se mostraba la imagen en tiempo real.
Era una calle de edificios residenciales de tres y cuatro pisos. Algunos mostraban señales de haber sido habitados recientemente, con luces encendidas, mientras que otros parecían abandonados.
Como era de esperarse, no había ni una sola persona a la vista.
—¿Eh...? Eso se encuentra cerca de los suburbios.
—Si.
En el momento en que Kotori dijo eso, una voz masculina de un tripulante se escuchó.
—La ubicación del Espíritu ha sido confirmada.
—En espera para el despliegue.
Después de escuchar eso, Kotori que tenía su chupa chups en su boca miró a Shido.
—Shido, es tu turno. Este es el momento.
—Uh, sí.
En esa zona, un hoyo se había abierto destruyendo un área bastante considerable.
Los postes de luz cayeron al suelo mientras una neblina se había formado impidiendo la visión.
—Esta será la segunda vez que te encontraras con Hermit.
—¿Y si aparece la AST? Podría volver a interrumpirnos.
— Aprovecha cada segundo antes de que lleguen. Necesitas que ella tenga una razón para volver a verte, ¿Qué tal una cita?
Ante la sugerencia de Kotori, las cejas de Shido se levantaron.
—¿Una cita? ¡Ni siquiera he establecido suficiente confianza para eso!
—¿Lo recuerdas?
—¿Qué cosa? —preguntó Shido.
—El Espíritu Princess, ese chico dejó algo pendiente y por eso Princess llegó hacia él. En otras palabras, quiero que apliques esa estrategia.
—Pero para eso necesito ganar su confianza.
Kotori se levantó del asiento y se acercó a Shido.
—Sé cuidadoso en tus palabras.
Shido asintió y dijo.
—No voy a fallar.
El monitor mostró la imagen de un edificio residencial.
Una vez más, la tarea de salvar a un Espíritu recaía en él.
Parte 4.
Kamijou Touma abrió los ojos de golpe, con la respiración entrecortada.
(¿Qué…? ¿Dónde estoy?)
Un instante antes, estaba en la calle, justo cuando comenzó el terremoto espacial. Esperaba encontrar un cráter enorme o un paisaje arrasado.
En su lugar, una neblina espesa lo envolvía todo, cubriendo el mundo como un velo espectral.
—¿Eh?
Murmuró al bajar la vista: apenas podía distinguir sus propias piernas por culpa de la intensa niebla. De repente, una corriente de aire helado se coló por debajo de su ropa, como si dedos invisibles le rozaran la piel con cuchillas de hielo.
—¿Esta neblina fue provocada por un terremoto espacial...?
Kamijou frunció el ceño y ajustó la mochila que llevaba en la mano izquierda. A esta hora debería estar camino a la preparatoria Raizen, pero en lugar de eso, había decidido seguir el rastro de ese fenómeno sobrenatural.
—¿...?
Se detuvo por un momento, observando a su alrededor.
Calles desiertas. Faroles derribados. Cables rotos. Ventanas rotas.
No había nadie.
Todos los civiles estaban obligados a entrar en los refugios subterráneos cuando sonaba la alarma por un terremoto espacial. Estar en la superficie era demasiado peligroso. Si bien esa medida buscaba proteger vidas, también impedía descubrir la verdadera causa de estos desastres.
Es decir, la existencia de los Espíritus.
(¿Hielo…?)
El asfalto bajo sus pies estaba cubierto por una fina capa de escarcha.
La niebla, la humedad, el descenso de temperatura...
(Si este Espíritu puede manipular el agua, podría condensar la humedad del aire, producir esta niebla y cubrir su rastro. Una cortina perfecta para evitar ser localizada.)
Miró su mano derecha.
Este fenómeno era de origen sobrenatural, pero el Imagine Breaker no reaccionaba.
(La niebla ya no conserva el poder espiritual que la creó), pensó.
La humedad suspendida en el aire, el frío que calaba los huesos, la condensación que lo envolvía todo. Como si la energía mágica se hubiera disipado tras moldear el clima.
Frunció el ceño.
—No puedo borrar lo que ya se convirtió en parte del mundo.
Sopló mientras se frotaba los brazos.
—Este tipo de entorno reduce mi visibilidad, pero la AST tampoco puede ver lo que pasa aquí abajo. Con algo de suerte, aún puedo moverme sin ser detectado.
Sin previo aviso, un ruido agudo lo obligó a alzar la mirada.
Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver figuras humanas volando por el cielo.
(Esa es la AST. Debo darme prisa.)
Dos… tres… no, cuatro magas con trajes mecánicos avanzaban en la misma dirección.
Él hizo lo mismo. Si estaban concentrando la búsqueda en ese sector, era su mejor pista para encontrar al Espíritu.
—¿...?
No pasó mucho tiempo antes de que la niebla comenzara a disiparse ligeramente, permitiéndole ver a través de ella.
Y entonces lo notó.
(¿Una maga de la AST?)
Eso fue lo primero que cruzó por su mente. Una figura humanoide avanzaba entre la niebla. Su silueta recordaba a las magas equipadas con trajes de combate. Si era una de ellas y lo detectaba, estaría en problemas.
Pero había algo que no encajaba.
(No… eso no es una maga de la AST.)
Se movía de forma antinatural, y su cuerpo era demasiado grande para ser el de una mujer común.
Y entonces, Kamijou vio una luz verde brillando débilmente sobre su cabeza.
—¿Un robot…?
En ese instante, la figura metálica giró bruscamente hacia él, como si hubiera detectado su presencia.
Un escalofrío recorrió su espalda.
(¡Viene hacia mí…!)
Sin pensarlo, se dio media vuelta y echó a correr.
El frío le cortaba el aliento, pero no podía detenerse. Al ver un callejón estrecho a su derecha, giró de golpe y se deslizó dentro. Se pegó contra una máquina expendedora y se agachó, conteniendo la respiración mientras su pecho subía y bajaba con fuerza.
Los pasos metálicos se acercaban… y luego se detuvieron.
—...
El silencio era abrumador.
Con los latidos de su corazón retumbando en los oídos, Kamijou se asomó con cuidado.
El robot humanoide ya no estaba.
—Ha... ¿Qué fue eso?
Kamijou se levantó del suelo y caminó hacia la salida del callejón.
Miró una vez más en dirección a donde había aparecido la máquina, pero solo vio como esas siluetas metálicas caminaban en otra dirección.
(¿Está buscando al Espíritu? ¿La AST está desplegando esas cosas?)
Y entonces lo vio.
A su izquierda, entre la bruma helada y el silencio desolador, se veía un edificio multifamiliar de cuatro pisos donde una figura emergió entre la niebla.
Kamijou se detuvo en seco, entrecerrando los ojos.
(¿Itsuka Shido?)
En ese instante, los recuerdos lo golpearon como una avalancha.
Las palabras de Reine resonaron en su mente.
"Shin tiene una habilidad especial que nos podría ayudar para evitar que la AST pueda descartar a los Espíritus como un peligro para el mundo."
Una habilidad para sellar el poder de un Espíritu con la condición de hacer que se enamoren de él.
"¿Qué clase de plan es ese? ¿Usar a tu hermano como cupido mágico para evitar el apocalipsis?"
—Ratatoskr está aquí.
Kamijou murmuró para sí mismo.
El plan de Ratatoskr era salvar a los Espíritus mediante la conexión emocional con Shido.
—Pensé que era una broma, pero parece que el método de Ratatoskr consiste en citas románticas.
Suspiró.
—Eso no es salvación. Es una ilusión... que solo engendra dependencia.
Kamijou Touma vio a Itsuka Shido entrar al edificio y lo siguió sin que él se diera cuenta de su presencia
Al cruzar la entrada, una corriente de aire frío salió del interior, como si hubiera abierto la puerta de un congelador gigante. Miró un reloj empotrado en la pared derecha que marcaba las 7:41 de la mañana.
(No creo que se encuentre en el primer piso.)
Subió con cuidado al segundo nivel y avanzó por un pasillo donde varias puertas estaban cerradas, hasta que encontró una ligeramente abierta y entró en esa habitación.
Dentro, solo vio sábanas desordenadas, una silla caída y algunos juguetes esparcidos.
(Esta habitación debe haber pertenecido a un niño.)
En ese escritorio, Kamijou pudo ver un marco de fotos donde se podía ver a una mujer sonriendo junto a un pequeño niño.
—....
Kamijou se detuvo por un momento a observarla.
(Espero que se encuentren bien)
Salió en silencio y continuó subiendo hasta el tercer piso.
Allí, la luz se filtraba débilmente por las ventanas rotas, meciéndose entre cortinas rasgadas. A su izquierda, una sala con la puerta entreabierta llamó su atención.
Empujó suavemente con la mano derecha. La puerta cedió sin resistencia.
Y, en ese instante.
—Oooh~ ¡Parece que tenemos un invitado especial~!
—...¿¡Uh!?
Kamijou logró ver la figura de una niña.
Llevaba una capucha con orejas de conejo, el cabello azul le caía en ondas suaves, y vestía un grueso abrigo verde impermeable. En su mano izquierda sostenía una marioneta con forma de conejo.
Su mente reaccionó de inmediato.
—¿Eres un Espíritu?
—¡Yoshinon le da la bienvenida a la Estrella Invitada número dos! Ajajaja~ ¿También viniste a coquetear con la pobre Yoshino? ¿O piensas pelear con Onii-chan por su amor?
Kamijou se quedó paralizado al escuchar hablar a la marioneta.
Y entonces, reconoció otra presencia.
—¡¿Kamijou Touma...?! ¡¿Cómo llegaste aquí?!
—Podría preguntarte lo mismo.
Ambos intercambiaron una breve mirada, y luego volvieron su atención hacia la niña.
—Tú debes ser Yoshino… ¿cierto?
—¡Bing bong! ¡Correcto, correcto! Pero no te olvides de Yoshinon.
La marioneta aplaudió con sus pequeñas manos.
—¡Espera! ¿Tú conoces a Hermit?
Shido lo miró, perplejo.
¿Kamijou se encontró con ese Espíritu "Hermit"? ¿Sabía su nombre real? Ni siquiera él había conseguido tanto la primera vez.
—¿Hermit? ¿Ese es su nombre en clave?
Kamijou frunció el ceño.
—Ah… Sí. Se debe a que "Hermit" no suele pelear.
—¿Es así…?
Justo entonces, la voz de Kotori retumbó en el auricular de Shido.
"Pásame con él."
Shido se acercó y le ofreció el comunicador.
—Eh… Kotori quiere hablar contigo.
—¿Te estabas comunicando con alguien desde antes?
Kamijou murmuró mientras aceptaba el auricular, echando un vistazo a Yoshino antes de colocárselo.
Un instante después, la voz de Kotori sonó.
—Te dije que era peligroso que siguieras metiéndote en esto.
—¿No te gusta que me cruce en tu camino, Koto-chan?
—¡Deja de llamarme así, idiota!
Kotori gritó, luego soltó un suspiro.
—Dime una cosa. ¿Olvidaste lo que hablamos ayer?
—No lo olvidé.
—Entonces explícame. ¿Por qué sigues metido en algo que claramente te sobrepasa? ¿Estás loco? ¿O crees que cargar con una muerte no fue suficiente advertencia?
—Sé lo que pasó. Sé lo que perdí ese día. Tal vez debí alejarme… pero sigo aquí.
—¿Por qué?
"..."
Kamijou guardó silencio.
—Porque no quiero que la historia se repita.
Un momento de silencio se instaló entre ellos. Entonces, la voz de Kotori se volvió más dura.
—¿De verdad quieres salvar… o solo buscas llenar el vacío que dejó tu fracaso?
—…No estoy haciendo esto para redimirme. Ni para sentirme mejor conmigo mismo. Conozco a esa niña. Quiero ayudarla.
—…
Kotori no respondió de inmediato.
Al otro lado del auricular, solo se oía el tenue zumbido del canal abierto. Kamijou pensó que la conexión se había cortado, pero entonces, la voz de Kotori volvió a sonar.
—Eres un idiota, Kamijou Touma…
El chico alzó una ceja, sin saber si tomarlo como insulto o reconocimiento.
—¿Qué clase de persona se lanza a todo esto sin tener poderes, sin respaldo, sin siquiera una maldita idea de a qué se enfrenta… y aun así termina involucrado con dos Espíritus? Primero "Princess", y ahora "Hermit". ¿Cómo es que tú…?
Kotori interrumpió su propia pregunta.
—Esto no es normal. No puede ser solo coincidencia.
—Que puedo decir... Muchas cosas pasan a mi alrededor.
—Entonces, ahora... ¡¿Cómo pretendes ayudarla con la AST tan cerca?!
Kotori gritó ante la insistencia de ese chico.
—No soy tan débil. No soy un peón más que se queda callado mientras otros deciden qué es lo mejor para alguien más.
—¿Crees que la suerte te sonreirá siempre? ¿Que la AST volverá a dejarte ir?
—Tienes razón. No puedo asegurar que todo salga bien. Pero hay algo raro en tu forma de salvar a los Espíritus. Dime… ¿Qué ocultas, Kotori? ¿Ese método solo sella el poder? ¿De verdad crees que basta con eso? ¿Qué pasa con ese poder? ¿Desaparece… o simplemente se acumula en Shido?
—…Guh.
Kotori casi se atragantó con su propia saliva.
—Lo sabía. Ese poder se almacena en el cuerpo de Shido, ¿verdad? ¿Eso es seguro? ¿No estarás simplemente trasladando el problema al futuro? ¿Planeas poner en riesgo a tu hermano? ¿Y si ese poder se descontrola? ¿Y si termina siendo peor?
—No.
—Eso no es salvar. Es disfrazar el problema. Aunque sellen el poder, ¿crees que la AST se quedará de brazos cruzados? Querrán replicarlo, estudiarlo, controlarlo. Sería como ponerles una etiqueta: "arma en pausa". No estarán a salvo, solo serán prisioneras sin jaula.
—¡Es la única forma de salvar a los Espíritus!
—Eso no es salvar. Es un juego emocional. ¿Alguna vez pensaste en lo que sentía Princess? ¿Qué harás si un Espíritu se niega? ¿La dejarás? ¿Renunciarás a ofrecerle apoyo solo porque no quiere "ser sellada"? ¿Qué te hace pensar que todo saldrá bien?
—...
Kotori no dijo nada.
—Salvar a los Espíritus y sellar sus poderes son cosas diferentes, aunque pueden llevar al mismo resultado. Su significado es diferente. No vas a dejar que se desarrollen y puedan defenderse a sí mismas. Para mí, son cosas diferentes, y a diferencia de ti, puedo asegurar que soy capaz de hacer lo primero.
El auricular quedó en silencio tras las palabras de Kamijou.
—¿Tú qué propones? ¿Que las dejemos caminar por el mundo con todo su poder? ¿Qué confiemos ciegamente en que nunca perderán el control?
—¿Quién tomará la responsabilidad ese método deje vulnerable a un Espíritu? Sé lo que significa eso, Princess dejó de usar su defensa y murió. No quiero que algo así ocurra, mientras no se termine la amenaza de la AST o DEM.
—Voy a asegurarme que eso no ocurra.
—Lo siento, pero no puedo confiar en ustedes.
—Eso es todo lo que necesitaba decir por ahora.
Después de decir eso, Kamijou retiró lentamente el auricular de su oído derecho y bajó la mirada.
Shido, que había estado observando en silencio, preguntó.
—¿Qué ocurrió?
—…Soy un idiota.
Kamijou murmuró en voz baja, levantó su vista hacia Yoshino y se acercó.
—¿Esa ventriloquia habla sola o tú la controlas, Yoshino?
Cuando Kamijou hizo esa pregunta, la marioneta tambaleó más cerca de su rostro.
En ese instante, la temperatura alrededor de la sala descendió de golpe.
Una ráfaga helada recorrió el lugar, cubriendo las paredes, el techo, incluso el suelo. La sala principal del tercer piso comenzó a congelarse, como si el cuerpo de esa tímida niña exhalara un invierno silencioso.
—¿Qué es… marioneta, Touma-kun?
—¡...!
En ese instante, Kamijou sintió un aliento helado rozar su piel.
Era como si la marioneta exhalara escarcha viva.
—Espera, Kamijou.
Al ver que el estado emocional del Espíritu se desestabilizaba, Shido intentó intervenir, pero Kamijou alzó su mano derecha hacia la cabeza de la marioneta.
—No deberías asustar así a tus mayores, y menos de forma tan peligrosa.
La conexión entre la marioneta y el poder espiritual fue interrumpida.
—¿Qué...?
—¡...!
El muñeco en la mano izquierda de Yoshino había dejado de hablar, pero no solo eso, la temperatura que había descendido se estabilizó al instante.
—¿Estabas usando magia hacia esa marioneta?
—...
Yoshino retrocedió, claramente asustada.
—¡Uwaaah~ qué rudo! ¡¡Eso fue directo a la yugular, Onii-san!!
Yoshino suspiró aliviada al escuchar nuevamente la voz de Yoshinon.
—No puedes simplemente venir y quitarle la voz a Yoshinon.
—¿Es así?
Kamijou parpadeó, mirando su mano derecha.
Esa marioneta seguía moviéndose con una sincronía tan perfecta que parecía viva.
—¿Qué ocurrió?
Shido preguntó al ver que la temperatura volvía a la normalidad.
Kamijou cerró su puño derecho con fuerza.
(Esa marioneta... está conectada directamente a su poder espiritual. Es posible que el reiryoku pueda infundir vida o crear objetos. Es cierto, ellos pueden transmutar su vestido astral como Tohka).
Pero su mente a la realidad al escuchar la voz de Shido.
—Touma... Yoshino es muy sensible. Si se siente amenazada, este edificio podría convertirse en una tumba helada en cuestión de segundos.
—No era mi intención lastimarla. Solo quería confirmar lo que sentí.
—¿Qué cosa?
—Esa marioneta... actuaba por su cuenta, lo único que hice fue interrumpir su energía.
—¿Interrumpir? ¿Qué quieres decir con eso?
Y, en el momento en que Shido quería preguntar, la voz de la niña se escuchó.
—Yoshinon no es peligrosa...
—¿Eh?
—Ella solo habla por mí... cuando no puedo hacerlo.
Yoshino murmuró con voz apenas audible, aferrándose a su muñeco como si le diera fuerzas
—¿Por qué? ¿Por qué no usas tu voz?
—...
Yoshino no respondió.
—Voy a cambiar mi pregunta. ¿Eres tú quien genera esta niebla…?
—¡Eso suena como una acusación, señor detective~!
—Necesito que detengas esto de una vez.
—¿Detenerlo...? ¿Te refieres a esta niebla? Hmm…
Yoshino hizo un gesto de pensar con la pequeña mano en su mentón
—¿Y si te dijera que no es algo que podamos apagar como una estufa, Onii-san?
—¿Entonces no puedes controlarlo...?
Kamijou preguntó, su voz bajó un tono.
Yoshino bajó lentamente la mirada, avergonzada.
—Eso es posible, pero revelaría mi ubicación.
—Ya veo.
En ese momento, Shido tocó su auricular derecho y asintió.
—Yoshino… ¿Puedo hablar contigo un momento?
Ella no respondió. Solo bajó la mirada y abrazó a Yoshinon con más fuerza.
—No quiero asustarte. —dijo Shido suavemente—. Solo quiero invitarte a una cita.
—¿Una cita…?
—Así es —dijo Shido con una sonrisa amable. —Solo tú y yo. Para que me conozcas, para que entiendas que no todos quieren hacerte daño. Te prometo que encontraremos un lugar tranquilo. Un lugar donde no tengas que vivir con miedo.
La escena podría haber terminado ahí.
Pero entonces, Kamijou interrumpió esas palabras con dureza.
—Espera, ¿Qué estás intentando hacer?
—¿Eh? Touma...
—No me digas que Kotori sigue con ese plan.
—Solo quiero ayudarla.
—¿Ayudarla? —repitió Kamijou, con voz firme—. Eso no es ayuda… es una forma de evitar que enfrenten su dolor, su lucha y las cosas que probablemente hicieron mal. Evitar que evolucionen por sí mismas. Que tengan derecho a elegir su camino… no a ser encerradas en un disfraz de normalidad.
Shido no retrocedió y dijo.
—El sellado puede hacer eso.
—No es así....
Kamijou ladeó su cabeza y continuó hablando.
—Si te digo que puedo salvar a los Espíritus sin necesidad de ese método. Estoy seguro de que Ratatoskr decidió confiar en ti porque era el único camino, pero... ¿Qué pasaría si hubiera otro método "pacifico"?
—¿Qué quieres decir con eso?
Antes de que Kamijou quisiera responder a eso, Yoshinon levantó su cabeza hacia arriba.
—¡Yoshinon lo ha decidido! ¡Vamos a resolver esto como corresponde! ¡Una competencia de citas! ¡El caballero misterioso de cabello rebelde versus el chico bueno con auricular incorporado!
—¿¡Qué estás diciendo!?
Yoshino gritó con el rostro sonrojado.
—¡El ganador será quien haga sentir más feliz a nuestra adorable Yoshino! ¡Y sin explosiones ni destrucción! ¡Una guerra de afecto puro y cotidiano! ¡Por el derecho a proteger su corazón!
Kamijou se quedó congelado al escuchar eso.
—Espera, no pienso… ¡Esto no es un juego!
Y entonces, en ese momento...
Las ventanas del edificio estallaron hacia adentro con una fuerza ensordecedora. El viento y la niebla se precipitaron al interior como una marea violenta.
—¿¡...!?
Ambos se cubrieron instintivamente los ojos.
En ese instante, un sonido metálico sonó y unas silueta oscuras emergieron entre la niebla.
—Qué...
Kamijou dio un paso hacia atrás con un sudor en su mejilla.
Eran unos robots humanoides, sus cabezas redondeadas y lisas, sin rostro, emitían un brillo frío y sin alma. Sus brazos largos terminaban en garras puntiagudas y sus piernas se flexionaban en dirección contraria a las humanas.
—¿Qué es eso...?
—Maldición... son esas cosas.
Kamijou habló con algo de temor en sus palabras. Era claro que esas cosas no eran amistosos.
Los ojos sin alma de esas máquinas se encendieron con una luz roja penetrante.
—¡Abajo, Shido!
Con un zumbido agudo, se dispararon ráfagas de energía pura desde sus palmas. Las balas brillantes surcaron el aire con silbidos agudos, apuntando directamente a Yoshino.
Y entonces… en ese momento.
—..."Zadkiel"...
—¡...!
Desde el suelo, como surgiendo del silencio mismo, un enorme muñeco emergió.
—¿¡Qué...!?
Ese conejo parecía tener un metro y medio de altura. El cuerpo exterior estaba hecho de un material suave que parecía oro, y había patrones blancos tallados aquí y allá sobre él. Y también en la parte que parecía ser su cabeza, se podían vislumbrar unas largas orejas como de conejo.
—¿¡Un muñeco…!? ¿Eso es su ángel?
—Espera, creí que los ángeles de los Espíritus en su mayoría eran armas.
Shido y Kamijou dejaron salir sus voces al mismo tiempo.
Yoshino se aferró a la espalda del muñeco que apareció justo bajo sus propios pies, y metió ambas piernas en los dos agujeros ubicados en su espalda.
En el siguiente momento, los ojos del muñeco brillaron de color rojo, y mientras sacudía su cuerpo que parecía torpe, lanzó un rugido grave.
Y junto con eso, un humo blanco empezó a salir del cuerpo del muñeco.
—¿¡Frío…!?
Shido retiró sus piernas sin pensar.
Ese humo, era similar al nitrógeno líquido, era algo a temperaturas bajo cero.
En ese momento, uno de los robots levantó su brazo y disparó un proyectil de luz.
—¡Aléjate de ahí, Shido!
Kamijou se interpuso rápidamente y levantó su mano derecha.
—¡¿...?!
El disparo impactó en su mano y se disipó en mil chispas sin dejar rastro.
En ese momento, Yoshino levantó la vista desde el interior de Zadkiel.
—No quiero... que nadie más salga herido.
Y allí, "Zadkiel" manejado por Yoshinon, se movió, pateó el suelo y cargó contra esos robots humanoides.
—Por favor... salgan de aquí.
Ambos chicos asintieron y corrieron saliendo de la sala
Zadkiel giró hacia ellos por accidente.
—Vamos.
En ese instante, unos robots humanoides siguieron a esos chicos.
Bajando por las escaleras, llegaron al primer piso y luego a la calle.
En ese momento, un robot aterrizó frente a ellos y se abalanzó con las garras extendidas.
—¡Cuidado!
¡CRASH!
Una sombra dorada cayó como un rayo.
El pie de Zadkiel aplastó al robot con una fuerza descomunal.
Pedazos de metal volaron en todas direcciones.
—...
Yoshino no dijo nada.
Y entonces, voló.
Mientras los chicos se dirigían a un escondite, Yoshino atrajo la atención de esas cosas.
En ese instante...
¡Boom! Los misiles impactaron hacia Hermit.
Las explosiones sacudieron la calle como si un trueno hubiera estallado bajo sus pies. Trozos de asfalto salieron despedidos, chocando contra las paredes. Las llamas lamieron las fachadas de los edificios, pero se extinguieron en segundos por una ráfaga helada emanada del Espíritu.
El ataque se había vuelto brutal ya que una serie de luces llenó toda la manzana.
—¡Vamos por aquí! —gritó Shido, señalando un callejón estrecho.
—¿Seguro que es buena idea meternos en un callejón sin salida?
—Confía en mí, ¡tengo una forma de salir de aquí!
Mientras se adentraban en el callejón estrecho, Shido presionó su auricular.
—Kotori, solicito teletransporte de inmediato, dos personas.
—Oh, lo olvidaba. Ese día te vi en el sótano de la escuela cuando desapareciste frente a mis ojos.
—Si, eso... se debe a que Fraxinus me llevó arriba.
En un abrir y cerrar de ojos, la figura de Shido desapareció.
—¡¿Oye...?! ¿Qué rayos pasó con lo de "dos personas"?
Su mano derecha reaccionó al instante.
Anteriormente, Imagine Breaker le había impedido ser teletransportado de un lugar a otro con la habilidad de Shirai Kuroko. Debería ser algo similar aquí, cambiar coordenadas de un punto a otro como si estuviera doblando el papel de un origami.
—Sabía que esto iba a pasar.
En ese instante, el suelo tembló violentamente.
—Tch. Esto no es bueno…
Touma giró y echó a correr alejándose del lugar.
Parte 5.
—El objetivo se ha perdido.
La voz seca del operador quebró el silencio del puente de mando.
James A. Paddington fijó la mirada en el monitor principal de la nave Arbatel, una aeronave de combate de 500 metros de longitud, propiedad de DEM Industries.
—Es un hecho. El Espíritu Hermit se encuentra en Ciudad Tenguu, región de Kanto, Japón.
—Correcto, señor.
El subordinado respondió sin dudarlo.
Un hombre de mediana edad que estaba sentado en el asiento del capitán.
James A. Paddington, coronel y segundo jefe ejecutivo de DEM Industries, actualmente al mando de la Arbatel.
Pese a su rango, ni siquiera él entendía del todo la razón de esta misión. ¿Por qué una nave de combate tan imponente había sido enviada a una pequeña ciudad japonesa?
—Circulan rumores de que el AST eliminó a un Espíritu. Al principio no creí que unas magas novatas pudieran lograr algo así, pero debo admitir que las pruebas son difíciles de ignorar.
Sus ojos se dirigieron al monitor. En la grabación, una niña montada sobre una enorme criatura con forma de conejo esquivaba explosiones, misiles y disparos de precisión.
Era el Espíritu Hermit, Clase B. Vestido Astral: El. Ángel: Zadkiel.
El espíritu "Hermit" era conocida por su escasa hostilidad, eso no la hacía indefensa. Provenía de otro mundo, y su poder desafiaba por completo la lógica humana. Enfrentarla con tecnología convencional era inútil; incluso los avances del "Territorio" apenas bastaban para contenerla.
Su habilidad de congelar el espacio mismo neutralizaba cualquier barrera mágica, dejando a los magos vulnerables si usaban su territorio.
—El nuevo modelo "Bandersnatch" no fue suficiente.
—¿La misión fue un fracaso?
El ambiente se congeló. Todos esperaban la reacción del capitán.
Paddington cruzó los brazos con calma y respondió.
—No. El verdadero objetivo era confirmar si Hermit estaba aquí. Y eso, lo logramos. Esa era la intención... y si no lo era, se lo preguntaré directamente al jefe.
Pausó un momento y luego continúo hablando.
—¿Realmente creen que unas simples unidades Bandersnatch serían suficientes para capturar a un Espíritu? No. Esta operación tenía otro propósito. Una misión secundaria. Estoy seguro de ello.
La tensión se alivió ligeramente.
Isaac Ray Pelham Westcott no toleraba el fracaso. Y aunque nadie podía confirmar qué sucedía con quienes lo decepcionaban... lo cierto era que tampoco regresaban.
—Después de todo, es natural que un Espíritu logre escapar.
—¿Entonces, cuál es la orden?
—Nos retiramos. Antes de que alguien nos detecte. Aunque el Territorio Ashcroft-Beta nos mantiene ocultos de los radares convencionales, no debemos confiarnos.
—¿Se refiere a...?
—La organización Ratatoskr.
Los miembros de la tripulación que estaban en el puente se pusieron tensos al escuchar eso.
Paddington sabia de la existencia de esa organización.
A pesar de tener el Realizador "Ashcroft-Beta" instalado en la nave, un territorio superior a los territorios AST convencionales, no estaba seguro de si los radares de Ratatoskr serían capaces de detectarlos.
Ratatoskr. Una organización con tecnología más avanzada que DEM, un grupo de excéntricos que decide resolver los terremotos espaciales por medios pacíficos.
Es decir, el enemigo de DEM.
—No es el momento para provocar una confrontación directa. Aún sin estar al nivel de un Espíritu, si reunimos los medios adecuados, podemos eliminarlos. Si el AST logró matar a Princess, nosotros también podemos hacerlo.
Paddington sugirió eso mientras acariciaba su barbilla.
—La próxima vez vendremos con todo el arsenal.
En el monitor, las fuerzas del AST comenzaban su retirada.
Hermit había desaparecido, pero no por mucho tiempo.
—Nos volveremos a ver, Hermit... y la próxima vez, no escaparás.
Después de decir eso, Paddington cerró los ojos y mostró una pequeña sonrisa.
Parte 6.
El terremoto espacial había terminado.
Después de la retirada del edificio donde se hallaba el Espíritu Hermit, Shido observaba en silencio el monitor principal a bordo de la Fraxinus.
A su lado, Kotori fruncía el ceño, sin apartar la vista de la pantalla.
La misión había fracasado de nuevo.
—Nadie resultó herido, pero no se logró completar la misión.
Una voz femenina informó desde los altavoces del puente. Era la voz de la inteligencia artificial de Ratatoskr, María.
—Descuida, Maria. No debería ser un problema mientras la misión se pueda reanudar.
—El Espíritu "Hermit" desapareció de nuevo.
Al escuchar eso, Kotori suspiro y luego dirigió su mirada hacia Shido.
—La misión de contactar al Espíritu y conseguir una cita quedó inconclusa. ¿Puedes explicar esos robots humanoides que atacaron a Hermit?
—...
Shido guardó silencio un momento.
—¡Hey! ¡Te estoy hablando! ¡No me ignores!
—Nos atacaron unos robots humanoides. Tenían luces verdes en la cabeza. Iban directamente tras Yoshino.
—¿Yoshino?
—Ese es el nombre del Espíritu.
—Oh, entiendo.
Después de decir eso, Kotori se sacó la piruleta de la boca, girándola distraídamente antes de adoptar un semblante serio.
—El AST no puede operar en espacios cerrados… ¿por qué esta vez fue diferente?
—Hmm, no puedo saber eso. Espera, ¿Dónde está Kamijou Touma?
—Sobre eso... no se pudo.
Kotori dijo con una voz seria.
—¿Notaste algo extraño en él?
—No. Kamijou se fue cuando las cosas se complicaron.
Kotori frunció el ceño al escuchar eso y recordó.
Cuando trató de teletransportar a Kamijou Touma a la aeronave Fraxinus, el sistema fue interrumpido. El territorio reaccionó de forma anómala, rechazando la transferencia como si una fuerza desconocida lo hubiera bloqueado.
—Pero, ¡¿Por qué no lo trajiste aquí?!
—Ya te dije, no se pudo.
—¿Qué quieres decir?
—Trate de teletransportar a Kamijou a la nave, pero la orden nunca fue ejecutada.
En ese instante, Shido revivió esa escena.
En medio del ataque de esos robots humanoides al Espíritu "Hermit", se produjo un fenómeno extraño. Un evento completamente fuera de la lógica. Un humano no podría sobrevivir a un ataque directo de un Espíritu.
Pero Kamijou Touma rompió esa lógica.
Una estaca de hielo que debía atravesarlo fue destruida con su mano derecha.
—Yo vi cómo Kamijou…
No estaba seguro si decirlo, pero Shido continuó hablando.
—... detuvo la energía de Yoshino cuando la hizo enojar y luego me protegió de esos robots desapareciendo ese ataque.
—¿Qué?
Era una revelación totalmente absurda, incluso si él hubiera escuchado no lo creería.
—¿Qué acabas de decir?
—Kamijou me protegió del ataque del Espíritu. No lo entiendo del todo, pero parece tener algo que ver con su mano derecha.
Después de que Shido dijo eso, Kotori frunció el ceño.
—Si eso es verdad… ¿cómo lo hizo? Puede que sea un mago del AST, pero no me convence.
—Podemos revisar las cámaras. Como hicieron cuando detectaron mi habilidad o la presencia de un Espíritu.
Shido sugirió.
—Haaa, ese es un buen punto, Shido —comentó Kannazuki de repente, cruzando los brazos con interés—. Si realmente fuera un mago, debería haber dejado un rastro de maryoku en el ambiente.
Hizo una pausa como si estuviera dudando de sus propias palabras.
—Sin embargo, hay algo extraño en todo esto. Los magos masculinos no suelen ser aceptados en el AST debido a su débil afinidad con el "territorio", salvo en contadas excepciones. Y sinceramente... no estoy convencido de que ese chico sea uno de ellos.
—Estoy de acuerdo con Kannazuki. —dijo Reine—. Sea un mago o algo distinto, no podemos ignorarlo.
El puente del Fraxinus estuvo en silencio.
¿Quién era ese chico? ¿Qué usó para bloquearlo? ¿Fuerza física? ¿Magia? ¿Un territorio como el de los magos? La hipótesis más razonable apuntaba a eso. Kamijou Touma parecía tener algún vínculo con Tobiichi Origami de la AST.
Desde la muerte del Espíritu "Princess", Shido notó que Kamijou se volvió distante con ella. Tal vez buscaba redención, pero su naturaleza era desconocida.
Kotori suspiró.
—María… ¿tú qué opinas de Kamijou Touma?
—Con el poco tiempo que lo conocí, percibí que no tiene malas intenciones. Ya sea un mago o alguien con una habilidad especial, creo que tiene motivos para ocultarlo.
—¿Una razón?
—No muy distinta a la de Itsuka Shido. Por ejemplo, si la capacidad de sellar los poderes de un Espíritu cayera en manos equivocadas, el mundo estaría en peligro. Tal vez Kamijou tenga una habilidad especial que quisiera que nadie supiera de su existencia.
La voz de María era tranquila, pero su mensaje pesaba en el aire.
—¿Sugieres que tiene una habilidad como la de Shido?
—Podría ser. Pero hay algo más —dijo María con voz calmada—. El sistema de transporte del Fraxinus falló al intentar traerlo aquí, Kotori. Solo un mago podría rechazar una transferencia de ese tipo… pero no parecía estar consciente en ningún momento para emitir una orden de rechazo.
Hizo una breve pausa.
—Ese chico no dio señales de notar que algo lo observaba... ni que algo estuviera interactuando directamente con él. Y eso me lleva a una conclusión.
—¿Sí?
—Puede que posea una habilidad relacionada con la anulación. No solo de anular un territorio sino de los poderes de un Espíritu.
Kotori sintió lo poderoso que sonaba eso.
—Si ese poder existe, estoy segura de que podría ayudarnos en más de una ocasión.
—Pero también podría ser la carta perfecta para destruir a los Espíritus.
—Es una posibilidad.
—...
Un silencio momentáneo invadió el puente.
Kotori entrecerró los ojos, procesando toda la información.
—Como comandante del Fraxinus me encargó de proteger a los Espíritus, pero mi primera misión fracasé. Eso no es algo que debe repetirse. Esta vez será diferente. No puedo arriesgarme en confiar en él. Por eso, Shido... debes darlo todo. No puedes fallar esta vez. Tienes que ganarte su confianza, superar cualquier obstáculo para llegar a su corazón.
—¿Esto es una competencia? No se supone que debemos cooperar...
—Sabes perfectamente que Kamijou no tiene los medios para mantener a salvo a Yoshino. No queremos otra tragedia como la de Princess, ¿verdad?
—Kotori...
Shido sintió un nudo en su garganta.
Estaba claro que Kotori no consideraba a Kamijou Touma como un "aliado" incluso después de ver cómo protegió a su hermano mayor.
Pero también entendía por qué.
Había perdido al Espíritu "Princess", no podía permitirse fallar de nuevo.
Parte 7.
¥100. El precio de una soda comprada en una máquina expendedora.
—... este jugo se sienta bien.
Después de pasar un rato sin rumbo en el parque, Kamijou se levantó de la banca de madera y regresó a su pequeño apartamento bajo un sol repentino, revelado tras la dispersión de las nubes grises de la mañana.
Las personas volvieron a sus actividades cotidianas.
El exterior del dormitorio parecía un viejo edificio de departamentos de cinco pisos.
No había recepción ni ascensor.
En su lugar, había unas escaleras externas que conectaban los pisos superiores, expuestas a la intemperie y protegidas solo por tubos de metal que hacían de baranda.
Subiendo por las escaleras, pasó por cada piso hasta llegar al cuarto piso, Kamijou caminó hacia su apartamento.
—-Voy a necesitar una ducha.
Dicho eso, Kamijou Touma insertó la llave en la cerradura de su apartamento.
Después de girar la perilla, jaló la puerta y entró.
Se agachó para quitarse los zapatos, pero en ese momento, Kamijou frunció el ceño.
—¿Qué...?
Ahí, en la entrada, había un par de zapatos que no eran suyos.
Se quedó quieto por un momento.
—¿Cómo llegaron esos zapatos aquí?
La respuesta era obvia. Otra persona había entrado en su apartamento mientras estaba ausente.
La puerta no mostraba señales de haber sido forzada. Con esa habilidad, el intruso bien podría ser un soldado de operaciones encubiertas o un espía profesional.
—No me digas que me han robado...
Pero al mirar de nuevo los zapatos, supo que el intruso aún estaba adentro.
Cerró el puño derecho y se dirigió hacia la habitación.
Y entonces la vio.
—¿Eh...?
Una chica de cabello blanco plateado vestida con un uniforme escolar de la escuela Raizen que parecía ser una muñeca viviente, estaba sentada a la mesa, con las manos cruzadas y la espalda recta, como si lo hubiera estado esperando desde un tiempo.
No había forma de que la puerta se hubiera quedado abierta. Y sin embargo, allí estaba.
—¿Tobiichi-san…?
Tobiichi Origami, una maga de la AST y su compañera de clase.
Es considerada una "genio" en la escuela debido a sus altas notas en varias disciplinas académicas incluyendo el deporte o las artes.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a hablar contigo.
Su voz plana parecía ser de una inteligencia artificial.
—¿De verdad crees que voy a sentarme a charlar contigo después de lo que pasó?
—...
Ella no respondió. Sus ojos azules lo observaban en silencio.
Kamijou Touma no podía olvidar el hecho de que esa chica había matado a Tohka. Esa chica que intentó salvar. No era algo que pudiera perdonar fácilmente ni olvidar.
—Toma asiento.
En ese momento, Origami dio una palmada a la mesa.
—Ah.
A pesar de su molestia, Kamijou soltó una voz incómoda.
—No creo que estés aquí solo para saludarme, ¿verdad?
—Sería ingenuo pensar eso.
Después de decir eso, Origami comenzó a observar su alrededor y dijo.
—Este apartamento es bastante pequeño. ¿Vives solo?
—Sí.
Kamijou respondió sin mirarla.
—Ya veo.
—¿En serio vas a hacerme preguntas triviales después de meterte arbitrariamente en mi dormitorio?
Kamijou alzó la mirada con una mueca de fastidio.
—Dime... ¿qué quieres, Tobiichi Origami?
—No te involucres en los asuntos de la AST.
—¿Así que me viste? Qué pena, pensaba que había sido más discreto.
Kamijou soltó una risa seca. No tenía intención de negarlo.
Origami lo observó por un momento en silencio.
—¿Estabas tratando de contactar con Hermit?
—¿Se supone que debo responder a eso?
Kamijou contestó fríamente, Origami frunció el ceño y dijo.
—Cuando un civil entra en contacto con un Espíritu, se supone que su memoria debe ser borrada para proteger las operaciones del AST.
—¡...!
El cuerpo de Kamijou se tensó al escuchar eso.
—Eso es algo que no ocurrió en tu caso debido a la intervención de la capitana.
Origami terminó de decir eso.
—Kusakabe Ryouko, eh. ¿Quieres decir que debería agradecerle?
Sin embargo, la pregunta de Kamijou fue ignorada por esa chica.
—No importa. Tengo otra pregunta... ¿En ese lugar tú estabas con Itsuka Shido?
"..."
Kamijou miró a Origami silenciosamente.
—No tengo ninguna relación con él, si es lo que piensas.
—Entonces, ¿por qué estaban juntos?
Origami replicó sin cambiar el tono ni su expresión.
—Fue coincidencia que me encontrara con él. Apenas pudo escapar cuando esos robots humanoides asaltaron y atacaron a Hermit. No se supone que los trajes de la AST no trabajan correctamente en lugares cerrados, ¿Qué estaban pensando en enviar esas cosas? Maldición, eso casi nos mata.
—¿Robots humanoides?
La voz de Origami parecía sorprendida ante esa información.
—La AST nunca emitió un ataque hasta que Hermit decidió salir al exterior.
—¡¿Estás bromeando?!
Kamijou gritó, molesto. Ella negó con la cabeza con una mirada seria.
—Es cierto que nuestros trajes de combate no están diseñados para combatir en lugares cerrados, pero la AST no utiliza unidades automatizadas.
—Entonces, ¿qué significa todo esto?
Kamijou desvió la mirada y apretó los dientes.
Si Origami decía la verdad, había otro actor más detrás de ese ataque.
—Ellos... Definitivamente, se trata de esa organización.
Kamijou murmuró en voz baja.
Ratatoskr era una organización que se encarga de proteger a los Espíritus.
Sin embargo, existe otra organización que busca exterminar y controlar a esos seres a cualquier costo, ese es Deus Ex Machine Industries.
—Por eso te digo. No te metas más en esto.
—...
Kamijou permaneció en silencio por un momento.
No hay duda. DEM estaba detrás de ese ataque y actuó a espaldas de las acciones de la AST.
—Es peligroso.
—Ya veo... Quizá deba arrastrar a Shido hacia Hermit.
—¡...!
Sin pensarlo, Origami se lanzó sobre Kamijou, sujetándolo con fuerza de la camisa.
Su mirada, fría como una cuchilla, estaba llena de fuerte advertencia.
—¡No te atrevas...!
Kamijou la sostuvo la mirada, tranquilo, casi desafiante.
—¿Y qué vas a hacer para detenerme, Tobiichi Origami?
—Lo que sea necesario para protegerlo... y mantenerlo fuera de esto.
Kamijou entrecerró los ojos.
—¿Es así?
Los ojos de Origami brillaron con una intensidad carmesí.
Estaba completamente decidida a proteger a Shido, incluso si debía enfrentarse a ese chico.
—...Es broma
Suspiró. Después de escuchar eso, Origami suelta su mano de la camisa de Kamijou.
—Pero Shido sabe sobre los Espíritus, ¿no es así?
—...
Ella guardó silencio por un momento mientras mordía sus labios.
—Oh, eso es asombroso. Desde cuando sabe eso.
—No es tu problema.
Origami dijo con una voz fría. Kamijou sonrió al escuchar eso.
No podía revelar la existencia de Ratatoskr ni su misión. A pesar de que no compartía todos sus métodos, había algo que sí tenía claro: tanto él como esa organización deseaban que Hermit siguiera con vida.
—Aun no entiendo cómo lo hiciste.
—¿De qué hablas?
—Ese día, durante el incidente… entraste en mi rango, mi territorio.
Sus ojos lo atravesaban como agujas.
—Eso no es posible. Nadie que no tenga un territorio puede hacerlo. Tú no tienes ningún entrenamiento, y sin embargo... llegaste hasta mí.
—¿Me estás acusando de algo?
Kamijou levantó una ceja, desafiante.
—Lo que digo... es que estás ocultando algo.
Él suspiró con frustración.
—No tengo ninguna habilidad especial. Tal vez... fue psicológico.
—¿Psicológico?
—Tal vez... bajaste la guardia. Aunque fuera de forma inconsciente.
Origami apretó los labios.
—¿Estás diciendo que yo quité mi propia defensa?
—Es posible. Si sentiste que podrías salir herida, o si algo de lo que dije te hizo dudar… entonces, esa barrera desapareció.
Hubo un momento de silencio. Origami lo miró con una mezcla de duda y desconcierto.
—Eso no tiene sentido.
—Tal vez no. Pero no tengo otra explicación.
Kamijou se dio cuenta de que Origami sospechaba de su mano derecha.
Imagine Breaker tenía la capacidad de cancelar poderes sobrenaturales como la magia o poderes esper. El territorio de una maga como Origami que le proporciona mejoras físicas de combate fue cancelado al momento de que entró en contacto con su mano derecha.
Ella no sabía esa información, pero tenía que ella supiera eso.
—Además, esa niña a la que atacaron en ese lugar… la conozco.
—¿Qué dijiste?
Origami preguntó al instante sin disimular su sorpresa.
—Eso. La conocí hace poco. No hay nada malo en ella.
—Eso es imposible —interrumpió Origami, su tono cortante como siempre—. Sabes tan bien como yo lo que implica la presencia de un Espíritu. Solo con aparecer pueden romper el mundo. Son una amenaza para todos los seres vivos.
—No permitiré que le hagas daño a Yoshino.
—¿Yoshino?
—Así se llama. Es el verdadero nombre del Espíritu que tú llamas "Hermit".
Origami endureció su expresión.
—No deberías involucrarte. Incluso la capitana te ofreció una salida. ¿Por qué sigues insistiendo?
—Se lo agradezco.
Volvió a mirar a Origami directamente a los ojos.
—Pero no puedo ignorarlo. Tú crees que estás protegiendo... pero si tu motivación es el odio por lo que ocurrió hace cinco años… y si esa niña no tuvo nada que ver... dime, ¿vale la pena seguir persiguiéndola?
Un silencio espeso se instaló entre ambos.
Si ambas cosas ocurrieran al mismo tiempo, si se presentara una situación en la que debía elegir... ¿protegería a la gente o priorizaría matar al supuesto culpable, sin importar a quién arrastrara en el proceso?
Su decisión sería la segunda, Kamijou temía que esa situación ocurriera y que esa chica perdiera el sentido de su vida.
—Esa niña no te hizo nada. Ni siquiera Tohka.
—Eso no importa. Hermit sigue siendo un Espíritu. Su mera existencia es un peligro. No podemos hacernos los ciegos solo porque a ti te simpatiza. Si de verdad quieres ayudarla… dime, ¿qué vas a hacer? ¡Tú no eres un héroe!
Kamijou apretó el puño derecho con fuerza.
—Lo sé.
Sabía que, en parte, ella tenía razón. No bastaba con interponerse en una pelea. Si quería proteger a Yoshino, debía cambiar la forma en que el mundo entero veía a los Espíritus.
—No has cambiado en absoluto.
Con esas palabras, Origami se levantó del suelo y se dirigió a la puerta.
—Entonces me voy.
—Espera, un momento.
Ella se giró lentamente.
—¿Qué ocurre?
—¡No dejaré que vuelva a suceder! ¿Me oíste?
Origami lo observó en silencio unos segundos antes de responder.
—Aún no entiendes nada. Vine aquí para evitar que interfieras, pero ya veo que es inútil. Voy a advertirte de esto. No me contendré. Si tengo una oportunidad de eliminar a ese Espíritu, lo haré. Nada cambiará esa decisión. Ni siquiera tú. Si te interpones, Kamijou... entonces serás mi enemigo.
—Nunca me viste como un compañero… solo como un medio para alcanzar tu venganza.
Los ojos de Origami vacilaron un instante.
—No voy a negar la existencia de esa niña —dijo Kamijou—. Y si eso me hace tu enemigo... entonces supongo que ya no hay vuelta atrás.
Después de eso, solo quedó el sonido seco de la puerta al cerrarse. Origami se había ido.
Facts.
- Aparece el Espíritu "Hermit" en una zona apartada y llena de edificios abandonados, donde vive Kamijou Touma, justo cuando estaba por ir a la escuela Raizen.
- Kamijou Touma cuestiona el método de Ratatoskr para "salvar" a los Espíritus, sugiriendo que la energía se acumula peligrosamente en Shido. Kotori no lo desmiente.
- La mano derecha de Touma anula el poder de Yoshino, pero surge un conflicto con Shido sobre cómo salvarla. Yoshinon propone resolverlo con una competencia de citas.
- Unos robots humanoides atacan a Yoshino. Touma los reconoce ya que los vio antes de llegar ahí y, junto con Shido, escapa. Luego deduce que podrían ser de DEM.
- En realidad, DEM había enviado unidades mecanizadas para atacar a Yoshino y probar la unidad "Bandersnatch", ocultando su presencia de Ratatoskr y la AST. Paddington, comandante de la nave Arbatel, promete volver con mayor fuerza de ataque.
- Origami entra al apartamento de Kamijou, él lo encuentra y cuestiona porque estaba ahí. Le dice que lo ha visto en las calles cuando Hermit apareció durante el terremoto espacial. Tienen una discusión y al final, Origami y Touma finalmente de declaran enemigos.